ABRIL
2005


Bebés sanos, madres seropositivas

Por LU RUCAI

 

El “Viaje a Hefei de los huérfanos contagiados de Sida” exhorta a la sociedad a deponer la discriminación y preocuparse por los niños contagiados

Zhou Zengquan fue por un tiempo subdirector del Hospital del Pueblo N.º 3 de la Ciudad de Kunming, donde estuvo encargado del proyecto de “Prevención del contagio materno-infantil del VIH”. Este proyecto se mantuvo en gestación secreta durante cuatro años, hasta finales de 2004, cuando 22 de 23 madres contagiadas por el VIH recibieron asistencia para parir bebés saludables, mediante la exitosa aplicación de la obstrucción en el parto.

La pertinencia de la obstrucción en el parto

Zhou Zengquan se involucró en el proyecto de “Prevención del contagio materno-infantil del VIH” tras conocer a una madre seropositiva cuatro años atrás. La mujer no supo de su mal hasta el momento del parto. Por tanto, su bebé también se infectó. En 2000, el hospital donde trabajaba Zhou recibió del extranjero una carga de medicamentos donados para el tratamiento del Sida. De inmediato, Zhou pensó en la madre seropositiva. Sin embargo, aquélla no aceptó la donación porque en aquel entonces aún no había medicamentos para tratar niños. Prefería morir con su bebé que vivir sola. “Este acontecimiento me sacudió. Aunque se ha propagado la idea de que la obstrucción en el parto protege solamente al bebé y no a la progenitora, y que por lo tanto no vale la pena a llevarla a la práctica, me puse a experimentar clínicamente con el proyecto. Lo hice partiendo de la tradición   de las madres chinas de dar mayor valor a la vida de sus vástagos que a la propia. Un bebé saludable puede incidir en que su madre enferma de Sida siga viviendo”.

Según la presentación de Zhou, la obstrucción en el parto es muy fácil. Antes de parir, la madre toma 200mg. de NVP, medicamento recomendado por la OMS (Organización Mundial de la Salud) para evitar el contagio materno-infantil. Al nacer el bebé por cesárea, se examina la sangre de su ombligo y se le suministra NVP, en dosis de 2mg/kg. Al mismo tiempo se evita amamantar al bebé con leche materna. Si el volumen de virus en la sangre del bebé de 18 meses no supera al índice establecido, se podrá declarar exitosa la obstrucción. Zhou afirma que todos los medicamentos que se toman durante el proceso sólo cuestan cuatro yuanes, equivalente a medio dólar estadounidense.

El valladar de la discriminación social

La mayoría de las madres seropositivas que participaron en el proyecto procedían de los alrededores de la ciudad de Kunming, provincia de Yunnan, y han sido recomendadas por obstetras de distintos hospitales. Los doctores participantes en el proyecto experimentaron penas y dificultades en la búsqueda de las enfermas. “En cuatro años sólo encontramos 23 enfermas que aceptaron la experimentación. En el primer año sólo convencimos a dos madres de participar en nuestro proyecto”, suspira con tristeza Zhou. Temiendo efectos negativos para el hospital, no pudieron reclutar las seropositivas de manera pública, sino que debieron acudir a recomendaciones. Por este motivo, el proyecto demoró cuatro años, el doble del tiempo planificado. De 23 casos  clínicos, sólo diez se atendieron en Kunming, mientras que otros 13 quedaron dispersos en hospitales locales de Yuxi, Simao y Honghe.

Según explica Zhou, la discriminación que aún impera en la sociedad hacia los seropositivos impide que muchas embarazadas contagiadas revelen su identidad, e incluso la de sus familiares. Por lo tanto, hasta cierto punto este proyecto se ha desarrollado en las sombras de la clandestinidad. La conservación del carácter secreto del tratamiento a estas madres es el deber más importante de todos los trabajadores del proyecto. “Nunca hemos preguntado por sus nombres y domicilio reales. Lo único que pedimos es poder comunicarnos con ellas”. Por lo general, las informaciones que las mismas dejan, tales como nombre, dirección y teléfono, son falsas.

