El
Gobierno chino se ha impuesto la meta de ayudar a los
campesinos a beneficiarse de la economía de mercado, porque
sin la participación de los 900 millones de labriegos
será imposible un saludable y armónico desarrollo social.
Abonando
sueños en el campo chino
Por
nuestra reportera QIAO TIANBI
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Temporada
de cosecha |
Después de la pasada
Fiesta de la Primavera, He Jingli y sus tres hijos no
regresaron a trabajar en la ciudad, como hacían antes.
Estos cuatro campesinos de la provincia de Hubei. Se disponen
a pedir que les devuelvan la media hectárea de parcela
que habían alquilado mientras trabajaban en la ciudad.
Su objetivo es hacer allí un estanque y criar cangrejos
y anguilas amarillas. Según He Jingli, se vieron obligados
a dejar la familia e ir a trabajar en la ciudad presionados
por las pesadas cargas tributarias del pasado. Pero ahora
que el campesinado ha sido eximido de todos los impuestos
agrícolas, volvieron a casa para la fiesta de la primavera
y decidieron quedarse. Cada centavo que ganen será para
su bolsillo.
En la actualidad, excepto las provincias de Shandong,
Yunnan, Hebei y Gansu y la región autónoma de Guangxi,
las otras 26 provincias, regiones autónomas y municipios
de jurisdicción central han declarado a la agricultura
exenta de impuestos. En 2005, 730 millones de campesinos
quedarán aliviados de una carga tributaria de más de 20.000
millones de yuanes (equivalente a 2.400 millones de dólares).
Es la primera vez en la historia china que se exime de
impuestos a los campesinos.
En 2003, cuando Wen
Jiabao asumió el cargo de primer ministro, al hablar de
las dificultades y los retos que enfrente la actual generación
de gobernantes, dijo primero que “el desarrollo de la
agricultura está atrasado y los ingresos de los campesinos
se incrementan lentamente”. En las sesiones anuales de
la Asamblea Popular Nacional (APN) y en la Conferencia
Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh) en 2004,
el premier Wen declaró: “A partir del presente año, se
reducirá la tasa de impuestos agrícolas, al ritmo de más
de un punto porcentual al año, hasta que se los exima
dentro de cinco años”. Obviamente, esta meta se cumple
con antelación.
Angustias
del gran país agrícola
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Li Shutian,
campesino de 55 años de edad en Hebei, aprovecha sus
vacaciones de la Fiesta de la Primavera para vender
provisiones especiales, lo que le rinde más de cien
yuanes al día |
China alimenta al 20 por ciento de la población
mundial con el 7 por ciento de la tierra cultivable del
mundo. Al mismo tiempo, la pequeña economía campesina
limita la productividad en el campo. El 40 por ciento
del campesinado mundial sostiene la vida del 7 por ciento
de la población no campesina del mundo. En cierto sentido,
el problema de China siempre se ha concentrado en la agricultura,
el campo y los campesinos. Fei Xiaotong, famoso sociólogo,
describió a China como “un país atado a la tierra” en
una de sus obras inglesas de 1945. La estructura social,
los preceptos morales y la cultura de China, todos están
relacionados con la tierra. Las turbulencias sociales
en la historia china siempre han tenido que ver con las
crisis en el campo. El Partido Comunista de China, bajo
la dirección de Mao Zedong, se hizo poderoso debido en
gran medida al profundo conocimiento del campo que tuvo
Mao. Entregó la tierra a los campesinos y así ganó su
gran apoyo. Más tarde, triunfó su revolución porque aplicó
la política de utilizar al campo para cercar las ciudades,
y fundó al final un nuevo país.
Después de 1949, año en que se instauró
la República Popular China, Mao Zedong se convenció de
que el desarrollo nacional debía basarse en la industrialización.
Pero la industrialización necesita cierta acumulación,
que sólo podía provenir de la agricultura, del sacrificio
de los campesinos. Durante 30 años, entre 1953 y 1983,
con la política de compra y venta centralizada por el
Estado, para los cereales, algodón y otros productos agrícolas,
los campesinos chinos contribuyeron a la industrialización
con más de 600.000 millones de yuanes (equivalentes a
72.600 millones de dólares). En 1958 se estableció en
China el reglamento tributario del campo. Según estadísticas
de la Administración Estatal de Impuestos, China recaudó
de manera acumulada impuestos agrícolas por 394.600 millones
de yuanes (equivalentes a 47.700 millones de dólares)
entre los años 1949 y 2003. Este fondo tributario agrícola
fue la acumulación inicial para la industria china. Como
la acumulación industrial requirió de una excesiva porción
del restante por ciento de la agricultura, la inversión
en recursos humanos en el campo perdió de estímulo y la
economía rural se hizo ineficiente.
