Los
misterios de la Ciudad Prohibida
Por
ZUO YUANBO y ZHANG XUEYING
El Palacio Imperial de Beijing, conocido
también como Ciudad Prohibida, es uno de los portentos arquitectónicos
del mundo. Esta obra de 720 mil metros cuadrados de extensión,
fue la residencia oficial de 24 emperadores de la dinastía
Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911), cuya construcción demoró
15 años en concluir, movilizando más de un millón de campesinos
y 100 mil hábiles artesanos. A su alrededor, se ubica una
muralla de 10 m de alto y 3 Km. de longitud, así como un
foso artificial lleno de agua de 52 m de ancho. Con sus
pabellones impresionantes y vasto espacio, la obra se destaca
por revelar la majestuosidad del pasado imperio, a la par
que oculta muchos misterios de la historia.
¿Quién hizo los dibujos del emperador
humillado?
Por el lado oeste del jardín imperial,
entre los dibujos que adornan los guijarros del pasillo,
aparecieron enigmáticamente cuatro series que hacen mofa
del monarca. En la primera, el emperador mantiene las manos
en el suelo, arrodillado en una tabla de lavar y con un
florero sobre la cabeza, mientras una doncella de honor
cabalga sobre él divertida. En la segunda, también arrodillado
en una tabla de lavar y con un banco sobre la cabeza, el
soberano suplica a una mujer montada a sus espaldas, la
cual no deja de golpearlo con una escoba. En la tercera,
haciendo equilibrio con una vasija de porcelana sobre la
cabeza, el emperador se postra ante una mujer. En la última,
el emperador escapa galope tendido en un caballo, perseguido
muy de cerca por una dama.
Situado en la parte norteña del palacio,
el jardín imperial servía como lugar de ocio a los emperadores,
sus esposas y concubinas, además de a otros miembros de
la casa real. Nadie ha podido ubicar con certeza la fecha
de realización de los dibujos. Hay quienes opinan que son
retratos fieles de un emperador débil y condescendiente.
No obstante, ningún emperador chino ha pasado a la historia
con tales características. Al contrario, lo habitual es
que todas las mujeres de la corte se disputaran por cuanto
medio les quedara al alcance el favor imperial, incluso,
cuando hablan tienen que averiguar sus intenciones. Hay
otra explicación más plausible: fue idea de Li Lianying,
eunuco favorito de la emperatriz Cixi, quien ordenó la confección
de las gráficas satíricas, con el fin de entretener a su
ama. Lo cierto es que durante todo el período de Cixi, el
emperador no detentaba ningún poder real.
Las losas de oro
Cuentan que el piso de las edificaciones en la Ciudad Prohibida
estuvo todo embaldosado en oro. Pero lo cierto es que para
tal fin se usaron unas losas cuadradas elaboradas con una
técnica especial llamada “losas de oro”. En el suelo del
Pabellón de la Armonía Suprema, podemos ver las losas producidas
y colocadas cientos de años atrás. En la actualidad, el
piso sigue manteniendo su finura y brillo de antaño; no
es resbaladizo ni áspero y su textura favorece el frescor
que durante todo el año beneficia el lugar.
Durante las dinastías Ming y Qing, la base de producción
de losas se estableció en Suzhou, para aprovechar su tierra
fina y plástica, así como la facilidad de transporte a través
del Gran Canal. Este tipo de losas se elaboraba especialmente
para los emperadores y requería para su fabricación cinco
procesos muy complicados, una cocción en el horno por 130
días consecutivos y un riguroso examen posterior para
cada pieza.
La soladura era otro trabajo muy costoso y detallado. Además
de pulir bien las losas para que quedaran perfectamente
imbricadas entre sí, los artesanos usaban un hormigón especial,
con una base de puré de arroz glutinoso cocido y clara de
huevos. El preparado de marras, que solía consumir miles
de kilos de arroz y huevos, tenía por producto final un
pegamento duradero que propiciaba una superficie plana y
resplandeciente. Como último paso se precisaba rociar el
piso con aceite de tung en bruto.
Las
losas de oro se caracterizan por su alta calidad, un leve
color dorado y un sonido encantador cuando se les tocaba.
Se estima que el calificativo de losa de oro tuvo que ver
con lo complicado de su elaboración y el gran gasto de recursos
humanos y materiales que conllevaba elaborarlas.
