Jóvenes y desempleados

Por LU RUCAI

De acuerdo con una encuesta, uno de cada 11 jóvenes chinos menores de 30 años está desempleado

 
  ¿Será la escogida?  

El 31 de mayo de 2005 China publicó el Primer Informe de Investigación sobre el Estado de Empleo de los Jóvenes, estudio que corrió a cargo de la Federación Nacional Juvenil y el Instituto de Estudios Científicos Laborales del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Las cifras recogidas muestran que el índice de desempleo juvenil es de 9 por ciento, por encima del promedio nacional general, que es de 6,1 por ciento. Además, el desempleo entre los jóvenes suele ser de plazo largo.

Los 7.000 encuestados estuvieron vinculados a 220 empresas de cuatro ciudades, a saber, Dalian, Tianjin, Changsha y Liuzhou. Todos fueron empleados, o empleadores, y son menores de 30 años. Este grupo de parados que acaba de emerger llama la atención de los especialistas.

¿Insificiente nivel académico?

Según la encuesta, los jóvenes desempleados con educación de nivel medio (37%), y los de educación secundaria de primer ciclo (30%), ocupan una proporción más alta. Los de educación secundaria de segundo ciclo y bachilleres representan el 13 por ciento. Los graduados universitarios ocupan el 5 por ciento. En la búsqueda de trabajo, más del 60 por ciento de los desempleados jóvenes cree que el mayor obstáculo es tener un expediente académico inferior. El 46,7% de los jóvenes sostiene que se necesita por lo menos una licenciatura para encontrar un empleo decoroso.

Zhou Qiang es un beijinés nativo. No fue admitido en la universidad después de graduarse de la escuela secundaria de segundo ciclo y empezó a estudiar contabilidad en una escuela vocacional. Como todos los graduados de su escuela habían encontrado buen trabajo, nunca se preocupó por su futuro laboral. Sin embargo, a partir de 1999, los centros docentes superiores de China aumentaron en gran medida el número de admitidos, por lo cual en 2003, cuando éstos terminaron la enseñanza superior, el mercado laboral chino debió lidiar con más de 1.600.000 graduados universitarios. En 2004, cuando Zhou Qiang se graduó, tuvo que competir con 2.200.000 graduados universitarios que se lanzaron a la calle en desesperada búsqueda de empleo.

Zhou Qiang se sentía optimista cuando presentó su primera solicitud de trabajo --- contador de una empresa estatal. Con residencia permanente en Beijing, creyó que tenía ventaja sobre los candidatos procedentes de otros lugares del país, seguro de que no tendría que competir con los graduados universitarios por ese puesto, cuya remuneración mensual alcanzaba los 1.500 yuanes. Pero se equivocó. Más de 200 personas presentaron su currículum vitae y sólo las 30 llegaron a las entrevistas. Zhou fue eliminado en la primera ronda, y sus sucesivos esfuerzos por conseguir trabajo acabaron de modo similar. “El trabajo que solicité no requiere un expediente académico superior al mío”, explica Zhou. Sin embargo, pagando el mismo salario, los empleadores se inclinan por contratar a alguien con un expediente académico superior.

Ahora, Zhou trabaja ocasionalmente como extra en películas, a la vez que dedica la mayor parte de su tiempo a navegar por Internet en casa, o a reunirse con sus amigos.

Según Zhang Libin, investigador del Instituto de Ciencias Laborales del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, quien tomó parte en la encuesta, cada año hay un nuevo contingente de 20 millones de personas en edad laboral en China. Debido a la escala relativamente pequeña de su sistema educativo, de 10 a 16 millones de ellos se verán obligados a entrar en competencia en el mercado laboral. La escasez de experiencia laboral les empuja a decantarse por un puesto desventajoso. Entre los encuestados, el 70 por ciento trabaja en la industria manufacturera, el sector de servicios y en algunos negocios nuevos, así como en la venta al por menor (15%) y el servicio comunitario (10%). Zhang Libin atribuye esta distribución a la necesidad de estas industrias de fuerza de trabajo intensivo, y a la poca capacidad de la mayoría de los jóvenes para entrar en sectores de mayor exigencia técnica.

No hay trabajo sin experiencia laboral

El consenso general entre los empleadores encuestados es que los recién graduados de la escuela de enseñanza superior tienen poca práctica y habilidades técnicas, además se verse lastrados por sus limitados conocimientos. Las empresas, como cabe esperar, prefieren contratar a los candidatos de más edad y experiencia laboral.

Yao Wanli es una graduada en Lengua Inglesa del Instituto de Ciencias y Administración de Tecnología de Beijing. Aunque comenzó a procurar un puesto de trabajo mucho antes de graduarse, debió contentarse con un puesto de 1.500 yuanes mensuales como vendedora en el centro de negocios Palacio de la Península de la capital. Debido a la baja categoría de su universidad, y a la ausencia de experiencia profesional, no hubo nada mejor para ella. Apenas seis meses después de entrar al nuevo empleo, lo abandonó, "... es que detesto las complicadas relaciones interpersonales de esa oficina,” argumenta.

El novio de Yao considera que tanto la experiencia como las relaciones interpersonales correctas son esenciales para el éxito profesional. En consecuencia, sugirió a Yao que trabaje como traductora, pues esta clase de trabajo puede servir para consolidar su especialidad. Pero ninguna compañía ha querido emplearla como traductora porque la chica nunca se ha desempeñado como tal.

