Orígenes
chinos del calendario azteca (VIII)
Por
SONG BAOZHONG y WANG DAYOU
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Lámina
XXIXa. Ocarina de la dinastía Shang (1600-1046
a.C.) desenterrada al norte de la ciudad de Anyan,
provincia de Henan, con un agujero de toque y tres
de ejecución.
Lámina
XXIXb. Siringa.
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Durante mis
estudios en México, la Escuela de Ciencias Sociales de
la Universidad Autónoma de Chiapas me invitó
a participar en una conferencia sobre el paralelismo cultural
ente China y América, celebrada en San Cristóbal
de las Chapas en los primeros días de mayo de 1993.
Gracias a la presentación del profesor Antonio
Mosquera y de la profesora Walda Barrios, conocí
al profesor José Ordóñez. En la charla éste
me dijo que los indígenas intentaban por todos
los medios conservar su tradición. La gente debe
profundizar su vida cotidiana, sobre todo sus fiestas
tradicionales para conocer la civilización indígena.
En la música y los cantos folclóricos mayas
se registraba el pasar de los días y las vicisitudes
de la vida. Las canciones están llenas de una emocionada
vocalización, verdaderos sentimientos y ricas expresividades,
mientras que las melodías poseen un ritmo apreciado
y rememora antiguos ritos.
Tras escucharla
despertó mi curiosidad, pues sus tonos, melodías
y ritmos son muy parecidos a los nuestros. !Qué lástima
que no entendiera las letras de las canciones! Cuando
regresé a China me traje una cinta grabada para consultar
con Wang Xue, profesora del Conservatorio Central de Música,
y preguntarle sobre su parecer.
La profesora
Wang me dijo que la música, al igual que los idiomas,
posee signos destinados a intercambiar sentimientos entre
los seres humanos. La música indígena es
un retrato real de su vida y un importante portador social.
Por lo tanto, si tratan de explorar las fuentes de la
música del México antiguo, pueden discernir los
cambios operados durante la historia. En el arte móvil,
la música es una elocuente evidencia en la distinción
de las vicisitudes históricas.
El instrumento
musical chino llamado (xun) no es más que la ocarina de México y en 1949,
al comienzo de la Liberación, fue vista en raras
ocasiones. En los últimos años, los artesanos
musicales han realizado grandes esfuerzos y ha n obtenido
un gran éxito en el estudio y la técnica de la ejecución
de este instrumento. En las ruinas de Hemudu, distrito
de Yuyao, provincia de Zhejiang, fue desenterrada en 1973
una ocarina de hace unos 7.000 años. Hecha de barro
cocido, tiene varios agujeros y es la ocarina más
antigua de nuestro país. También se han hallado
instrumentos de la dinastía Zhou del Oeste (1046─771
a.C.), hechos de metal, piedra, bambú, calabaza,
barro cocido, cuero, seda y madera. Las ocarinas producían
un tono triste y profundo y poseían un volumen
bajo, logrando un perfecto equilibrio. Las ocarinas de
la antigua China y México son muy parecidas, pues ambas
están hechas de barro cocido, tienen un tamaño
similar, forma de huevo de ganso y tres o cinco agujeros
(lámina XXIXa).
A la siringa
se la llama en chino (xiao),
(lai) o (bizhu) y utiliza
varios tubos de caña que forman una escala musical
y van sujetos unos al lado del otro según la altura.
Para hacer sonar esta zampoña, se ha de mover con
ritmos y energía. Este instrumento musical aparece
en el Libro de las Odas -colección de antiguas
poesías chinas que cuenta con 305 odas escritas
entre los primeros años de la dinastía Zhou
de Oeste y mediados del Período Primavera y Otoño
(770-476 a.C.)-. En Anyan, provincia de Henan,
fue desenterrada una siringa de 2.500 años de una
tumba perteneciente al matrimonio Huang Junmeng. En opinión
del músico Samuel Martín, la técnica de
ejecución, las relaciones de intervalo y la forma
de amarradura de la siringa de México son iguales a las
de nuestro país. Se trata, pues, de un importante
documento que muestra las relaciones precolombinas entre
China y México (lámina XXIXb).
Lámina
XXIXa. Ocarina de la dinastía Shang (1600-1046
a.C.) desenterrada al norte de la ciudad de Anyan, provincia
de Henan, con un agujero de toque y tres de ejecución.
