MARZO
2005


El talento arquitectónico internacional

embellece y moderniza a Beijing

Por nuestra reportera ZHANG HONG

China atrae cada día a célebres diseñadores mundiales

Hace más de 50 años, Beijing era la única urbe del mundo que conservaba intacto su casco antiguo. En toda la ciudad había cuatro círculos constructivos: el Palacio Imperial, en el centro de la ciudad, la ciudad imperial, el casco interior y el exterior. Los edificios de la zona vieja incluían la corte, templos, viviendas etc., cuyo diseño representaba los presupuestos de la antigua filosofía china. Liang Sicheng, maestro arquitecto chino, elogió la ciudad al denominarla “obra genial e incomparable de la urbanización”.

Desde aquel entonces hasta hoy, cambios dramáticos han variado la faz arquitectónica de Beijing. Al concluir la década de los 90 del siglo XX, la ciudad se veía pespunteada de enormes edificios donde peculiaridades chinas y occidentales se daban la mano. Sirvan de ejemplos en ese sentido el Gran Teatro del Estado, diseñado por el arquitecto francés Paul Andreu hace cuatro años, el “Nido” diseñado por Herzog & De Meuron y el nuevo edificio de CCTV (Televisión  Central de China) del holandés Rem Koolhaas. A pesar de que algunos no pasan del esquema inicial en sus labores aquí, los diseñadores internacionales de primera categoría reciben una buena acogida en Beijing. La mayoría de las obras para los Juegos Olímpicos de 2008 han sido confiadas a arquitectos foráneos.

El nuevo edificio de CCTV, diseñado por Rem Roolhaas

Por su encanto como ciudad histórica y cultural, así como en atención a su acelerado desarrollo, Beijing sigue atrayendo una multiplicidad de célebres diseñadores internacionales. Todo apunta a que Beijing mantendrá su actual ritmo de transformación en una metrópoli arquitectónica de primer orden.

Pero no todo es color de rosa. La falta de conocimiento sobre la cultura y costumbres chinas se erige de vez en cuando en valladar que obstaculiza la concreción de ideas, mientras por otro lado crecen las dudas del público local en relación con el proceso de licitación internacional que China debe acometer para echar a andar su plan de urbanización.

Edificios occidentales y los siheyuan (conjunto de habitaciones en torno a un patio cuadrado)

El Nido, obra de un diseñador suizo

Según un artículo aparecido en la revista británica World Architecture, que recoge la relación de bufetes de clase mundial en 2002, 15 de los bufetes alistados entre los primeros veinte en términos generales, y siete de los primeros diez en términos de planificación general individual, han participado de algún modo en el planeamiento y diseño de las ciudades chinas. Aparte de los llamativos edificios de CCTV, el Centro Deportivo Olímpico (el Nido) y el Centro Estatal de Natación, se ven los diseñadores extranjeros en todas las ciudades chinas, incluso en la pequeña Jinhua, en la provincia de Zhejiang.

En años recientes, los expertos internacionales han aplicado  cambios al concepto tradicional del siheyuan, considerado símbolo de la ciudad, y han superado el patio convencional para adaptarlo a una estructura completa.

El arquitecto francés Paul Andreu

Como elemento básico del casco antiguo de Beijing, los siheyuans merecen el mismo “trato” que las reliquias antiguas. Sin embargo, la superficie total de todos los siheyuan de Beijing ha disminuido de 17 millones de metros cuadrados en 1949 a tres millones hoy día. Los habitantes de los siheyuans suelen quejarse de las incomodidades que la vida cotidiana les depara entre sus confines. Hay incluso una metáfora que compara al estilo occidental con un libro de “historietas” que se puede hojear, mientras el estilo chino equivale a una página única.

Los prooccidentales sostienen que los edificios occidentales ponen el énfasis absoluto en la combinación de la estructura interior. Pero en las edificaciones de la antigua china no se concebían cambios ulteriores para una estructura interior y función única. En la medida en que se hizo más común la aplicación de la tecnología en los modelos arquitectónicos, ha sido posible modificar y recombinar la estructura interior de algunos edificios de estilo occidental.

