AGOSTO
2004


Orígenes chinos del calendario azteca (VIII)

Por SONG BAOZHONG y WANG DAYOU

Lámina XXIXa. Ocarina de la dinastía Shang (1600-1046 a.C.) desenterrada al norte de la ciudad de Anyan, provincia de Henan, con un agujero de toque y tres de ejecución.

Lámina XXIXb. Siringa.

Durante mis estudios en México, la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Chiapas me invitó a participar en una conferencia sobre el paralelismo cultural ente China y América, celebrada en San Cristóbal de las Chapas en los primeros días de mayo de 1993. Gracias a la presentación del profesor Antonio Mosquera y de la profesora Walda Barrios, conocí al profesor José Ordóñez. En la charla éste me dijo que los indígenas intentaban por todos los medios conservar su tradición. La gente debe profundizar su vida cotidiana, sobre todo sus fiestas tradicionales para conocer la civilización indígena. En la música y los cantos folclóricos mayas se registraba el pasar de los días y las vicisitudes de la vida. Las canciones están llenas de una emocionada vocalización, verdaderos sentimientos y ricas expresividades, mientras que las melodías poseen un ritmo apreciado y rememora antiguos ritos.

Tras escucharla despertó mi curiosidad, pues sus tonos, melodías y ritmos son muy parecidos a los nuestros. !Qué lástima que no entendiera las letras de las canciones! Cuando regresé a China me traje una cinta grabada para consultar con Wang Xue, profesora del Conservatorio Central de Música, y preguntarle sobre su parecer.

La profesora Wang me dijo que la música, al igual que los idiomas, posee signos destinados a intercambiar sentimientos entre los seres humanos. La música indígena es un retrato real de su vida y un importante portador social. Por lo tanto, si tratan de explorar las fuentes de la música del México antiguo, pueden discernir los cambios operados durante la historia. En el arte móvil, la música es una elocuente evidencia en la distinción de las vicisitudes históricas.

El instrumento musical chino llamado (xun) no es más que la ocarina de México y en 1949, al comienzo de la Liberación, fue vista en raras ocasiones. En los últimos años, los artesanos musicales han realizado grandes esfuerzos y ha n obtenido un gran éxito en el estudio y la técnica de la ejecución de este instrumento. En las ruinas de Hemudu, distrito de Yuyao, provincia de Zhejiang, fue desenterrada en 1973 una ocarina de hace unos 7.000 años. Hecha de barro cocido, tiene varios agujeros y es la ocarina más antigua de nuestro país. También se han hallado instrumentos de la dinastía Zhou del Oeste (1046─771 a.C.), hechos de metal, piedra, bambú, calabaza, barro cocido, cuero, seda y madera. Las ocarinas producían un tono triste y profundo y poseían un volumen bajo, logrando un perfecto equilibrio. Las ocarinas de la antigua China y México son muy parecidas, pues ambas están hechas de barro cocido, tienen un tamaño similar, forma de huevo de ganso y tres o cinco agujeros (lámina XXIXa).

A la siringa se la llama en chino (xiao), (lai) o (bizhu) y utiliza varios tubos de caña que forman una escala musical y van sujetos unos al lado del otro según la altura. Para hacer sonar esta zampoña, se ha de mover con ritmos y energía. Este instrumento musical aparece en el Libro de las Odas -colección de antiguas poesías chinas que cuenta con 305 odas escritas entre los primeros años de la dinastía Zhou de Oeste y mediados del Período Primavera y Otoño (770476 a.C.)-. En Anyan, provincia de Henan, fue desenterrada una siringa de 2.500 años de una tumba perteneciente al matrimonio Huang Junmeng. En opinión del músico Samuel Martín, la técnica de ejecución, las relaciones de intervalo y la forma de amarradura de la siringa de México son iguales a las de nuestro país. Se trata, pues, de un importante documento que muestra las relaciones precolombinas entre China y México (lámina XXIXb).

Lámina XXIXa. Ocarina de la dinastía Shang (1600-1046 a.C.) desenterrada al norte de la ciudad de Anyan, provincia de Henan, con un agujero de toque y tres de ejecución.

Lámina XXIXb. Siringa.

