JANUARY
2005


Representación de cantos y danzas del Taller de Música de la dinastía Tang

Conjunto Musical de las 12 Muchachas en Hong Kong

2 Figurillas musicales de alfarería pintada, del siglo VII 

Instrumentos musicales  chinos

Por HUO JIANYING

Una orquesta de la dinastía Tang, en el mural de Dunhuang

Increíble como puede parecer, el fenomenal éxito obtenido por la gira artística del Conjunto Musical de las 12 Muchachas ha tenido efectos adversos para la industria artesanal musical del país, haciendo que se endurezcan los reglamentos aduaneros para la exportación de dichos artículos.

El repertorio de las 12 muchachas incluye música clásica china, piezas de Bach y de otros compositores occidentales, e incluso música latina, todas tocadas en erhu —violín chino de dos cuerdas— y otros 11 instrumentos musicales tradicionales chinos. Las representaciones de erhu del grupo gustaron tanto a los espectadores japoneses que éstos se han empeñado en comprar cuanto violín chino les queda a mano. Cada vez son más los turistas nipones que visitan China y regresan a casa con varios erhu entre un cúmulo de otras adquisiciones en el mercado local. Al estar revestida la caja de resonancia del instrumento con cuero de pitón o serpiente, el acelerado incremento en las ventas de erhu ha llamado la atención de la Administración Estatal de Importación y Exportación de Especies en Peligro de Extinción. En julio de 2004, el organismo gubernamental redujo de cinco a dos el número de erhu que se pueden exportar a título individual.

Taller musical antiguo

Erhu

El nombre en chino del Conjunto Musical de las 12 Muchachas es yuefang, que significa taller de música. Por eso, su traducción literal debe ser Taller Musical de las 12 Muchachas. Este nombre fue adoptado para este tipo de orquestas en la corte de la dinastía Tang (618-907). También conocido como jiaofang (taller de instrucción), yuefang fue una institución especial establecida en la dinastía Tang para preparar a mujeres con capacidades para la música y la danza y que actuaran en la corte imperial.

Pipa

Según documentos históricos, a principios de la dinastía Tang, en cada una de las dos capitales del país, Chang’an, la occidental, y Luoyang, la oriental, se establecieron dos jiaofang: uno para preparar bailarinas y otro para cantantes. Ambos grupos de estudiantes debían estudiar instrumentos musicales en el curso básico, incluyendo la pipa (instrumento pulsado de cuatro cuerdas con diapasón incorporado), la konghou (harpa china, con cinco a 25 cuerdas, dependiendo de su tamaño) y el sanxian (instrumento de tres cuerdas para pulsar).

Flautas

Las estudiantes jóvenes tenían que vivir enclaustradas dentro de los recintos del jiaofang. Sólo podían recibir visitas de familiares el primero y el 15 de cada mes y su día de cumpleaños. Las sobresalientes, que ocuparan los primeros diez puestos, podían ser premiadas con una casa propia. Según registros de jiaofang de la dinastía Tang, el repertorio de jiafang incluía más de 300 piezas, las cuales se podían solicitar en cualquier momento.

Este adiestramiento y vigilancia estrictos produjeron numerosas músicas de talento. Entre ellas la cantante Xu Hezi. Nacida en una familia musical en el distrito de Yongxin, provincia de Jiangxi, fue aficionada al canto desde pequeña. Tras entrar al jiaofang, adoptó el nombre artístico Yongxin, por su pueblo natal. Según datos históricos, su voz era dueña de una sonoridad mágica, melodiosa, clara y fuerte, y  cuando cantaba, se le oía en más de nueve barrios a la redonda. Además, también era compositora. Sus obras combinaban la  fuerza  descriptiva de las canciones folclóricas del sur del río Yangtsé y el estilo elegante de la música de la corte imperial. Súmese a ello que descollaba como mujer hermosa, inteligente y virtuosa.

En una ocasión, el emperador Xuanzong organizó un banquete con funcionarios. Decidió entretener a sus huéspedes con danzas, cantos y representaciones teatrales. Además de los parientes imperiales y funcionarios civiles y militares, también concurrió al local de representaciones artísticas una muchedumbre plebeya. El ambiente bullicioso que rodeaba el área de funciones molestó al emperador quien, decepcionado, estaba a punto de cancelar el programa. En ese momento su asistente Gao Lishi le sugirió: “Yongxin puede calmar al público con sus canciones”. Entonces pidieron a Xu hezi que cantara. La  elegancia del porte y la voz hermosa de la muchacha conmovieron a cada uno de los presentes. De inmediato se hizo un silencio profundo en el salón, pues el público quedó alelado con sus cantos. Cuando Xu terminó la primera pieza, los espectadores prorrumpieron en atronadores aplausos y vítores. En honor a esta gran cantante, sus canciones se compilaron más tarde en una colección musical estatal titulada Dama Yongxin.

