JANUARY
2005


798: Paraíso para artistas liberales

En el noreste de Beijing, lejos del casco urbano, se ubicó    originalmente una zona de la industria electrónica, construida en la década de los 50 del siglo pasado. En la actualidad y según cree la ciudad, este lugar, llamado Jiuxiangqiao, que acoge fábricas, una zona residencial, escuelas y hospitales, ha perdido gradualmente su independencia de antaño, a la par que se fusiona con la zona metropolitana. Jiuxiangqiao fue una de las bases más antiguas de China en la producción de equipos y componentes electrónicos, con lo cual logró mantener su influencia y prestigio por espacio de unos 30 años. A finales de la década de los 80 e inicios de los 90, la zona entró en un período de gradual decadencia. Las plantas productivas fueron quedando abandonadas una tras una. Con todo, ello no significó su destrucción definitiva, y aún hoy se mantienen en buen estado, transformadas en los últimos tiempos en romántico espacio para el arte de vanguardia. Hoy por hoy, Jiuxiangqiao es el barrio artístico más peculiar y moderno de Beijing.

En 1995, y por pura casualidad, el Instituto Central de Bellas Artes alquiló a un precio muy bajo una vieja planta de la fábrica 798 en esta zona industrial. Allí estableció un estudio de escultura que luego daría origen a lo que hoy conocemos como el barrio artístico “Fábrica 798”. Poco después, otros escultores también establecieron sus talleres en el área, atraídos por las espaciosas y altas plantas, que proporcionan las condiciones idóneas para concebir obras de gran volumen.

Robert Bernell, un estadounidense de Texas que ha devenido personalidad especial en el círculo artístico de Beijing y en la difusión internacional  de la Fábrica 798, se dedica al arte contemporáneo de China, del cual es promotor clave en el extranjero. Tras visitar la “Fábrica 798”, alquiló lo que una vez fuera el comedor y lo reconstruyó como librería artística, con el nombre Timezone 8 Arts Books, a la cual comenzaron a acudir con asiduidad los artistas chinos. Siguiendo las recomendaciones de Bernell, cada vez más artistas establecían sus estudios, salas de exposición y galerías en la zona.

Hasta 2002, los mayores edificios fabriles se alquilaban a individuos o grupos artísticos. En octubre del mismo año, se celebró la primera exposición artística de gran envergadura en la zona artística renovada. Poco a poco, el lugar se fue poblando además con bandas musicales, bares, restaurantes, tiendas de confecciones, y hasta editoriales de revistas. El año pasado, más de 40 organizaciones comerciales realizaron negocios en este lugar, donde ahora se asientan sólo 30 estudios artísticos. Por supuesto, de cara al exterior, la presencia de estos últimos reviste mayor importancia. Es frecuente la celebración de diversas exposiciones y seminarios artísticos en las salas de exposición, que siguen manteniendo una apariencia fabril.

 La zona industrial electrónica de Jiuxiangqiao, incluida la fábrica 798, se construyó con la ayuda de la Ex –Unión Soviética en los años 50, y sus diseños y construcción corrieron a cargo de ingenieros de la ex  República Democrática de Alemania (RDA), de ahí la impronta europea que destaca en la arquitectura de los edificios fabriles. Debido a su importancia para la China de aquella época, cada fábrica se denominaba con un número, como las fábricas militares. Además de la 798, también existían las 718, 706, 707, 751, etc, y todas juntas formaban el “Complejo Fabril 798”. Esta complicada procedencia y su singular estilo constructivo en Beijing pueden explicar las frecuentes visitas de los artistas, quienes a su vez han otorgado un nuevo sentido y contenido al local.

Cada año, la revista estadounidense Newsweek elige una ciudad del mundo. En el año 2003, Beijing fue elegida por primera vez, lo cual se atribuye parcialmente a la fama ganada del barrio artístico de la “Fábrica 798”. Según la revista, la existencia y el desarrollo de la zona demuestran la capacidad y el potencial de Beijing como una capital de importancia mundial.

Tanto News Week como el diario The New York Times dan cuenta de numerosos artistas y economistas extranjeros que han encontrado su remanso en este barrio de Beijing. Según una encuesta, cada 15 minutos como promedio un grupo de visitantes se llega a los estudios y salas de exposición de Fábrica 798.

En mayo de este año, se celebró el primer festival de artes organizado por curadores extraoficiales. Durante un mes, tuvieron lugar más de 30 actividades artísticas de diversa índole, en lo que constituyó el mes más animado de la historia del barrio, con más de 200 artistas contemporáneos exponiendo  sus obras. El arte contemporáneo de China, considerado flor solitaria enamorada de su propia fragancia de antaño, logró abrir sus pétalos otrora cerrados a los visitantes nacionales y extranjeros. Después del evento, algunas figuras de los círculos artísticos y sus seguidores declararon con énfasis que “Fábrica 798” ha devenido nuevo símbolo de Beijing, capaz de otorgar un nuevo atractivo a China a los ojos del mundo.

Para todo artista un lugar tranquilo que facilite la creación constituye requisito básico, y si bien los creadores no planeaban abrir los estudios totalmente al público, se han visto finalmente forzados a hacerlo por imperativos comerciales, que deciden la prosperidad del barrio.

Con el desarrollo de la ciudad, lo que una vez se conoció como zona de las afueras se ha acercado al casco urbano, haciendo que de paso aumenten notablemente los precios de los lotes de terreno. A tenor del florecimiento del barrio, el propietario ha elevado asimismo los alquileres. Por otra parte, el gobierno de la ciudad planea construir una nueva zona industrial electrónica en el mismo lugar de la “Fábrica 798”, lo que hará que la mayoría de los contratos de alquiler expiren el año próximo. La posibilidad de un traslado forzado inquieta a los artistas, negados a marcharse en su mayoría. Quedarse en el sitio es la tarea más importante del momento.

Huang Rui, recién regresado de Japón, está preparando con unos amigos la publicación de un álbum de pintura titulado “798 en Beijing”, en un proyecto que involucrará a todos los artistas de la comunidad, interesados en dar a conocer a cuanta persona sea posible que la existencia futura del barrio es una necesidad. A la par, están organizando un grupo coordinador, entre cuyos miembros sobresale Robert Nerdell. La misión más importante del grupo consiste en comunicarse con los propietarios.

El matrimonio formado por Sun Yuan y Peng Yu fue uno de los primeros en  alquilar estudios en el 798. Para ellos, este es su hogar y su lugar de trabajo. No lo ven como una zona turística. Por ello, se sienten cada vez más preocupados frente al “carácter abierto” que actualmente impera en el barrio.

 Al hablar de la posibilidad de que se destruya el barrio, o el posible aumento del alquiler, Sun Yuan dice: “Tendremos que buscar otro sitio, pues no podemos impedir que lo hagan. Sólo somos aves de paso”.

Lo cierto es que ya hay avances parciales en la destrucción, aunque se afirma que la intervención del gobierno ha detenido momentáneamente el estropicio. “A menos que la niveladora llegue a mi puerta, no saldré de aquí,” afirma Huang Rui, adoptando una actitud que parece representar la opinión de la mayoría.

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