Trabajo
físico:
excelente
método para mantener la buena salud
Por
XI WEN
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Juegos
deportivos inspirados en quehaceres domésticos organizados
por comunidades vecinales |
La nación china es laboriosa y valiente. Su amor al trabajo
es parte de su tradición, no sólo porque las labores manuales
constituyen la primera necesidad de la vida, sino también
porque las mismas ejercitan el cuerpo, aumentan la sabiduría
y alargan la vida. Desde la antigüedad, el trabajo físico
ha sido uno de los principales medios para la existencia
y el desarrollo de la humanidad, y a la vez ha contribuido
a la salud física y espiritual humana.
En este sentido, los antiguos nos han
dejado numerosos argumentos. Hua Tuo, famoso médico de la
dinastía Han del Este (25-220),
dijo que el movimiento ayuda a digerir los granos, fortalece
la circulación sanguínea y previene las enfermedades. Por
su parte, Sun Simiao (581-682), longevo
y famoso médico de las dinastías Sui (581-618) y Tang (618-907),
conocido como el Rey de la Medicina, registró en su obra
Qian Jin Fang (Recetas
de mil monedas de oro) que el método de la longevidad reside en el trabajo frecuente y adecuado,
evitando el cansancio excesivo que genera el trabajo forzoso.
Añadió asimismo que el agua corriente no se corrompe, como
tampoco pueden los gusanos roer los goznes de la puerta,
gracias al movimiento constante. La rima popular ampliamente
divulgada en el país “Canto de los diez longevos” también
respalda la importancia de la gestión física propia en la
vida cotidiana.
Según estadísticas, el promedio de vida de
los 300 emperadores antiguos chinos fue de menos de 40 años.
Aunque cada uno de ellos murió de distinta causa, su corto
período de vida obedeció en gran medida a su posición alta
y la vida muelle y lujosa a largo plazo, así como a la falta
absoluta de trabajo físico.
La zona montañosa Pama de Guangxi es conocida como pueblo
de longevos. Las investigaciones han descubierto que la
diligencia laboral es la causa principal de la prolongada
existencia de los lugareños. Algunos ancianos de más de cien años
aún participan en ciertos tipos de labores físicas, y nunca
permiten que los demás les sirvan.
He aquí las cuatro ventajas del trabajo
físico para conservar la salud y conseguir la longevidad.
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Trasplante de arroz,
competición en los juegos deportivos del campo |
El trabajo físico fortalece la salud. El ejercicio que se realiza en el trabajo robustece los huesos,
tendones y músculos, proporciona suficiente qi (energía)
y sangre a los órganos internos, agiliza las articulaciones,
hace circular bien los meridianos, y permite una reacción
más rápida y una mayor agilidad en los movimientos. Esto
confirma lo que dice el refrán: el movimiento frecuente
aleja la decadencia y el uso constante impide la degeneración.
La participación frecuente en trabajos manuales aumenta
el flujo sanguíneo de la arteria coronaria, mejora la nutrición
y el metabolismo del músculo cardíaco. El trabajo también
incrementa la fuerza y la flexibilidad del músculo, impide
la acumulación de colesterol, y evita las enfermedades cardiovasculares.
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Matrimonio
disfrutando del cultivo de plantas ornamentales |
El trabajo físico evita el envejecimiento
precoz. Al pasar la edad mediana,
los órganos internos y los tejidos empiezan a envejecer.
Pero la velocidad de este proceso en cada ser humano se
relaciona estrechamente con su capacidad individual de “movimiento”.
La práctica demuestra que las personas que participan con
frecuencia en el trabajo físico tienen mayores oportunidades
de ejercitarse, con lo cual aumenta la adquisición del oxígeno
y los nutrientes del músculo, impide y reduce la atrofia
muscular, y como consecuencia, se evita la rigidez de las
articulaciones, la torpeza en el movimiento, la fragilidad
de los huesos, así como otros fenómenos del envejecimiento
precoz, sentando una sólida base para vivir una larga vida.
El trabajo físico incrementa la sabiduría. El trabajo permite ampliar la capacidad de visión, adquirir más
conocimientos, acumular experiencias, y conocer más profundamente
y dominar de mejor manera la ley de la naturaleza. Es a
través de la actividad laboral que se fortalece la circulación
sanguínea y se mantiene un alto nivel de funciones del corazón,
el cerebro y todo el sistema circulatorio, a la vez que
se intensifica la función reguladora del sistema nervioso.
Todo esto incide en la agilidad de pensamiento y el vigor
de los reflejos.
El trabajo alegra el espíritu y mejora
el estado de ánimo. Aunque el trabajo productivo,
sobre todo en las labores arduas, implica el gasto de mucha
energía, al final nos sentimos ganados por la satisfacción
de los logros y frutos creados con nuestro propio esfuerzo.
La creación es el mejor remedio para sustentar la alegría,
nos complace y aumenta el amor a la vida, a la par que incrementa
nuestro interés por el trabajo. Por tanto, los especialistas
en la conservación de salud, tanto antiguos como contemporáneos,
consideran el trabajo físico como uno de los métodos más
importantes para mantener la salud.
Con el desarrollo acelerado de la ciencia
y la tecnología, los seres humanos modernos cada vez hacemos
menos trabajos físicos, y la intensidad de las labores también
ha disminuido en gran medida. Si nos permitimos “disfrutar”
de manera excesiva de la electrificación, la automatización
y el ocio que a su sombra florece, nos haremos cada vez
más perezosos. A consecuencia, se reducen las funciones
de los diversos órganos internos y los sistemas corporales,
baja el nivel de inmunidad y decae la calidad de la salud.
Llega con el tiempo la enfermedad. Por eso, en la sociedad
moderna, sobre todo en las regiones más desarrolladas, son
cada vez más los afectados por el “síndrome del ocio moderno”.
Los pacientes de esta enfermedad son lentos de pensamiento
y reacción, sufren de obesidad, carecen de fuerza en los
cuatro miembros, y siempre se quejan de debilidad. Además,
tienen mala digestión y sufren problemas físicos y psicológicos.
El mejor tratamiento para estos síntomas es la laboriosidad,
pues ésta no sólo nos ayuda a mejorar la calidad de vida,
sino que también mantiene nuestra salud y nos recompensa
a la larga con una vida más larga y plena.
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