¡Qué
difícil encontrar un buen trabajo!
Por
nuestra reportera LU RUCAI
El retrato real de los universitarios próximos a graduarse y que buscan
un empleo, es el de un joven con el teléfono móvil encendido
todo el día, que cuando suena, lo coge nervioso y después
lo cuelga con el gesto desesperado. En las universidades
se puede distinguir fácilmente a estos estudiantes, vestidos
muy formalmente, van a ferias de contratación, a entrevistas con compañías, etcétera.
Los universitarios ya no son los favoritos
Durante la feria de contratación,
que tuvo lugar en el Museo Militares
de la Revolución del Pueblo Chino en Beijing en
febrero de 2004, Feng Jun dudaba tras hacer cola durante
mucho tiempo. Por fin lo dejó. “En realidad todas las
ferias son parecidas, llenas de aspirantes para un mismo
puesto del que hay cientos, incluso miles, de aspirantes
con sus currículums, los ves por todas partes de la feria,
incluso por el suelo”. Señaló Feng Jun. Aunque conscientes
de lo sucedido, los universitarios insisten en venir.
“No queremos dejar pasar ninguna oportunidad por si acaso
encontramos un puesto”. Dicen todos los aspirantes.
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Feng Jun ha comprado trajes
y corbata especialmente para la búsqueda del trabajo |
Feng Jun es un estudiante de
la Universidad de Beijing. A los ojos de los universitarios,
su universidad es muy famosa cuyos estudiantes nunca tienen
que preocuparse a la hora de encontrar empleo. Feng Jun
comentó, “Tampoco esperaba que eso que se decía fuese
real, si los ‘repatriados’ (estudiantes que han logrado
diplomas en el extranjero y regresan al país) tampoco
encuentran un puesto fácilmente, mucho menos nosotros,
graduados locales”. Según las estadísticas, desde 1978
a 2003, el número de estudiantes en el extranjero fue
de 700.200 y el de los repatriados, de 172.800. La segunda
cifra del año 2003 representa un aumento del 12,3 por
ciento frente a la de 2002. Una encuesta del Laboratorio
Mundial HR a los 1.500 repatriados, muestra que más de
un 35 por ciento de estos estudiantes no encuentran trabajo
y no tienen otro remedio de quedarse en casa esperando
oportunidades, de ahí, el nombre de estos estudiantes,
“aspirantes”. De los encuestados, un 30 por ciento no
ha encontrado empleo en tres meses, y un 15 por ciento,
en 5 meses.
La participación de los repatriados
deja el mercado con una oferta muy superior a la demanda,
siendo cada vez más competitivo. “Los repatriados hablan
un inglés fluido y eso supone una mayor presión”, dijo
Feng Jun. Afortunadamente recibió un aviso tras el último
encuentro de L’OREAL, una compañía anhelada por todos
los graduados. “Aunque me llega la última entrevista,
no tengo confianza en lograr el puesto. Porque contratan
a una o dos personas. En Beijing hay más de 10 candidatos
que ya han llegado a la última entrevista”.
El motivo de que exista tanta
presión en la búsqueda de empleo reside en la disminución
de puestos y en el aumento de universitarios. Esa contradicción
tiene relación con la política de ampliación de admisión
de estudiantes adoptada desde 1999. “Sería mejor si yo
hubiese nacido hace unos años”, se lamenta Feng. Y no
le falta razón, ya que el volumen de los universitarios
de 1992 sólo representaba 2.180.000 personas, y el de
1998, 7.800.000, cifra que aumentó a 16 millones en 2002.
La población del país era de 1.160 millones, 1.248
y 1.280 millones, respectivamente. Además del aumento
de la población, la aplicación de dicha política acarrea
problemas para la búsqueda de trabajo. Al principio, los
numerosos cargos de alta categoría estaban destinados
a los universitarios. Por otro lado, el Estado se encargaba
de distribuir el trabajo. Los estudiantes universitarios,
que eran poco comunes entonces, se habían convertido en
“hijas de los emperadores”: nunca se preocupaban por el
trabajo. No obstante, a medida que incrementaba el número
de universitarios, cada día había menos cargos de alta
categoría. Al mismo tiempo, la selección bilateral ha
sustituido a la anterior política de distribución estatal.
Ahora, los estudiantes universitarios
se encuentran
de la noche a la mañana en el mercado y tienen
que resolverse la situación laboral por sí mismos.
Las
grandes ciudades son bien acogidas entre los estudiantes
graduados
Los que han entrado no quieren
salir, los que están fuera se esfuerzan todo lo posible
por entrar. Casi cada estudiante graduado tiene la idea
de arraigarse en las grandes ciudades. “De todas maneras,
he residido en Beijing durante cuatro años y estoy familiarizado
con el ambiente. Tendré una mejor salida si me quedo aquí”,
indicó Feng Jun. Los altos
salarios y el amplio espacio para desarrollarse
son puntos claves para estos jóvenes como Feng. Por otra
parte, los graduados de las ciudades medianas y pequeñas,
siempre que tengan oportunidad de formarse en las grandes
ciudades, no les importa el precio que haya que pagar.
