Oportunidad
y reto para América Latina
Por
LUO
YUANJUN
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El volumen
de exportación de productos de China a México ocupa
el primer lugar en el total del país a América Latina.
En la foto: un cliente selecciona una bicicleta |
Restaurante
de Churrasquearía de Brasil en la Ciudadela de Alimentos
de Lujiazui en Shanghai |
A finales del año pasado, durante el simposio
internacional titulado “Despegue de China: Oportunidad y
Reto para América Latina y Asia”, auspiciado por la Fundación
de Estudios sobre el Desarrollo de China y otras instituciones,
los eruditos chinos y los provenientes de los países americanos
compartieron el mismo punto de vista: el desarrollo de China
significa una mayor oportunidad y a la vez un reto para
el de América Latina, pero nunca una amenaza.
Según un informe de la Comisión de la ONU
sobre la Economía de América Latina, China es el tercer
importador desde América Latina, y el cuarto gran exportador
del mundo, cuyo rápido crecimiento económico y mayor volumen
de importación de América Latina en los recientes años han
estimulado enérgicamente la recuperación de la economía
de esa región.
Compensación recíproca y cooperación económica
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Una tienda
en Ciudad de México, donde se venden exclusivamente
productos chinos |
En noviembre de 2004, durante la visita del
presidente de China Hu Jintao a América Latina, se firmaron
cerca de 40 convenios, incluida la promesa del Gobierno
chino de disminuir las normas de examen y cuarentena sobre
animales y plantas de Brasil y Argentina. Este hecho promoverá
seguramente la exportación a China de productos agrícolas
y ganaderos de esos países.
En cuanto a la importación y exportación,
China y América Latina mantienen una reciprocidad compensada.
La parte china necesita importar gran cantidad de mercancías
básicas desde América latina, tales como soja, petróleo
crudo, lana de oveja, productos acuáticos, arena de hierro
y de cobre, etc. Por su parte, esos países requieren de
China productos industriales, a saber, maquinarias, aparatos
electrodomésticos, artículos textiles, zapatos y juguetes.
A pesar de la posición favorable de que disfruta China
con respecto a muchos países en lo tocante a su balanza
comercial, tal relación se torna desfavorable con Argentina,
Brasil, Chile y otros países de América Latina. En 2003,
el volumen de importaciones de China creció en un 40 %,
a la par que aumentaba en un 79,1% el nivel de compras de
América Latina, el más alto del mundo para China. Por muchos
años, los países americanos han mantenido un balance favorable
en el comercio con China. El año pasado los superávit respectivos
de Brasil y Argentina sumaron 3.700 y 2.300 millones de
dólares.
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Los juguetes
fabricados en China son muy bien acogidos por los mexicanos |
Referente al campo de la inversión, se mantiene asimismo
la compensación económica recíproca entre ambas partes,
según afirma Jiang Shixue, subdirector del Instituto de
Estudios Latinoamericanos de la Académica de Ciencias Sociales
de China, quien se ha dedicado desde hace mucho al estudio
de la economía de América Latina. Hoy día, cuando las empresas
chinas están entrando al mercado internacional, la industria
fabril de China, dependiente de recursos naturales, se interesa
cada vez más por los ricos recursos y precios baratos de
las materias primas de América Latina, cuyos inversionistas,
a su vez, se sienten atraídos por la política preferencial
que para la introducción de capitales extranjeros rige en
China, cuya mano de obra es más barata.
Tras escuchar las disertaciones de embajadores
de cinco países de América Latina acreditados en China,
durante una conferencia denominada Reunión de Empresarios
y Representantes de América Latina, el presidente de una
empresa dedicada a la fabricación de tablas para suelo expresó
su idea de montar una fábrica de elaboración de madera en
América del Sur, teniendo en cuenta de que ese tipo de producto
es ahora muy bien acogido en el interior de China, por lo
que se avizora una oportunidad comercial sin límites.
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Vagones ferroviarios
listos para exportar a América del Sur |
Actualmente, la inversión china se concentra principalmente
en las industrias de recursos tales como el petróleo, las
minas y la pesca. A este tenor dispone de fábricas con
capital de la Corporación (grupo) de Petróleo y Gas Natural
de China, la de Transporte Marítimo de China, las de Siderúrgica
de la Capital de China y de Siderúrgica de Baoshan de Shanghai.
