Talentos
femeninos de la antigüedad
Por HUO JIANYING
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Retratos
pintados de Wu Zetian y Shangguan Wan’er (izquierda) |
Durante la dinastía Song del Norte (960-1127) hubo una muchacha llamada Su
Xiaomei, hija del gran letrado Su Xun. Desde niña, se
destacó por su inteligencia y adquirió muchos conocimientos,
hasta competir con sus dos hermanos mayores, célebres
poetas que pasaron el examen imperial. Su padre se lamentaba
diciendo: “Lástima que seas una muchacha; si fueras varón,
sin duda pasarías los exámenes imperiales”.
El examen imperial de la época feudal era una vía por la que los letrados
y estudiantes se hacían funcionarios para participar en
los asuntos políticos. Sin embargo, estaba abierta exclusivamente
a los hombres. Si se hubiera permitido a las mujeres participar
en los exámenes imperiales, la historia de China habría
cambiado en gran medida; al menos un número considerable
de hombres hubiera perdido su puesto.
Pese a que este injusto sistema supuso el silenciamiento de muchas mujeres
de valía, a la que se imposibilitaba demostrar su talento,
ha quedado para la posteridad el legado de las mismas.
Wu Zetian y Shangguan Wan’er, dos sobresalientes mujeres
talentosas de la dinastía Tang (618-907), dejaron espléndidas páginas para la historia.
Competentes para gobernar el país
En el año 690, la emperatriz Wu Zetian subió al trono, convirtiéndose en la
primera soberana en la historia de China. Contaba además
con una muy competente ayudante, Shangguan Wan’er, quien
se había ganado la confianza de Wu Zetian mucho antes
de que ésta subiera al trono. No resulta exagerado afirmar
que durante varias decenas de años, el destino de la dinastía
Tang estuvo en manos de estas dos mujeres. Hay testimonios
sobre los imperecederos aportes que ambas hicieron a la
estabilidad y el desarrollo, así como a la prosperidad
de la dinastía Tang.
Sin embargo, estas dos mujeres talentosas debieron recorrer un escabroso camino
antes de encontrarse, dedicarse confianza mutua y dominar
los asuntos políticos de la corte.
Shangguan Wan’er (664-710) nació en una familia de funcionarios y su abuelo
fue un gran poeta que ejercía una considerable influencia
en la corte de la dinastía Tang. Fue decapitado por haberse
involucrado en una disputa de poder en la corte imperial.
Su hijo también fue víctima de esta lucha. En aquel entonces,
Wan’er sólo tenía un mes y fue llevada al palacio imperial
como esclava. Afortunadamente, aprendió a leer y escribir
con las sirvientas y leyó muchos libros clásicos e históricos.
Pocos años después, la inteligente muchacha ya podía redactar
con gran facilidad artículos de mil caracteres de distinto
estilo. Cuando Wan’er tenía 14 años, la emperatriz Wu
Zetian, tras conocer de su talento, la llamó para que
le sirviera de secretaria. Más tarde, le hizo redactar
decretos imperiales y dar sugerencias en el trato de los
informes. En un principio le hizo leer todos los informes,
para luego pasar a redactar los edictos que serían promulgados
en todo el país con la aprobación de la emperatriz. Wan’er
se convirtió en la mujer de mayor poder en la corte con
sólo 19 años.
Con respecto al gobierno imperial, Wan’er sólo recordaba que familiares suyos
de dos generaciones habían muerto a manos de la emperatriz.
Pero según se incrementaban sus conocimientos sobre la
soberana, comprendió que se trataba de una persona talentosa,
con ricos conocimientos y valentía extraordinaria, además
de una monarca dedicada a los asuntos políticos y ante
el pueblo. Wu Zetian, por su lado, conocía muy bien la
procedencia de Wan’er, pero apreciaba a las personas de
valía y la formaba, depositando toda su confianza en ella,
valiéndose de sus talentos y persuadiéndola con acciones.
Más tarde, Wu Zetian hizo que Wan’er se casara con su hijo Li Xian, tras lo
cual fue nombrada Zhao Rong. En aquel entonces, Wan’er
tenía un poder similar al del Primer Ministro y una posición
imperial, empeñada en ayudar a su marido a llevar las
riendas del gobierno. Cuando se produjo un intento de
golpe de Estado, persuadió
con su inteligencia y serenidad a los guardias para que
reprimieran a los rebeldes y sofocaran el motín. Propuso
al emperador ampliar
la biblioteca y establecer el puente entre académicos
para asimilar a los hombres de talento. Además, Wan’er
se encargaba de evaluar los poemas y artículos, lo que
la convirtió en centro de todos los estudiosos, devenida
promotora en gran medida del desarrollo y la elevación
del nivel de la poesía.
