¡Tengo una vaca lechera!

(Perspectivas del mercado lácteo en China)

Por QIAO TIANBI

La leche de vaca, que 50 años atrás era rara en casi todo el país, representa hoy un mercado local creciente, que ha puesto a revolotear a las transnacionales lácteas como abejas frente a la flor. Pero hasta la fecha, casi ninguna ha dado con la clave para mantenerse por largo tiempo libando del apetecido néctar.

 

 
Mayor oferta al consumidor La leche comienza a ser parte de su dieta diaria  

Recién fundada la Nueva China en 1949, y por espacio de varios años, el país apenas registraba 120.000 vacas lecheras en todo el territorio nacional, las cuales producían 250.000 toneladas anuales de leche. Incluso en la propia Beijing, donde existía cierto cúmulo de consumidores del producto, el mismo sólo podía obtenerse mediante presentación de un certificado médico, que autorizaba la compra de la leche como tónico para los enfermos.

A pesar del tiempo transcurrido, y de los cambios operados en la sociedad china, para muchos chinos beber leche, y consumir productos lácteos en general sigue siendo un hábito ajeno.

Como probable resultado de esta carencia, la absorción promedio de calcio entre la población de China en la actualidad es de 391 miligramos diarios, lo que representa un 49 por ciento de los 800 recomendados por la asociación de nutrición del país. Esta información del Ministerio de Salud Pública de China, que corrobora la presencia de un déficit alimenticio, representa sin embargo buena noticia para la industria láctea china. Esta última, en franco proceso de expansión, ha detectado en dicho desequilibro una oportunidad para impulsar sus ventas de leche de vaca, vehículo idóneo para el suministro de calcio en las comidas.

Ya en 1999, y en un intento por paliar el mencionado déficit, la Asociación de Consumidores de China propuso “añadir un vaso de leche” a la dieta de cada ciudadano. Más adelante, los departamentos gubernamentales pertinentes comenzaron a promover el consumo de leche entre los adolescentes y jóvenes, con especial énfasis en las escuelas primarias. Además, el Ministerio de Agricultura se ha involucrado de lleno en desarrollar las líneas productivas lácteas en las zonas noreste y norte del país, además de hacerlo en las populosas ciudades de Beijing, Tianjin y Shanghai. Para 2015, se calcula, la producción lechera deberá alcanzar 33 millones de ton al año, en tanto el consumo per cápita de leche llegará a 23 kilogramos.

Los chinos, sobre todo los urbanos, van aceptando de manera gradual el consumo de productos lácteos. Wang Huaibao, subdirector de la Asociación de la Industria Lechera de China, señala que el año pasado la cifra de vacas lecheras se situó en 10,62 millones, mientras que la producción nacional del sector llegaba a 23 millones de ton, de las cuales 21,85 millones fueron de leche, y agrega que tanto la disponibilidad de cabezas de ganado como la producción lechera se han multiplicado por casi cien veces con respecto a los primeros años de la Nueva China. A la par, se ha disparado el consumo per cápita de leche y sus derivados, de seis kg en 2002 a 12 kg en 2004.

Dura competencia para nacionales y nocaut para extranjeros

Los cambios en el paladar de los consumidores locales han beneficiado el acelerado desarrollo del sector lácteo. El mismo ya contaba con más de 700 empresas en 1998, cifra que ascendió a más de 1.600 en 2004. De ellas, cerca de 500 obtienen beneficios anuales superiores a los cinco millones de yuanes. En los cinco años transcurridos de 1999 a 2003, el sector experimentó el apogeo de la popularización de estos productos y el concepto de su consumo, al punto de mantener una línea ascendente superior al 30 por ciento, en medio de una competencia cada día más reñida entre los diversos productores.

Al integrarse al mercado lácteo, estos productores nacionales se han decantado en dos grupos, teniendo en cuenta, en apariencia, el método utilizado para esterilizar la leche. Así, existe el grupo de los “pasteurizadores” y el de los que someten la leche a la Temperatura Ultra Alta (TUA). Pero la manera de librar de impurezas la leche es apenas una cortina de humo, tras la cual se esconden diferencias más vitales aún. Así, mientras los pasteurizadores se acogen al concepto de producción urbano –lejos de las grandes granjas pecuarias–, los seguidores de la TUA son considerados “productores con recursos”, pues se concentran en áreas rurales donde por tradición los medios para producir leche se encuentran, por así decirlo, al alcance de la mano. En este sentido cabe agregar que los “rurales” acuden a la TUA y a la leche en polvo para garantizar que su producto llegue sin contratiempos a los mercados, teniendo en cuenta las grandes distancias físicas que se debe recorrer. Por su parte, los “urbanos” tienen cerca de sí un mercado maduro, lo que facilita la distribución, si bien dependen de las limitadas fuentes proveedoras de leche, ubicadas en los alrededores de la ciudad.

