Tras la implementación
en las zonas rurales del sistema de responsabilidad por
contrato familiar en función del rendimiento,
la iniciativa productiva de los campesinos se ha
desplegado en toda su plenitud. Gracias a esta medida
se ha incrementado la producción de diversos productos
agrícolas durante 20 años consecutivos. Ahora podemos
afirmar que los chinos ya cuentan con abundante comida
y ropa, y están avanzando hacia una vida modestamente
acomodada.
La tierra cultivable en
China es limitada y no puede absorber toda la mano de
obra rural, por lo tanto, la única salida para esta fuerza
laboral es emigrar a las ciudades donde pueden realizar
trabajos que no requieren de estudios o preparación, y
ganan mucho más que en las labores agrícolas.
Al principio llenan las
vacantes de las urbes, y hacen los trabajos pesados, sucios
y de remuneración modesta. Pero poco a poco van adquiriendo
un papel más importante. Ahora conviene decir que la vida
urbana ya no puede mantener sin ayuda de los trabajadores
de origen campesino. Excepto en unas pocas áreas del conocimiento,
ya penetran en la abrumadora mayoría de los sectores,
como el de la construcción, el comercio, la manufactura
y la hostelería. Pero debido a la falta de reglamentos
y a las ideas convencionales, este tipo de trabajadores
tienen sus legítimos derechos e intereses desprotegidos,
y están más expuestos a que los utilicen por su ignorancia
y desconocimiento de la ley. Además, sufren con frecuencia
el menosprecio y la discriminación de los habitantes urbanos,
pues son generalmente poco educados y tienen un comportamiento
escasamente respetable.
Por eso, el difunto líder
chino, Mao Zedong, señaló: “El problema más serio reside
en educar a los campesinos”. China es todavía un país
agrícola y los campesinos forman el núcleo de la población.
Cualquier cosa que China quiera hacer, no podrá hacerla
sin ellos. Es un problema con que se enfrenta el Gobierno
Chino y con la modernización del país. A medida que aumentan
los trabajadores de origen campesino en las ciudades,
el modo de vida, los nuevos conceptos y la nueva mentalidad
de los ciudadanos les influirán. Con el tiempo y los esfuerzos
del gobierno, se disminuirá la disparidad entre el campo
y la ciudad, tanto en la calidad de vida como en su preparación
cultural. Algunos campesinos después de trabajar durante
años en la ciudad ahorran
para emprender una empresa en su tierra natal con
la experiencia adquirida. Estos trabajadores juegan un
papel positivo en la promoción de los cambios de ideas
y valores.