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Las
mujeres talentosas de la antigüedad, más que especializarse
en algún aspecto, solían desarrollar múltiples habilidades. |
Durante un golpe palaciego del año 710, Wan’er fue sentenciada a muerte, víctima
de calumnias infundadas que divulgó Li Longji, nieto de
Wuzetian, que subió al trono dos años después. Como forma
de lavar su conciencia por lo hecho a Wan’er, Li Longji
ordenó recolectar artículos escritos por ella, los cuales
quedaron recopilados en 20 tomos. El Primer Ministro Zhang
Yue escribió un prefacio en el cual apreció en gran medida
los éxitos de la gestión política de Wan’er. El prefacio
dice: “En la antigüedad hubo mujeres meritorias incluidas
en los registros históricos; hoy surge una ministra competente.
Wan’er desempeña el cargo durante dos dinastías, atendiendo
miles de asuntos cada día y proponiendo útiles sugerencias
a los asuntos. Aunque no difiere en lo tocante a la redacción
de artículos si se le compara con la historiadora Ban
Zhao, de la dinastía Han, y la literata Zuo Wen, de la
dinastía Jin, sí se destaca mucho por su desempeño como
asistente en los asuntos oficiales de la emperatriz”.
En la antología de Poemas de la Dinastía Tang que circula
en la actualidad se incluyen 32 poemas de Wan’er.
Mujer
heredera de la causa paterna
Banzhao (49-120), referida por Zhang Yue, fue una renombrada historiadora.
Nació en una familia de nobles que contaba con una amplia
colección de libros y suficientes recursos económicos. Su
padre, Ban Biao, y su hermano mayor, Ban Gu, fueron también
famosos historiadores.
Ban Biao redactó 65 Biografías Posteriores a la Historia, llenando así vacíos
en el estudio del devenir histórico. Después de la muerte
de Ban Biao, Ban Gu siguió la causa de su padre y empezó
a redactar la Historia de la Dinastía Han, empeño cuyo
grueso le tomó más de 20 años. Desafortunadamente, en
el año 92 murió en la cárcel, involucrado en una disputa
por el Poder entre los nobles. Los borradores de la Historia
de la Dinastía Han estuvieron a punto de perderse. Entonces,
Ban Zhao se ofreció para asumir la clasificación y redacción.
Para escribir los documentos se exigían los caracteres
antiguos, difíciles de leer y escribir, por lo que Ban
Zhao dictaba clases en la biblioteca real, a la que acudía
mucha gente para aprender de ella.
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Ban
Zhao fue llevada al teatro varios cientos de años
atrás. La foto muestra a Ban Zhao en la ópera Kunqu |
El emperador Hedi le apreciaba mucho por sus conocimientos y recurría a su
presencia con frecuencia para que sirviera de maestra
a la emperatriz y las concubinas imperiales en las conferencias
clásicas confucianas. Más tarde, cuando la emperatriz
madre Deng gobernó, Ban Zhao participó en los asuntos
estatales en calidad de maestra. Después de la muerte
de Ban Zhao, la emperatriz madre se vistió de luto para
expresar su pésame y ordenó que se le hiciera un funeral estatal.
Además de sus contribuciones a la historia, logró gran éxito en la literatura.
Escribió muchos poemas, cantos y artículos, que fueron
recopilados en tres tomos por su nuera.
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Cai
Wenji en un drama (centro en primera fila) |
Transcurridos cien años de la muerte de Ban Zhao, nació otra mujer de valía:
Cai Wenji, quien también heredó la causa de su padre.
Pasó penalidades similares a las de Ban Zhao, y sufrió
más que ella. Su legendaria obra Dieciocho Compases de
la Flauta Hu es un poema narrativo autográfico
muy conmovedor.
Cai Wenji era hija de Cai Yi, renombrado letrado
de la dinastía Han del Este (25-220). Era muy inteligente
y tenía amplios conocimientos académicos además de su
capacidad para la música. Nació en tiempos tumultuosos
que le forzaron a vivir una vida de conflictos. Su padre
murió en la cárcel en medio de la lucha de los caudillos
militares. Wenji fue capturada por soldados de la etnia
del Norte. La obligaron a casarse con el Rey Zuoxian de
la etnia Xiongnu y tuvo dos hijos. Doce años después,
Cao Cao, déspota que había conquistado la mitad del país,
la rescató, ofreciendo a cambio fabulosos recursos, por
la amistad que le había unido a su padre. Para Cai Wenji
este suceso representó un dilema que le colmó tanto de
alegría como de desespero: por una parte podía volver
a la tierra natal que tanto añoraba; por la otra, suponía
la desgarradora alternativa de alejarse para siempre de
sus hijos.