Las flautas (dizi) suenan en casi todos los rincones del mundo y, sin embargo, las fabricadas con huesos humanos fueron utilizadas sólo en China, la India y México. En las ruinas de Jiahu, distrito de Wuyang, provincia de Henan, fue desenterrada una flauta de huesos de águila con una antigüedad de entre 750 y 8.500 años, proviniendo posiblemente del culto al tótem aguileño, pues se trata de las ruinas del Taihao, grupo étnico que rinde culto al águila. Por eso, sostenemos que el uso de las flautas hechas con huesos humanos proviene de una antigua creencia. El caracol (luohao) se utiliza en Asia, Europa y América, sin embargo, la función y el significado de su uso en China y en la cultura azteca y maya son muy similares. Hecho de material natural, el caracol representa el poder más noble y más glorioso y se toca cuando se celebran ceremonias solemnes. De acuerdo con el profesor Samuel Martí, el caracol cuenta con un significado de género y de vida. Cuando una persona muere, se toca el caracol y esto significa que el alma del muerto conecta con el cielo o el universo. En las antiguas tumbas de China se han encontrado también caracoles con jade. El jade, símbolo de la masculinidad y la pureza, podía expulsar a los espíritus malvados y al igual que el caracol normal, este instrumento musical de jade, se tocaba sólo en las ceremonias sagradas taoístas y budistas.

Debemos conocer la connotación de la capa profunda de la música de la antigua América. Los indígenas cantaban y bailaban no sólo para expresar su respeto y rendir culto a las deidades, sino también para rogar por una buena cosecha y por la felicidad del ser humano y del ganado. Su arte y danza estaban relacionados con la misteriosa religión y el simbolismo totémico de Oriente.

Los músicos mexicanos entre las décadas de 1930 y 1980 escribieron más de diez obras según la relación del intervalo de los instrumentos musicales y la melodía de las canciones heredadas del pasado y sostienen que los aztecas, mayas o incas utilizan tanto la escala pentafónica. Cada uno de los cinco tonos en la escala pentagónica puede formar una principal tónica, constituyendo de esta manera un modo. Algunos músicos sudamericanos no sólo señalan que lo arriba mencionado es completamente igual entre la antigua China y América sino también que se encuentran los nombres de la pentagonía entre ellas. Según los profesores P. Castellanos y V. Mendoza, los nombres pentagónicos de China son gong, Shang, Jiao, Zhi y Yu, mientras que los aztecas se llaman Ti, Qui, Ta, Co y Ton. En el mundo sólo China, América y Escocia utilizaban la escala pentagónica. Partiendo de la etnología, los indígenas tienen una larga distancia con los blancos y los negros. Si analizamos aún más, además de que los aztecas y los chinos tienen los nombres de la pentagonía, entre la antigua China y América se encuentra también un grupo de triplesonido formado por gong, shang y jiao (lámina XXX).

Lámina XXXa. Músico tocando su tambor, Los pueblos y señoríos teocráticos, escrito por Eduardo Matos Moctezuma y  otros.

Lámina XXXb. Músico cantando y tocando un tambor, dinastía Han del Oeste (206 a. C.- 25), instrumentos musicales de China, redactado por Zhao FENA.

 

Lámina XXXa. Músico tocando su tambor, Los pueblos y señoríos teocráticos, escrito por Eduardo Matos Moctezuma y otros.

Lámina XXXb. Músico cantando y tocando un tambor, dinastía Han del Oeste (206 a.C.-25), Instrumentos musicales de China, redactado por Zhao Feng.

Breve introducción a los calendarios chino y azteca

Los aztecas utilizaron dos calendarios, uno solar o Xiuhpohualli, formado por 18 meses más cinco días muertos, inútiles o nemontemi (365 días), que comienzan por el día cipactli (del cocodrilo), donde un mes tiene 20 días o veinte figuras que se encuentran en la piedra del sol, y el otro, mágico adivinatorio o Tonalpohualli, llamado el de los destinos, formado por los números del 1 al 13 y 20 días mágicos (260 días). La formación del ciclo mexicano de 52 años Xiuhmopilli corresponde a 52 años solares, es decir, 4 (tochtli, acatl, tecpatl, calli) por 13, igual a 52, y comienza por el año Ce Tochili o Uno Conejo. Véase la tabla siguiente:

