Puros
en China
Por
nuestro reportero HUA SHAJUN
 |
Robaina, cultivador
de tabaco (veguero) de Cuba, observa una escultura que
reproduce su figura, la cual ha sido realizada con hojas
de tabaco. |
El húmedo clima del caribe y Centro América,
así como su frondosa vegetación, crean las condiciones ambientales
para producir varias supermarcas
mundiales de cigarros. Desde hace más de 500 años, en atención
a lo complicado de su manufactura y estricto ritual de uso,
el puro ha quedado como artículo de lujo, que ha devenido
sinónimo de poder e identidad. En China, país cada día más
abierto al exterior, el cigarro comienza a atraer la atención
de cada vez más ciudadanos.
Los magnates del puro penetran en China
Hoy día, aunque la mayor parte de los puros se consumen
en países de Europa y las Américas, la parte continental de China es percibida
como el mayor mercado futuro por parte de las compañías
tabacaleras transnacionales. Se trata de un mercado de 350
millones de fumadores, mucho más que la población total
de EE.UU.
 |
Una torcedora cubana
demuestra la técnica de enrollado de la hoja de tabaco
en el mercado. |
Eric Piras, vicepresidente del departamento
de desarrollo comercial de la quinta compañía de tabacos
del mundo, Altadis, confía en que
los fumadores chinos llegarán a gustar de los puros. En los últimos
años Piras ha introducido en Asia el cigarro Don Diego,
de la República Dominicana, y la Flor de Honduras. A su
entender, el acelerado desarrollo económico de la región ha dado origen a una nueva
clase de millonarios. Así las cosas, China será el próximo
país consumidor de puros.
Piras tiene por objetivo asimismo importar
cigarros desde Cuba, la República Dominicana y Honduras.
El problema consiste en que el cigarro resulta un tanto
fuerte para los fumadores chinos, acostumbrados por años
al cigarrillo.
Para Altidas uno de los medios de llegar
al mercado chino es promover puro con aroma artificial de
precio económico. Aunque el sabor de éste no es el mismo
que el del puro manufacturado a mano, es probable que tenga
una buena acogida entre fumadores de los países y regiones
asiáticos.
Este puro, que entre otros olores, destila
el de la vainilla y el coñac, ha tenido muy buenas ventas
en los dos años pasados. En Taiwan
la venta aumenta a razón de dos dígitos, mientras que los
miembros de clubes honkoneses, con edades que oscilan entre
20 y 30 años, empiezan a aficionarse a la magia del puro.
 |
Un empresario cubano
hace una demostración de la elaboración manual de puros
en la VIII Feria de Inversión y Comercio de China |
Un 96 por ciento de los puros que hoy se comercializan
en el mundo son fabricados por máquinas, mientras que sólo
un 4 por ciento son hechos a mano. Estos últimos son considerados
de alta categoría. Sus ventas actuales frisan los
400 millones de unidades al año. Es precisamente
el cigarro arrollado a mano el que Piras quiere vender en
el mercado chino, no sólo por su símbolo como artículo de
lujo sino por sus fabulosos beneficios. Con tal fin, abrió
salones de puro de alta categoría en los hoteles Corad y Sheraton
de Hong Kong, donde se proporcionan muestras con el fin
de desarrollar la cultura del tabaco y ampliar los negocios.
“Al igual que suceden con las comidas y bebidas, una vez
que la gente lo pruebe se sentirá atraída”, dijo Piras.
La compañía Habanos ha conseguido la autorización
del gobierno cubano para desarrollar negocios con todas
las marcas cubanas de habanos. El vicepresidente de la firma,
García, manifestó que ellos se han percatado del gran potencial
de mercado chino. “El acelerado desarrollo económico de
China atrae cada día a más extranjeros. Entre ellos figuran
inversionistas con un fuerte poder adquisitivo, y empresarios
que quieren explotar el mercado chino. Los exportadores
cubanos de habanos pertenecen a los últimos”. Y agrega:
“Históricamente China ha tenido una población numerosa.
Los fumadores se encuentran por todas partes. Nuestra compañía
ha fijado sus esperanzas en la recién surgida clase millonaria
de China y queremos empezar por ellos”.
En noviembre de 2004 Habanos abrió su
primera sucursal en Beijing. Cohibas, rey del habano, se vende a 25 dólares por unidad, precio equivalente
a una cuarta parte del salario promedio mensual del obrero
chino.
“A la clase nueva millonaria china le
gusta ostentar su fortuna. Sabemos que es imposible vender
1.300 millones de cigarros
por año en China, pero tenemos confianza en la gran potencialidad
de este mercado. Si los puros, con sus altos precios, no
consiguen acaparar la atención de los chinos, al menos,
podremos contar con los consumidores extranjeros ricos que
trabajan en China”, señala García.
Davidoff, otra marca famosa de habanos
tampoco quiere quedarse atrás. En junio de 2004, aspirando
a la perfección, Davidoff abrió su primera tienda en el
Hotel Gran Hyatt de Beijing, la tienda número 48 de esa marca en
el mundo. El doctor Reto Cina, quien antes no prestaba atención
al mercado asiático, se presentó en la inauguración de la
tienda y se entrevistó con los millonarios chinos. Al mismo
tiempo Davidoff abrió sucursales en Shanghai y Guangzhou.
En el presente en grandes urbes como Beijing
y Shanghai se puede comprar puros de marca mundiales. Aunque
no hay gran variedad todavía, el cigarro ha comenzado su
avance en la sociedad china, como emblema de alta calidad
de vida.
¿Quién lo fuma?
