Los
desafíos que encara el capital extranjero en
la China post OMC
Por
nuestro reportero LUO YUANJUN
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Wal-Mart,
la mayor cadena minorista del mundo, abrió su primera
tienda en el distrito de Shijingshan, en Beijing |
Las
empresas privadas de Linqing se desarrollan prósperamente.
Obreros operando un telar ligero en la Fábrica N.° 2
de Linqing |
Obreros
de una línea manufacturera de la Compañía Limitada de
las Industrias Pesadas Daewoo de Yantai |
Peter Von Hochberg, asesor administrativo de Booz Allen,
una de las mayores compañías de asesoría empresarial, se
muestra pesimista sobre el futuro de las compañías extranjeras
en China. Al respecto, considera que una cuarta parte de
las empresas extranjeras en China se podrán considerar
afortunadas si al menos logran mantener un equilibrio entre
ingresos y egresos en un futuro cercano. No en balde casi
una tercera parte de las mismas se retirarán del mercado
chino en los próximos años.
Talentos locales vs. foráneos
A partir de 2005, China entrará en el período
de transición posterior a su ingreso en la Organización
Mundial del Comercio (OCM), lo que por fuerza deberá traducirse
en un impulso a la integración del país con el comercio
mundial. Para ese entonces, las compañías extranjeras constituirán
una enorme presión competitiva para las empresas domésticas,
no sólo en cantidad, sino también en la amplitud de esfera
de sus operaciones. Los resultados de una encuesta concerniente
realizada por Booz Allen ha llamado la atención en amplios
círculos comerciales.
Li Yong obtuvo su título de maestría en ingeniería
en EE.UU. Recientemente dejó su trabajo en una compañía
estadounidense para trabajar en una firma privada china.
En su opinión, la salida de capital foráneo de China responde
a lo siguiente: “En años recientes, ha sido motivo de constantes
debates el uso o no de administradores locales de alto nivel
en las empresas mixtas en China. Sin embargo, en la práctica,
la mayoría de las compañías extranjeras prefieren emplear
a gerentes extranjeros. En estas compañías enfatizan la
centralización del mando, práctica que reprime la flexibilidad
vital para el cambiante mercado de hoy día”.
Hay muchos como Li Yong, que estudiaron en
Occidente, conocen el mercado local, pero han debido abandonar
las compañías extranjeras por no tener un puesto importante.
Esta es sólo una de las formas en que se expresa la incapacidad
de las compañías extranjeras para adaptarse al mercado chino.
Hace pocos años, personas como Li Yong podían
decidirse a laborar en una firma foránea atraídas por el
alto sueldo. La situación actual es diferente. Al respecto,
Li dice: “Las empresas privadas chinas se han desarrollado
en gran medida. Conocen la importancia de acudir al personal
de talento, y en consecuencia están dispuestas a pagar un
sueldo proporcional. La compañía local donde trabajo me
ofreció la posición de gerente de departamento, con un sueldo
mucho más alto que el que recibía en una compañía extranjera”.
Además de este impedimiento que ellas mismas
se han autoimpuesto, las empresas extranjeras están perdiendo
preponderancia en el mercado, espacio que está siendo aprovechado
por las empresas privadas chinas, que incluso están tomando
la delantera en algunos campos. La TCL, por ejemplo, invirtió
en Francia y EE.UU. y compró empresas alemanas; la Compañía
de Baterías BYD de China posee un 72% del mercado del rubro
a escala mundial. En 2004, las ventas de grupos de autos
extranjeros empezaron a declinar, lo que significaría una
competencia más fuerte en este sector.
Las empresas extranjeras en China también están experimentando
problemas por las diferencias culturales entre Oriente
y Occidente. Al decir de Hochberg, muchas empresas extranjeras
no toman en consideración las preferencias de los consumidores
chinos, y aplican los patrones de sus propios países. Por
ejemplo, los propietarios de autos de lujo en el Occidente
prefieren generalmente conducir ellos mismos, mientras en
China el propietario de un auto lujoso contrata a un conductor
personal. Los autos extranjeros de esta categoría vendidos
en China deben estar equipados con diversos accesorios para
los asientos traseros.
