El
talento arquitectónico internacional
embellece
y moderniza a Beijing
Por
nuestra reportera ZHANG HONG
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China
atrae cada día a célebres diseñadores mundiales |
Hace más de 50 años, Beijing era la única
urbe del mundo que conservaba intacto su casco antiguo.
En toda la ciudad había cuatro círculos constructivos: el
Palacio Imperial, en el centro de la ciudad, la ciudad imperial,
el casco interior y el exterior. Los edificios de la zona
vieja incluían la corte, templos, viviendas etc., cuyo diseño
representaba los presupuestos de la antigua filosofía china.
Liang Sicheng, maestro arquitecto chino, elogió la ciudad
al denominarla “obra genial e incomparable de la urbanización”.
Desde aquel entonces hasta hoy, cambios dramáticos han
variado la faz arquitectónica de Beijing. Al concluir la
década de los 90 del siglo XX, la ciudad se veía pespunteada
de enormes edificios donde peculiaridades chinas y occidentales
se daban la mano. Sirvan de ejemplos en ese sentido el Gran
Teatro del Estado, diseñado por el arquitecto francés Paul
Andreu hace cuatro años, el “Nido” diseñado por Herzog &
De Meuron y el nuevo edificio de CCTV (Televisión Central
de China) del holandés Rem Koolhaas. A pesar de que algunos
no pasan del esquema inicial en sus labores aquí, los diseñadores
internacionales de primera categoría reciben una buena acogida
en Beijing. La mayoría de las obras para los Juegos Olímpicos
de 2008 han sido confiadas a arquitectos foráneos.
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El
nuevo edificio de CCTV, diseñado por Rem Roolhaas |
Por su encanto como ciudad histórica y
cultural, así como en atención a su acelerado desarrollo,
Beijing sigue atrayendo una multiplicidad de célebres diseñadores
internacionales. Todo apunta a que Beijing mantendrá su
actual ritmo de transformación en una metrópoli arquitectónica
de primer orden.
Pero no todo es color de rosa. La falta
de conocimiento sobre la cultura y costumbres chinas se
erige de vez en cuando en valladar que obstaculiza la concreción
de ideas, mientras por otro lado crecen las dudas del público
local en relación con el proceso de licitación internacional
que China debe acometer para echar a andar su plan de urbanización.
Edificios occidentales y los siheyuan
(conjunto de habitaciones en torno a un patio cuadrado)
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El
Nido, obra de un diseñador suizo |
Según un artículo aparecido en la revista
británica World Architecture, que recoge la
relación de bufetes de clase mundial en 2002, 15 de los
bufetes alistados entre los primeros veinte en términos
generales, y siete de los primeros diez en términos de planificación
general individual, han participado de algún modo en el
planeamiento y diseño de las ciudades chinas. Aparte de
los llamativos edificios de CCTV, el Centro Deportivo Olímpico
(el Nido) y el Centro Estatal de Natación, se ven los diseñadores
extranjeros en todas las ciudades chinas, incluso en la
pequeña Jinhua, en la provincia de Zhejiang.
En años recientes, los expertos internacionales han aplicado
cambios al concepto tradicional del siheyuan, considerado
símbolo de la ciudad, y han superado el patio convencional
para adaptarlo a una estructura completa.
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El
arquitecto francés Paul Andreu |
Como elemento básico del casco antiguo
de Beijing, los siheyuans merecen el mismo “trato”
que las reliquias antiguas. Sin embargo, la superficie total
de todos los siheyuan de Beijing ha disminuido de
17 millones de metros cuadrados en 1949 a tres millones
hoy día. Los habitantes de los siheyuans suelen quejarse
de las incomodidades que la vida cotidiana les depara entre
sus confines. Hay incluso una metáfora que compara al estilo
occidental con un libro de “historietas” que se puede hojear,
mientras el estilo chino equivale a una página única.
Los prooccidentales sostienen que los
edificios occidentales ponen el énfasis absoluto en la combinación
de la estructura interior. Pero en las edificaciones de
la antigua china no se concebían cambios ulteriores para
una estructura interior y función única. En la medida en
que se hizo más común la aplicación de la tecnología en
los modelos arquitectónicos, ha sido posible modificar y
recombinar la estructura interior de algunos edificios de
estilo occidental.