El pabellón de la Armonía Suprema es la primera edificación
importante que se percibe al penetrar por la entrada sureña
y, al mismo tiempo, la mayor, más alta y noble de toda la
Ciudad Prohibida, condición que mantuvo durante todo el
imperio de las dinastías Ming y Qing. Era asimismo el lugar
que acogía las ceremonias extraordinarias de feriados como
el de Año Nuevo – según el antiguo calendario lunar chino-,
el Solsticio del Invierno y el cumpleaños del emperador;
también los días rituales, como la despedida de los generales
para una expedición, el acto de coronación y la boda del
emperador. En el suelo de este palacio hay en total 4.718
losas de oro, que sobrepasan los cien millones de unidades
en todo el palacio.
Una creencia ampliamente extendida es
la de que las técnicas de elaboración de losas se había
perdido. Lo cierto es que tras muchos años de estudio y
experimento, se ha logrado producir losas con una calidad
igual a la de entonces.
El porqué de la ausencia de la lengua man en
la corte exterior
La dinastía Qing fue una monarquía fundada
por la etnia Man de ahí que dicha lengua se
difundiera como idioma oficial y apareciera junto a los
caracteres chinos en todos los tableros de las edificaciones
y puertas de la Ciudad Prohibida. Generalmente, la inscripción
en Man se exhibía a la izquierda y el chino a la
derecha, lo que desembocó en el hábito de otorgar preponderancia
al flanco siniestro. En ocasiones, también aparecían inscripciones
en mongol en los tableros. Pero, ¿porqué, no vemos ahora
inscripciones de la lengua Man, sólo las chinas en
los tableros de pabellones del corte exterior cuando visitamos
al Palacio Imperial?
Cuando cayó la dinastía Qing en 1911, el último emperador,
Puyi, abdicó y entregó la parte de la corte exterior de
su palacio al gobierno republicano, aunque preservó para
sí la corte interior. Más tarde, un caudillo llamado Yuan
Shikai se apoderó del gobierno soñando con convertirse en
emperador. A pesar de resistencia del pueblo, se mantuvo
aferrado a la idea, procurando consejo de su confidente
para adoptar medidas que realmente funcionaran.
A este tenor, se decantó por adoptar la
sugerencia de un asistente cercano, Wang Jingtai, de quitar
las inscripciones en Man de los tableros del Palacio
Imperial, para mostrar su ruptura con los Man y ganar
la simpatía del pueblo. Considerando que los aún poderosos
aristócratas Man nunca visitaron la corte exterior,
Yuan Shikai ordenó eliminar nada más las inscripciones en
Man de esa parte.
La medida fue propagada por la prensa,
pero no sirvió para aliviar el resentimiento del pueblo.
La monarquía de Yuan Shikai cayó sólo 83 días después de
su asunción del poder.
Datos:
El Palacio Imperial de Beijing es el mayor y más
completo conjunto de antiguas construcciones en China.
A ambos lados de su eje Norte-Sur se despliegan simétricamente
más de nueve mil pabellones y habitaciones de madera,
todas provistas sin excepción de tejas vidriadas amarillas.
La corte exterior es la parte más llamativa de la
Ciudad Prohibida. Se trata de tres grandes pabellones
edificados sucesivamente sobre una base de mármol
blanco de 8 m de alto, a saber, los pabellones de
la Armonía Suprema, de la Armonía Central y de la
Armonía Preservada. Con 28 m de altura y 92 columnas
de un metro de diámetro, el pabellón de la Armonía
Suprema fue aprovechado para las solemnes ceremonias
imperiales. Es el salón más representativo de todos.
El pabellón de la Armonía Central servía para el reposo
del emperador, y para que el mismo practicara sus
ritos antes de las celebraciones. Y el de Armonía
Preservada fue reservado para los banquetes del emperador
en honor de príncipes foráneos, o para presidir el
examen final imperial.
Detrás de los tres grandes pabellones
sigue la corte interior, lugar donde habitaban los
emperadores y sus mujeres. Dividida en la parte oeste
y este, estaba principalmente integrada por patios
aislados y lujosos, que abarcan en general cuartos,
galerías, quioscos y jardines.
La gran fama del Palacio Imperial proviene de su
magnífica arquitectura, y también de los valiosos
objetos antiguos de los que dispone. En él se ubican
más de un millón de piezas, equivalente a una sexta
parte de la suma total de todo el país. En el Salón
de Tesoros, en el lado este del palacio, se exhiben
muchas piezas apreciables. Por ejemplo, una cota de
la dinastía Qing, rodeada por 16 dragones, se tejió
con 600 mil láminas de acero y consumió 40 mil horas
de trabajo para acabarla.
La visita al Palacio Imperial puede
empezar de Tian'anmen (Puerta de la Paz Celestial)
o de su puerta trasera. En general, medio días apenas
sirve para empezar. Por ello, se recomienda disponer
de más tiempo para llenarse los ojos con este portento
de la historia arquitectónica china.
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