Historia
de un amor extraordinario
Por YU
XIANGJUN
Cada
año, cuando se abren las flores silvestres en las praderas
de Ma Qu, en la provincia de Qinghai, la joven pareja que
forman Karko y Kate retorna a estos lares como aves migratorias.
Karko nació en el seno de una familia pastora bondadosa
y honrada de la región autónoma del Tíbet. Kate, procede
de una familia de banqueros de Londres, Inglaterra. Los
jóvenes tienen dos casas, una en Londres y otra en Ma Qu,
en las cuales pasan de forma respectiva el otoño y el verano.
No
lejos del norte de la capital del distrito de Ma Qu, una
edificación sobresale entre el estilo arquitectónico típico
tibetano. Está construida con ladrillos rojos y en su estructura
armonizan la usanza tradicional tibetana y la británica.
Distribuidos con orden y buen tino en su interior se ven
mesitas de chimenea, un sofá de rancia hechura inglesa,
una tetera de bronce, una alfombra y el indispensable
molinillo giratorio que se usa para orar en la región tibetana,
entre otros objetos domésticos.
En esta confortable
morada, este matrimonio ha pasado ya siete veranos, una
parte de ellos junto a su hijo de cinco años de edad. En
ella han recibido asimismo frecuentes visitas de los padres
y hermanos de Karko. Hacía un día espléndido cuando esta
peculiar familia me recibió en su amplio patio para realizar
esta entrevista.
Karko es un mocetón fornido de carácter sereno, que para la ocasión vestía
una camiseta y pantalón de vaqueros. Su pelo lacio quedaba anudado sobre su nuca
en una “cola de caballo,” lo que le hacía parecer un artista
urbano. Kate es una mujer blanca y bella, de pelo rubio
y ojos azules y brillantes. Llevaba una falda al estilo
tibetano, con algunos ornamentos simples. Goinbao Gyaibo,
un niño ingenioso y simpático, jugaba corriendo de un lado
a otro en el patio; los padres y hermano de Kate miraban
la televisión en la sala de estar y los padres de Karko
se ocupaban de los quehaceres domésticos. La vida familiar
rezumaba armonía y calor.
¿Qué
puede explicar que estos dos jóvenes hayan decidido formar
una familia a pesar de la distancia física y las diferencias
culturales que les separaban? - Tal vez ha sido el destino
– repusieron ambos al unísono y con firmeza.
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Kate
hablando de su libro |
Por
espacio de generaciones, los ancestros de Karko vivieron
en la pradera de Ma Qu, donde sus padres criaron a ocho
hijos, seis varones y dos mujeres. Karko es el tercero.
Según la tradición de los tibetanos, en la familia de más
de dos hijos varones, los padres esperan que uno de ellos
se haga lama y profese el budismo. Desde niño, el padre
de Karko colocó sus esperanzas en él, reconociendo que el
pequeño estaba dotado de inteligencia natural.
Desde sus primeros
años Karko dedicaba buena parte de su tiempo a la lectura,
demostraba agilidad mental y profesaba el budismo, pero
su visión del mundo no se acomodaba del todo al molde que
venía horneando su padre. Karko soñaba con conocer el mundo
exterior.
En
1989, cuando Karko tenía 18 años y estaba a punto de graduarse
de la enseñanza preuniversitaria, su padre volvió a insistir
con sus preferencias, pero el muchacho no estuvo de acuerdo
y decidió abandonar la casa para irse a Lhasa, capital
de la región autónoma del Tíbet, a unos mil kilómetros de
distancia de su pueblo natal.
Como
no llevaba ni un centavo en los bolsillos, se vio precisado
a ganarse el sustento con trabajos ocasionales, mientras
proseguía su marcha a occidente. Hoy
se sorprende tratando de calcular cuántas jornadas hizo
a pie y cuántas montañas atravesó.
Para
su suerte, unos días después de su llegada a Lhasa, conoció
por casualidad a un erudito proveniente de la India, quien
le invitó a su país. Allí empezó a estudiar inglés mientras
se dedicaba a algunas labores temporales. Más tarde, decidió
aprender técnicas de producción y redacción de telenovelas.
Durante sus años en el extranjero, Karko no dejó un día de extrañar a
sus padres y amistades. En cierta ocasión decidió explorar
la posibilidad de que su padre le perdonara y le escribió
una carta. En la respuesta, su padre no mencionó ni una
palabra del asunto pasado; se limitó a contarle que todos
los días iba al templo a orar por él desde el momento en
que abandonó la casa. Al leerlo, Karko rompió a llorar y
tomó la decisión de volver a casa en algún momento.