Por lo tanto, se produce una contradicción. Los foráneos
no prestan mucha atención al tipo de trabajo, ni al salario.
Para ellos ya es suficiente que las compañías les pagan
algo.
Los habitantes de las ciudades
medianas y pequeñas se van a las grandes ciudades y los
nacionales a los países extranjeros.
Es la corriente actual. Feng Jun también está preparando
para salir del país. “En realidad son mis padres los que
quieren enviarme al extranjero. A su parecer, los estudiantes
que han cursado clases en el extranjero poseen más ventajas
y capacidades que los locales”. Entonces Feng Jun hizo
el examen TOEFL y GRE. “Mis padres no conocen la situación
actual. Ahora es más difícil lograr la visa de EE.UU.
Tengo unos compañeros que han recibido notificación de
las universidades, pero no pueden ir porque no han logrado
la visa. Si mis padres supieran que los repatriados también
se quedaran en casa sin trabajo, seguramente no me enviarían
al extranjero”, explicó Feng Jun.
Los
cargos de baja categoría y el trato frío de las ciudades
pequeñas han fomentado que se compare con la buena acogida
de las grandes. En la sociedad surgen sin cesar
cargos del tipo de vendedor y obrero técnico de los que
nadie se interesa. Porque para los chinos, estos cargos
son humildes. Aunque en 2004 en Nanchang, capital provincial
de Jiangxi, ha subido en gran medida el salario de los
técnicos, entre 30.000 y 60.000 yuanes, pocas personas
tienen interés. Así se produce la falta de estudiantes
en las escuelas vocacionales. Lo normal es que los padres
envíen a sus hijos a las escuelas vocacionales como última
opción. En las ciudades pequeñas, pese a las numerosas
oportunidades, cuesta encontrar a las personas adecuadas
para algunos cargos; mientras que en las grandes, a pesar
de los pocos cargos, los universitarios prefieren esforzarse
todo lo posible para ocupar un puesto. Porque quieren
encontrar un empleo digno.
¿Cuál
es más atractiva, las empresas estatales, las extranjeras
o las privadas?
A diferencia de lo que piensan
otros, Feng Jun tiene su propio plan: “Ser
estudiante de la carrera de ciencias de la información,
no es suficiente, y por eso no hace falta encontrar un
empleo que coincida con mi profesión, sino un puesto que
me ofrezca retos. Así en el futuro será fácil cambiar
de profesión, por si acaso”. Con este principio, Feng
Jun ha sometido sus currículums a las empresas extranjeras
en China, sobre todo a las transnacionales.
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Estudiantes
aspirantes de trabajo frente al personal contratante |
Las compañías de inversión extranjera
son bien acogidas entre los universitarios graduados.
“Mi tía trabaja como administradora en una empresa extranjera.
Ella me aconseja que busque una empresa como la suya después
de graduarme, porque estas compañías tienen una administración
moderna. Por otro lado, las empresas extranjeras siempre
ofrecen a los graduados oportunidades de formación, lo
que es muy valioso para nosotros”, comentó Feng.“Durante
la entrevista con el gerente general de L’OREAL, éste
me dijo con sinceridad: ‘Lo que quiero ver es pedidos’
”. Pero los padres de Feng esperan que pueda trabajar
en una entidad estatal que le ofrezca mayor estabilidad.
No obstante, el frío trato que recibió de éstas en la
feria de contrataciones obligó a Feng Jun a diferir de
la idea de sus padres. Ya que, cuando veían que era
graduado de la Universidad de Beijing, las empresas
estatales le rechazaron de inmediato por la idea de que
los estudiantes de las universidades más prestigiosas
no se quedan mucho tiempo, y tarde o temprano se van a
las empresas extranjeras para cobrar más. De ahí, que
la decisión de Feng Jun sea entrar en una compañía extranjera.
Al principio, Feng Jun no fijó
su atención en las empresas privadas. “Pese a que éstas
tengan una administración moderna, a lo que aspiran
estas compañías es al beneficio. En realidad ellos prefieren
a las personas que ya tienen abundante experiencia laboral
y disponen de amplias relaciones sociales. No muchas empresas
privadas quieren invertir dinero en formar a sus empleados”,
señaló Feng Jun. Para los jóvenes como él, la proyección
laboral es sumamente importante.
Se prevé que este año se graduarán
tres millones de estudiantes universitarios. Feng Jun
no es nada más que un número que engrosa la estadística.
Circula por todas partes un dicho que describe el orden
de la búsqueda de empleo según el grado de dificultad:
los hombres estudiantes locales, los de otras provincias,
las mujeres locales y las de otras provincias. Feng Jun,
alumno de otras provincias, cuenta con más oportunidades
que las chicas. Y
él sigue yendo y viniendo entre las ferias y los encuentros.
Aunque tiene una oferta de una compañía pequeña, nunca
cesa de buscar nuevas oportunidades.