Su poema Dieciocho Compases de la Flauta Hu fue escrito en medio de
estas circunstancias. El poema describe las penalidades
de la gente común en tiempos de guerra y su propia vida
en cautiverio. Reproduce detalladamente los sufrimientos
físicos y mentales durante 12 años en tierras de los Xiongnu,
así como la nostalgia por la tierra natal y los antiguos
amigos. La última parte es dedicada al dolor que le significó
la despedida de sus hijos.
Sin embargo, los sufrimientos de Cai Wenji no terminaron. Después de volver
a la tierra natal se casó con Dong Si, general de cuerpos
de roturación. Poco después de su casamiento, Dong infringió
la ley y fue sentenciado a la pena capital. Wenji, a despecho
del gélido frío, acudió con los pies descalzos a la oficina
de Cao Cao, a rogar por su marido. Cao Cao y los funcionarios
presentes, conmovidos por los sufrimientos de la mujer,
perdonaron a Dong Si.
La casa de Cai Yi había conservado más de 4000 rollos escritos, los cuales
se perdieron en su mayoría durante la guerra. Al enterarse
de esto, Cao Cao se sintió muy dolido.
Pero Wenji le pidió papel y pincel y escribió más de 400 artículos que había
memorizado. Gracias a esta hazaña sobrehumana,
la posteridad heredó un precioso patrimonio cultural de
la antigüedad.
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Mansión
de Li Qingzhao en Jinan, Shandong |
Sin embargo, cuando se trata de aportes a la conservación de los patrimonios
culturales y el talento en la poesía y el ci (un
tipo de poema con reglas establecidas según la melodía),
Li Qingzhao clasifica en el primer lugar entre las mujeres
talentosas de la antigüedad.
Gran maestra del ci
Li Qingzhao (1084-1151?), nació en una familia de letrados. Influenciada por
la familia, creció en un medio matizado por la inspiración
lírica, al punto que era capaz de recitar más de cien
poemas cuando siendo una niña. En su juventud fue asimismo
versada en la interpretación con la lira, en el ajedrez,
la caligrafía y la pintura y podía componer un poema en
un abrir y cerrar de ojos.
A los 18 años se casó con Zhao Mingcheng, hijo del Primer Ministro. Su marido
era muy estudioso y empedernido coleccionista de
objetos arqueológicos, entre los que conocía muy profundamente
los grabados en bronce y piedra.
Los dos cónyuges se apoyaban mutuamente y economizaban el dinero para adquirir
reliquias culturales. Qingzhao tenía una memoria mucho
mejor que la de su marido para la historia. En las narraciones
de Qingzhao se explica que, a manera de diversión, la
pareja, sentada en el cuarto de estar luego de la comida,
se hacían apuestas sobre quién sería el primero en beber
el té, apostando en qué página de cuál tomo se encontraba
tal artículo.
En medio de este ambiente armonioso, Zhao Mingcheng terminó el borrador de
los Registros de los Grabados en Bronce y Piedra en 1117.
Sin embargo, esta vida pacífica fue destruida por la invasión
de los soldados de Jin, tras lo cual les sobrevino una
retahíla de desgracias. En medio de la guerra sus reliquias
culturales y su mansión fueron reducidas a cenizas. En
1129 murió de enfermedad Zhao Mingcheng. Li Qingzhao llegó
por fin a Hangzhou con algunos objetos salvados y parte
de los borradores de su marido.
Dedicó varios años a reordenar estos borradores e hizo algunas adiciones,
publicando finalmente una voluminosa obra sobre grabados
en bronce y piedra. Toda obra está compuesta por 30 tomos,
que registran 2000 copias de grabados en bronce y piedra
con 500 artículos.
Li Qingzhao escribió muchos ci en su vida y asentó su posición en su
peculiar estilo, caracterizado por la sencillez del lenguaje
y lo real del sentimiento, que destilan elegancia y gracia.
Al echar la vista atrás, los contemporáneos no podemos dejar de sentir cierto
remordimiento por las tribulaciones que vivieron las mujeres
talentosas de la antigüedad. Sus capacidades intelectuales
las hicieron famosas para la historia, pero a la par les
acarrearon múltiples penalidades. Lo único que nos consuela
es saber que tanta desgracia ha quedado sepultada en el
pasado.