Mi encuentro con Zhou Enlai

Por Helios Farrell Murga*

En 1970 viajé a China. Durante el trayecto nunca pensé que el destino me depararía la dicha de conocer en persona al Sr. Zhou Enlai, Primer Ministro de ese gran país.

Ya en Pekín, mi intérprete me sugirió prepararme para una visita a una Comuna Popular, la cual comentaré en otra ocasión. Poco antes de la salida, mi intérprete me comunicó que había planes de una entrevista posterior con un alto funcionario chino, ante lo cual puse reparos, aduciendo que debía antes regresar al hotel para cambiarme el atuendo, pues había salido muy temprano para la visita mencionada. El intérprete me contestó que no había tiempo y era menester ser puntuales a la reunión.

 
   

Al abandonar la Comuna me obsequiaron dos jugosas manzanas que me puse en la bolsa del pantalón y así me trasladé al Gran Palacio del Pueblo. Al llegar allí me aposenté en una sala desde la cual observé que por el pasillo venía el Sr. Zhou Enlai, ¡nunca me lo imaginé! ¡La entrevista era con él! Al principio pensé que, por sus responsabilidades, él estaba de paso por el lugar. Sin embargo, llegó hasta donde yo estaba y me saludó cordialmente: “¡Amigo Farrell! ¿cómo está?” No lograba sobreponerme al asombro. El se percató de mi turbación y amablemente me dijo: “Sé que ha estado en una Comuna Popular, puente de oro entre el socialismo y el comunismo ¿Cómo le fue por allí?” Le contesté que estaba maravillado por todo lo que vi en la Comuna, y agregué que me habían regalado dos manzanas, las cuales saqué de la bolsa del pantalón, y procedimos a comer ambos mientras conversábamos.

Como mexicano, experimenté honda satisfacción al oír de su propia voz su alta admiración por la historia de mi país, particularmente sus menciones a Benito Juárez, Pancho Villa, Emilio Zapata y Lázaro Cárdenas, a quien, según me dijo, había conocido personalmente. Me habló también de la cultura olmeca.

Zhou Enlai encarnaba la dignidad y firmeza del pueblo chino, y se mostraba accesible a todo lo que pudiera fomentar la amistad entre China y México. Nuestro encuentro sentó las bases para que una delegación, que incluía al equipo chino de Tenis de Mesa, visitara nuestro país en 1972.

Aquel viaje a China ocurrió en una época sumamente importante de su historia actual, cuando se iniciaba una etapa de distensión entre China y Estados Unidos, lo que dio pie asimismo para las actuales buenas relaciones entre México y China.

Debo agradecer el apoyo dado por el Lic. Emilio Krieger, Lic. Julio Carmona y Guillermo Nasser quienes en todo momento apoyaron este esfuerzo compartiendo siempre conmigo el gran cariño por el pueblo y gobierno de China que han sabido llevar a su país al éxito actual de todos conocido.


*Ex vicepresidente de la Federación Internacional de Tenis de Mesa
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