Arquitectos chinos vs. diseños
extranjeros
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El
Gran Teatro del Estado en medio de la nieve |
Una de las quejas que con mayor frecuencia
se escucha en relación con el trabajo de los especialistas
extranjeros en China, es que algunos ignoran las particularidades
vernáculas, y, dado lo diverso de su procedencia y formación
profesional, con frecuencia se dificulta establecer patrones
estables y conseguir que sus obras no sólo sean bellas en
la apariencia, sino que detrás del disfrute estético haya
alguna sustancia.
Los riesgos de seguridad que con frecuencia
quedan ocultos, más los fabulosos costos de los proyectos,
constituyen el principal Talón de Aquiles de los “diseños
foráneos”, en opinión de expertos chinos. Andreu, diseñador
del Gran Teatro del Estado, fue criticado por “resultar
en demasía la forma, mientras descuidaba la seguridad”;
también el Nido, obra del suizo, ha requerido de una reevaluación
en el aspecto de la seguridad. En cuanto a CCTV, circulaba
el rumor de que debido al considerable coste de su elaboración,
la obra de Koolhaas había quedado engavetada.
Wang Bing, diseñador del Instituto de
Investigación de Diseño Arquitectónico de Beijing, señaló
que el proyecto CCTV no pasa de representar una estructura
aplastante para el público. Y súmese a ello lo costoso del
mismo: su puerta curva está atada por un enorme cable de
acero. Koolhaas nunca ha emprendido una obra tan descomunal
en su propio país, pero considera que los chinos deben pagar
miles de millones de yuanes para que su ensayo sea una realidad.
Wang manifestó asimismo que en Europa
se controla estrictamente el plan de construcción y la protección
de la ciudad, es decir, el gobierno local toma una actitud
prudente al respecto. Sin embargo, China depara a los arquitectos
extranjeros oportunidades que no encuentran en su propio
país.
El profesor de la Facultad de Arquitectura
de la Universidad Qinghua, Peng Peigen expresa sus dudas
respecto al Gran Teatro: “El panorama urbano simboliza el
alma de una nacionalidad. Con cada día que pasa queda menos
del estilo y formas originales de Beijing. Un edificio de
estilo occidental en el centro de la ciudad no hará más
que empeorar las cosas”. En los últimos años Beijing se
ha esforzado por recuperar la construcción y reliquias culturales
e históricas. Queda la esperanza de que gradualmente regresen
los aires arquitectónicos de antaño.
Según Peng Peigen, por el momento, el producto interno
bruto (PIB) de China ocupa un 8 por ciento del total mundial
y equivale a una cuarta parte del de EE.UU. Si construimos
un teatro cuatro veces más caro que el Lincoln Center, nuestro
pueblo deberá soportar 16 veces más gastos que los estadounidenses.
En resumen, los diseños foráneos prestan mayor atención
a la renovación, mientras los arquitectos nacionales ponen
el énfasis en la cultura china como un todo.
El arquitecto chino Wu Chen fue el primero
en considerar a “Beijing como campo de ensayo de los diseñadores
extranjeros”. Tal sensación le atrapó contemplando el Gran
Teatro. “El perfil parecido a un huevo es incompatible con
las características locales.” Y añade: “Por otro lado, para
realizar esta obra el arquitecto ha hecho concesiones respecto
a la funcionabilidad del edificio”.
Midiendo al arquitecto extranjero con la vara china
El derrumbe parcial de una de las secciones
del Aeropuerto Charles De Gaulle de Francia, ocurrido en
mayo de 2004 (obra del mismo diseñador del Gran Teatro)
provocó consternación entre el público chino respecto de
la seguridad del Gran Teatro, dando pábulo a una nueva polémica
sobre el tema. Zhou Ganzhi, académico de la Academia de
Ciencias de China y la Academia de Ingeniería de China,
señaló: “En el mundo no existe otro país como el nuestro
a la hora de aplicar una política tan abierta en el concepto
del diseño constructivo”. Lo que algunos denominan “Paninternacionalización”
ha dejado al panorama urbano chino huérfano de referencias
propias.
En la China actual, la función social
de la arquitectura ha rebasado sus aspiraciones artísticas.
Algunos expertos creen que resulta exagerado afirmar que
“Beijing ha devenido campo de ensayo para los arquitectos
extranjeros,” pues lo que realmente ocurre, dicen, es que
la ciudad antigua está perdiendo su estilo. Por otro lado,
la aparición frecuente de edificios de corte occidental
se erige en amenaza a los antiguos.