Gong Yujie es agente de Davidoff y coordinadora de mercado de la Compañía Limitada de Comercios
de Piezas de Tabaco y Puros. Según sus palabras, los consumidores
en China se clasifican en los siguientes tipos: 1. Extranjeros,
sobre todo europeos y norteamericanos, acostumbrados a fumar
puros en su país y a lidiar con toda la parafernalia tabacalera;
2. Los directores y patrones ricos de las empresas; 3. Las
personas calificadas y talentosas que suelen probar puros
por necesidad de comunicación y de trabajo, y que tienen
algún conocimiento al respecto; 4. Los jóvenes deseosos
de experimentar los nuevos conceptos y cosas y son capaces
de consumir.
Según la Sra. Gong, la clase media de China todavía no
tiene la disposición de fumar puros todo el año. “Definimos
la clase media partiendo de que sus ingresos anuales varían
entre 100.000 y 150.000 yuanes. Es un grupo de personas
con vida modestamente acomodada, pero no constituyen el
ideal de consumidores de puros. En la actual China la gente
capaz de fumar puros todo el año pertenece a la clase rica
y poderosa”. Se considera que el ingreso anual de la persona
rica y poderosa debe sobrepasar un millón de yuanes, nivel
salarial equivalente al ingreso de la clase media de EE.UU.
Una encuesta realizada por la Compañía Internacional de
EE.UU. entre sus clientes muestra que los principales consumidores
son hombres de entre 35 y 55 años, con un ingreso familiar
promedio de 110.000 dólares.
“Normalmente ellos consumen puros en bares
de alta categoría y tienen su propio círculo social”, indica
Sra. Gong.
Shao Donglai, primer vicepresidente de
PricewaterhouseCopper de Francia en Asia, es uno de
éstos últimos. Para no afectar a los niños, el Sr. Shao
nunca fuma en casa; tampoco tiene colección de puros. En
su tiempo libre va a los bares a fumar con los ricos.
Shao lleva más de 20 años dedicándose a la industria hostelera.
Según sus palabras, el puro es el símbolo de la vida de
alta calidad. Cuando un fumador convierte su gusto por los
cigarros en una afición, significa que su nivel de vida
se ha elevado al menos a medio grado por encima. En China
un empleado de “cuello blanco” o de “cuello azul” no es
capaz de consumirlo por mucho que le atraiga. Un habano
Davidoff vale entre 200 y 300 yuanes, equivalente a los
gastos de una noche de alojamiento en un hotel. Si cada
día consume 3 ó 4 Davidoffs, el gasto diario en puros será
de mil yuanes, a lo que se suma un juego de piezas de más
de 100.000 yuanes; es imposible para la clase salarial normal.
Lo que más sorprende a Shao es que muchos chinos recién
enriquecidos han hecho el tránsito de la noche a la mañana.
Para ostentar ante otros que “tengo dinero”, fuman puros
de alta categoría y bebe vinos carísimos. “Les he visto
pedir botellas de vino de más de 10.000 yuanes. Pero la
forma de beber me hace dudar que estén disfrutando realmente”,
estima Shao. Y nota: “En Europa, el vino de alta calidad
se vende por copas. Sólo algunos chinos lo beben opíparamente.
Lo más probable es que sólo deseen ostentar”.
Shao considera que
el acelerado desarrollo económico y el gran progreso en
la vida material y la aspiración a una vida abundante constituyen
en motivos detrás de este fenómeno. Los chinos tienen sobre
sí una gran presión social. Para la próxima generación quedará
alcanzar la racionalidad, cuando los que pueden hoy se hayan
hartado de consumir.
El sistema de
monopolio de tabaco multiplica el contrabando
Antes, en la populosa calle de los bares de Sanlitun en
Beijing solía verse a algunas chicas promoviendo bebidas
extranjeras. A ellas se han sumado ahora las promotoras
de cigarros. Una chica ataviada adecuadamente con una caja
de metal en la mano pregunta con voz baja: “Sr. ¿quiere
un habano?” Entre los puros figuran el Villige, el N.º 1
y el N.º 2 de Cuba. La chica explica con lujo de detalles:
“Este se llama Romeo y Julieta, importado desde Cuba, a
260 yuanes por unidad.” Aquí usted puede comprar puros por
precios mucho más bajos que en los hoteles o tiendas de
monopolio.
En otras ciudades chinas como Shenzhen y Chendu también
existe este problema. En dicho sector el contrabando es
un tema que nadie quiere abordar. “En Beijing, Shenzhen,
Guangzhou y Zhuhai, el contrabando ocupa un 90 por ciento
del total. En Shanghai, ese porcentaje es poco bajo”, según
un experto. “Vete a un bar de puros. Si el camarero te dice
que cuentan con toda la variedad, hay un 80 a 90 por ciento
de posibilidades de que se trate de contrabando”. El precio
de un puro es de 100 yuanes. Tras pasar por Aduanas y varios
canales, sube a 250 yuanes cuando llega a la mano de los
consumidores. “El precio de contrabando es una tercera parte
más barato que el impuesto por el canal oficial”, manifiesta
otro experto. “Además del factor del precio, aduce, el sistema
de monopolio de tabaco también crea espacios para el contrabando”.
El experto explica: según las reglas, en China, la venta
de puro necesita la licencia del monopolio del tabaco. Ahí
está el ejemplo de Shanghai, el mayor mercado de consumidores
de puros, donde sólo se emiten 25.000 licencias. Y aquí
está el problema: los supermercados y las pequeñas tabaquerías
que lograron licencia han dejado de ser desde hace tiempo
el sitio que frecuentan los fumadores de puros; y por otra
parte, los bares recién abiertos donde acuden los fumadores
no consiguen licencia.
De tal suerte, dichos
bares devienen expendios de contrabando, donde se vende
la mercancía a precios bajos entre jóvenes de “cuello blanco”
y artistas que no tienen capacidad para gastarse una fortuna
por el placer de una fumada.
|