Coches
privados: ¿pagar o no pagar?
Por
LU RUCAI
DESDE que los automóviles
se hicieron pre-sencia masiva en las calles de Beijing,
a finales de la década de los 80, la congestión
del tránsito ha sido un problema mayúsculo
para la capital del país. Apercibido de las consecuencias
nocivas que tal situación entraña, el Comité
de Planificación de la Municipalidad de Beijing propuso
recientemente diez medidas para aliviar la congestión
en el casco antiguo de la ciudad. Entre éstas, llamó
en especial la atención la que define que "los
vehículos, al entrar en el casco antiguo, deben pagar
peaje por congestión". Aquí, los vehículos
se re-fieren a los coches privados. No se incluyen los de
matrícula oficial, los autobuses públicos
o los taxis. Con anterioridad, algunas ciudades como Shanghai
y Nanjing habían aprobado propuestas similares para
solucionar este problema.
Singapur fue el precursor
en el cobro de peaje por congestión. A partir de
2003, Londres empezó a cobrar cinco libras esterlinas
(ocho desde 2005) a los coches que entran a la ciudad, lo
que sirvió para aliviar en cierta medida la tensión
de tránsito. Desde hace mucho, este método
había sido propuesto en China, donde provocó
bastante polémica. Los oponentes dudaban de lo justo
de este cobro, considerando que significaba una carga demasiado
onerosa para los conductores; los partidarios, sin embargo,
lo veían razonable, pues los dueños de coches
privados ocupan más espacio de la vía pública
en comparación con los viandantes, los ciclistas
o los pasajeros de autobús. Por lo pronto parecen
estarse imponiendo las razones de los detractores de la
medida.
Deng Wei (profesor del Instituto de Comunicaciones de la
Universidad Dongnan de Nanjing): Teóricamente es
razonable cobrar por congestión. En las ciudades
grandes, la cifra de coches va en constante aumento, pero
son limitados los recursos de tránsito. Para utilizar
tales recursos hay que pagar. Sin embargo, al aplicar el
cobro, deben considerarse algunos problemas, tales como
en qué momento y con qué método se
cobra, y cuál es la normativa de precio.
Yang Xiaoguang (profesor
del Instituto de Comunicaciones de la Universidad Tongji
de Shanghai): Para cobrar la congestión, deben considerarse
el racionamiento, porque en China existe gran cantidad de
vehículos públicos, sería injusto cobrar
sólo a los privados; segundo, debemos reflexionar
sobre las causas de la congestión del tráfico.
Los irrazonables fenómenos que generan la planificación,
administración y construcción provocan que
muchos recursos de tránsito no se aprovechen al máximo.
Si se acude a cobrar como único recurso podrían
surgir nuevos problemas.
Señora Yu, de Nanjing:
Con la rebaja en los precios de los automóviles,
las familias de la clase media pueden hacerse de un vehículo.
Actualmente el costo de mantener un auto es alto, a lo que
se suman los gastos por tránsito, de ahí que
algunos dueños de coches no se atrevan a conducirlo.
Si hay cobro, en apariencia disminuirá la cantidad
de coches en la vía, pero en realidad estos dueños
ocuparán más recursos públicos del
tránsito, al tomar autobuses públicos y taxis,
mientras dejan su coche estacionado en casa, y si no se
aprovecha al máximo el nuevo coche, su compra habrá
sido un despilfarro.
Tian Li (dueño de
coche en Beijing): En un principio, será un buen
método para frenar la entrada de autos a la ciudad.
Pero cuando dicho método se haga rutina, se obviará
el costo y subirá de nuevo la cifra de autos en el
casco viejo. A partir de entonces, el peaje será
un canal de ingreso para ciertos departamentos, causando
posible corrupción, y no frenará la congestión.
Qian Qihu (académico
del Instituto de Ingeniería de China): El cobrar
por la congestión aliviará sin duda alguna
el problema en el sector metropolitano, pero no hay idea
de hasta qué punto se puede lograr. Por eso no puede
copiar la experiencia extranjera. El desarrollo de la comunicación
pública en China marcha lento, y el cobro por congestión
presionará aún más la red de comunicaciones
públicas. Esta sería una última salida.
Lo mejor es desarrollar los medios de transporte público,
como autobuses y metros.
Para fines de junio de 2005, había 2,4 millones de
vehículos en Beijing, cifra que aumenta a mil autos
por día. Al mismo tiempo, la cifra de unidades en
Shanghai superó los dos millones. En el centro de
grandes ciudades como éstas, la velocidad promedio
de un auto oscila entre 8 y 10 km. Pese a esta situación,
cada día son más los que optan por usar su
propio coche. En la ciudad de Beijing, el uso de coches
se incrementó del 6 por ciento en 1986 al 23,2 por
ciento a principios de 2004, mientras que el uso de la red
pública bajó del 35 al 26,5 por ciento.
La contradicción
entre el uso del auto y otras opciones de la vía
pública se hace cada vez más re-levante en
ciudades como Beijing y Shanghai, mientras que el método
de cobrar por la congestión será un tema de
discusión. Sin embargo, algunos medios de prensa
locales ponen en solfa dicha aplicación. Shanghai
ha cumplido ya la etapa de "análisis global
sobre cobro de peaje por congestión en el centro
de la ciudad," en tanto Beijing lo tiene incluido su
agenda. Con todo, el portavoz del Comité de Comunicaciones
de la Municipalidad de Beijing reveló que las medidas
definitivas para solucionar la congestión se determinarán
después de convocar una reunión de consulta
y escuchar la opinión de los especialistas y población
en general.
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