La dinastía Tang constituyó la época de oro de la música y la danza chinas, gracias a su prosperidad económica y el poderío nacional. Poco después del establecimiento de la dinastía, algunos funcionarios sugirieron al emperador abolir la promoción de composiciones musicales que describían la vida lujosa y sensual de la corte de la dinastía anterior, la Sui (581-618), por considerar que las mismas propiciaban la “decadencia de la nación”. Sin embargo, el emperador Taizong no consintió, diciendo que el entendimiento y la interpretación de la música estaban relacionados con las emociones internas del oyente, independientemente de la intención del compositor de la misma.

Instrumentos musicales tradicionales

Cuando les preguntan en qué se basan sus representaciones, las muchachas del Conjunto contestan: en la música china. A pesar de lo abarcador de su repertorio y la gran variedad de formas musicales que asumen, los instrumentos musicales chinos han sido el único factor que las chicas han mantenido inalterable en su camino al éxito: la antigua cítara zheng, pipa, erhu, xiao (flauta vertical de bambú) y flauta de bambú. Aunque el Conjunto emplea teclados electrónicos e instrumentos de viento y cuerda para crear una atmósfera, o recurren a ellos para el acompañamiento, estos instrumentos tradicionales constituyen el alma de su música. Algunos instrumentos, tales como zheng y xiao, son originarios de China. Otros, incluidos erhu y pipa, se introdujeron desde el exterior y se fusionaron con instrumentos tradicionales.

Según datos registrados de la dinastía Han del Este (25-220),  la pipa llegó a las planicies centrales del país de la mano de un grupo étnico nómada, alrededor del siglo III antes de Cristo, procedente de las regiones del Oeste. En aquel entonces, este instrumento se le solía tocar a caballo. El mismo alcanzó su apogeo en la dinastía Tang, cuando empezó a ser tocado verticalmente en lugar de horizontalmente, y las cuerdas se tocaban con los dedos y no con el habitual plectro. También se registraron una serie de cambios en cuando al tamaño y los tonos, los cuales permitieron aumentar la esfera expresiva del instrumento.

Shimian Maifu (emboscada en todas direcciones) es una pieza antigua de solo de pipa. Su gran fama obedece a que es la mejor representación del instrumento, porque despliega a plenitud la cualidad artística del mismo. Desde épocas remotas constituyó la síntesis de todas las descripciones de escenas bélicas de mayor envergadura con sólo un instrumento. La obra describe la batalla de Gaixia, un enfrentamiento final y decisivo entre dos agrupaciones de tropas de  campesinos rebeldes a finales de la dinastía Qin (221-206 a.n.e.). La emboscada en todas las direcciones se refiere a la táctica militar y psicológica empleada por los vencedores para destruir a sus enemigos.

La pieza se divide en 13 secciones, cada una de las cuales se puede representar como una pieza independiente, pero también forman un conjunto, pues las historias que cuenta cada una están interrelacionadas. Los excelsos intérpretes de pipa pueden usar diversas técnicas para imitar el percutir de tambores, el soplido de los cuernos militares y los tonos melancólicos del xiao. El ritmo rápido y cambiante representa el entrechocar de las armas y las escenas sangrientas con bajas de soldados y caballos en la batalla. La pieza es imponente y emocionante.

Mucha gente considera que debido a sus restricciones de diapasón, volumen y tono, los instrumentos musicales tradicionales son más convenientes para evocar sentimientos bucólicos, y que las piezas tocadas en estos instrumentos siempre destilan fuerte tinte poético y literario. Pero Shimian Maifu es una excepción. Su gran éxito demuestra que los instrumentos nacionales son capaces de expresar un ámbito más amplio de temas.

Otra pieza muy famosa que vale la pena mencionar es Guangling San, que se toca con guqin (instrumento de siete cuerdas). La misma se relaciona estrechamente con Ji Kang (223-263), pensador y escritor muy conocido del Período de los Tres Reinos. Este intelectual fue genial en la música y en especial en la interpretación de guqin. Pero su carácter obstinado, indisciplinado, franco e inflexible le granjearon múltiples enemigos, y por las calumnias sin fundamentos de éstos, le sentenciaron a muerte. Su última petición antes de la ejecución fue tocar su guqin. Los presentes enmudecieron, entre apenados e indignados, ante la melodía conmovedora de Guangling San que resonaba en el campo de ejecución. Al terminar de tocar, Ji Kang anunció transido por la pena: “Guangling San no se escuchará nunca más”.

La fama de la obra se atribuye a Ji Kang, pero hasta hoy se sigue debatiendo si con su muerte se perdió la melodía original. La versión contemporánea de Guangling San es conocida como una de las 10 mejores piezas antiguas, y se le interpreta frecuentemente en las funciones y se le incluye en antologías para coleccionistas. Algunos consideran que esta versión no es la original que tocó Ji Kang. Otros están convencidos de que la pieza maestra no se ha perdido, sino que fue conservada,  y más tarde editada e impresa en 1425 por Zhu Quan, de la dinastía Ming, en su Shenqi Mipu (Notas secretas de Guqin). De cualquier modo, se considera que la pieza, por la forma única en que expresa la fiereza y los desafíos de la contienda, ha devenido hasta cierto punto una obra irrepetible, que hasta hoy permanece insuperada por otras.

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