Arquitectos chinos vs. diseños extranjeros

El Gran Teatro del Estado en medio de la nieve

Una de las quejas que con mayor frecuencia se escucha en relación con el trabajo de los especialistas extranjeros en China, es que algunos ignoran las particularidades vernáculas, y, dado lo diverso de su procedencia y formación profesional, con frecuencia se dificulta establecer patrones estables y conseguir que sus obras no sólo sean bellas en la apariencia, sino que detrás del disfrute estético haya alguna sustancia.

Los riesgos de seguridad que con frecuencia quedan ocultos, más los fabulosos costos de los proyectos, constituyen el principal Talón de Aquiles de los “diseños foráneos”, en opinión de expertos chinos. Andreu, diseñador del Gran Teatro del Estado, fue criticado por “resultar en demasía la forma, mientras descuidaba la seguridad”; también el Nido, obra del suizo, ha requerido de una reevaluación en el aspecto de la seguridad. En cuanto a CCTV, circulaba el rumor de que debido al considerable coste de su elaboración, la obra de Koolhaas había quedado engavetada.

Wang Bing, diseñador del Instituto de Investigación de Diseño Arquitectónico de Beijing, señaló que el proyecto CCTV no pasa de representar una estructura aplastante para el público. Y súmese a ello lo costoso del mismo: su puerta curva está atada por un enorme cable de acero. Koolhaas nunca ha emprendido una obra tan descomunal en su propio país, pero considera que los chinos deben pagar miles de millones de yuanes para que su ensayo sea una realidad.

Wang manifestó asimismo que en Europa se controla estrictamente el plan de construcción y la protección de la ciudad, es decir, el gobierno local toma una actitud prudente al respecto. Sin embargo, China depara a los arquitectos extranjeros oportunidades que no encuentran en su propio país.

El profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Qinghua, Peng Peigen expresa sus dudas respecto al Gran Teatro: “El panorama urbano simboliza el alma de una nacionalidad. Con cada día que pasa queda menos del estilo y formas originales de Beijing. Un edificio de estilo occidental en el centro de la ciudad no hará más que empeorar las cosas”. En los últimos años Beijing se ha esforzado por recuperar la construcción y reliquias culturales e históricas. Queda la esperanza de que gradualmente regresen los aires arquitectónicos de antaño.

Según Peng Peigen, por el momento, el producto interno bruto (PIB)   de China ocupa un 8 por ciento del total mundial y equivale a una cuarta parte del de EE.UU. Si construimos un teatro cuatro veces más caro que el Lincoln Center, nuestro pueblo deberá soportar 16 veces más gastos que los estadounidenses. En resumen, los diseños foráneos prestan mayor atención a la renovación, mientras los arquitectos nacionales ponen el énfasis en la cultura china como un todo.

El arquitecto chino Wu Chen fue el primero en considerar a “Beijing como campo de ensayo de los diseñadores extranjeros”. Tal sensación le atrapó contemplando el Gran Teatro. “El perfil parecido a un huevo es incompatible con las características locales.” Y añade: “Por otro lado, para realizar esta obra el arquitecto ha hecho concesiones respecto a la funcionabilidad del edificio”.

Midiendo al arquitecto extranjero con la vara china

El derrumbe parcial de una de las secciones del Aeropuerto Charles De Gaulle de Francia, ocurrido en mayo de 2004 (obra del mismo diseñador del Gran Teatro) provocó consternación entre el público chino respecto de la seguridad del Gran Teatro, dando pábulo a una nueva polémica sobre el tema. Zhou Ganzhi, académico de la Academia de Ciencias de China y la Academia de Ingeniería de China, señaló: “En el mundo no existe otro país como el nuestro a la hora de aplicar una política tan abierta en el concepto del diseño constructivo”. Lo que algunos denominan “Paninternacionalización” ha dejado al panorama urbano chino huérfano de referencias propias.

En la China actual, la función social de la arquitectura ha rebasado sus aspiraciones artísticas. Algunos expertos creen que resulta exagerado afirmar que “Beijing ha devenido campo de ensayo para los arquitectos extranjeros,” pues lo que realmente ocurre, dicen, es que la ciudad antigua está perdiendo su estilo. Por otro lado, la aparición frecuente de edificios de corte occidental se erige en amenaza a los antiguos.

