Apagando
la sed y disminuyendo la pobreza
Para quien no haya tenido una visión de primera
mano, es difícil imaginar cuánta pobreza y
esperanzas diferidas se acumulan en la existencia de los
habitantes del Oeste de China, por cuenta de la escasez
de tierras cultivables y recursos hídricos en la
zona. Sin embargo, la acción mancomunada del gobierno,
de los propios habitantes del área y de diversos
organismos internacionales e individuos, está imprimiendo
un vuelco favorable a la lucha contra la pobreza.
La Red.
Depósito de agua
de emergencia
Por nuestra reportera WALTZ
Hubo un tiempo en que Huang Meie entraba a su cocina
a oscuras, encendía una antorcha, cogía una
pértiga y un par de cubos y salía de casa
sin hacer ruido. A lo lejos divisaba como otras antorchas
penetraban en una cueva de los alrededores. Una vez casada,
Huang Mei e se había trasladado a la aldea
de Xiaodong, donde su vida se vio ligada al agua de la cueva
en una especie de segundo e indisoluble matrimonio. Su casa
queda en el distrito de Donglan, uno de los más afectados
por la escasez de agua en la provincia de Guangxi, en el
suroeste de China. Hasta hace poco, las aguas de la cueva,
a varios kilómetros de distancia, constituían
la única fuente de suministro del preciado líquido
para los 300 aldeanos y sus respectivos animales.
En cierta ocasión, cuando Huang Meie llegó
al sitio del pozo, ya había una fila de aldeanas
a la espera de llenar sus cubos, encabezadas por una anciana
de más de 70 años. La espalda de ésta
semejaba una curva a fuerza de cargar agua durante años.
En la misma fila había además mujeres con
bebés dormidos a la espalda y muchachas en edad escolar,
acostumbradas todas a pasar la noche haciendo cola para
el agua y cargándola hasta sus hogares. Por fin le
llegó el turno a Huang Meie. Bajó a
la cueva de 50 metros de profundidad por un brocal que sólo
permitía la entrada de una persona. Por suerte para
ella, había llegado temprano. Todavía quedaba
agua. De no haber sido así, hubiera tenido que esperar
otras dos horas hasta que el agua volviera a acumularse
en el fondo de la cueva.
Para subir, tuvo que colocarse a la espalda los dos cubos,
apretando con los dientes la cuerda que los sujetaba, mientras
se arrastraba por las paredes resbaladizas, con una mano
sujeta a la roca y llevando la antorcha en la otra.
Cada temporada de sequía, teníamos
que ir por el agua de la cueva, que queda a unos dos a tres
kilómetros de casa. Entre ida y vuelta se necesitan
dos horas. Para una familia de seis personas y sus animales,
cada día se precisan de 12 a 14 cubos de agua, por
lo que se requiere todo un día para acarrearla,
rememora Huang. Y agrega: Las mujeres de edad tienen
los dientes deformados y desgastados por la cuerda del cubo.
Los aldeanos de Xiaodong se han visto precisados a usar
el agua con meticuloso cálculo: la media palangana
de agua en que se lava la cara toda la familia al romper
el día se conserva para el aseo de los pies en la
noche. Luego se le da a beber a los cerdos. El agua de enjuagar
las verduras se conservaba para lavar los tazones. No había
agua para bañarse y sólo se podía aspirar
a limpiarse el cuerpo con una toalla mojada.
Por un prolongado período, el agua ha regido el
destino de los lugareños. Todo sentimiento en la
aldea ha sido moldeado por la necesidad del líquido.
En la temporada de sequía, todos los mayores iban
por el agua y sólo quedaban en casa los niños,
llorando de miedo a la oscuridad y por hambre, a lo cual
se sumaba la barahúnda de chillidos y ladridos de
cerdos y perros. Era un panorama desolador.
La provincia de Guangxi pertenece a la geomorfología
cárstica, la cual propicia la filtración subterránea
del agua a través de las grietas de las piedras.
En tiempos normales el agua no se contiene en la superficie
de la tierra, pero en época de lluvia, se producen
inundaciones en corto tiempo, arrasando cultivos y casas.
Con la idea de almacenar el agua de lluvia, los aldeanos
construyeron un estanque de uso público. Además,
cada familia dispone ya de un depósito de agua. Sin
embargo, el agua destila poco a poco por las fisuras del
barro, sin que se pueda hacer nada cuando falta el cemento
para cerrar los poros.
La aguda falta de agua en temporada de sequía solía
generar agrias disputas por conseguirla, sin importar la
hora del día. Los vecinos no cesaban de arracimarse
sobre el estanque, quejándose, criticando y hasta
agrediéndose entre ellos.