En China, los grandes suministradores de leche son la región autónoma de Mongolia Interior y las provincias de Heilongjiang y Hebei. En las demás escasea la materia prima, lo que explica por qué las empresas de modo de producción urbano vayan quedando a la zaga respecto a los “productores con recursos.” Yang Zhicheng, gerente general de la Compañía Limitada de Leche Chenguang, de Shenzhen, afirma que en Mongolia Interior el precio de un kg de leche pura oscila entre 1,5 y 1,8 yuanes (0,2 dólares). Por otra parte, en Guangdong y Shenzhen, se cotiza igual medida a partir de los 3,5 yuanes (0,4 dólares). En 2004, las firmas Yili y Mengniu, que aplican el método TUA, ocuparon los primeros dos puestos en el sector de productos lácteos de China, mientras que el tercer escaño fue para Bright, que se vale de la pasteurización. La conocida firma urbana Sanyuan, sufrió notables pérdidas.

En 2004, la tasa de crecimiento del sector fue del 25,5%, lo que representa un aumento inferior a los de los años anteriores, en tanto sus beneficios netos sólo representaron el dos por ciento de los ingresos por concepto de ventas. Menos de una cuarta parte de las ya numerosas empresas lecheras consiguieron ganancias. Según opiniones de expertos, el descenso en términos de beneficios fue consecuencia del recalentamiento de la industria en los años anteriores. Otro factor negativo fue el abandono casi continuado del mercado chino por parte de las grandes transnacionales lácteas, a saber, Danone de Francia, Parmalat de Italia, Kraft de EE.UU., Unilever de Inglaterra y Friesland de Holanda. Sólo el gigante suizo Nestlé ha quedado con pie firme en el mercado chino, aunque bajo presión de la opinión pública, por su reciente negativa a retirar del mercado productos supuestamente nocivos a la salud, a solicitud de la Asociación de Consumidores de China.

Entre las razones que a juicio de analistas impiden a las firmas foráneas labrarse un espacio permanente bajo el sol de China, descuella la carencia de un número suficiente de granjas suministradoras de materia prima, por la imposibilidad de conseguir tierra suficiente para tales menesteres. Infructuosas han resultado asimismo sus campañas publicitarias en los medios informativos, pues la industria láctea china está ampliamente fragmentada, de acuerdo a los intereses, gustos y tradiciones de cada región o ciudad. A ello se suma que los extranjeros han hecho especial hincapié en llenar los anaqueles con productos de más alta categoría, como yogurt y queso, por los cuales el público chino todavía no demuestra amplia predilección. Tampoco han logrado imponerse a los productores domésticos, los cuales, a juicio de una amplia proporción de consumidores, pueden garantizar productos más frescos.

Y mientras la parte foránea ve desvanecerse las esperanzas de una pronta ganancia, los vencedores de la competencia en casa hacen su agosto, dedicándose en cuerpo y alma a buscar apoyo financiero y comprar otras empresas. Mengniu, empresa representativa del grupo de poseedores de recursos, registra un crecimiento anual del 35%. En 2004, a pesar de las dificultades que encararon casi todas las empresas lecheras, sus ingresos sobrepasaron los 7.200 millones de yuanes (870 millones de dólares), con una ganancia neta de 320 millones de yuanes (40 millones de dólares). Además, Mengniu es la única empresa que hasta la fecha ha emitido acciones en la bolsa extranjera. Morgan Stanley, CDH y China Capital Partners invirtieron de una vez 26 millones de dólares en Mengniu. El mercado lácteo de China va transitando de la época de los “reinos combatientes” hacia la de la oligarquía empresarial. El mercado en escala, las cuotas y un abundante abastecimiento de leche constituyen sus armas mágicas para alcanzar la victoria.

La época de oro apenas despunta

A pesar del crecimiento relativamente más bajo registrado en 2004 en el sector, los expertos pronostican que dentro de cinco a 10 años, el incremento de la producción y el consumo alcanzará de un 15 a un 20 por ciento, con amplio potencial de desarrollo para la industria. El analista bursátil Kang Jingdong opina que China es el área de mayor capacidad para el aumento de la producción lechera en todo el planeta. Cabe destacar asimismo que nuestro país cuenta con el nivel absoluto más bajo de consumo de leche per cápita, y que dicho consumo se caracteriza por un alto desequilibrio. Todo ello permite augurar un desarrollo acelerado en el futuro. Según una investigación, la población de consumidores potenciales de lácteos apenas sobrepasan los 200 millones de personas, y sólo unas decenas de millones de personas son realmente capaces de adquisición de los mismos, entre una población nacional de 1.300 millones.

El aumento promedio en el consumo de productos lácteos en 2004 fue de un raquítico uno por ciento, en franco contraste con el 27,9 y 16,3 por ciento, respectivamente, de los años 2002 y 2003. El año pasado el consumo per cápita alcanzó los 12 kg, con 25,3 kg como promedio para los habitantes urbanos. Además, el consumo de 12 ciudades llegó a 30 kg, y hasta 47 en Beijing. Según Jiang Jianping, director honorario de la Comisión de Nutrición y Seguridad Alimentaria de China, el consumo de leche debería alcanzar los 36 kg para responder a las actuales necesidades de los chinos.

En fin, en el mercado lácteo de China queda mucho por decir. Aún se auguran importantes reajustes y reubicación de recursos antes de que se regularice su situación. En tanto, las trasnacionales del sector deberán seguir revoloteando alrededor de la ambicionada flor. Hay quien dice que el néctar es más dulce cuanto más añejo. La cuestión es saber esperar.

n