En
1978, fue la reforma económica en el campo la que inició
la etapa de reforma y apertura de China. De 1982 a 1986,
el “Documento No.1” expedido por el Gobierno Central durante
cinco años consecutivos, fue dirigido a la agricultura.
El ingreso de los campesinos chinos se incrementó sostenidamente
durante siete años. Desde el inicio de la reforma estructural
urbana en 1986, la política estatal se inclinó más a la
ciudad, y el campo tuvo que volver a sacrificarse en bien
del desarrollo nacional. La economía china registró un
veloz crecimiento. El PIB per cápita alcanzó los 1.000
dólares en 2004. Sin embargo, el ingreso de los campesinos
no aumentó con el mismo ritmo. Los ingresos en la ciudad
y el campo se diferencian cada día más. Los especialistas
calculan que esta diferencia se ha ahondado hasta en seis
o siete veces. La gente siempre usa la frase “difíciles
son los campesinos, pobre es el campo y peligrosa es la
agricultura” al describir el estado del campo.
Ha
llegado el momento de atender a la agricultura
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Los
campesinos de Shanghai cuentan con tarjeta de seguridad
social |
Además
de velar por el incremento rápido y estable de la economía
china, Hu Jintao, Wen Jiabao y otros líderes de la nueva
generación de gobernantes de China, desde que asumieron
el poder se han dedicado a resolver problemas y contradicciones
sociales surgidos durante la reforma y apertura. Prestan
más atención al sector débil, sobre todo a los campesinos,
que suman el 70 por ciento de la población nacional. Desde
el 2003, el Gobierno ha adoptado sucesivamente una serie
de medidas de reforma en beneficio del desarrollo rural.
En 2005, el Gobierno Central planteó la
meta de construir una sociedad armónica. La sociedad armoniosa
se caracteriza por la justicia social. Hacer que los campesinos
compartan los frutos de la industrialización, la urbanización
y la modernización, es una condición insoslayable para
el desarrollo estable y armónico de toda la sociedad y
también es la clave para resolver problemas concernientes
a la agricultura, el campo y los campesinos. En el Informe
sobre la Labor del Gobierno, el premier Wen Jiabao señaló
que se iba a aplicar la política de apoyar a los campesinos
que no se han beneficiado suficientemente de la economía
de mercado, y que se había decidido suprimir completamente
los impuestos agrícolas desde el año 2006.
El presidente Hu Jintao cree que en la etapa inicial de la industrialización,
la agricultura brinda un apoyo clave ofreciendo la acumulación
a la industria. La industria beneficia a la agricultura
cuando aquella se ha desarrollado hasta cierto punto,
haciendo realidad un desarrollo armonioso entre la industria
y la agricultura, la ciudad y el campo. En estos años,
a medida que se desarrollan rápidamente la industria primaria
y la terciaria, los impuestos agrícolas ocupan una proporción
de las finanzas nacionales cada día menor. La proporción
de los impuestos agrícolas en el ingreso financiero nacional
se redujo de 41 por ciento en 1950 hasta el 1 por ciento
en el 2004, con una suma de menos de 20 mil millones de
yuanes (equivalentes a 2.400 millones de dólares), mientras
que el ingreso nacional es de más de 2 billones 600 mil
millones de yuanes (equivalentes a 314.000 millones de
dólares).
El “Documento No.1” emitido por el Gobierno
Central en 2005 también trata de la agricultura. Plantea
la idea de ampliar la exoneración de impuestos agrícolas
y aumentar la subvención a los campesinos; apoyar con
más fuerza la construcción de obras de infraestructura
y el progreso científico y tecnológico en el campo; aumentar
la subvención financiera a los distritos de producción
de cereales; aumentar la inversión en la lucha contra
la pobreza y desarrollar programas sociales en el campo.
Zhang Guangzhi, director de la Oficina de
Agricultura de Henan, gran provincia productora de cereales
en el centro de China, cree que la eliminación completa
de los impuestos agrícolas no sólo reducirá la carga de
los campesinos sino también removerá las añejas culturas
e ideologías económicas y políticas en el campo. Hay que
aprovechar esta oportunidad para impulsar la reforma en
todos los aspectos en el campo, sentando bases sólidas
para la futura reforma estructural en el campo y contribuyendo
al gran desarrollo agrícola.