798:
Paraíso para artistas liberales
En
el noreste de Beijing, lejos del casco urbano, se ubicó
originalmente una zona de la industria electrónica, construida
en la década de los 50 del siglo pasado. En la actualidad
y según cree la ciudad, este lugar, llamado Jiuxiangqiao,
que acoge fábricas, una zona residencial, escuelas y hospitales,
ha perdido gradualmente su independencia de antaño, a la
par que se fusiona con la zona metropolitana. Jiuxiangqiao
fue una de las bases más antiguas de China en la producción
de equipos y componentes electrónicos, con lo cual logró
mantener su influencia y prestigio por espacio de unos 30
años. A finales de la década de los 80 e inicios de los
90, la zona entró en un período de gradual decadencia. Las
plantas productivas fueron quedando abandonadas una tras
una. Con todo, ello no significó su destrucción definitiva,
y aún hoy se mantienen en buen estado, transformadas en
los últimos tiempos en romántico espacio para el arte de
vanguardia. Hoy por hoy, Jiuxiangqiao es el barrio artístico
más peculiar y moderno de Beijing.
En
1995, y por pura casualidad, el Instituto Central de Bellas
Artes alquiló a un precio muy bajo una vieja planta de la
fábrica 798 en esta zona industrial. Allí estableció un
estudio de escultura que luego daría origen a lo que hoy
conocemos como el barrio artístico “Fábrica 798”. Poco después,
otros escultores también establecieron sus talleres en el
área, atraídos por las espaciosas y altas plantas, que proporcionan
las condiciones idóneas para concebir obras de gran volumen.
Robert Bernell, un estadounidense de Texas
que ha devenido personalidad especial en el círculo artístico
de Beijing y en la difusión internacional de la Fábrica
798, se dedica al arte contemporáneo de China, del cual
es promotor clave en el extranjero. Tras visitar la “Fábrica
798”, alquiló lo que una vez fuera el comedor y lo reconstruyó
como librería artística, con el nombre Timezone 8 Arts
Books, a la cual comenzaron a acudir con asiduidad los
artistas chinos. Siguiendo las recomendaciones de Bernell,
cada vez más artistas establecían sus estudios, salas de
exposición y galerías en la zona.
Hasta
2002, los mayores edificios fabriles se alquilaban a individuos
o grupos artísticos. En octubre del mismo año, se celebró
la primera exposición artística de gran envergadura en la
zona artística renovada. Poco a poco, el lugar se fue poblando
además con bandas musicales, bares, restaurantes, tiendas
de confecciones, y hasta editoriales de revistas. El año
pasado, más de 40 organizaciones comerciales realizaron
negocios en este lugar, donde ahora se asientan sólo 30
estudios artísticos. Por supuesto, de cara al exterior,
la presencia de estos últimos reviste mayor importancia.
Es frecuente la celebración de diversas exposiciones y seminarios
artísticos en las salas de exposición, que siguen manteniendo
una apariencia fabril.
La
zona industrial electrónica de Jiuxiangqiao, incluida la
fábrica 798, se construyó con la ayuda de la Ex –Unión Soviética
en los años 50, y sus diseños y construcción corrieron a
cargo de ingenieros de la ex República Democrática de Alemania
(RDA), de ahí la impronta europea que destaca en la arquitectura
de los edificios fabriles. Debido a su importancia para
la China de aquella época, cada fábrica se denominaba con
un número, como las fábricas militares. Además de la 798,
también existían las 718, 706, 707, 751, etc, y todas juntas
formaban el “Complejo Fabril 798”. Esta complicada procedencia
y su singular estilo constructivo en Beijing pueden explicar
las frecuentes visitas de los artistas, quienes a su vez
han otorgado un nuevo sentido y contenido al local.
Cada
año, la revista estadounidense Newsweek elige una
ciudad del mundo. En el año 2003, Beijing fue elegida por
primera vez, lo cual se atribuye parcialmente a la fama
ganada del barrio artístico de la “Fábrica 798”. Según la
revista, la existencia y el desarrollo de la zona demuestran
la capacidad y el potencial de Beijing como una capital
de importancia mundial.
Tanto
News Week como el diario The New York Times
dan cuenta de numerosos artistas y economistas extranjeros
que han encontrado su remanso en este barrio de Beijing.
Según una encuesta, cada 15 minutos como promedio un grupo
de visitantes se llega a los estudios y salas de exposición
de Fábrica 798.
En
mayo de este año, se celebró el primer festival de artes
organizado por curadores extraoficiales. Durante un mes,
tuvieron lugar más de 30 actividades artísticas de diversa
índole, en lo que constituyó el mes más animado de la historia
del barrio, con más de 200 artistas contemporáneos exponiendo
sus obras. El arte contemporáneo de China, considerado flor
solitaria enamorada de su propia fragancia de antaño, logró
abrir sus pétalos otrora cerrados a los visitantes nacionales
y extranjeros. Después del evento, algunas figuras de los
círculos artísticos y sus seguidores declararon con énfasis
que “Fábrica 798” ha devenido nuevo símbolo de Beijing,
capaz de otorgar un nuevo atractivo a China a los ojos del
mundo.
Para
todo artista un lugar tranquilo que facilite la creación
constituye requisito básico, y si bien los creadores no
planeaban abrir los estudios totalmente al público, se han
visto finalmente forzados a hacerlo por imperativos comerciales,
que deciden la prosperidad del barrio.
Con
el desarrollo de la ciudad, lo que una vez se conoció como
zona de las afueras se ha acercado al casco urbano, haciendo
que de paso aumenten notablemente los precios de los lotes
de terreno. A tenor del florecimiento del barrio, el propietario
ha elevado asimismo los alquileres. Por otra parte, el gobierno
de la ciudad planea construir una nueva zona industrial
electrónica en el mismo lugar de la “Fábrica 798”, lo que
hará que la mayoría de los contratos de alquiler expiren
el año próximo. La posibilidad de un traslado forzado inquieta
a los artistas, negados a marcharse en su mayoría. Quedarse
en el sitio es la tarea más importante del momento.
Huang
Rui, recién regresado de Japón, está preparando con unos
amigos la publicación de un álbum de pintura titulado “798
en Beijing”, en un proyecto que involucrará a todos los
artistas de la comunidad, interesados en dar a conocer a
cuanta persona sea posible que la existencia futura del
barrio es una necesidad. A la par, están organizando un
grupo coordinador, entre cuyos miembros sobresale Robert
Nerdell. La misión más importante del grupo consiste en
comunicarse con los propietarios.
El matrimonio formado por Sun Yuan y Peng Yu fue uno de
los primeros en alquilar estudios en el 798. Para ellos,
este es su hogar y su lugar de trabajo. No lo ven como una
zona turística. Por ello, se sienten cada vez más preocupados
frente al “carácter abierto” que actualmente impera en el
barrio.
Al hablar de la posibilidad de que se destruya
el barrio, o el posible aumento del alquiler, Sun Yuan dice:
“Tendremos que buscar otro sitio, pues no podemos impedir
que lo hagan. Sólo somos aves de paso”.
Lo
cierto es que ya hay avances parciales en la destrucción,
aunque se afirma que la intervención del gobierno ha detenido
momentáneamente el estropicio. “A menos que la niveladora
llegue a mi puerta, no saldré de aquí,” afirma Huang Rui,
adoptando una actitud que parece representar la opinión
de la mayoría.
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