MARZO
2005


El despegue de China:

Oportunidad y reto para América Latina

Por LUO YUANJUN

El volumen de exportación de productos de China a México ocupa el primer lugar en el total del país a América Latina. En la foto: un cliente  selecciona una bicicleta Restaurante de Churrasquearía de Brasil en la Ciudadela de Alimentos de Lujiazui en Shanghai

A finales del año pasado, durante el simposio internacional titulado “Despegue de China: Oportunidad y Reto para América Latina y Asia”, auspiciado por la Fundación de Estudios sobre el Desarrollo de China y otras instituciones, los eruditos chinos y los provenientes de los países americanos compartieron el mismo punto de vista: el desarrollo de China significa una mayor oportunidad y a la vez un reto para el de América Latina, pero nunca una amenaza.

Según un informe de la Comisión de la ONU sobre la Economía de América Latina, China es el tercer importador desde América Latina, y el cuarto gran exportador del mundo, cuyo rápido crecimiento económico y mayor volumen de importación de América Latina en los recientes años han estimulado enérgicamente la recuperación de la economía de esa región.

Compensación recíproca y cooperación económica

Una tienda en Ciudad de México, donde se venden exclusivamente productos chinos

En noviembre de 2004, durante la visita del presidente de China Hu Jintao a América Latina, se firmaron cerca de 40 convenios, incluida la promesa del Gobierno chino de disminuir las normas de examen y cuarentena sobre animales y plantas de Brasil y Argentina. Este hecho promoverá seguramente la exportación a China de productos agrícolas y ganaderos de esos países.

En cuanto a la importación y exportación, China y América Latina mantienen una reciprocidad compensada. La parte china necesita importar gran cantidad de mercancías básicas desde América latina,  tales como soja, petróleo crudo, lana de oveja, productos acuáticos, arena de hierro y de cobre, etc. Por su parte, esos países requieren de China productos industriales, a saber, maquinarias, aparatos electrodomésticos, artículos textiles, zapatos y juguetes.

A pesar de la posición favorable de que disfruta China con respecto a muchos países en lo tocante a su balanza comercial, tal relación se torna desfavorable con Argentina, Brasil, Chile y otros países de América Latina. En 2003, el volumen de importaciones  de China creció en un 40 %, a la par que aumentaba en un 79,1% el nivel de compras de América Latina, el más alto del mundo para China. Por muchos años, los países americanos han mantenido un balance favorable en el comercio con China. El año pasado los superávit respectivos de Brasil y Argentina sumaron 3.700 y 2.300 millones de dólares.

Los juguetes fabricados en China son muy bien acogidos por los mexicanos

Referente al campo de la inversión, se mantiene asimismo la compensación económica  recíproca entre ambas partes, según afirma Jiang Shixue, subdirector del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Académica de Ciencias Sociales de China, quien se ha dedicado desde hace mucho al estudio de la economía de América Latina. Hoy día, cuando las empresas chinas están entrando al mercado internacional, la industria fabril de China, dependiente de recursos naturales, se interesa cada vez más por los ricos recursos y precios baratos de las materias primas de América Latina, cuyos inversionistas, a su vez, se sienten  atraídos por la política preferencial que para la introducción de capitales extranjeros rige en China, cuya mano de obra es más barata.

Tras escuchar las disertaciones de embajadores de cinco países de América Latina acreditados en China, durante una conferencia denominada Reunión de Empresarios y Representantes de América Latina, el presidente de una empresa dedicada a la fabricación de tablas para suelo expresó su idea de montar una fábrica de elaboración de madera en América del Sur, teniendo en cuenta de que ese tipo de producto es ahora muy bien acogido en el interior de China, por lo que se avizora una oportunidad comercial sin límites.

Vagones ferroviarios  listos para exportar a América del Sur

Actualmente, la inversión china se concentra principalmente en las industrias de  recursos tales como el petróleo, las minas y la pesca. A este tenor dispone  de fábricas con capital de la Corporación (grupo) de Petróleo y Gas Natural de China, la de Transporte Marítimo de China, las de Siderúrgica de la Capital de China y de Siderúrgica de Baoshan de Shanghai. En China, cada uno de los países de América Latina tiene notables volúmenes de inversión: Brasil en el área de manufactura y bienes inmuebles; Cuba, en hoteles y turismo; Chile, en industria textil y Argentina en los campos fabril y de bienes raíces.