Número  nahuatl             número    nahuatl

1)   1    tochtli   conejo    27)    1   tecpatl  pedernal

2)   2    acatl    caña      28)    2   calli    casa

3)   3    tecpatl   pedernal  29)    3    tochtli  conejo

4)   4    calli     casa     30)     4   acatl    caña

5)   5    tochtli   conejo    31)    5    tecpatl  pedernal

6)   6    acatl    caña      32)    6   calli     casa

7)   7    tecpatl   pedernal  33)    7    tochtli   conejo

8)   8    calli     casa      34)    8   acatl    caña

9)   9    tochtli   conejo     35)   9    tecpatl  pedernal

10) 10    acatl     caña     36)   10    calli     casa

11) 11    tecpatl   pedernal   37)   11   tochtli   conejo

12) 12    calli     casa      38)   12   acatl     caña

13) 13    tochtli   conejo     39)   13   tecpatl   pedernal

14)  1    acatl    caña      40)    1   calli     casa

15)  2    tecpatl   pedernal   41)   2    tochtli   conejo

16)  3    calli     casa      42)    3   acatl    caña

17)  4    tochtli   conejo     43)   4    tecpatl  pedernal

18)  5    acatl    caña       44)   5    calli    casa

19)  6    tecpatl   pedernal    45)   6   tochtli   conejo

20)  7    calli     casa       46)   7   acatl     caña

21)  8    tochtli   conejo      47)   8   tecpatl   pedernal

22)  9    acatl    caña        48)   9   calli     casa

23) 10    tecpatl   pedernal    49)   10   tochtli   conejo

24) 11    calli     casa        50)  11   acatl     caña

25) 12    tochtli   conejo      51)   12   tecpatl   pedernal

26) 13    acatl    caña        52)   13   calli     casa

Al superponer ambos calendarios arriba mencionados, constituyendo dos ruedas concéntricas, una de 365 días y otra de 260 días, tendremos el ciclo de 18.980 días del calendario azteca, divididos en 52 Xiuhpohualli y 73 Tonalpohualli. Después de 52 años solares o 73 años de destino se celebraba la Fiesta del Fuego.

Tenemos en cuenta que el Tonalpohualli es el calendario del destino. Los elementos que influyen en el augurio están relacionados con el círculo mágico de los días, la magia de los números que los acompañaban, los rumbos o colores del universo, y las deidades que cuidaban las trecenas y las aves agoreras. Sólo los sacerdotes muy sabios podían realizar augurios y si querían pedir por asuntos estatales debían celebrar actos solemnes, tocar clarines, encender incienso y hacer genuflexiones ante la deidad.

En 1965 en el distrito Chuxiong, provincia de Yunnan, fue desenterrado el homo erectus yuanmounensis de hace 1.700.000 años. El grupo étnico yi vive en su clan cerrado en Chuxiong, curso inferior del río Jinsha. Antes de la liberación (1949) se utilizaba el calendario solar, en el cual un año se dividía en cinco estaciones y diez meses, cada mes contaba con 36 días y se reservaban cinco días para el Año Nuevo, con lo que se completaba un año de 365 días. Datado posiblemente en la época de los primitivos grupos étnicos di y qiang de hace 5.000 años, el calendario fue utilizado también por los grupos étnicos yi, bai y tujia. Si hacemos una comparación entre el calendario azteca y el calendario yi, podemos encontrar dos rasgos característicos. En primer lugar, todos son calendarios solares y en segundo, los métodos de cálculo son iguales, a saber, 18 x 205 = 20/2 x 18 x 2 5 = 365 días. Es digno de mencionar que ambos calendarios cuentan con cinco días antes del Año Nuevo. Una poesía llamada Julio, balada de Bin –lugar situado actualmente en la provincia de Shaanxi- extraída del Libro de las Odas, habla del calendario de 10 meses. Según un cálculo de algunos expertos, el calendario yi ya se utilizó en los primeros años de la dinastía Xia o sea hacia el 2000 a.C.

Song Baozhong, conocido también como Yaosong, es profesor asociado del semanario de Beijing Informa, mientras que Wang Daoyou, apodado Shaohua, es redactor de la Casa Editorial Huaxia.

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