Los
chinos lo hacen mejor (I Parte)
Por
FERNÁN GONZÁLEZ
Publicado
originalmente en el periódico español La Flecha,
el 15 de diciembre de 2004, este artículo abre los
ojos de los chinos ante muchas de las facilidades de que
disfrutamos hoy y que, con frecuencia, nos pasan inadvertidas
por obvias.
LOS
chinos inventaron la pólvora y algunos aspectos básicos
de la civilización moderna y ahora se han convertido
un potente motor económico. ¿Quién
habría pensado que tras un milenio de pobreza podrían
hacer a estas alturas las cosas mejor que nosotros? De hecho,
conseguir una lista de cosas que China hace mejor que muchos
países occidentales no es fácil. Hay muchísimos
aspectos para comparar, sin mencionar en ningún momento
la injusticia de su trabajo a bajo precio.
Mejor
tampoco mencionar los exquisitos masajes de cabeza y hombros
que están incluidos en el lavado y corte de pelo.
También habrá que contentarse con suspirar
al pensar que los billetes para el cine o el teatro se entregan
en China mediante un mensajero que llega a la casa de entrega
en bicicleta.
Muchísimas
instalaciones en China ofrecen taquillas gratuitas automatizadas
ahora, al igual que las estaciones de tren y aeropuertos
europeos, para guardar las pertenencias. Al fin se acabó
ese manojo de llaves en el bolsillo un simple trozo
de papel con un número elegido aleatoriamente nos
permite recuperar nuestras cosas.
No todo
el progreso es bueno. Taxis, metros, trenes y ascensores
invaden con publicidad sin descanso a través de sus
pantallas planas. Algunos autobuses de la ciudad incluso
tienen televisión. ¿A quién le interesa
eso? Quizá a los carteristas.
En esta
lista, pasaremos por alto igualmente pequeños detalles
como las bolsas de plástico estrechas que los grandes
almacenes y las oficinas ofrecen en los días de lluvia
para que nuestro paraguas no gotee. Obviaremos además
las estructuras gigantes como las maravillas arquitectónicas
en los aeropuertos de China que ya se ven hasta en
capitales provinciales como Fuzhou.
Nos
olvidaremos de los vastos sistemas de metro y autopistas
y los garajes subterráneos de grandísimas
dimensiones que Beijing, Shanghai o Guangzhou han construido
en tiempos récord. O el tren que levita como por
arte de magia (magnético), y que acelera hasta 431
Km/h en 2 minutos y 53 segundos. Ni los alemanes que lo
diseñaron pueden permitirse uno para ellos mismos.
¿Qué
contaremos entonces? Aquellas brillantes ideas que provocan
que nos demos en la frente con la palma de la mano preguntándonos:
"¿Por qué no se nos ocurrió eso?"
Teléfonos
móviles
Respecto
a cualquier estándar en el que pensemos cobertura,
precio, ubicuidad la práctica de los teléfonos
móviles en China nos pasa de largo. Puedes usarlos
en ascensores, metros y garajes. Funcionan en el Tíbet,
en la emblemática Muralla China y en el entorno rural
más remoto. Los pacientes, los doctores, las enfermeras
y los visitantes los usan en hospitales también,
sin aparentemente ningún problema de salud.
Es un
sistema barato de prepago sin absurdos contratos mensuales
o cheques de crédito. Los teléfonos son tan
baratos incluso los vendedores ambulantes de las
calles los tienen que China es ahora el mercado de
telefonía móvil más grande del mundo.
Con 300 millones de aparatos móviles en uso, cada
uno de ellos diciéndote la hora que es, la venta
de relojes de muñeca ha caído en picado.
"Somos
una nación del pulgar," dijo una mujer de Shanghai,
ya que los chinos utilizan los teléfonos como Blackberry
y envían mensajes de texto a sus amigos todo el día
a 1,6 céntimos. Los chinos nunca se acostumbraron
al correo de voz o a los contestadores automáticos
pues instalar teléfonos en el hogar era el equivalente
a su sueldo durante dos años en los años 80,
por lo que el país dio el salto directamente a la
tecnología móvil que acababa de llegar.
Luces
de semáforos que informan
En Tianjin,
una ciudad de 13 millones de habitantes, los semáforos
muestran señales rojas o verdes en un rectángulo
que se encoge siguiendo un ritmo según se va acabando
el tiempo. En Beijing, algunos semáforos ofrecen
un reloj con cuenta atrás para ambos colores del
semáforo.
Durante
la señal roja, sabes que tienes tiempo para echarle
un vistazo al mapa; cuando ves la luz verde, sabes si puedes
tomártelo con tranquilidad o acelerar el paso.
Tarjetas
de débito de transporte
¿No
sería magnífico si tuviésemos una única
tarjeta para el autobús, el metro y los taxis?
Así es como funciona en Shanghai. Los pasajeros no
tienen que rebuscar en su monedero para tener el importe
exacto en los autobuses o en el metro, o formar filas para
comprar billetes. Tampoco tienen que llevar dinero encima
obligatoriamente, lo que les haría un blanco fácil
frente a los ladrones.
En los
taxis, al acabar el trayecto se hace entrega de un recibo
con la fecha, el kilometraje, el número de taxi e
incluso las horas de comienzo y fin del trayecto. Estos
detalles facilitarían la recuperación de objetos
extraviados en taxis como violines Stradivarius.
Deporte
para adultos
¿Odias
pagar las facturas del gimnasio? Beijing provee a sus ciudadanos
equipamiento para ejercicios en exteriores gratuito en vecindarios
por toda la ciudad: máquinas para correr y caminar,
trabajar los abdominales o levantar pesos. Todo en rojos,
azules, amarillos y verdes brillantes.
Estos
espacios hacen que todo el mundo salga a tomar un poco el
aire, especialmente a la gente mayor que seguramente se
quedaría cerrada en casa. A los adolescentes también
les gusta relajarse allí. Y lo mejor de todo es que
envía un mensaje de propaganda nada sutil acerca
de los beneficios de una vida saludable.
(Continúa...) |