Yao todavía trabaja como vendedora, pero ahora en una compañía de la ciencia y tecnología. Su plan es marcharse en cuanto se case, y reanudar su vida laboral cuando su hijo o hija comience la escuela. Pero desde ahora sabe lo que puede esperar: "Incluso si no me rechazan por no tener experiencia laboral, como en ocasiones anteriores”, afirma, “tendré que empezar desde cero."

Cheng Jun, director general de la Agencia Inmobiliaria Taihongji de Beijing, estima que la juventud de hoy vive atrapada en un dilema, que consiste en que no les ofrecen trabajos bien remunerados por carecer de experiencia profesional, pero a la vez no se contentan con opciones más modestas. Por lo tanto, se mantienen desempleados, con la esperanza de que la situación mejore con el paso del tiempo. Si por alguna casualidad se da una opción propicia algún día, acota Cheng Jun, no será precisamente para los que nunca han trabajado.

Viviendo de los padres

El estudio arroja asimismo que 72 por ciento de la juventud en paro ha estado desempleada por un año o más, y que solamente el 13 por ciento ha tomado cursos de capacitación durante ese tiempo. La mayoría dedica su tiempo a las tareas de la familia o a reunirse con los amigos.

Por espacio de seis meses, Wang Ting buscó sin resultados un trabajo relacionado con su carrera después de graduarse del departamento de idioma chino de la Universidad de Nanyang, en la provincia de Henan. Durante ese tiempo, vivió de los 300 yuanes mensuales que ganaba como mecanógrafa en la oficina de una amiga. Por insistencia de sus padres, Wang volvió a su hogar en un pequeño condado de la provincia de Shandong, donde los 1.000 yuanes que obtiene su padre cada mes en un departamento gubernamental constituyen la única fuente de ingresos para su familia de tres miembros. Meses después, un amigo de su padre la recomendó a una escuela primaria local como maestra asistente, pero ella prefirió pasar por alto esta oportunidad, y optó por dedicarse a leer y navegar en Internet cada día. Su madre se siente decepcionada: "Hace más de un año que se graduó y todavía vive de nosotros. Como hija única, da por sentado que la mantendremos," se queja la señora. Sin embargo, al comentar sus problemas con sus vecinos, la madre de Wang se enteró de que muchas familias tienen situaciones similares.

El profesor Sun Liping, de la Universidad de Tsinghua, estuvo entre los primeros expertos chinos en plantear el problema de “la nueva comunidad de parados en China." Su opinión se hace eco de los resultados de esta encuesta: la mayoría de los jóvenes desempleados nacieron a finales de los 70 y principios de los 80, y como primera generación de hijos únicos, han recibido todo tipo de mimos, tanto en lo espiritual como en lo material. Al llegar a la edad adulta, muchos siguen dependiendo financieramente de sus padres, que al retirarse encaran una drástica reducción de ingresos. De tal forma, la presión financiera de los jóvenes parados pasa a hombros de sus progenitores.

Claves de la nueva comunidad de parados

"Trabajo hoy, no trabajo mañana; trabajo pasado mañana. Ésa es la vida de mucha gente joven en la actualidad," observa el profesor Sun Living, para quien el mercado laboral de China se divide en ofertas de alta categoría para los residentes urbanos, y bajas para las trabajadores emigrantes del campo. Una docena años de la educación orientada hacia los exámenes no ha proporcionado las habilidades prácticas que la nueva comunidad requiere para infiltrarse en el mercado de alta categoría. Pero tampoco están preparados para ejercer trabajos manuales, dado lo delicado de su constitución y la deficiente educación familiar que suele darse a los hijos únicos. “Sin embargo no debemos echar toda la culpa a la juventud por no reunir condiciones para los altos puestos, y a la vez ser remisos a trabajar en empleos de poca monta," acota Sun. "El extremo inferior del mercado laboral resulta aceptable para los trabajadores rurales, porque el mismo no conlleva los altos costos de vida de los puestos profesionales. La juventud urbana en paro tiene que enfrentar el costo de la vida citadino, que implica comprar o alquilar un apartamento, y debe también prepararse financieramente para casarse. Notamos en nuestra encuesta que muchos habían trabajado realmente en el mercado de empleos de inferior categoría, pero tuvieron que renunciar pues ya gastaban más de lo que percibían.

La mayoría de los nuevos desempleados está entre los 20 y 30 años -- edad en que se espera que comience a crear una familia. El hecho de que carezcan de un ingreso seguro aumenta la carga financiera de la familia, a la par que plantea una amenaza a la estabilidad social de China.

"Si se consideran los limitados recursos laborales de la actualidad, se llega a la conclusión de que se impone reajustar el sistema de Seguridad Social, de modo que se generen más oportunidades para los jóvenes desvinculados," sugiere el profesor Sun. Jiang Zhonglian, miembro del Comité Nacional de la Asamblea Consultiva Política del Pueblo Chino (ACPPC), cree que la nueva comunidad de desempleados debe ser supervisada y manejada, a la vez que se le ofrece un adiestramiento eficaz. Pero, como dice el refrán, usted puede conducir un caballo al agua, pero no necesariamente le hará beber de la misma. Nadie más que ellos mismos pueden cambiar sus vidas.”

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