JUNIO
2005


Repunte comercial chino-latinoamericano

Por LU GUOZHENG*

 

Una nueva línea de coches de carrera lanzada por la Corporación Geely, de la provincia de Zhejiang, atrae a representantes latinoamericanos
Interior de una tienda de artesanía china recién abierta en Ciudad de México
Turistas mexicanos recorren un mercado de productos agrícolas del Lago de Oeste de Hangzhou, capital de la provincia de Zhejiang

 

A partir de la década de los 90 del siglo XX, la relación comercial entre China y América Latina ha registrado un sostenido aumento en medio de optimistas perspectivas. Al principio de esa década, cuando los países latinoamericanos aplicaron la política de apertura al exterior, China planteaba la estrategia del “Mercado Pluralista”, por lo tanto, el volumen de comercio entre las dos partes, de sólo 2.000 millones de dólares a principios de los 90, aumentó velozmente a 4.000 millones en 1994, 6.000 millones en 1995, 8.000 millones en 1997 y, finalmente, a más de 10.000 millones en 2000.

Este desarrollo comercial se ralentizó durante el tránsito entre siglos, debido al deterioro económico que afectó a los principales países latinoamericanos, pero ha recuperado su enérgico crecimiento en los últimos tiempos. En sólo tres años, su volumen total sobrepasó los 25.000 millones de dólares. En 2004, se registraron 18.240 millones de dólares en exportaciones de China hacia América Latina y 21.780 millones en importaciones, equivalentes, respectivamente, al 53,6% y 45,9% de incremento, en comparación con el año anterior. El volumen anual de comercio bilateral llegó a 40.000 millones de dólares.

En 2004, en virtud de la fructífera gira por cuatro países latinoamericanos del Presidente chino, Hu Jintao, las relaciones entraron en una nueva etapa de desarrollo.

Características básicas del comercio bilateral

Hoy en día, el intercambio comercial chino-latinoamericano se caracteriza, además de su acelerado incremento, por los siguientes puntos:

Mercado centralizado: El intercambio comercial se concentra principalmente en México, Brasil, Panamá, Chile y Argentina.

Estructura monótona: En el comercio con América Latina, China exporta principalmente productos industriales elaborados e importa productos primarios. En 2003, el 92% de la exportación china hacia América Latina estuvo conformada por productos elaborados, mientras que el 60% de la importación desde esa zona fue de productos primarios. Este resultado queda determinado por la estructura económica de los países latinoamericanos.

Complementariedad mutua: Además de su vasta superficie y poca población, América Latina es una zona muy rica en recursos naturales. En el mercado internacional desempeña el importante papel de abastecedor y ofrece precios relativamente ventajosos, factores que pueden convertirla en proveedora a largo plazo de China. Por otro lado, las mercancías exportadas por China combinan generalmente la calidad y el precio, y son muy bien acogidas por los latinoamericanos. En estos presupuestos se asienta la obvia complementariedad en la relación comercial chino-latinoamericana.

Pequeña porción: Pese a su rápido crecimiento, el intercambio entre ambas partes sigue ocupando un porcentaje relativamente pequeño de las transacciones comerciales exteriores respectivas. Según la aduana china, en 2003 los envíos hechos hacia América Latina sólo constituyeron 2,7% del volumen total de exportaciones chinas, y un 3,6% de las importaciones. Al mismo tiempo, las cifras ofrecidas por la Comisión Económica de la ONU para América Latina (CEPAL) muestran que, como parte del monto total de exportaciones e importaciones de la zona, la porción dedicada a China supone respectivamente un 4% y 3,6%. Este porcentaje no se corresponde con el poderío económico de ambos lados, por lo cual queda amplio espacio para propiciar un fomento potencial.

Déficit creciente de la parte china En los últimos años, el déficit que sufre la parte china ha evidenciado una tendencia creciente. Durante la mayor parte de los últimos 50 años del siglo pasado, América Latina y China han mantenido de modo general un equilibrio entre compras y ventas. China registró un leve déficit antes de la década del 90, y luego un pequeño superávit hasta 2002. Pero en 2003 su déficit totalizó 3.000 millones de dólares. En los primeros 11 meses de 2004, el desbalance fue de 3.690 millones.

Nuevas oportunidades para la relación comercial chino-latinoamericana

Poco después de entrar en el nuevo milenio, la economía latinoamericana experimentó graves dificultades. En el tercer trimestre de 2001 empezó el proceso de deterioro que tuvo su colofón en una caída en franca picada en el segundo trimestre de 2002. Sin embargo, sólo un año después, la economía logró a recuperarse, alcanzando incluso un aumento del 5,5% del PIB en 2004 --el mejor desde el año 1980--, y de 4% del PIB per cápita --récord desde 1997.
Además, la CEPAL pronostica que, de no producirse cambios bruscos en la economía mundial y en especial la de Estados Unidos, la zona podrá mantener por varios años esta tendencia a la recuperación. Este es un factor muy favorable para el desarrollo del comercio bilateral de China y América Latina.

