Jonrones con peculiaridades chinas

Por JORGE LUIS LÓPEZ*

PESE a la casi nula tradición como deporte favorito del público chino, el béisbol progresa en el gigante asiático sin mucho ruido, pero ganando espacios de forma gradual, con la mente puesta en una cita obligada: los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008. La selección nacional china acaba de dar un gran paso de avance tras conquistar el tercer lugar del campeonato asiático celebrado recientemente en Japón, y clasificar para la Copa del Mundo, prevista del 2 al 17 de septiembre próximo en Holanda. Sin embargo, los aficionados chinos (un grupo muy reducido en el caso del béisbol) están tan acostumbrados a lograr títulos en certámenes mundiales y olímpicos, que un tercer lugar continental en un deporte de tan escasa difusión entre ellos podría parecerles un hecho poco destacable.

 

 
¿Le llegó el strike? Calentando el bate para el 2008  

Pero estarían muy equivocados si piensan así, pues para lograr ese tercer lugar “histórico”, como lo han calificado los directivos locales de la disciplina, tuvieron que romper la hegemonía mantenida durante muchos años por Japón, Taipei de China (Taiwán) y Corea del Sur en la región.

Un victoria 4-3 frente a Corea del Sur el pasado 22 de mayo en el estadio japonés de Miyazaki permitió a China subir por vez primera al podio del Campeonato de Asia, torneo en que debutó en 1985.

Además, resultó la primera victoria ante uno de esos “tres grandes” desde que el deporte de las bolas y los strikes desembarcó en Shanghai hace ya 144 años.

Y hay más, el chino Wang Nan resultó electo el mejor lanzador del torneo, una distinción que pocos podrían imaginar hace unos años alcanzaría un pitcher de este país.

Como expresó Jiang Xiuyun, vice presidenta de la Administración de Golf, Béisbol y Softbol de China, “el avance del cuarto al tercer puesto parece pequeño, pero constituye un progreso significativo y substancial. Esos tres equipos asiáticos representan, junto a EE. UU. y Cuba, el nivel más alto del béisbol mundial. Romper su hegemonía en Asia, significa que el béisbol chino ya alcanza el nivel global".

Desarrollo del béisbol en china

En 2002, después de muchos años de infortunios y de falta casi total de apoyo, aunque con mucho trabajo y esfuerzo, comenzaron a darse los pasos en la dirección correcta para el desarrollo de esta disciplina en el país.

La creación de una liga nacional, aunque modesta, fue una decisión clave en este sentido, que se complementó con la internacionalización de este deporte.

La liga, en la que ya participan seis equipos, permite a los jugadores que conforman la selección nacional y a otras prometedoras figuras celebrar alrededor de 60 partidos al año. Además, a los clubes se les permite contratar a peloteros foráneos.

En 2003, la Asociación China y las Grandes Ligas de Estados Unidos firmaron un acuerdo de cooperación a largo plazo.

El ex jugador de la liga estadounidense y entrenador Jim Lefebvre fue designado, junto al ex lanzador Bruce Hurst, para preparar al equipo chino que participaría en el Campeonato de Asia de ese año.

Previo a la competición, el equipo chino realizó una base de entrenamiento en Arizona (EEUU), en las instalaciones del equipo de Grandes Ligas Marineros de Seattle, concentración que se mantiene anualmente.

Presente y futuro

El tercer lugar en Miyazaki y la clasificación para la Copa del Mundo reflejan el presente de felicidad que vive el béisbol en China, pero también predicen lo difícil que será futuro.

Tras el final de la liga local, el plantel nacional viajará a finales del verano a Japón e Italia para continuar su preparación con miras a la justa del orbe, en la que se proponen quedar entre los mejores ocho equipos. Sin dudas un gran desafío, pero tras derrotar a Corea del Sur, los peloteros chinos olvidan la palabra imposible.

Quizás hasta pudieran hacer suya una frase muy popular entre los amantes del béisbol en Cuba, quienes aseguran que “la pelota es redonda y viene en caja cuadrada”, para manifestar que cualquier cosa puede suceder en el terreno de juego.

Lograr la confianza y el interés de la afición nacional podría ser la meta más difícil de los peloteros chinos, que tendrían en los Juegos Olímpicos de Beijing la oportunidad dorada para lucirse antes sus coterráneos. Incluso si no se alzan con alguna presea, el mayor premio sería el de un público que a partir de entonces comience a seguir esta disciplina nacida a principios del siglo XIX en Estados Unidos.

A los pesimistas, cabría recordarles lo remoto que pareció alguna vez que el tenis de mesa, nacido en las postrimerías del siglo XIX en Gran Bretaña, llegara a ser el deporte nacional de China, o que los tenistas del país asiático fueran sus auténticos monarcas mundiales. La historia tiene la última palabra.


*El autor es periodista cubano especializado en deportes, residente en Beijing
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