Una
nueva hazaña espacial
Por
ZHANG XUEYING
EL ÉXITO de la misión
de la nave espacial Shenzhou VI nos acerca un poco más
al antiquísimo sueño humano de conquistar
el infinito.
El plan de exploración
espacial de nuestro país data de la época
del Presidente Mao Zedong. Dongfanghong I, primer satélite
artificial de China, se lanzó exitosamente en 1970,
año en que se elaboró asimismo la maqueta
de la nave espacial Shuguang (alba) I. "El aspecto
de dicha nave remedaba a la estadounidense de segunda generación
Géminis", recuerda Tang Lanxiang, quien asistió
al diseño y la fabricación. "Era como
una ampolleta invertida". Sin embargo, hasta 1972,
el plan espacial se mantuvo congelado. Liu Jisheng, ex vicecomandante
de la nave tripulada señala: "China no contaba
entonces con suficiente poder económico para desplegar
la investigación de la aeronáutica tripulada.
Las prioridades estaban en infraestructuras tales como estaciones
hidroeléctricas y fábricas de abonos químicos.
Cada día crecía el estado de opinión
negativo respecto a los ensayos". Así las cosas,
el plan se engavetó definitivamente en 1975.
Pasados 17 años,
China retomó su empeño. Los cohetes de la
serie Changzheng (Larga Marcha) fueron diseñados
para portar las naves Shenzhou. A diferencia de la misión
de hace dos años, la tripulación de la Shenzhou
VI agregó un piloto y se prolongó de uno a
cuatro días. Los astro-nautas efectuaron experimentos
científicos más profundos que los anteriores.
Los logros de la Shenzhou VI sientan las bases firmes para
los futuros programas de las Shenzhou VII, VIII y IX.
En este viaje, los cosmonautas
pudieron despojarse del vestido espacial de 10 kg de peso
y ponerse ropa más ligera para trabajar; otro punto
clave, un nuevo sistema para la eliminación de desechos
corporales evitaba que los pilotos abandonaran su puesto.
En la primera misión tripulada, el astronauta permaneció
un día en el espacio con un pañal de papel.
Por
la paz y las ganancias
Los éxitos consecutivos
de las naves Shenzhou han despertado asimismo el entusiasmo
del público por todo lo relacionado con el espacio.
Una encuesta del sitio web Sina revela que un 70 por ciento
de los usuarios de red anhela hacer este viaje. El sueño
podría hacerse realidad en breve si prosperan los
planes de la Compañía Limitada de Viajes Espaciales
de Hong Kong, que se propone gestionar el viaje individual
cobrando altísimas cifras. Antes de 2008, según
esperan, enviarán el primer viajero chino privado
al espacio.
Hay otros a los que tampoco
pasa inadvertido el filón comercial. Los anuncios
de refrigeradores y acondicionadores de aire que aparecen
en la TV china, afirman ser "productos de uso exclusivo
aeronáutico de China." En la primera misión
sólo hubo cinco patrocinadores, cifra que duplicó
en la Shenzhou VI, con 13.
Por otra parte, los
chinos expresan sus aspiraciones pacíficas a su modo
muy peculiar. Gao Zhanxiang, famoso calígrafo y pintor
contemporáneo, y miembro del Comité Permanente
de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo
Chino; y Cui Ruzhuo, chino residente en EE.UU. y afamado
del mismo sector, crearon una gran obra llamada "Canto
a la paz" para que la nave Shenzhou VI la llevara al
espacio.
|