Así hasta 2001, cuando la Fundación para
el Desarrollo de las Mujeres de China decidió ejecutar
un proyecto de asistencia en Guangxi. Por otro lado, la
Compañía de Películas Fotográficas
Lucky donó 200.000 yuanes a los distritos de Donglan
y Longan para resolverles el problema del agua a 388
familias, que incluían a 2.000 personas. Gracias
a este proyecto, la vida de Huang Meie y los aldeanos
experimentaron enormes cambios. Tras cinco meses de ardua
labor, cada familia construyó un depósito
de agua de 60 metros cúbicos, al costo de 1.000 yuanes
cada uno, invertidos en la compra de materiales de construcción.
Al abrir el grifo, y viendo derramarse el agua, Huang Meie
no pudo contener las lágrimas. Ahora sí
que toda mi familia y los animales tienen agua potable suficiente,
dijo.
Construido el depósito de agua, Huang ha ganado
paz espiritual y ha comenzado a planificar el futuro. Ella
y su marido compartían la misma idea: procesar requesón
de soja. Con ello en mente, compraron instrumentos y se
pusieron en acción: maceraron la soja, la molieron
y presionaron el requesón.
La buena calidad del producto final trajo fama a la familia.
Ahora todo el mundo compra el requesón de soja
de nuestra familia por que usamos agua limpia. Además,
podemos cultivar verduras con suficiente agua, expresó
el marido de Huang.
Según ésta, ya han comprado televisor y lavadora
con el dinero obtenido por la venta de requesón de
soja. Por si fuera poco, están criando seis cerdos
más y varias decenas de gallinas. Los residuos del
requesón de soja sirven de pienso para los cerdos.
Fuera del corral, construyen un estanque de metano. Todo
ello forma una pequeña cadena de producción
familiar.
Detrás del patio de la familia de Huang hay una
huerta de verduras, donde los miembros del núcleo
cultivan berenjenas. Según Huang, hay planes de construir
un invernadero de 1.000 yuanes y contratar la tierra de
la montaña detrás de la casa para cultivar
mandarinas. Más tarde, añade, se levantará
un edificio de dos pisos.
Anexo: Datos 1.
Situación actual de la lucha contra la pobreza
Según estadísticas de la Oficina del Consejo
de Estado para la Disminución de la Pobreza, la población
absolutamente pobre con un ingreso anual per cápita
inferior a 637 yuanes ha disminuido de los 250 millones
de personas de 1978 a 29 millones en 2003. La tasa de generación
de pobreza se redujo del 30,7 por ciento al 3,1 por ciento.
Además, la población con un ingreso anual
per cápita inferior a 882 yuanes, línea de
garantía mínima de supervivencia distrital,
es de 56,17 millones de personas. Los dos grupos poblacionales
arriba mencionados totalizan 85 millones de personas, quienes
constituyen el principal objetivo de la ayuda a los pobres
en la actualidad.
Guizhou es la provincia con mayor población pobre
y mayor extensión territorial en estado de depauperación
económica. En 1985, toda la provincia tenía
una población rural pobre de 15 millones de personas,
que representaban el 57,5 por ciento de la población
campesina de la provincia. A fines de 2003, la población
pobre se redujo a 2,9 millones de personas.
Desde 1996, las entidades del Gobierno Central responsabilizadas
con brindar asistencia a una localidad carenciada asignaron
380 millones de yuanes a Guizhou. Con esa suma se ejecutaron
570 proyectos de ayuda a los pobres. Los lugares desprovistos
de esa provincia recibieron 200 millones de yuanes en concepto
de donación. Por medio de ayudas se establecieron
110 escuelas primarias y secundarias y se financiaron los
estudios de 13.000 estudiantes pobres.
Datos 2.
La Fundación para el Desarrollo de las Mujeres de
China (FDMCh) ejecuta el proyecto de ayuda a los pobres
denominado Depósito de agua
La parte occidental de China es una de las principales
zonas de sequía en el planeta, donde sólo
ocurren precipitaciones anuales de entre 300 a 400 mm, mientras
la evaporación es tan alta que llega de 1.500 a 2.000
mm. Los habitantes de esa zona suelen valerse de agua de
lluvia acumulada en el depósito. Por falta de fondos
para impermeabilizarlos, los depósitos rústicos
no pueden conservar el agua.
Además, las difíciles condiciones de vida
y el atraso educativo dejan sumidas a las mujeres en altas
tasas de enfermedad, natalidad y mortalidad infantil.
En 2001, la FDMCh ejecutó un proyecto destinado
a la construcción de depósitos de agua para
las zonas noroeste carentes de agua, usando donaciones sociales.
A fines de 2003, se construyeron 90.000 depósitos
de agua en 15 provincias, 1.070 obras de suministro de agua,
con lo que 900.000 personas fueron beneficiadas. De esta
cifra, el 70 por ciento son mujeres y niños.
Dirección de la FDMCh: Jianguomennei Dajie 15, Beijing,
Fundación para el Desarrollo de las Mujeres de China
Teléfono de donación: 0086-10-65263572, -10-65140471
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