Otro problema es que cerca de la tercera parte de estas mujeres se niega a ir al hospital para hacerse pruebas, renuentes a que se divulgue su historia clínica. De ahí que uno de los trabajos más importantes fuera garantizarles el anonimato. Como parte de las medidas adoptadas, con frecuencia se enviaba la ambulancia al lugar designado para recoger a la madre. Luego se le llevaba a un sitio aislado para extraerle la sangre. A veces, la mujer no acudía a la cita y el conductor enloquecía dando vueltas y vueltas, sin encontrar a nadie.

Necesidad de promover el método
En la XV Asamblea Mundial de Sida efectuada en Bangkok, Tailandia, el 12 de julio de 2004, Pu Cunxin (segundo de la izquierda) y Jiang Wenli (izquierda), actores famosos y también promotores sobre la prevención del Sida en China, venden papel recortado con fines caritativos, con el texto de ocho caracteres chinos que significan  “amaos mutuamente, disfrutad la vida juntos”

Después de terminar el proyecto, Zhou Zengquan fue asignado al Centro de Prevención y Control de Enfermedades de la provincia de Yunnan. Más tarde, empezó a trabajar para el recién establecido Centro del Sida, aunque continuó con sus  investigaciones sobre la obstrucción del parto. A finales de 2004, el Gobierno chino publicó el plan clínico para la prevención de la transmisión materno-infantil del Sida, recomendando la aplicación de este tratamiento. El doctor Zhou se sintió feliz.

Sin embargo, no las tenía todas consigo. Al respecto dice: “El alto índice de éxito en la obstrucción en el parto no significa que se domine la técnica de obstruir la transmisión del virus del Sida”. En China, aún hay muchas embarazadas que no saben que han sido contagiadas, lo que aumenta la dificultad de controlar y prevenir la enfermedad. Aunque este estudio clínico ha madurado en el extranjero, apenas despunta en China. Por tanto, la decisión del gobierno en ese sentido reviste una importancia capital.

El 17 de noviembre de 2004, el Ministerio de Salud Pública emitió un aviso, exhortando a fortalecer el trabajo en zonas experimentales de control y a prevenir la transmisión materno-infantil del VIH. A partir de 2003, estas zonas experimentales han estado atendiendo una población de 13.600.000, incluyendo 3.220.000 mujeres en edad fecunda.

En el Plan (experimental) para la Implementación del Trabajo de Control y Prevención de Transmisión Materno-Infantil del VIH, publicado el 8 de noviembre de 2004, el Ministerio de Salud Pública planteó políticas detalladas para la ejecución del trabajo de control y prevención en 15 zonas experimentales distribuidas por Henan, Hebei, Shanxi y otras provincias. Según el mismo se incluyen los siguientes servicios: la consulta gratis para mujeres encintas y la preparación para el matrimonio; el examen gratis del anticuerpo del virus del Sida para las parturientas; el tratamiento gratis para las seropositivas y los recién nacidos contagiados; el examen de seguimiento para las mujeres encintas y los recién nacidos contagiados; el examen rápido de anticuerpo del virus de Sida para las mujeres a punto de parir y desconocedoras de su situación de contagio, etc.

 

Según la investigación, de no tomar medidas preventivas, la tasa de transmisión maternal alcanzará de un 15 a un 50 por ciento. Cada año, cerca de 2.400.000 mujeres seropositivas en el mundo paren más de 800.000 bebés contagiados, lo que se traduce en un aumento del 75% del índice de mortalidad entre los recién nacidos. Los datos publicados en 2004 por el Ministerio de Salud Pública de China muestran que el índice de contagio materno-infantil en algunas regiones de China ha ascendido del 0,1 al 0,6 por ciento, o sea, que entre 30 y 40 por ciento de las mujeres portadoras de VIH pueden transmitir el virus a su bebé.

 

 

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