Algunas empresas extranjeras salen de China al no adaptarse
a ciertas políticas del gobierno chino, como las que penden
sobre la industria del tabaco. Sólo la Corporación Nacional
de Importaciones y Exportaciones de Tabaco de China tiene
el derecho de importar cigarrillos foráneos, mientras las
tabacaleras foráneas no están autorizadas a establecer fábricas
en China, o dedicarse a la venta al por mayor de sus productos.
Tal política se erige en valladar infranqueable para el
gran potencial lucrativo que las tabacaleras de EE.UU. e
Inglaterra podrían desplegar en el mercado chino. Hay asimismo
leyes no específicas que dejan a estas empresas apenas con
la opción de abandonar China.
¿Cómo triunfar en el mercado chino?
La razón fundamental detrás de la salida
de las compañías extranjeras de China es la fuerte competencia
mercantil, no sólo con las compañías extranjeras, sino con
las chinas, que cada día se hacen más comerciales.
En apariencia, las empresas chinas tienen
una ventaja sobre sus pares extranjeras, al estar más familiarizadas
con las tendencias y recursos locales, y conocer mejor la
forma de comunicarse con los departamentos gubernamentales,
pero esto no es suficiente para vencer a sus rivales extranjeros.
Deben partir de dar mayor atención a las relaciones con
los consumidores, al servicio de post venta y la actualización
de sus productos.
Los rivales foráneos, por su parte,
adoptan métodos científicos en sus relaciones con los consumidores.
Disponen de archivos computarizados sobre cada cliente,
lo cual les permite analizar los cambios en su demanda.
Las compañías extranjeras ofrecen un alto nivel de servicio
de postventa, con lo cual logran que sus consumidores les
sigan la pista allí donde vayan. Tal sistema no existe en
las compañías chinas, carentes de un archivo electrónico
de estado dinámico o un mecanismo de visita a clientes.
Además, los niveles gubernamentales locales de China se
esfuerzan por atraer el capital foráneo con políticas preferenciales
y otros incentivos para la prosperidad económica, en vez
de proteger y apoyar a las empresas locales débiles. Con
todo, ahora que el otrora papel gubernamental en las actividades
económicas empieza a pasar al diseño de reglas que dicta
la economía de mercado, las relaciones estrechas con las
autoridades pasa por necesidad a segundo plano en el ambiente
empresarial local.
En 2004, después de ocho años de guerras
de precios entre las compañías locales y extranjeras, estas
últimas, incluidas la P&G, la McDonald’s
y la L´Oreal, fueron más lejos en la reducción de precios,
dejando a las compañías chinas en una situación difícil
para obtener ganancias.
Zhao Shuming, presidente la Facultad Empresarial
de la Universidad de Nanjing, considera que cada vez con
mayor frecuencia las empresas extranjeras trasladarán sus
bases manufactureras y centros de investigación y desarrollo
a China, con el fin de reducir costos. Además, la globalización
se ha traducido en la introducción de más productos de importación
al mercado chino y en una competencia más fuerte. Con el
fin de mantener sus operaciones, las compañías extranjeras
no tienen otra alternativa que bajar los precios.
En resumen, las mayores ventajas de las compañías extranjeras
sobre sus contrapartes chinas son la tecnología más avanzada
y las marcas famosas. Li Bo, ex presidente de la junta directiva
de Asesores Administrativos Bexcel, dijo que la mayor
ventaja de las compañías locales es su habilidad de captar
la demanda de los consumidores, pero que la misma se resiente
por falta de profesionalismo. En los últimos años, desciende
la cifra de rivales, pero se incrementa el nivel de los
mismos.
En tanto las empresas extranjeras aprovechen al máximo
las ventajas de la tecnología y las marcas, y logren dominar
las reglas del mercado de China y ubiquen en su debida posición
la gestión administrativa, así lograrán el éxito en este
país.
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