FEBRERO
2005


Trabajo físico:

excelente método para mantener la buena salud

Por XI WEN

Juegos deportivos inspirados en quehaceres domésticos organizados por comunidades vecinales

La nación china es laboriosa y valiente. Su amor al trabajo es parte  de  su tradición, no sólo porque las labores manuales constituyen la primera necesidad de la vida, sino también porque las mismas ejercitan el cuerpo, aumentan la sabiduría y alargan la vida. Desde la antigüedad, el trabajo físico ha sido uno de los principales medios para la existencia y el desarrollo de la humanidad, y a la vez ha contribuido a la salud física y espiritual  humana.

En este sentido, los antiguos nos han dejado numerosos argumentos. Hua Tuo, famoso médico de la dinastía Han del Este (25-220), dijo que el movimiento ayuda a digerir los granos, fortalece la circulación sanguínea y previene las enfermedades. Por su parte, Sun Simiao (581-682), longevo y famoso médico de las dinastías Sui (581-618) y Tang (618-907), conocido como el Rey de la Medicina, registró en su obra Qian Jin Fang (Recetas de mil monedas de oro) que el método de la longevidad reside en el trabajo frecuente y adecuado, evitando el cansancio excesivo que genera el trabajo forzoso. Añadió asimismo que el agua corriente no se corrompe, como tampoco pueden los gusanos roer los goznes de la puerta, gracias al movimiento constante. La rima popular ampliamente divulgada en el país “Canto de los diez longevos” también respalda la importancia de la gestión física propia en la vida cotidiana.

Según estadísticas, el promedio de vida de los 300 emperadores antiguos chinos fue de menos de 40 años. Aunque cada uno de ellos murió de distinta causa, su corto período de vida obedeció en gran medida a su posición alta y la vida muelle y lujosa a largo plazo, así como a la falta absoluta de trabajo físico.

La zona montañosa Pama de Guangxi es conocida como pueblo de longevos. Las investigaciones han descubierto que la diligencia laboral es la causa principal de la prolongada existencia de los  lugareños. Algunos ancianos de más de cien años aún participan en ciertos tipos de labores físicas, y nunca permiten que los demás les sirvan.

He aquí las cuatro ventajas del trabajo físico para conservar la salud y conseguir la longevidad.

Trasplante de arroz,  competición en los juegos deportivos del campo

El trabajo físico fortalece la salud. El ejercicio que se realiza en el trabajo robustece los huesos, tendones y músculos, proporciona suficiente qi (energía) y sangre a los órganos internos, agiliza las articulaciones, hace circular bien los meridianos, y permite una reacción más rápida y una mayor agilidad en los movimientos. Esto confirma lo que dice el refrán: el movimiento frecuente aleja la decadencia y el uso constante impide la degeneración. La participación frecuente en trabajos manuales aumenta el flujo sanguíneo de la arteria coronaria, mejora la nutrición y el metabolismo del músculo cardíaco. El trabajo también incrementa la fuerza y la flexibilidad del músculo, impide la acumulación de colesterol, y evita las enfermedades cardiovasculares.

Matrimonio disfrutando del cultivo de plantas ornamentales

El trabajo físico evita el envejecimiento precoz. Al pasar la edad mediana, los órganos internos y los tejidos empiezan a envejecer. Pero la velocidad de este proceso en cada ser humano se relaciona estrechamente con su capacidad individual de “movimiento”. La práctica demuestra que las personas que participan con frecuencia en el trabajo físico tienen mayores oportunidades de ejercitarse, con lo cual aumenta la adquisición del oxígeno y los nutrientes del músculo, impide y reduce la atrofia muscular, y como consecuencia, se evita la rigidez de las articulaciones, la torpeza en el movimiento, la fragilidad de los huesos, así como otros fenómenos del envejecimiento precoz, sentando una sólida base para vivir una larga vida.

El trabajo físico incrementa la sabiduría. El trabajo permite ampliar la capacidad de visión, adquirir más conocimientos, acumular experiencias, y conocer más profundamente y dominar de mejor manera la ley de la naturaleza. Es a través de la actividad laboral que se fortalece la circulación sanguínea y se mantiene un alto nivel de funciones del corazón, el cerebro y todo el sistema circulatorio, a la vez que se intensifica la función reguladora del sistema nervioso. Todo esto incide en la agilidad de pensamiento y el vigor de los reflejos.

El trabajo alegra el espíritu y mejora el estado de ánimo.  Aunque el trabajo productivo, sobre todo en las labores arduas, implica el gasto de mucha energía, al final nos sentimos ganados por la satisfacción de los logros y frutos creados con nuestro propio esfuerzo. La creación es el mejor remedio para sustentar la alegría, nos complace y aumenta el amor a la vida, a la par que incrementa nuestro interés por el trabajo. Por tanto, los especialistas en la conservación de salud, tanto antiguos como contemporáneos, consideran el trabajo físico como uno de los métodos más importantes para mantener la salud.

Con el desarrollo acelerado de la ciencia y la tecnología, los seres humanos modernos cada vez hacemos menos trabajos físicos, y la intensidad de las labores también ha disminuido en gran medida. Si nos permitimos “disfrutar” de manera excesiva de la electrificación, la automatización y el ocio que a su sombra florece, nos haremos cada vez más perezosos. A consecuencia, se reducen las funciones de los diversos órganos internos y los sistemas corporales, baja el nivel de inmunidad y decae la calidad de la salud. Llega con el tiempo la enfermedad. Por eso, en la sociedad moderna, sobre todo en las regiones más desarrolladas, son cada vez más los afectados por el “síndrome del ocio moderno”. Los pacientes de esta enfermedad son lentos de pensamiento y reacción, sufren de obesidad, carecen de fuerza en los cuatro miembros, y siempre se quejan de debilidad. Además, tienen mala digestión y sufren problemas físicos y psicológicos. El mejor tratamiento para estos síntomas es la laboriosidad, pues ésta no sólo nos ayuda a mejorar la calidad de vida, sino que también mantiene nuestra salud y nos recompensa a la larga con una vida más larga y plena.

 

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