FEBRERO
2005


Haciendo negocios a

lomo de caballo

Por MARK GODFREY (Irlandés)

Las relaciones de los chinos con los caballos tienen larga historia. Las antiguas figuras funerarias con figuras de caballos nos permiten evocar las hazañas de los antepasados de la dinastía Qin; son numerosas las imágenes de equinos en las cerámicas barnizadas de tres colores de la dinastía Tang; en el siglo XIII la etnia mongola unificó las planicies centrales gracias al arrollador avance de su valiente caballería. Muchos de los fundadores de la Nueva China evidenciaron asimismo su atracción por el noble bruto.

Pero a pesar de ello, la equitación apenas si comenzó a mostrarse en China en el siglo pasado. Es en las postrimerías de la centuria que los chinos ricos empiezan a admirar e imitar las aficiones de los occidentales, entre ellas el golf, el tenis y la equitación. Es decir, la mayoría de los chinos no ha  tenido experiencia alguna en la monta de caballos. No obstante, según crece la presencia de clubes hípicos en las ciudades chinas más importantes, así aumenta la cifra de chinos interesados en este deporte.

Clubes hípicos de reciente aparición

Los precios de entrada a los clubes de equitación chinos son  altos en comparación con otros países. Para un asalariado no es precisamente edificante pagar 200 yuanes por hora como promedio para ser aceptado en estos sitios. Si tomamos como ejemplo a un obrero de la  construcción, cuyo salario mensual frisa en los 600 yuanes, debemos dar por descontado que no lo veremos tratando de convertirse en jinete. Lo cierto es que ni siquiera en Alemania y Francia son tal altos los desembolsos por este concepto. En una la zona conocida como área de equitación del oeste de Irlanda, se encuentra la Escuela de Hipismo Claremorris, cuyo precio por hora es de 15 euros, equivalente a 150 yuanes. Un responsable del  Club de Equitación Tianxing de Beijing indicó que en su club los caballos son importados de Australia, lo cual supone un alto coste. Por otro lado, “Nuestros entrenadores del Club han recibido formación en el Harpury College, célebre instituto del sector de Inglaterra”. Dicha escuela también se encarga de formar a los funcionarios y empleados de este deporte para los Juegos Olímpicos de 2008.

Del 19 al 20 de Septiembre de 2003 se celebró el Campeonato Internacional de Equitación de Beijing en el Centro de Hipismo Sunny Valley, situado al lado de la Gran Muralla del distrito Yanqing. Un grupo de 36 concursantes provenientes de Corea del Sur, Japón, Malasia y Filipinas participaron en la competición. La celebración del Campeonato realizada bajo la supervisión de la Alianza de Equitación de Asia, ha certificado que Beijing tiene  las condiciones para organizar la competición de hipismo en 2008. Los funcionarios de la Asociación Internacional del Hipismo viajaron especialmente de Ginebra a Beijing para asistir al proceso de organización. Alrededor de mil espectadores, seleccionados entre los aficionados, presenciaron las competiciones. La carrera de obstáculos constituyó el plato fuerte del evento.

El desarrollo de clubes como el de Tianxing permite avizorar la prosperidad futura de este deporte en China. Cada fin de semana los clubes se ven atestados de público, en especial jinetes profesionales y chicos que recién se inician en la actividad. También algunos extranjeros que viven en chalets y departamentos cercanos. La mayoría de los jinetes son hijos de millonarios. “La cifra de lugareños sobrepasa la de extranjeros”, señala el gerente del Club, Michelle, advirtiendo que los aficionados de cerca de 30 años de edad constituyen el grueso de los  jinetes hábiles. “Tenemos buen negocio”, indica Michelle. El Club Tianxing, al que numerosas compañías foráneas escogen como sede para sus actividades sociales, suele  organizar competiciones para alumnos de 15 países. En sus promociones comerciales en revistas de ocio,  Tianxing aparece como un sitio donde pululan coches y jeeps aparcados en garajes, como símbolo de la época de oro del hipismo chino.

Los equipos del Club son altamente costosos, a pesar de que en el presente la mayoría de los jinetes utilizan equipos fabricados en China. La compañía Troxel, especializada en artículos de este tipo, ha trasladado su producción a China. Fundada en 1898, la firma ha proporcionado por largo tiempo los cascos para los equipos olímpicos de ciclismo y equitación de EE.UU. En fecha reciente, Troxel elaboró una serie de gorras Orion, de tipo multifuncional, tras  acometer una serie de renovaciones técnicas, en una base cerca de Shanghai.  Richard Timms, primer director ejecutivo de Troxel destacó la posibilidad de que dentro de un futuro cercano se vendan dichas gorras en China.

En la China actual es difícil dar con caballos de buena raza. La mayoría de los clubes importan las cabalgaduras de Australia, o traen las que han sido retiradas de las carreras en Hong Kong y Macao. Si se espera a desarrollar miles de sementales, como lo hacen en las granjas de Europa y América, habría que esperar un tiempo demasiado largo para contar con una reserva de potros. Los caballos de Mongolia Interior son ligeros y de pequeño esqueleto. En nuestro país no se ven  caballos gigantescos como los occidentales.