Lámina
XXIXb. Siringa.
Las flautas
(dizi) suenan en casi todos los rincones del mundo
y, sin embargo, las fabricadas con huesos humanos fueron
utilizadas sólo en China, la India y México. En
las ruinas de Jiahu, distrito de Wuyang, provincia de
Henan, fue desenterrada una flauta de huesos de águila
con una antigüedad de entre 750 y 8.500 años, proviniendo
posiblemente del culto al tótem aguileño,
pues se trata de las ruinas del Taihao, grupo étnico que
rinde culto al águila. Por eso, sostenemos que
el uso de las flautas hechas con huesos humanos proviene
de una antigua creencia. El caracol
(luohao) se utiliza en Asia, Europa y América,
sin embargo, la función y el significado de su
uso en China y en la cultura azteca y maya son muy similares.
Hecho de material natural, el caracol representa el poder
más noble y más glorioso y se toca cuando
se celebran ceremonias solemnes. De acuerdo con el profesor
Samuel Martí, el caracol cuenta con un significado
de género y de vida. Cuando una persona muere, se toca
el caracol y esto significa que el alma del muerto conecta
con el cielo o el universo. En las antiguas tumbas de
China se han encontrado también caracoles con jade. El
jade, símbolo de la masculinidad y la pureza, podía
expulsar a los espíritus malvados y al igual que
el caracol normal, este instrumento musical de jade, se
tocaba sólo en las ceremonias sagradas taoístas
y budistas.
Debemos conocer
la connotación de la capa profunda de la música
de la antigua América. Los indígenas cantaban y
bailaban no sólo para expresar su respeto y rendir
culto a las deidades, sino también para rogar por una
buena cosecha y por la felicidad del ser humano y del
ganado. Su arte y danza estaban relacionados con la misteriosa
religión y el simbolismo totémico de Oriente.
Los músicos mexicanos entre las décadas de 1930 y 1980 escribieron
más de diez obras según la relación
del intervalo de los instrumentos musicales y la melodía
de las canciones heredadas del pasado y sostienen que
los aztecas, mayas o incas utilizan tanto la escala pentafónica.
Cada uno de los cinco tonos en la escala pentagónica
puede formar una principal tónica, constituyendo
de esta manera un modo. Algunos músicos sudamericanos
no sólo señalan que lo arriba mencionado
es completamente igual entre la antigua China y América
sino también que se encuentran los nombres de la pentagonía
entre ellas. Según los profesores P. Castellanos
y V. Mendoza, los nombres pentagónicos de China
son gong, Shang, Jiao, Zhi y Yu, mientras que los aztecas
se llaman Ti, Qui, Ta, Co y Ton. En el mundo sólo
China, América y Escocia utilizaban la escala pentagónica.
Partiendo de la etnología, los indígenas
tienen una larga distancia con los blancos y los negros.
Si analizamos aún más, además de
que los aztecas y los chinos tienen los nombres de la
pentagonía, entre la antigua China y América se
encuentra también un grupo de triplesonido formado por
gong, shang y jiao (lámina XXX).
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Lámina
XXXa. Músico tocando su tambor, Los pueblos
y señoríos teocráticos, escrito
por Eduardo Matos Moctezuma y otros.
Lámina
XXXb. Músico cantando y tocando un tambor,
dinastía Han del Oeste (206 a. C.- 25),
instrumentos musicales de China, redactado por
Zhao FENA.
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Lámina XXXa. Músico tocando
su tambor, Los pueblos y señoríos teocráticos,
escrito por Eduardo Matos Moctezuma y otros.
Lámina XXXb. Músico cantando
y tocando un tambor, dinastía Han del Oeste (206
a.C.-25), Instrumentos musicales de China, redactado
por Zhao Feng.
Breve introducción
a los calendarios chino y azteca
Los aztecas utilizaron
dos calendarios, uno solar o Xiuhpohualli, formado por
18 meses más cinco días muertos, inútiles
o nemontemi (365 días), que comienzan por el día
cipactli (del cocodrilo), donde un mes tiene 20 días
o veinte figuras que se encuentran en la piedra del sol,
y el otro, mágico adivinatorio o Tonalpohualli,
llamado el de los destinos, formado por los números
del 1 al 13 y 20 días mágicos (260 días).
La formación del ciclo mexicano de 52 años
Xiuhmopilli corresponde a 52 años solares, es decir,
4 (tochtli, acatl, tecpatl, calli) por 13, igual a 52,
y comienza por el año Ce Tochili o Uno Conejo.