En China, cada uno de los países de América Latina tiene
notables volúmenes de inversión: Brasil en el área de manufactura
y bienes inmuebles; Cuba, en hoteles y turismo; Chile, en
industria textil y Argentina en los campos fabril y de bienes
raíces.
A partir de 2004, con el fin de dar a conocer sus respectivos
países a las empresas chinas, varias misiones diplomáticas
latinoamericanas acreditadas en China visitaron Guangdong,
Jiangsu y otras provincias. Así surgieron sucesivamente
muchas asociaciones y diversas organizaciones populares
dirigidas al servicio de comercio e inversión para Chile,
Brasil y Argentina.
Un año antes, es decir en 2003, los gobiernos de Guangdong
y Jiangsu ya habían organizado decenas empresas para visitar
América Latina. Durante sus viajes firmaron convenios comerciales
y de inversión la Corporación Ltda. de Motocicletas de Jiangmen
Jinhao, el Grupo Gelanz y la Corporación Ltda.
de Pesca de Hualong.
América Latina es un mercado de 500
millones de habitantes. Por ello, no debemos despreciar
la reciprocidad y compensación económica entre las partes.
Aunque la popularización del uso de aparatos electrodomésticos
se dio en América Latina mucho antes que en China, la calidad,
variedad y modelos de los mismos resultan atrasados en aquélla.
La actualización de estos productos inevitablemente desatará
una ola de consumo, lo que dará por resultado una gradual
estabilidad y el mejoramiento de la economía. Además, en
el mercado de artículos mecánicos y eléctricos, la industria
textil, los servicios de telecomunicaciones, financieros,
ferroviarios y energéticos también existe un amplio espacio
para el desarrollo.
Para América Latina, región que exporta
gran cantidad de productos semielaborados, los 1.300 millones
de habitantes de China ofrecen un enorme e importante mercado.
Dado su alto nivel potencial de desarrollo económico conjunto,
la zona de libre comercio de América tiene un gran significado
para el mercado económico de China. Por su parte, el sano
y estable desarrollo económico de China también juega un
importante rol en el equilibrio de América Latina.
Desde hace algunos años, la empresa
de Radio, Televisión y Cine de Shanghai, las empresas de
Aparatos Electrodomésticos Gree, Chunlan y Huawei disponen
de filiales en Argentina, México y otras partes, desde donde
venden directamente sus productos a todo el mundo, con lo
cual se han abierto una vía para su internacionalización.
En 1993, gracias a las fábricas de montaje establecidas
en Argentina y Brasil, la empresa de Radio, Televisión y
Cine de Shanghai logró vender televisores a los mercados
de Estados Unidos y Europa, aupadas por los reglamentos
sobre el comercio libre para el mercado internacional y
la forma de venta local. Actualmente, sus ventas ocupan
el 80% de la venta total en el exterior, sólo en los mercados
de Estados Unidos y Brasil.
La abrumadora mayoría de las mercancías de muchos países
de América Latina que firmaron el acuerdo de libre comercio
con Canadá, Estados Unidos y Europea, disfruta de tarifas
preferenciales o no pagan aranceles aduaneros. México también
ingresó en la zona de libre comercio de América del Norte.
A ello se suma la existencia de la comunidad Andina, y
el Mercosur, que coadyuvarán a que las mercancías de China
entren y salgan libremente del mercado de América Latina,
si son producidas en uno de estos países.
La zona de libre comercio parcial actúa
como antesala de la zona de libre comercio de América Latina.
Según los convenios firmados previamente, la misma será
establecida en 2005 e incluirá a toda la región (excepto
Cuba) y deberá ser el mayor mercado del mundo.
Hace tres años, Wei Jie, economista
de China escribió un texto en el cual propuso que el Gobierno
chino prestara atención a la inversión directa en México.
A su juicio, la inversión directa en México no sólo podría
reducir el costo de los productos, facilitar la entrada
a los mercados de Estados Unidos, Canadá y algunos otros
países de América Latina, sino que también evitaría la excesiva
competencia con iguales mercancías de México.
Actualmente, México ha firmado convenios
de libre comercio con más de 32 países y regiones del mundo,
de los cuales los más importantes son los mercados de América
del Norte y la Comunidad Europea. Estos mercados cuentan
con más de 800 millones de habitantes, además de ser países
y regiones desarrollados, cuyos poderes adquisitivos son
relativamente altos, de ahí su potencial.
Por todo lo antes señalado, las empresas chinas deben invertir
y establecer fábricas en estos países. Por ejemplo, despachar
mercancías por vía aérea de Colombia a Estados Unidos sólo
requiere de tres horas, y de tres días por vía marítima.