Crianza de caballos de carrera en ciernes

Del desempeño de los jinetes chinos en las carreras mundiales dependerá en buena medida el futuro de la actividad hípica en China, para lo cual el país ha dedicados ingentes recursos, en la esperanza de que diversas actividades se desarrollen a la sombra de este deporte. En la parte continental de China, están prohibidas las apuestas a las patas de un caballo. No obstante, en Hong Kong y Europa se obtienen fabulosos beneficios con las mismas. Hace tres años que el Hipódromo Tongshun de Beijing (Beijing Jockey Club) abrió sus puertas. Hoy es el mayor hipódromo de China,  con la mayor cantidad de caballos (mil potros de raza). Kevin Connolly es su primer domador e instructor. Bajo su dirección hay más de 900 personas, de ellas, seis domadores extranjeros. El Hipódromo, ubicado en el distrito de Tongzhou, en el este de Beijing, dispone de 160 hectáreas y tres rutas de carrera (la más larga es de 2,5 kilómetros). Los caballos sementales provienen principalmente de Australia y algunos de Irlanda, Inglaterra y EE.UU. La principal inversionista del Hipódromo es una empresa hongkonesa. Kevin, un hombre rubio de baja estatura y fornido, nos dice: “este podría ser el mayor hipódromo del mundo. A los chinos les seducen las apuestas de todo tipo. Esperamos que en algún momento se revoque la ley que hoy las veta. La cuantiosa inversión que hemos hecho aquí es una manera de adelantarnos a los acontecimientos”.

Al visitar al Hipódromo a finales del verano de 2004, este redactor reparó en el verdor del césped en las vías de carrera, gracias a la abundante irrigación. Quienes asisten a las carreras pueden comprar billetes que contienen un número según el caballo que cada cual considera será el ganador. Si el caballo seleccionado triunfa, se cambia el billete en efectivo. Desde la ciudad al Hipódromo hay un tramo  de apenas media hora, que algunos cubren en auto y otros en bicicleta. En el sitio pude ver a varios ancianos estudiando detalladamente las carreras y discutiendo sobre la compra del billete de 20 yuanes cada uno.

Como prueba de que los chinos mantienen la tradición del deporte hípico, los jinetes profesionales chinos han ido sustituyendo a los extranjeros invitados. Kevin Connolly señala que los jinetes chinos aprenden con mucha rapidez y afán. En su mayoría provienen de la región autónoma de Mongolia Interior y de la provincia de Zhejiang, dos lugares famosos por la cultura hípica. Connolly afirma que tras conseguir el permiso oficial han logrado desarrollar una industria hípica completa, que va desde la crianza y la venta de caballos hasta la participación en competencias, lo que les otorga ventaja sobre otros hipódromos menos dotados. Los éxitos logrados en la primera etapa llenan a Kevin de plena confianza en su causa.

También en Guangzhou y Wuhan se han establecido las nuevas rutas de carrera. Las de la linda ciudad costera de Dalian se ubican en una zona turística donde el precio del suelo es considerablemente caro. Allí la construcción costó más de 500 millones de dólares.

Según los historiadores, el deporte hípico de nuestro país se remonta a la dinastía Han (hace más de dos mil años) y mantuvo su desarrollo hasta la dinastía Qing (1644—1911). Las actividades comerciales aparecieron a mediados del siglo X en Shanghai promovidas por los diplomáticos extranjeros, que las llevaron a Beijing y Tianjin, donde numerosos interesados asistieron a las actividades. En los cinco años que restan hasta 2010, el hipismo se deberá desarrollar a un ritmo impetuoso.

Situada dentro del zoo de animales salvajes de Beijing, la Arena Wanguo de Beijing cubre una superficie de 20.000 m2. Es la única arena de gran escala en China. La Compañía Limitada Lüyeqingchuan y la Compañía Limitada Yangxin de Hong Kong invirtieron en total 200 millones de yuanes. La doma de potros salvajes es una de las atracciones de dicha arena. Quien permanezca sobre el lomo durante 10 segundos, logra la nota máxima. Los concursantes deciden su cabalgadura por sorteo. Todos los caballos son salvajes. Los jugadores tienen que montarse sobre la silla, pisar el estribo y agarrar las riendas. Cuando suena el silbato la puerta de la valla abre y los caballos son liberados de las trabas. Los jinetes menos diestros caen del lomo dentro en 3 ó 4 segundos. Este espectáculo tiene lugar cada tarde.

Datos

Normas para distinguir los buenos caballos:

El uso determina las normas.

En primer lugar, en la carrera de caballos se parte de la velocidad, la capacidad para superar obstáculos, la altura del salto. Para la equitación en el hipódromo, se analizan los ademanes; para cabalgar por ocio, se miden la alzada, el además y el grado de control.

En segundo lugar, se debe analizar la raza, edad, la proporción de la estructura corporal, situación de salud, temperamento, etc. No se aconseja montar a los que resulten reacios al control humano.

 

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