A partir de 2004, con el fin de dar a conocer sus respectivos países a las empresas chinas, varias misiones diplomáticas latinoamericanas acreditadas en China visitaron  Guangdong, Jiangsu y otras provincias. Así surgieron sucesivamente muchas asociaciones y diversas organizaciones populares dirigidas al servicio de comercio e inversión para Chile, Brasil y Argentina.

Un año antes, es decir en 2003,  los gobiernos de Guangdong y Jiangsu ya habían organizado decenas empresas para visitar América Latina. Durante sus viajes firmaron convenios comerciales y de inversión la Corporación Ltda. de Motocicletas de Jiangmen Jinhao, el Grupo Gelanz y la Corporación Ltda. de Pesca de Hualong.

América Latina es un mercado de 500 millones de habitantes. Por ello, no debemos despreciar la reciprocidad y compensación económica entre las partes. Aunque la popularización del uso de aparatos electrodomésticos se dio en América Latina mucho antes que en China, la calidad, variedad y modelos de los mismos resultan atrasados en aquélla. La actualización de estos productos inevitablemente desatará una ola de consumo, lo que dará por resultado una gradual estabilidad y el mejoramiento de la economía. Además, en el mercado de artículos mecánicos y eléctricos, la industria textil, los servicios de telecomunicaciones, financieros, ferroviarios y energéticos también existe un amplio espacio para el desarrollo.

Para América Latina, región que exporta gran cantidad de productos semielaborados, los 1.300 millones de habitantes de China ofrecen un enorme e importante mercado.

Dado su alto nivel potencial de desarrollo económico conjunto, la zona de libre comercio de América tiene un gran significado para el mercado económico de China. Por su parte,  el sano y estable desarrollo económico de China también juega un importante rol en el equilibrio de América Latina.

Desde hace algunos años, la empresa de Radio, Televisión y Cine de Shanghai, las empresas de Aparatos Electrodomésticos Gree, Chunlan y Huawei disponen de filiales en Argentina, México y otras partes, desde donde venden directamente sus productos a todo el mundo, con lo cual se han abierto una vía para su internacionalización. En 1993, gracias a las fábricas de montaje establecidas en Argentina y Brasil, la empresa de Radio, Televisión y Cine de Shanghai logró vender televisores a los mercados de Estados Unidos y Europa, aupadas por los reglamentos sobre el comercio libre para el mercado internacional y la forma de venta local. Actualmente, sus ventas ocupan el 80% de la venta total en el exterior, sólo en los mercados de Estados Unidos y Brasil.

La abrumadora mayoría de las mercancías de muchos países de América Latina que firmaron el acuerdo de libre comercio con Canadá, Estados Unidos y Europea, disfruta de tarifas preferenciales o no pagan aranceles aduaneros. México también ingresó en la zona de libre comercio de América del Norte. A ello se suma la existencia de la comunidad  Andina, y el Mercosur, que coadyuvarán a que las mercancías de China entren y salgan libremente del mercado de América Latina, si son producidas en uno de estos países.

La zona de libre comercio parcial actúa como antesala de la zona de libre comercio de América Latina. Según los convenios firmados previamente, la misma será establecida en 2005 e incluirá a toda la región (excepto Cuba) y deberá ser el mayor mercado del mundo.

Hace tres años, Wei Jie, economista de China escribió un texto en el cual propuso que el Gobierno chino prestara atención a la inversión directa en México. A su juicio, la inversión directa en México no sólo podría reducir el costo de los productos, facilitar la entrada a los mercados de Estados Unidos, Canadá y algunos otros países de América Latina, sino que también evitaría la excesiva competencia con iguales mercancías de México.

Actualmente, México ha firmado convenios de libre comercio con más de 32 países y regiones del mundo, de los cuales los más importantes son los mercados de América del Norte y la Comunidad Europea. Estos mercados cuentan con más de 800 millones de habitantes, además de ser países y regiones desarrollados, cuyos poderes adquisitivos son relativamente altos, de ahí su potencial.

