Repunte
comercial chino-latinoamericano
Por
LU GUOZHENG*
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Una
nueva línea de coches de carrera lanzada
por la Corporación Geely, de la provincia
de Zhejiang, atrae a representantes latinoamericanos
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Interior
de una tienda de artesanía china recién
abierta en Ciudad de México
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Turistas
mexicanos recorren un mercado de productos agrícolas
del Lago de Oeste de Hangzhou, capital de la provincia
de Zhejiang
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A partir de la década de los 90 del siglo XX, la
relación comercial entre China y América Latina
ha registrado un sostenido aumento en medio de optimistas
perspectivas. Al principio de esa década, cuando
los países latinoamericanos aplicaron la política
de apertura al exterior, China planteaba la estrategia del
Mercado Pluralista, por lo tanto, el volumen
de comercio entre las dos partes, de sólo 2.000 millones
de dólares a principios de los 90, aumentó
velozmente a 4.000 millones en 1994, 6.000 millones en 1995,
8.000 millones en 1997 y, finalmente, a más de 10.000
millones en 2000.
Este desarrollo comercial se ralentizó durante el
tránsito entre siglos, debido al deterioro económico
que afectó a los principales países latinoamericanos,
pero ha recuperado su enérgico crecimiento en los
últimos tiempos. En sólo tres años,
su volumen total sobrepasó los 25.000 millones de
dólares. En 2004, se registraron 18.240 millones
de dólares en exportaciones de China hacia América
Latina y 21.780 millones en importaciones, equivalentes,
respectivamente, al 53,6% y 45,9% de incremento, en comparación
con el año anterior. El volumen anual de comercio
bilateral llegó a 40.000 millones de dólares.
En 2004, en virtud de la fructífera gira por cuatro
países latinoamericanos del Presidente chino, Hu
Jintao, las relaciones entraron en una nueva etapa de desarrollo.
Características básicas
del comercio bilateral
Hoy en día, el intercambio comercial chino-latinoamericano
se caracteriza, además de su acelerado incremento,
por los siguientes puntos:
Mercado centralizado: El intercambio comercial se concentra
principalmente en México, Brasil, Panamá,
Chile y Argentina.
Estructura monótona: En el comercio con América
Latina, China exporta principalmente productos industriales
elaborados e importa productos primarios. En 2003, el 92%
de la exportación china hacia América Latina
estuvo conformada por productos elaborados, mientras que
el 60% de la importación desde esa zona fue de productos
primarios. Este resultado queda determinado por la estructura
económica de los países latinoamericanos.
Complementariedad mutua: Además de su vasta superficie
y poca población, América Latina es una zona
muy rica en recursos naturales. En el mercado internacional
desempeña el importante papel de abastecedor y ofrece
precios relativamente ventajosos, factores que pueden convertirla
en proveedora a largo plazo de China. Por otro lado, las
mercancías exportadas por China combinan generalmente
la calidad y el precio, y son muy bien acogidas por los
latinoamericanos. En estos presupuestos se asienta la obvia
complementariedad en la relación comercial chino-latinoamericana.
Pequeña porción: Pese a su rápido
crecimiento, el intercambio entre ambas partes sigue ocupando
un porcentaje relativamente pequeño de las transacciones
comerciales exteriores respectivas. Según la aduana
china, en 2003 los envíos hechos hacia América
Latina sólo constituyeron 2,7% del volumen total
de exportaciones chinas, y un 3,6% de las importaciones.
Al mismo tiempo, las cifras ofrecidas por la Comisión
Económica de la ONU para América Latina (CEPAL)
muestran que, como parte del monto total de exportaciones
e importaciones de la zona, la porción dedicada a
China supone respectivamente un 4% y 3,6%. Este porcentaje
no se corresponde con el poderío económico
de ambos lados, por lo cual queda amplio espacio para propiciar
un fomento potencial.
Déficit creciente de la parte china En los últimos
años, el déficit que sufre la parte china
ha evidenciado una tendencia creciente. Durante la mayor
parte de los últimos 50 años del siglo pasado,
América Latina y China han mantenido de modo general
un equilibrio entre compras y ventas. China registró
un leve déficit antes de la década del 90,
y luego un pequeño superávit hasta 2002. Pero
en 2003 su déficit totalizó 3.000 millones
de dólares. En los primeros 11 meses de 2004, el
desbalance fue de 3.690 millones.
Nuevas oportunidades para la relación
comercial chino-latinoamericana
Poco después de entrar en el nuevo
milenio, la economía latinoamericana experimentó
graves dificultades. En el tercer trimestre de 2001 empezó
el proceso de deterioro que tuvo su colofón en una
caída en franca picada en el segundo trimestre de
2002. Sin embargo, sólo un año después,
la economía logró a recuperarse, alcanzando
incluso un aumento del 5,5% del PIB en 2004 --el mejor desde
el año 1980--, y de 4% del PIB per cápita
--récord desde 1997.
Además, la CEPAL pronostica que, de no producirse
cambios bruscos en la economía mundial y en especial
la de Estados Unidos, la zona podrá mantener por
varios años esta tendencia a la recuperación.
Este es un factor muy favorable para el desarrollo del comercio
bilateral de China y América Latina.
Con su extensa superficie, ricos recursos naturales y 530
millones de habitantes, América Latina se erige como
poderosa atracción para otras áreas geográficas.
A pesar de la disparidad de niveles de desarrollo entre
países latinoamericanos, la mayor parte de ellos
se encuentra en mejor posición que China. El volumen
total del comercio exterior de América Latina es
de 700 mil millones de dólares en la actualidad.