Véase la tabla siguiente:
Número nahuatl
número nahuatl
1) 1
tochtli conejo 27)
1 tecpatl pedernal
2) 2
acatl caña
28) 2 calli
casa
3) 3
tecpatl pedernal 29)
3 tochtli conejo
4) 4
calli casa
30) 4 acatl
caña
5) 5
tochtli conejo 31)
5 tecpatl pedernal
6) 6
acatl caña
32) 6 calli
casa
7) 7
tecpatl pedernal 33)
7 tochtli conejo
8) 8
calli casa
34) 8 acatl
caña
9) 9 tochtli
conejo 35) 9
tecpatl pedernal
10) 10 acatl
caña 36) 10
calli casa
11) 11 tecpatl
pedernal 37) 11 tochtli
conejo
12) 12 calli
casa 38) 12
acatl caña
13) 13 tochtli
conejo 39) 13
tecpatl pedernal
14) 1 acatl
caña 40)
1 calli casa
15) 2 tecpatl
pedernal 41) 2
tochtli conejo
16) 3 calli
casa 42)
3 acatl caña
17) 4 tochtli
conejo 43) 4
tecpatl pedernal
18) 5 acatl
caña 44)
5 calli casa
19) 6 tecpatl
pedernal 45) 6
tochtli conejo
20) 7 calli
casa 46)
7 acatl caña
21) 8 tochtli
conejo 47) 8
tecpatl pedernal
22) 9 acatl
caña 48)
9 calli casa
23) 10 tecpatl
pedernal 49) 10
tochtli conejo
24) 11 calli
casa 50)
11 acatl caña
25) 12 tochtli
conejo 51) 12
tecpatl pedernal
26) 13 acatl
caña
52) 13 calli
casa
Al superponer ambos calendarios arriba
mencionados, constituyendo dos ruedas concéntricas, una
de 365 días y otra de 260 días, tendremos
el ciclo de 18.980 días del calendario azteca,
divididos en 52 Xiuhpohualli y 73 Tonalpohualli. Después
de 52 años solares o 73 años de destino
se celebraba la Fiesta del Fuego.
Tenemos en cuenta
que el Tonalpohualli es el calendario del destino.
Los elementos que influyen en el augurio están
relacionados con el círculo mágico de los
días, la magia de los números que los acompañaban,
los rumbos o colores del universo, y las deidades que
cuidaban las trecenas y las aves agoreras. Sólo
los sacerdotes muy sabios podían realizar augurios
y si querían pedir por asuntos estatales debían
celebrar actos solemnes, tocar clarines, encender incienso
y hacer genuflexiones ante la deidad.
En 1965 en el
distrito Chuxiong, provincia de Yunnan, fue desenterrado
el homo erectus yuanmounensis de hace 1.700.000
años. El grupo étnico yi vive en su clan cerrado
en Chuxiong, curso inferior del río Jinsha. Antes
de la liberación (1949) se utilizaba el calendario
solar, en el cual un año se dividía en cinco
estaciones y diez meses, cada mes contaba con 36 días
y se reservaban cinco días para el Año Nuevo,
con lo que se completaba un año de 365 días.
Datado posiblemente en la época de los primitivos grupos
étnicos di y qiang de hace 5.000 años, el calendario
fue utilizado también por los grupos étnicos yi, bai y
tujia. Si hacemos una comparación entre el calendario
azteca y el calendario yi, podemos encontrar dos rasgos
característicos. En primer lugar, todos son calendarios
solares y en segundo, los métodos de cálculo son
iguales, a saber, 18 x 20+5 = 20/2 x 18 x
2+
5 = 365 días. Es digno de mencionar que ambos calendarios
cuentan con cinco días antes del Año Nuevo.
Una poesía llamada Julio, balada de Bin
–lugar situado actualmente en la provincia de Shaanxi-
extraída del Libro de las Odas, habla
del calendario de 10 meses. Según un cálculo
de algunos expertos, el calendario yi ya se utilizó
en los primeros años de la dinastía Xia
o sea hacia el 2000 a.C.
Song Baozhong, conocido también como
Yaosong, es profesor asociado del semanario de Beijing
Informa, mientras que Wang Daoyou, apodado Shaohua,
es redactor de la Casa Editorial Huaxia.