¿Qué
piensan los estudiantes chinos repatriados?
Por
XIAO QIAO
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Los repatriados traen
al país muchos proyectos de alta tecnología |
Desde los
últimos años de la década de los 70 del siglo pasado,
unos 700.000 chinos han salido a estudiar al extranjero.
Hasta finales de 2003, unos 172.800 de ellos habían regresado
a la patria en busca de oportunidades de desarrollo. En
la jerga popular se les ha endilgado el mote de “tortuga”,
porque en chino repatriado tiene la misma pronunciación
que el nombre del quelonio.
En la China
actual, no sólo se incrementa la cifra de aquellos que
salen a estudiar en el extranjero, sino también de quienes
vuelven a casa a trabajar.
¿Cómo asumen
los chinos a los “tortugas”? ¿Cómo viven éstos en su patria?
La Federación Nacional de la Juventud de China realizó
una encuesta sobre la situación de los que salen al extranjero
y los repatriados, en lo que ha constituido la primera investigación de
esa envergadura por medio de internet. El estudio tomó
en total un mes y abarcó a 49 países y regiones del mundo.
Unas 3.097 personas se registraron para participar en
la encuesta. De este total, el 95,1 por ciento pasó por
la experiencia de estudiar en el extranjero. La edad media
de los participantes, varones en su mayoría, fue 29 años.
La encuesta
se divide en ocho partes: opinión pública sobre estudios
en el extranjero, vida estudiantil en el extranjero, ambiente
sentimental de los estudiantes en el extranjero, expectativas
sobre regreso a la patria, críticas que encaran los repatriados,
políticas relativas a los estudios en el extranjero, problemas
para el desarrollo profesional en la patria y situación
actual de los repatriados. La encuesta consta de 60.000
caracteres chinos.
Estudios
por cuenta propia, modo principal de estudiar en el extranjero
Un 39 por
ciento de los chinos desean vehementemente estudiar en
otro país, mientras que el 48 por ciento tiene deseos
más moderados en ese sentido. La mayor atracción de estudiar
en otra nación se vincula con la calidad de la enseñanza,
un mejor ambiente de vida y más oportunidades para desarrollarse.
Sólo el uno por ciento de los investigados sale a estudiar
en el extranjero por ganar dinero con más facilidad.
La encuesta
muestra que, además de EE.UU. y Japón, los estudiantes
en el extranjero se están ampliamente distribuidos por
49 países y regiones del mundo. El 96 por ciento de los
estudiantes chinos seleccionan a Europa, América del Norte,
Oceanía y el Este de Asia.
Los estudiantes
chinos suelen preferir como destino a Reino Unido, Estados
Unidos, Australia, Japón, Nueva Zelanda, Canadá, Alemania,
Singapur, Francia y Holanda. En la encuesta, el Reino
Unido se convierte por primera vez en el primer país de
destino, superando a Estados Unidos.
Con una proporción del 79 por ciento, la opción de salida
por cuenta propia ha devenido el modo más común de estudiar
en el extranjero para los chinos. El siguiente es la solicitud
de beca. Los que se acogen a la selección gubernamental
ocupan solamente el 5,5 por ciento. Sin importar si viajan
por cuenta propia o a cargo del Estado, los que seleccionan
al Reino Unido y a Estados Unidos son mayoría, con una
proporción del 38,3 por ciento. En cuanto a becas, la
mayor parte del estudiantado se decanta por Estados Unidos.
Los repatriados
no se sienten disminuidos por que les llamen “tortugas”.
Más de la mitad de ellos sienten que sus compatriotas
los consideran superiores, pero prefieren que el público
les vea como gente ordinaria. El señor Wang, que estudió
en Alemania, dijo al respecto: “Siempre me siento rodeado
de una aureola invisible, ya sea cuando busco empleo o
cuando hago de amigos, por lo que se trata por partes
iguales de un estímulo y una carga para mí”.
Forja
espiritual, mayor logro del estudio en el extranjero
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Empresas e instituciones
nacionales salen al extranjero para anunciar puestos
de empleo vacantes |
Al hablar
de los dividendos que dejan los estudios en el extranjero,
el 36,5 por ciento de los encuestados selecciona la “forja
del espíritu”, el 31,5 por ciento cree que los mismos
estriban en “un mejor conocimiento de la comunidad internacional”,
y el 24 por ciento cree que se trata del “enriquecimiento
intelectual y el perfeccionamiento de la capacidad profesional”.
Liu es estudiante
de tercer año de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda. Afirma: “En el
extranjero, tengo que encarar por mí misma todos los asuntos
complicados como solicitar visa, cambiar de facultad,
preparar exámenes, alquilar apartamento y abordar autobuses.
No pocos compañeros míos alquilan habitaciones en casas
de familias locales. A veces, no logran conseguir la convivencia
adecuada con el dueño de la casa hasta tanto se someten
a juicio. Tales situaciones constituyen un dolor de cabeza,
pero contribuyen a forjar un carácter firme”.
Para los que
estudian en el extranjero, la mayor desventaja estriba
en la soledad emocional. Las diferencias lingüísticas
y culturales les provocan ocasionales molestias y a menudo
caen bajo el peso de la presión económica.
Más del 20
por ciento de los que estudian en el extranjero no tienen
pareja sentimental. Algunos, a pesar de tenerlas, o estar
casados, viven separados o distanciados de sus medias
naranjas. El 60 por ciento de éstos escoge soportar esta
nostalgia, mientras que el 16 por ciento escoge despedirse
de su amor o divorciarse. Algunos concilian la soledad
buscando amantes, ante lo cual la mayoría de los estudiantes
en el extranjero adoptan una actitud tolerante.