La comercialización de los espacios capitalinos,
en detrimento de la cultura urbana antigua, es otra fuente
de preocupación para los expertos chinos. Algunos lamentan
que el complejo Oriental Plaza, situado al lado de la Plaza
Tian’anmen, no aporta nada al entorno cultural. Si no fuera
por la presencia de la Plaza Tian’anmen, nadie se percataría
de que Beijing es una metrópoli antigua.
Otros viven remordidos por el recuerdo
de que antes de la década de los 90, Beijing solía servir
de polígono experimental para los arquitectos nacionales.
Pero esta presencia apenas dejó alguna huella de trascendencia
en la arquitectura china.
Si bien invitar a los diseñadores extranjeros coadyuva
a captar experiencias modernas extranjeras y a acelerar
el desarrollo urbano, los expertos opinan que la “internacionalización”
de la planificación urbana debe regirse por un criterio.
Tanto los diseñadores extranjeros como los chinos tienen
que partir de buscar el alma de las urbes chinas.
Enlace
1
Proyectos de diseño conjunto en la Avenida Chang’an de
Beijing en los últimos diez años
Nombre
|
Año
de diseño
|
Entidad
de diseño
|
Arquitecto
|
Banco Comercial e Industrial de China
|
1994
|
SOM y el Instituto de Investigación
de Diseño Arquitectónico de Beijing
|
Li Chaohui y Zhang Xiuguo
|
Oficina Central
del Banco de China
|
1996
|
Bufete de Leoh Ming y
el Instituto de Diseño de la Academia de Ciencias
Arquitectónicas de China
|
Leoh Ming y otros
|
Plaza Oceánica
|
1996
|
APEC/NBBJ de EE.UU. e
Instituto
de Diseño Internacional
Zhongyuan
|
Song Zonglie, etc.
|
Plaza Época de la Capital
|
1993
|
Wang Ouyang (Compañía
Ltda. de Hong Kong)
|
Li Chunyuan
|
Gran Teatro
del Estado
(en construcción)
|
1999
|
ADP de Francia y el Instituto
de Investigación de Diseño Arquitectónico de Beijing
|
Andreu, etc
|
Plaza Oriental
|
1997
|
Palmer & Turner Group y el
Instituto de Investigación de Diseño Arquitectónico
de Beijing
|
|
El Centro Hardersen de Beijing
|
1992
|
Bufete Guanshanming de
Hong Kong
y el Instituto de Investigación de Diseño Arquitectónico
de Beijing
|
Liu Li, etc.
|
Enlace
2
Proyectos
diseñados por extranjeros
“El Nido”
Es el estadio principal de los Juegos
Olímpicos de 2008, diseñado por Herzog & De Meuron.
La obra empezó a construirse en 2003, con una inversión
global de más de 3.000 millones de yuanes.
El plan del “Nido” ha logrado la confirmación
de los expertos del sector. Según el Comité de Evaluación,
este proyecto tiene un sentido creativo en la historia de
arquitectura mundial. La capa exterior de red de acero con
color gris está cubierta por una película transparente.
Dentro del estadio se halla una tribuna roja con la forma
de tazón. Se considera que la tribuna contiene una belleza
interior de carácter oriental. Las piezas de la estructura
se apoyan mutuamente como un nido tejido por las ramas de
árboles. Los 20.000 asientos móviles se extienden hasta
la cumbre del estadio. Después de los Juegos Olímpicos de
2008, los asientos se quitarán y se plantarán árboles, para
dar lugar a lo que se espera sea un “jardín celeste”.
El Gran Teatro del Estado
Pintado de gris plateado, el Teatro está
rodeado por agua límpida. Su recubrimiento exterior es de
lámina de titanio y vidrio. El Gran Teatro del Estado se
sitúa al lado de la Plaza Tian’anmen. Es una obra del francés
Paul Andreu, cuya superficie de construcción es de 149.500
m2, con una inversión global de más de 2.688
millones de yuanes. Dentro hay teatro, sala de música, sala
de ópera e instalaciones como sala de exposición artística,
y una tienda de audiovisuales. La obra empezó en 2001 y
concluirá en el año corriente.
Andreu sentó cátedra en su país, como
diseñador del aeropuerto de Francia, Charles De Gaulle,
el Aeropuerto de Pudong en Shanghai y la parada final francesa
del Túnel Transoceánico que une a Inglaterra y Francia.
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