MARZO
2005


Los desafíos que encara el capital extranjero en

la China post OMC

Por nuestro reportero LUO YUANJUN

Wal-Mart, la mayor cadena minorista del mundo, abrió su primera tienda en el distrito de Shijingshan, en Beijing Las empresas privadas de Linqing se desarrollan prósperamente. Obreros operando un telar ligero en la Fábrica N.° 2 de Linqing Obreros de una línea manufacturera de la Compañía Limitada de las Industrias Pesadas Daewoo de Yantai

 

Peter Von Hochberg, asesor administrativo de Booz Allen, una de las mayores compañías de asesoría empresarial, se muestra pesimista sobre el futuro de las compañías extranjeras en China. Al respecto, considera que una cuarta parte de las empresas extranjeras en China  se podrán considerar afortunadas si al menos logran mantener un equilibrio entre ingresos y egresos en un futuro cercano. No en balde casi una tercera parte de las mismas se retirarán del mercado chino en los próximos años.

Talentos locales vs. foráneos

A partir de 2005, China entrará en el período de transición posterior a su ingreso en la Organización Mundial del Comercio (OCM), lo que por fuerza deberá traducirse en un impulso a la integración del país con el comercio mundial. Para ese entonces, las compañías extranjeras constituirán una enorme presión competitiva para las empresas domésticas, no sólo en cantidad, sino también en la amplitud de esfera de sus operaciones. Los resultados de una encuesta concerniente realizada por Booz Allen ha llamado la atención en amplios círculos comerciales.

Li Yong obtuvo su título de maestría en ingeniería en EE.UU. Recientemente dejó su trabajo en una compañía estadounidense para trabajar en una firma privada china. En su opinión, la salida de capital foráneo de China responde a lo siguiente: “En años recientes, ha sido motivo de constantes debates el uso o no de administradores locales de alto nivel en las empresas mixtas en China. Sin embargo, en la práctica, la mayoría de las compañías extranjeras prefieren emplear a gerentes extranjeros. En estas compañías enfatizan la centralización del mando, práctica que reprime la flexibilidad vital para el cambiante mercado de hoy día”.

Hay muchos como Li Yong, que estudiaron en Occidente, conocen el mercado local, pero han debido abandonar las compañías extranjeras por no tener un puesto importante. Esta es sólo una de las formas en que se expresa la incapacidad de las compañías extranjeras para adaptarse al mercado chino.

Hace pocos años, personas como Li Yong podían decidirse a laborar en una firma foránea atraídas por el alto sueldo. La situación actual es diferente. Al respecto, Li dice: “Las empresas privadas chinas se han desarrollado en gran medida. Conocen la importancia de acudir al personal de talento, y en consecuencia están dispuestas a pagar un sueldo proporcional. La compañía local donde trabajo me ofreció la posición de gerente de departamento, con un sueldo mucho más alto que el que recibía en una compañía extranjera”.

Además de este impedimiento que ellas mismas se han autoimpuesto, las empresas extranjeras están perdiendo preponderancia en el mercado, espacio que está siendo aprovechado por las empresas privadas chinas, que incluso están tomando la delantera en algunos campos. La TCL, por ejemplo, invirtió en Francia y EE.UU. y compró empresas alemanas; la Compañía de Baterías BYD de China posee un 72% del mercado del rubro a escala mundial. En 2004, las ventas de grupos de autos extranjeros empezaron a declinar, lo que significaría una competencia más fuerte en este sector.

Las empresas extranjeras en China también están experimentando problemas por las diferencias culturales entre  Oriente y Occidente. Al decir de Hochberg, muchas empresas extranjeras no toman en consideración las preferencias de los consumidores chinos, y aplican los  patrones de sus propios países. Por ejemplo, los propietarios de autos de lujo en el Occidente prefieren generalmente conducir ellos mismos, mientras en China el propietario de un auto lujoso contrata a un conductor personal. Los autos extranjeros de esta categoría vendidos en China deben estar equipados con diversos accesorios para los asientos traseros.

Algunas empresas extranjeras salen de China al no adaptarse a  ciertas políticas del gobierno chino, como las que penden sobre la industria del tabaco. Sólo la Corporación Nacional de Importaciones y Exportaciones de Tabaco de China tiene el derecho de importar cigarrillos foráneos, mientras las tabacaleras foráneas no están autorizadas a establecer fábricas en China, o dedicarse a la venta al por mayor de sus productos. Tal política se erige en valladar infranqueable para el gran potencial lucrativo que las tabacaleras de EE.UU. e Inglaterra podrían desplegar en el mercado chino. Hay asimismo leyes no específicas que dejan a estas empresas apenas con la opción de  abandonar China.

¿Cómo triunfar en el mercado chino?

La razón fundamental detrás de la salida de las compañías extranjeras de China es la fuerte competencia mercantil, no sólo con las compañías extranjeras, sino con las chinas, que cada día se hacen más comerciales.

En apariencia, las empresas chinas tienen una ventaja sobre sus pares extranjeras, al estar más familiarizadas con las tendencias y recursos locales, y conocer mejor la forma de comunicarse con los departamentos gubernamentales, pero esto no es suficiente para vencer a sus rivales extranjeros. Deben partir de dar mayor atención a las relaciones con los consumidores, al servicio de post venta y la actualización de sus productos.

Los rivales foráneos, por  su parte, adoptan métodos científicos en sus relaciones con los consumidores. Disponen de archivos computarizados sobre cada cliente, lo cual les permite analizar los cambios en su demanda. Las compañías extranjeras ofrecen un alto nivel de servicio de postventa, con lo cual logran que sus consumidores  les sigan la pista allí donde vayan. Tal sistema no existe en las compañías chinas, carentes  de un archivo electrónico de estado dinámico o un mecanismo de visita a clientes. Además, los niveles gubernamentales locales de China se esfuerzan por atraer el capital foráneo con políticas preferenciales y otros incentivos para la prosperidad económica, en vez de proteger y apoyar a las empresas locales débiles. Con todo, ahora que el otrora papel gubernamental en las actividades económicas empieza a pasar al diseño de reglas que dicta la economía de mercado, las relaciones estrechas con las autoridades pasa por necesidad a segundo plano en el ambiente empresarial local.

En 2004, después de ocho años de guerras de precios entre las compañías locales y extranjeras, estas últimas, incluidas la P&G, la McDonald’s y la L´Oreal, fueron más lejos en la reducción de  precios, dejando a las compañías chinas en una situación difícil para  obtener ganancias.

Zhao Shuming, presidente la Facultad Empresarial de la Universidad de Nanjing, considera que cada vez con mayor frecuencia las empresas extranjeras trasladarán sus bases manufactureras y centros de investigación y desarrollo a China, con el fin de reducir costos. Además, la globalización se ha traducido en la introducción de más productos de importación al mercado chino y en una competencia más fuerte. Con el fin de mantener sus operaciones, las compañías extranjeras no tienen otra alternativa que bajar los precios.

En resumen, las mayores ventajas de las compañías extranjeras sobre sus contrapartes chinas son la tecnología más avanzada y las marcas famosas. Li Bo, ex presidente de la junta directiva de Asesores Administrativos Bexcel, dijo que la mayor ventaja de las compañías locales es su habilidad de captar la demanda de los consumidores, pero que la misma se resiente  por falta de profesionalismo. En los últimos años, desciende la cifra de rivales, pero se incrementa el nivel de los mismos.

En tanto las empresas extranjeras aprovechen al máximo las ventajas de la tecnología y las marcas, y logren  dominar las reglas del mercado de China y ubiquen en su debida posición la gestión  administrativa, así lograrán el éxito en este país.

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