Cerca de una
mitad de los estudiantes en el extranjero consideran casi
nulas las posibilidades de mantener el noviazgo o matrimonio
a menos que sus parejas salgan junto a ellos al extranjero.
La vida en el extranjero, consideran, provoca tantos cambios
en la persona que ésta no vuelve la misma de antes, aunque
haya vuelto al país, algo muy difícil de comprender para
los que no han salido. Sólo el 20 por ciento tiene fe
en que el amor verdadero será capaz de superar la prueba
de fuego de la distancia física entre dos personas.
Más de la
mitad de los estudiantes encuestados opinan que, “la experiencia
de vivir en el extranjero supera al estudio mismo” y que
“nunca se han arrepentido de la decisión de salir al extranjero”.
Cerca del 30 por ciento dijeron que habían vacilado frente
a la pregunta, pero confirmaron su decisión al final.
El 2,9 por ciento de los investigados se arrepintieron
de su decisión de salir fuera de la patria.
Todos los
investigados reconocen los cambios que se operaron en
ellos por esta salida. El 71,2 por ciento creen que ha
cambiado su modo de actuar, el 70,7 por ciento creen que
su escala de valores se ha modificado. Al respecto, la
mayoría creen haber experimentado más ventajas que desventajas,
mientras que el 2,5 por ciento opinan al revés.
Cerca
del 90 por ciento quiere regresar a la patria
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La brecha en las
condiciones de vida en China y el extranjero, se está
reduciendo |
En la encuesta, más de la mitad de los investigados creen
que la tendencia general es volverse a la patria después
de terminar los estudios. El 90 por ciento de los que
están estudiando en el extranjero expresan su deseo de
regresar a China. Cerca de un tercio de ellos dijeron
que regresarían de inmediato tras graduarse, y más de
la mitad se pronunciaron por regresar después de acumular
unos años de experiencia laboral.
Por lo regular,
los graduados escogen regresar a la patria por consideraciones
prácticas más que por patriotismo. “El ritmo de desarrollo
de la economía nacional permite vislumbrar un porvenir
brillante y más oportunidades”, afirman los que ven en
esta particularidad su mayor impulso para el regreso.
Súmese a ello que las relaciones de parentesco y la cultura
también tienen un peso considerable. El aumento sostenido
de la economía nacional y las condiciones preferenciales
ofrecidas a los repatriados por el gobierno son otro motivo
para la vuelta a casa.
Por otro lado, los principales obstáculos para reasentarse
en China vienen dados por el omnipresente nepotismo que
permea a la sociedad china, donde aún sobresalen carencias
en el sistema jurídico y el ambiente de vida urbana que
evidencia desventajas comparativas.
Presión
de empleo y expectativas familiares
Más de un
tercio de los repatriados optan por Beijing y Shanghai
como sus primeras selecciones para trabajar. Shanghai
ostenta cinco puntos porcentuales más que Beijing.
La encuesta muestra que en lo tocante a empleo existe
una notable distancia entre la expectativa y la realidad.
Cerca de la mitad de los estudiantes en el exterior tiene
su primera opción en las empresas de capital extranjero,
seguidas por los centros de enseñanza superior y los
de investigación científica y tecnológica. En tercer lugar
se deciden a iniciar sus propias empresas o emplearse
en organizaciones internacionales o no gubernamentales.
Los que quieren trabajar como funcionarios del gobierno,
o para empresas estatales, sólo ocupan el 3,5 y 3,2 por
ciento, respectivamente. Sin embargo, la investigación
muestra que sólo un tercio de ellos pueden emplearse en
empresas extranjeras, además de empresas civiles, centros
de enseñanza superior o de investigación científica y
tecnológica y empresas estatales. Cerca de la mitad de
los repatriados se sienten “muy satisfechos” y “comparativamente
satisfechos” por su trabajo.
Después de
ver cómo caían en oídos sordos sus innumerables cartas
de solicitud de empleo, Li Dai comenzó a darse cuenta
de que la aureola de “tortuga” ya no brilla lo suficiente
como para iluminarle el camino laboral. Su sueño es trabajar
en una empresa extranjera. “Pero”, dice, “las empresas
extranjeras en China no se han instalado para nosotros.
Prestan atención a la experiencia de la ´tortuga´, pero
sobre todo a su capacidad”. Al final, Li Dai se empleó
en el departamento internacional de una institución civil
docente.
Más del 20 por ciento de los repatriados escogieron iniciar
sus propias empresas, principalmente en la industria
de alta tecnología, consultiva o educativa y cultural.
La falta de experiencias administrativas es el mayor obstáculo
para desarrollar su causa. El desconocimiento de “las
reglas del juego” del mercado nacional y la transformación
del intelectual en empresario constituyen otros dos retos.
Creen que para mejorar el ambiente nacional en la creación
de empresas privadas hay que resolver dos problemas peliagudos:
el nepotismo y las imperfecciones del sistema jurídico.
A medida que
disminuyen las exigencias para salir a estudiar al extranjero,
así se incrementan las dificultades de los repatriados
para conseguir trabajo. El 71,3 por ciento de ellos logra
encontrar trabajo en un término de seis meses, pero el
10,2 por ciento no lo consigue hasta pasado un año. El
motivo de esta dificultad se refleja en “la exagerada
petición de pago” y las “incapacidades”. El 40 por ciento
de ellos desean que su sueldo mensual supere los diez
mil yuanes, equivalente a 1.200 dólares estadounidenses.
La gran distancia entre la esperanza y la realidad se
traduce en presiones.
(Datos
tomados del periódico Diario de la Juventud de China)