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Familia
feliz |
Justo
ese año conoció a Kate, durante un viaje realizado por la
India junto a varios amigos, y se enamoró de ella a primera
vista, y por su carácter abierto, su inteligencia y belleza.
A pesar de la distancia geográfica que mediaba entre ellos,
continuaron carteándose frecuentemente. Un mes más tarde,
empujada por el amor, Kate volvió al lado de su recién
descubierto amor.
Cuando
se enteraron de que su hija iba a casarse con un oriental,
ni cortos ni perezosos, los padres de Kate tomaron el avión
y llegaron a la India a principios de 1994, con el fin
de conocer más de cerca a su futuro yerno. Tras una charla
de toda la noche, los padres quedaron muy satisfechos con
el jovencito oriental.
Antes de su regreso a Inglaterra, los progenitores de la chica les aconsejaron
desarrollarse en uno de sus países natales, ya que la India
no era patria de ninguno de ellos. Si seguían viviendo en
ese lugar, el porvenir podría depararles muchas dificultades.
Poco
tiempo después de llegar a Inglaterra, se casaron. Kate
empezó a trabajar en una editorial como diseñadora y Karko
se dedicó a realizar cortos para la televisión. De su empeño
salió la exitosa película Una familia pastora, que
tuvo una calurosa acogida de público tras ser transmitida
por la pequeña pantalla. Gracias al mejoramiento económico
logrado con los esfuerzos conjuntos de varios años, la
pareja pudo comprar una casa con patio en Inglaterra.
En 1998, diez años después de su salida de casa, Karko por fin retornó,
ahora junto a su querida esposa, a la pradera y al lado
de sus padres, a quienes había añorado día y noche.
Al ver su hijo y nuera, la madre de Karko no pudo contener su emoción.
Acogió a Kate como si fuera su propia hija.
Los padres de Kate también se sintieron a gusto en un seno familiar cálido
y amable, y con la extensa pradera, las ovejas y bueyes
que pastaban en las colinas. Según sus propias palabras,
todo parecía un cuento infantil que se les colaba en el
corazón.
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El
padre y el hermano de Kate vienen desde Inglaterra hasta
Ma Qu a visitar la familia |
Durante medio año de vida feliz en Ma Qu, Kate se acostumbró sin sobresaltos
a la vida local y empezó a aprender el idioma tibetano y
equitación. Otras veces se iba con su marido a visitar parientes
y amigos y a hacer turismo. Antes de llegar al Tíbet, había
leído muchos libros sobre el lugar y presenciado varias
óperas tibetanas. Muy apasionada por la historia, leyendas,
cuentos sobre héroes y los hábitos y costumbres étnicos,
decidió escribir un libro o algunos artículos para dar a
conocer a más gente sobre
la pradera de Ma Qu, la nacionalidad tibetana y el oeste
de China.
Llegado
el otoño, Karko y su esposa debieron volver a Inglaterra,
pero con la intención de dejar de trabajar en la editorial
y empezar a redactar lo que habían visto y experimentado
en la pradera de Ma Qu. Cuando sus artículos se publicaron
en un periódico de Inglaterra, los mismos fueron muy bien
acogidos por los lectores.
En
2000, Kate logró publicar el Cuento sobre el amor de
una nuera tibetana, en un volumen de 305 páginas. En
la portada aparecía una foto de Kate vestida con el traje
típico tibetano y su cabeza ataviada con ornamentos regionales.
En el interior, estaban insertadas unas fotos de su hijo
y marido.
Cada vez que regresa de sus vacaciones en Ma Qu, Kate encuentra nueva
inspiración para escribir sus obras. Según ella, los cuentos
folklóricos y los hábitos y costumbres de la nacionalidad
tibetana están repletos de encantos. Todos los paisajes
naturales, personajes famosos, lamas y templos constituyen
para ella valiosos materiales para elaborar documentales
televisivos que pueden tener éxito en su país.
Actualmente, Kate está escribiendo
una obra literaria infantil y al mismo tiempo redactando
una telenovela sobre la vida de los pastores tibetanos.
Su deseo es que algún día pueda ser tan exitosa como la
autora de Harry Potter, J.K Rowling.
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