La comercialización de los espacios capitalinos, en detrimento de la cultura urbana antigua, es otra fuente de preocupación para los expertos chinos. Algunos lamentan que el complejo Oriental Plaza, situado al lado de la Plaza Tian’anmen, no aporta nada al entorno cultural. Si no fuera por la presencia de la Plaza Tian’anmen, nadie se percataría de que Beijing es una metrópoli antigua.

Otros viven remordidos por el recuerdo de que antes de la década de los 90, Beijing solía servir de polígono experimental para los arquitectos nacionales. Pero esta presencia apenas dejó alguna huella de trascendencia en la arquitectura china.

Si bien invitar a los diseñadores extranjeros coadyuva a captar  experiencias modernas extranjeras y a acelerar el desarrollo urbano, los expertos opinan que la “internacionalización” de la planificación urbana debe regirse por un criterio. Tanto los diseñadores extranjeros como los chinos tienen que partir de buscar el alma de las urbes chinas.

Enlace 1

Proyectos de diseño conjunto en la Avenida Chang’an de Beijing en los últimos diez años 

Nombre

Año de diseño

Entidad de diseño

Arquitecto

Banco Comercial e  Industrial de China

1994

SOM y el Instituto de Investigación de Diseño Arquitectónico de Beijing

Li Chaohui y Zhang Xiuguo

Oficina Central

del Banco de China          

1996

Bufete de Leoh Ming y el Instituto de Diseño de la Academia de Ciencias Arquitectónicas de China

 Leoh Ming y otros

Plaza Oceánica

1996

APEC/NBBJ de EE.UU. e Instituto                       de     Diseño Internacional                       Zhongyuan 

Song Zonglie, etc.

Plaza Época de la Capital

1993

Wang Ouyang (Compañía Ltda. de Hong Kong)

Li Chunyuan

Gran Teatro

 del Estado                   (en construcción)

1999

ADP de Francia y el Instituto de Investigación de Diseño Arquitectónico de Beijing

Andreu, etc

Plaza Oriental

1997

Palmer & Turner Group y el                                         Instituto de Investigación de Diseño Arquitectónico de Beijing

 

El Centro  Hardersen de Beijing        

1992

Bufete Guanshanming de Hong Kong

y el Instituto de Investigación de Diseño Arquitectónico de Beijing          

 Liu Li, etc.

Enlace 2

Proyectos diseñados por extranjeros

“El Nido”

Es el estadio principal de los Juegos Olímpicos de 2008, diseñado por Herzog & De Meuron. La obra empezó a construirse en 2003, con una inversión global de más de 3.000 millones de yuanes.

El plan del “Nido” ha logrado la confirmación de los expertos del sector. Según el Comité de Evaluación, este proyecto tiene un sentido creativo en la historia de arquitectura mundial. La capa exterior de red de acero con color gris está cubierta por una película transparente. Dentro del estadio se halla una tribuna roja con la forma de tazón. Se considera que la tribuna contiene una belleza interior de carácter oriental. Las piezas de la estructura se apoyan mutuamente como un nido tejido por las ramas de árboles. Los 20.000 asientos móviles se extienden hasta la cumbre del estadio. Después de los Juegos Olímpicos de 2008, los asientos se quitarán y se plantarán árboles, para dar lugar a lo que se espera sea un “jardín celeste”.

El Gran Teatro del Estado

Pintado de gris plateado, el Teatro está rodeado por agua límpida. Su recubrimiento exterior es de lámina de titanio y vidrio. El Gran Teatro del Estado se sitúa al lado de la Plaza Tian’anmen. Es una obra del francés Paul Andreu, cuya superficie de construcción es de 149.500 m2, con una inversión global de más de 2.688 millones de yuanes. Dentro hay teatro, sala de música, sala de ópera e instalaciones como sala de exposición artística, y una tienda de audiovisuales. La obra empezó en 2001 y concluirá en el año corriente.

Andreu sentó cátedra en su país, como diseñador del aeropuerto de Francia, Charles De Gaulle, el Aeropuerto de Pudong en Shanghai y la parada final francesa del Túnel Transoceánico que une a Inglaterra y Francia.

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