Por todo lo antes señalado, las empresas chinas deben invertir y establecer fábricas en estos países. Por ejemplo, despachar mercancías por vía aérea de Colombia a Estados Unidos sólo requiere de tres horas, y de tres días por vía marítima. En cambio, desde China se requieren de 15 a 18 horas por vía aérea. Y ni hablar de la vía marítima. 

De reto a ambos ganados

De acuerdo con Song Xiaoping, director del Instituto de Estudios Latinoamericanos subordinado a la Academia de Ciencias Sociales de China, el desarrollo de la economía china constituye una especie de locomotora del desarrollo económico mundial, por lo que no resulta excepcional que los países latinoamericanos perciban a China como una fuerza motriz, tanto hoy en día como en el futuro.

Lin Yifu, director del Centro de Investigaciones Económicas de China de la Universidad de Beijing, afirma que dentro de varios decenios, el rápido desarrollo económico de China promoverá aún más la importación de productos agrícolas y minerales de los países latinoamericanos y proporcionará un mercado de amplia perspectiva para ellos.

Las cifras del Ministerio de Comercio de China muestran lo enérgico del desarrollo de las relaciones económicas y comerciales entre China y América Latina a partir de la implantación de la política de reforma y apertura y la aplicación de la estratégica de mercado multifacético. El volumen comercial bilateral se ha incrementado de 1.800 millones de dólares en 1990 a 26.800 millones de dólares en 2003. Es decir, un aumento de 6,23 veces durante 10 años.

Donde hay cooperación, existe competencia. El despegue de China implica sin dudas un desafío para América Latina,  pues resulta inevitable la competencia que plantea el mercado. Pero esta competencia tiene lugar bajo las normas de las organizaciones de comercio internacional y están adaptadas a las leyes económicas del mercado.

Además, como bien subraya Song Xiaoping, a la vez que protegen el desarrollo industrial de sus naciones, los gobiernos de los países latinoamericanos también esperan que tal competencia promueva la industria nacional a una nueva y superior categoría.

Con frecuencia surge la interrogante de por qué en el siglo XXI, la exportación de artículos textiles de América Latina hacia Estados Unidos dista de alcanzar los niveles de la misma de China, por lo que América Latina debe adoptar medidas proteccionistas. El Banco del Desarrollo de América analiza de manera detallada y específica este tema.

No es secreto que el factor principal que abarata los artículos textiles de China es la baja paga que recibe la mano de obra allí. Por ejemplo, una camisa confeccionada en China cuesta sólo 1,12 dólares, pero la más barata de los países latinoamericanos sobrepasa 1,5 dólares, precio que sube a dos dólares en México y hasta cinco en Estados Unidos. En cuanto al costo del flete y tiempo de transporte, los de América Latina no son mucho más ventajosos que los de China.

Geográficamente, China está más lejos del mercado de Estados Unidos que América Latina. Pero en realidad, América Latina ha perdido cada vez más su ventaja en cuanto al costo de transporte, si se trata de obviar el uso de contenedores durante su transportación. Los contenedores pueden significar un ahorro en los costos de gestión en el puerto. En 2001, el 95% de los productos chinos enviados a Estados Unidos por vía marítima fueron trasportados por contenedor. En cambio, el número de  contenedores que utiliza América Latina es muy reducido.

Aunque América Latina tiene ventajas competitivas en cuanto al tiempo de transporte, para los artículos textiles, que no son tan sensibles, esta ventaja no prevalece. Estados Unidos está cerca de América Latina, pero el porcentaje de la entrega a tiempo de las empresas latinoamericanas es sólo del 92%, mientras que la cifra de China sube al 96%.

Un profesor adjunto del Instituto de Administración de Empresas de América Central de Costa Rica opina que América Latina, que no ha aprovechado bien sus ventajas geográficas, debe prestar especial  atención a la confección de vestidos de moda, en lugar de producir vestidos comunes a granel en un intento por competir con China.

El reto económico de China con respecto a América Latina está mejor expresado en el campo tributario. Brasil es uno de los países de América del Sur que cobra mayores y más variados impuestos, hasta sumar 58 tipos. Pero hay algunas zonas de desarrollo que brindan políticas preferenciales para inversiones extranjeras, como en el caso de la zona comercial de Manaus. Allí, muchos productos importados quedan exentos de derechos aduaneros. En comparación con Brasil, los aranceles aduaneros de Chile, Bolivia y Argentina son relativamente bajos y simples.

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