MAYO
2004


La familia “DINK”

Por Cai Zhuzhi

La sigla “DINK” es la abreviatura de la frase en inglés “Double Income and No Kids”, que en español significa “doble ingreso, pero sin hijos”. En China, según los resultados de algunas investigaciones, las familias “DINK” han ido en aumento desde finales de la década 80 del siglo pasado, y se concentran principalmente en las grandes ciudades. La posición social y económica y el nivel educacional de sus habitantes son mucho más altos comparados con los de las personas que residen en otros lugares. DINK supone un modo de vida que representa “libertad, alegría, rebeldía, coraje, etc.”. En resumen, es una forma de familia moderna. Esta tendencia niega la estructura familiar normal de marido, mujer e hijo que conocemos los chinos desde la antigüedad, y le confiere un sentido diferente al nacimiento. Preferir la familia “DINK” es preferir un modo de vida más activo.  Así lo cree la señora Li Xiaojiang, fundadora de la Ciencia de la Mujer en China: “Este modo de vivir exime a la mujer de tener que desempeñar el papel de instrumento para la procreación. Ahora, ha dejado de ser el único camino que podemos tomar las mujeres”.

En la actualidad, la proporción de familias “DINK” no es grande, pero en el caso de las mujeres instruidas, en edad de procrear, la cifra es bastante alta, lo que muestra un incremento del número de personas que no quieren tener hijos o no se inclinan a la procreación. En el caso de los matrimonios jóvenes que han realizado estudios superiores o que cambian trabajo con frecuencia, la proporción es mayor.

La señorita Zhang es una periodista que se casó hace tres años, pero todavía no quiere tener hijos.  A su juicio, la crianza de un hijo requiere mucho tiempo y energía, pero como su vida no es estable y la competencia es cada vez más reñida en el trabajo, no quiere afectar a su empresa por un hijo.

El señor Zhong es vendedor de software y está casado desde hace casi un año. El y su esposa han decidido no tener hijos por el momento. Desean disfrutar del espacio que ahora tienen, siendo sólo dos. Se sienten satisfechos de poder leer tranquilamente en casa o viajar en su tiempo libre. No desean que el llanto de un niño perturbe la quietud del hogar. En verdad, los jóvenes siempre quieren hacer muchas cosas, alcanzar un mayor desarrollo en su empresa y a la vez llevar una vida libre y alegre. Por esa razón, aunque a muchos les gustan los niños, prefieren posponer la fecha de procreación.

Sin embargo, algunas de las familias DINK escogen este modo de vida porque estiman que sus condiciones psicológicas y económicas para criar un niño carecen de la madurez suficiente.  El señor Li, quien trabaja en el sector jurídico, se casó hace un año. Aún no se ha decidido a tener hijos, porque cree que las relaciones entre él y su esposa todavía no son muy estables. No desea que un hijo influya en sus decisiones, y tampoco cree que ahora puedan formarlo adecuadamente.

China es un país donde el concepto tradicional de familia tiene raíces profundas. Aunque cada día son más las parejas que prefieren no tener hijos, la mayoría de ellas enfrenta la presión de sus padres, e incluso la de toda la sociedad. En opinión de la gente común, “la mayor impiedad filial es no tener un hijo varón”. Estos matrimonios jóvenes no tienen suficiente coraje para enfrentarse a sus padres. No pocos toman la decisión de procrear hijo en contra de su voluntad, al no poder soportar las incesantes preguntas y preocupaciones de los padres. Por otra parte, muchos de los jóvenes que escogen la familia “DINK” tienen dudas acerca de este modo de vida. El señor Cai es director administrativo de una empresa. El y su esposa desean llevar una vida matrimonial sin hijos, pero a sus casi 40 años de edad, todavía no sabe si cambiará de idea. Temen sentirse solos cuando tengan una edad avanzada. En un país tan tradicional como China, las familias “DINK” sufren presiones exteriores e interiores. Los matrimonios jóvenes dudan ante la procreación, y vacilan a la hora de escoger entre gozar de la felicidad familiar o disfrutar del simple espacio conyugal. La presión exterior es, fundamentalmente, la causa de esta falta de resolución.

Cuando una pareja opta por no tener hijos, además de planearse muy bien su modo de vida, tiene que soportar a veces una presión muy fuerte por parte de sus colegas de trabajo y los vecinos. Tradicionalmente, un matrimonio tiene tarde o temprano un hijo luego de casarse. Pero cuando una pareja vive largos años sin tener hijo, la gente suele sospechar que uno de la pareja padece de alguna enfermedad genética y no falta quien se ofrece a presentarle a la pareja alguna receta esotérica “efectiva” para curar ese tipo de enfermedad. En ese caso, se trata realmente de una molestía muy aburrida. Generalmente la gente considera que tener un hijo es cosa lógica y forma parte del contenido de la vida conyugal. Al proceder en contra de esa tradición, la pareja tropezará seguramente objeciones de sus padres y molestias procedentes de gente de su rededor.

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