Países como México, Brasil, Chile, etc. cuentan
con un desarrollado comercio de servicios. En una palabra,
hay mucha tela para cortar en lo referente a las potencialidades
para el comercio bilateral entre el área y China.
En su reciente informe sobre la labor gubernamental, el
premier chino, Wen Jiabao, afirmó que China continuará
su estrategia de Mercado Pluralista, aumentará
la introducción de equipos importantes, tecnologías
claves y materias primas escasas, promoverá el pluralismo
en las fuentes de suministro de dichas materias y recursos
importantes, ampliará el mercado exterior e impulsará
enérgicamente la cooperación multilateral,
bilateral e interregional. Al ser América Latina
un punto clave de la estrategia de Mercado Pluralista,
se están dando condiciones muy beneficiosas para
el desarrollo de la relación comercial entre ambas
partes.
Lo cierto es que América Latina y China disfrutan
de una sólida base, ideal para el desarrollo y reforzamiento
de su cooperación amistosa. Ambas comparten numerosos
puntos de vista sobre problemas internacionales como la
paz y el desarrollo, y el establecimiento de un nuevo orden
político y económico internacional. En su
mayoría, los países latinoamericanos disponen
de una situación política estable, enfatizan
el desarrollo económico en su gestión gubernamental,
llevan a la práctica la reestructuración económica
y se esfuerzan por conseguir modelos y mecanismos de desarrollo
acordes a sus necesidades.
Condiciones favorables para el desarrollo
de la relación comercial bilateral
Otros aspectos que propician una relación económico-comercial
mutuamente beneficiosa son los siguientes:
China mantiene buenas relaciones políticas, económicas
y culturales, sin conflictos de intereses, con la mayor
parte de los países de la zona. En los últimos
diez años, países como México tuvieron
fricciones comerciales con China, pero por medio de negociaciones
amistosas se logró resolver algunos problemas. Durante
la visita oficial a México del premier Wen Jiabao,
el presidente Vicente Fox declaró que China y México
son socios de cooperación, no rivales en competencia.
La relación se produce de cara a excelentes oportunidades
estratégicas. Después de las negociaciones,
las partes manifestaron oficialmente sus deseos de fundar
la relación de socios estratégicos entre China
y México. A la par, la relación amistosa de
China con Brasil, Argentina, Chile y otros grandes países
de la zona, entrañan una sólida base para
el desarrollo de la relación comercial.
En noviembre de 2004, el Presidente Hu Jintao realizó
una fructífera gira por Brasil, Argentina, Chile
y Cuba, con lo cual logró extender la cooperación
comercial con cada uno de ellos. Durante su estancia en
tierras al Sur del Río Bravo, el Presidente Hu discutió
a fondo con los jefes de Estado sobre la ampliación
de la cooperación comercial para beneficio de ambos,
charló con los representantes del círculo
comercial e industrial latinoamericano y ganó amplios
apoyos para sus nuevas propuestas de asociación estratégica
y comercial bilateral, la cooperación en la región
de Asia y el Pacifico y el problema energético. Entre
los 39 documentos de cooperación firmados durante
la gira, se abordaron temas de comercio, inversión,
astronáutica, aviación, turismo y educación.
Chile fue el primero en abordar negociaciones con China
sobre el convenio bilateral de libre comercio. Brasil y
Argentina reconocieron la condición de China como
economía de mercado, actitud imitada luego por Perú.
Todo esto impulsó fuertemente la cooperación
sobre bases de igualdad en los campos de comercio e inversión.
El mercado de Asia Oriental también atrae la atención
de los países latinoamericanos. Durante la década
de los 90 del siglo pasado, estos países se empeñaron
en realizar reformas económicas, por lo que pusieron
a un lado su relación con Asia. Pero las lecciones
sacadas del denominado quinquenio perdido han
hecho que Brasil, Argentina, Chile y otros países
se apresten a aprovechar el filón que se avizora
en Asia, sobre todo en el mercado de China, y han mostrado
su interés sin precedentes en profundizar la relación
comercial con China. En los últimos dos años,
muchos jefes de Estado de los principales países
de la zona han realizado giras oficiales por China, acompañados
de nutridas delegaciones empresariales.
Por obra de su veloz y sostenido desarrollo económico,
China y otros países de Asia Oriental experimentan
una cuantiosa demanda de materias primas, constituyéndose
en mercado ideal, como destino para los productos de los
países latinoamericanos. En especial México,
país muy dependiente por tradición del mercado
de EE.UU., está cada día más conciente
de la importancia del pluralismo de mercado, por lo que
ha tomado la iniciativa de estrechar la relación
comercial con China y otros países asiáticos.
En el futuro inmediato, la tarea primordial de China será
reforzar y mejorar su reajuste y control macroeconómicos,
a fin de mantener su acelerado y estable desarrollo económico.
Al mismo tiempo, los países latinoamericanos que
pugnan por recuperarse del quinquenio perdido, también
requieren reorganizar y reestructurar su estrategia de desarrollo
económico. Durante este período de oportunidades
estratégicas, con el fin de mantener sus respectivos
intereses y estabilidad y seguridad económica y de
estado, tanto China como América Latina deberán
procurar una relación de asociación estratégica
más estrecha, para crear beneficios y asentar sólidas
bases que promuevan el desarrollo de las relaciones bilaterales.
*Investigador
del Instituto de Cooperación Económica y Comercial
Internacional del Ministerio de Comercio de China
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