En cambio, desde China se requieren de 15 a 18 horas por
vía aérea. Y ni hablar de la vía marítima.
De reto a ambos ganados
De acuerdo con Song Xiaoping, director
del Instituto de Estudios Latinoamericanos subordinado a
la Academia de Ciencias Sociales de China, el desarrollo
de la economía china constituye una especie de locomotora
del desarrollo económico mundial, por lo que no resulta
excepcional que los países latinoamericanos perciban a China
como una fuerza motriz, tanto hoy en día como en el futuro.
Lin Yifu, director del Centro de Investigaciones
Económicas de China de la Universidad de Beijing, afirma
que dentro de varios decenios, el rápido desarrollo económico
de China promoverá aún más la importación de productos agrícolas
y minerales de los países latinoamericanos y proporcionará
un mercado de amplia perspectiva para ellos.
Las cifras del Ministerio de Comercio
de China muestran lo enérgico del desarrollo de las relaciones
económicas y comerciales entre China y América Latina a
partir de la implantación de la política de reforma y apertura
y la aplicación de la estratégica de mercado multifacético.
El volumen comercial bilateral se ha incrementado de 1.800
millones de dólares en 1990 a 26.800 millones de dólares
en 2003. Es decir, un aumento de 6,23 veces durante 10 años.
Donde hay cooperación, existe competencia. El despegue
de China implica sin dudas un desafío para América Latina,
pues resulta inevitable la competencia que plantea el mercado.
Pero esta competencia tiene lugar bajo las normas de las
organizaciones de comercio internacional y están adaptadas
a las leyes económicas del mercado.
Además, como bien subraya Song Xiaoping,
a la vez que protegen el desarrollo industrial de sus naciones,
los gobiernos de los países latinoamericanos también esperan
que tal competencia promueva la industria nacional a una
nueva y superior categoría.
Con frecuencia surge la interrogante
de por qué en el siglo XXI, la exportación de artículos
textiles de América Latina hacia Estados Unidos dista de
alcanzar los niveles de la misma de China, por lo que América
Latina debe adoptar medidas proteccionistas. El Banco del
Desarrollo de América analiza de manera detallada y específica
este tema.
No es secreto que el factor principal
que abarata los artículos textiles de China es la baja paga
que recibe la mano de obra allí. Por ejemplo, una camisa
confeccionada en China cuesta sólo 1,12 dólares, pero la
más barata de los países latinoamericanos sobrepasa 1,5
dólares, precio que sube a dos dólares en México y hasta
cinco en Estados Unidos. En cuanto al costo del flete y
tiempo de transporte, los de América Latina no son mucho
más ventajosos que los de China.
Geográficamente, China está más lejos del mercado de Estados
Unidos que América Latina. Pero en realidad, América Latina
ha perdido cada vez más su ventaja en cuanto al costo de
transporte, si se trata de obviar el uso de contenedores
durante su transportación. Los contenedores pueden significar
un ahorro en los costos de gestión en el puerto. En 2001,
el 95% de los productos chinos enviados a Estados Unidos
por vía marítima fueron trasportados por contenedor. En
cambio, el número de contenedores que utiliza América Latina
es muy reducido.
Aunque América Latina tiene ventajas
competitivas en cuanto al tiempo de transporte, para los
artículos textiles, que no son tan sensibles, esta ventaja
no prevalece. Estados Unidos está cerca de América Latina,
pero el porcentaje de la entrega a tiempo de las empresas
latinoamericanas es sólo del 92%, mientras que la cifra
de China sube al 96%.
Un profesor adjunto del Instituto de Administración de
Empresas de América Central de Costa Rica opina que América
Latina, que no ha aprovechado bien sus ventajas geográficas,
debe prestar especial atención a la confección de vestidos
de moda, en lugar de producir vestidos comunes a granel
en un intento por competir con China.
El reto económico de China con respecto
a América Latina está mejor expresado en el campo tributario.
Brasil es uno de los países de América del Sur que cobra
mayores y más variados impuestos, hasta sumar 58 tipos.
Pero hay algunas zonas de desarrollo que brindan políticas
preferenciales para inversiones extranjeras, como en el
caso de la zona comercial de Manaus. Allí, muchos productos
importados quedan exentos de derechos aduaneros. En comparación
con Brasil, los aranceles aduaneros de Chile, Bolivia y
Argentina son relativamente bajos y simples.
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