La familia “DINK”
Por
Cai Zhuzhi
La
sigla “DINK” es la abreviatura de la frase en inglés “Double
Income and No Kids”, que en español significa “doble ingreso,
pero sin hijos”. En China, según los resultados de algunas
investigaciones, las familias “DINK” han ido en aumento
desde finales de la década 80 del siglo pasado, y se concentran
principalmente en las grandes ciudades. La posición social
y económica y el nivel educacional de sus habitantes son
mucho más altos comparados con los de las personas que
residen en otros lugares. DINK supone un modo de vida
que representa “libertad, alegría, rebeldía, coraje, etc.”.
En resumen, es una forma de familia moderna. Esta tendencia
niega la estructura familiar normal de marido, mujer e
hijo que conocemos los chinos desde la antigüedad, y le
confiere un sentido diferente al nacimiento. Preferir
la familia “DINK” es preferir un modo de vida más activo. Así lo cree la señora Li Xiaojiang, fundadora
de la Ciencia de la Mujer en China: “Este modo de vivir
exime a la mujer de tener que desempeñar el papel de instrumento
para la procreación. Ahora, ha dejado de ser el único
camino que podemos tomar las mujeres”.
En la actualidad, la proporción de familias “DINK”
no es grande, pero en el caso de las mujeres instruidas,
en edad de procrear, la cifra es bastante alta, lo que
muestra un incremento del número de personas que no quieren
tener hijos o no se inclinan a la procreación. En el caso
de los matrimonios jóvenes que han realizado estudios
superiores o que cambian trabajo con frecuencia, la proporción
es mayor.
La señorita Zhang es una periodista que se casó
hace tres años, pero todavía no quiere tener hijos. A su juicio, la crianza de un hijo requiere mucho tiempo y energía,
pero como su vida no es estable y la competencia es cada
vez más reñida en el trabajo, no quiere afectar a su empresa
por un hijo.
El señor Zhong es vendedor de software
y está casado desde hace casi un año. El y su esposa han
decidido no tener hijos por el momento. Desean disfrutar
del espacio que ahora tienen, siendo sólo dos. Se sienten
satisfechos de poder leer tranquilamente en casa o viajar
en su tiempo libre. No desean que el llanto de un niño
perturbe la quietud del hogar. En verdad, los jóvenes
siempre quieren hacer muchas cosas, alcanzar un mayor
desarrollo en su empresa y a la vez llevar una vida libre
y alegre. Por esa razón, aunque a muchos les gustan los
niños, prefieren posponer la fecha de procreación.
Sin embargo, algunas de las familias DINK escogen
este modo de vida porque estiman que sus condiciones psicológicas
y económicas para criar un niño carecen de la madurez
suficiente. El señor Li, quien trabaja en el sector jurídico,
se casó hace un año. Aún no se ha decidido a tener hijos,
porque cree que las relaciones entre él y su esposa todavía
no son muy estables. No desea que un hijo influya en sus
decisiones, y tampoco cree que ahora puedan formarlo adecuadamente.
China
es un país donde el concepto tradicional de familia tiene
raíces profundas. Aunque cada día son más las parejas
que prefieren no tener hijos, la mayoría de ellas enfrenta
la presión de sus padres, e incluso la de toda la sociedad.
En opinión de la gente común, “la mayor impiedad filial
es no tener un hijo varón”. Estos matrimonios jóvenes
no tienen suficiente coraje para enfrentarse a sus padres.
No pocos toman la decisión de procrear hijo en contra
de su voluntad, al no poder soportar las incesantes preguntas
y preocupaciones de los padres. Por otra parte, muchos
de los jóvenes que escogen la familia “DINK” tienen dudas
acerca de este modo de vida. El señor Cai es director
administrativo de una empresa. El y su esposa desean llevar
una vida matrimonial sin hijos, pero a sus casi 40 años
de edad, todavía no sabe si cambiará de idea. Temen sentirse
solos cuando tengan una edad avanzada. En un país tan
tradicional como China, las familias “DINK” sufren presiones
exteriores e interiores. Los matrimonios jóvenes dudan
ante la procreación, y vacilan a la hora de escoger entre
gozar de la felicidad familiar o disfrutar del simple
espacio conyugal. La presión exterior es, fundamentalmente,
la causa de esta falta de resolución.
Cuando
una pareja opta por no tener hijos, además de planearse
muy bien su modo de vida, tiene que soportar a veces una
presión muy fuerte por parte de sus colegas de trabajo
y los vecinos. Tradicionalmente, un matrimonio tiene tarde
o temprano un hijo luego de casarse. Pero cuando una pareja
vive largos años sin tener hijo, la gente suele sospechar
que uno de la pareja padece de alguna enfermedad genética
y no falta quien se ofrece a presentarle a la pareja alguna
receta esotérica “efectiva” para curar ese tipo de enfermedad.
En ese caso, se trata realmente de una molestía muy aburrida.
Generalmente la gente considera que tener un hijo es cosa
lógica y forma parte del contenido de la vida conyugal.
Al proceder en contra de esa tradición, la pareja tropezará
seguramente objeciones de sus padres y molestias procedentes
de gente de su rededor.