Con su extensa superficie, ricos recursos naturales y 530 millones de habitantes, América Latina se erige como poderosa atracción para otras áreas geográficas. A pesar de la disparidad de niveles de desarrollo entre países latinoamericanos, la mayor parte de ellos se encuentra en mejor posición que China. El volumen total del comercio exterior de América Latina es de 700 mil millones de dólares en la actualidad. Países como México, Brasil, Chile, etc. cuentan con un desarrollado comercio de servicios. En una palabra, hay mucha tela para cortar en lo referente a las potencialidades para el comercio bilateral entre el área y China.

En su reciente informe sobre la labor gubernamental, el premier chino, Wen Jiabao, afirmó que China continuará su estrategia de “Mercado Pluralista”, aumentará la introducción de equipos importantes, tecnologías claves y materias primas escasas, promoverá el pluralismo en las fuentes de suministro de dichas materias y recursos importantes, ampliará el mercado exterior e impulsará enérgicamente la cooperación multilateral, bilateral e interregional. Al ser América Latina un punto clave de la estrategia de “Mercado Pluralista”, se están dando condiciones muy beneficiosas para el desarrollo de la relación comercial entre ambas partes.

Lo cierto es que América Latina y China disfrutan de una sólida base, ideal para el desarrollo y reforzamiento de su cooperación amistosa. Ambas comparten numerosos puntos de vista sobre problemas internacionales como la paz y el desarrollo, y el establecimiento de un nuevo orden político y económico internacional. En su mayoría, los países latinoamericanos disponen de una situación política estable, enfatizan el desarrollo económico en su gestión gubernamental, llevan a la práctica la reestructuración económica y se esfuerzan por conseguir modelos y mecanismos de desarrollo acordes a sus necesidades.

Condiciones favorables para el desarrollo de la relación comercial bilateral

Otros aspectos que propician una relación económico-comercial mutuamente beneficiosa son los siguientes:

China mantiene buenas relaciones políticas, económicas y culturales, sin conflictos de intereses, con la mayor parte de los países de la zona. En los últimos diez años, países como México tuvieron fricciones comerciales con China, pero por medio de negociaciones amistosas se logró resolver algunos problemas. Durante la visita oficial a México del premier Wen Jiabao, el presidente Vicente Fox declaró que China y México son socios de cooperación, no rivales en competencia. La relación se produce de cara a excelentes oportunidades estratégicas. Después de las negociaciones, las partes manifestaron oficialmente sus deseos de fundar la relación de socios estratégicos entre China y México. A la par, la relación amistosa de China con Brasil, Argentina, Chile y otros grandes países de la zona, entrañan una sólida base para el desarrollo de la relación comercial.

En noviembre de 2004, el Presidente Hu Jintao realizó una fructífera gira por Brasil, Argentina, Chile y Cuba, con lo cual logró extender la cooperación comercial con cada uno de ellos. Durante su estancia en tierras al Sur del Río Bravo, el Presidente Hu discutió a fondo con los jefes de Estado sobre la ampliación de la cooperación comercial para beneficio de ambos, charló con los representantes del círculo comercial e industrial latinoamericano y ganó amplios apoyos para sus nuevas propuestas de asociación estratégica y comercial bilateral, la cooperación en la región de Asia y el Pacifico y el problema energético. Entre los 39 documentos de cooperación firmados durante la gira, se abordaron temas de comercio, inversión, astronáutica, aviación, turismo y educación. Chile fue el primero en abordar negociaciones con China sobre el convenio bilateral de libre comercio. Brasil y Argentina reconocieron la condición de China como economía de mercado, actitud imitada luego por Perú. Todo esto impulsó fuertemente la cooperación sobre bases de igualdad en los campos de comercio e inversión.

El mercado de Asia Oriental también atrae la atención de los países latinoamericanos. Durante la década de los 90 del siglo pasado, estos países se empeñaron en realizar reformas económicas, por lo que pusieron a un lado su relación con Asia. Pero las lecciones sacadas del denominado “quinquenio perdido” han hecho que Brasil, Argentina, Chile y otros países se apresten a aprovechar el filón que se avizora en Asia, sobre todo en el mercado de China, y han mostrado su interés sin precedentes en profundizar la relación comercial con China. En los últimos dos años, muchos jefes de Estado de los principales países de la zona han realizado giras oficiales por China, acompañados de nutridas delegaciones empresariales.

Por obra de su veloz y sostenido desarrollo económico, China y otros países de Asia Oriental experimentan una cuantiosa demanda de materias primas, constituyéndose en mercado ideal, como destino para los productos de los países latinoamericanos. En especial México, país muy dependiente por tradición del mercado de EE.UU., está cada día más conciente de la importancia del pluralismo de mercado, por lo que ha tomado la iniciativa de estrechar la relación comercial con China y otros países asiáticos.

En el futuro inmediato, la tarea primordial de China será reforzar y mejorar su reajuste y control macroeconómicos, a fin de mantener su acelerado y estable desarrollo económico. Al mismo tiempo, los países latinoamericanos que pugnan por recuperarse del quinquenio perdido, también requieren reorganizar y reestructurar su estrategia de desarrollo económico. Durante este período de oportunidades estratégicas, con el fin de mantener sus respectivos intereses y estabilidad y seguridad económica y de estado, tanto China como América Latina deberán procurar una relación de asociación estratégica más estrecha, para crear beneficios y asentar sólidas bases que promuevan el desarrollo de las relaciones bilaterales.


*Investigador del Instituto de Cooperación Económica y Comercial Internacional del Ministerio de Comercio de China


n