Kong
Xiangdong: la música al día
Por nuestra reportera ZHANG HUA
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Kong
Xiangdong |
Kong Xiangdong, elogiado por la prensa occidental
como “talentoso y extraordinario pianista”, encara un
nuevo desafío musical: combinar
la música clásica con la popular, añadiéndole de
paso toques del arte sonoro folklórico chino.
“Se me hizo monótono viajar de ciudad en ciudad
interpretando la misma obra”, afirma Kong Xiangdong. Los
éxitos cosechados no le llenan el alma y le produce náuseas quedarse en casa, a la espera de que su agente le
avise que ya tiene listo un concierto. No le pasa inadvertido
tampoco que la música clásica occidental se ha creado
un mercado.
Para el pianista, la combinación de las vertientes
clásica y popular ha implicado un nuevo impulso a la primera.
“Quizás esta mezcla sea la corriente musical que se imponga
en el futuro”, explica el pianista. “Admiro mucho a Chen
Mei, quien convierte lo clásico en popular. Me parece
que ella es un ejemplo exitoso: una música totalmente
innovada, en una atractiva envoltura de modernidad”. También
opina que, como un músico chino, no tiene porqué repetir
al calco cada día las obras de grandes maestros como Beethoven, Chopin, Liszt, etc., sino que debe aventurarse
en nuevas formas. El piano occidental le sirve lo mismo
para interpretar la música clásica, las canciones folklóricas
y las populares modernas de China. La música
es vehículo adecuado para expresar la nacionalidad
china y pasearla por todo el mundo.
Tras hojear gran cantidad de las obras chinas,
Kong Xiangdong entregó una selección a Daniel Walker y
Giorgio Moroder, compositores de Hollywood, para que las
adaptaran. Después de escuchar las nuevas versiones se
sintió complacido del resultado innovador, pues detesta
la reiteración. Con posterioridad, el pianista invitó
a maestros de varias partes del mundo para preparar junto
a él un concierto nombrado “Viaje de Ensueño,”
que tuvo su estreno el 8 de noviembre de 2003 en
el Teatro del Museo de Exposiciones de Beijing.
En el concierto se interpretaron melodías impregnadas del típico sabor chino,
gracias a instrumentos tradicionales chinos como el erhu, la pipa, el suona y el matouqin, que producen una maravillosa
sonoridad. Lo que más sorprendió al público fue el talante
vanguardista electrónico que interpretó la Orquesta E.
También la salida a escena, acompañadas por estas melodías,
de figuras de la Ópera de Beijing, las tórridas danzas
del Tíbet y el baile tradicional chino del león.
No todos
los espectadores, sin embargo, se sintieron a gusto con
el espectáculo. Incluso algunos seguidores de Kong Xiangdong
se preocuparon de que la mezcla de varios tipos de música
abarate y vulgarice la música clásica, despojándola de
su tradicional elegancia.
“En mi concepto, no hay música elegante y música
popular, sino mala y buena”, indica Kong Xiangdong, “A mi
juicio, tenemos que conocer la música popular llevándola
a una nueva altura. Es cierto que la clásica proviene
de la folklórica, que sirve de base al desarrollo de aquélla.
La clásica no puede subsistir separándose del pueblo y
debe revelar alegría, cólera, tristeza y el gozo de las
masas. Durante los diez años de estudio en EE.UU. me he
percatado de una verdad: la música no puede dormirse en
sus laureles. A lo largo de la historia hay quienes han
respetado las reglas mientras otros las han roto. Aquí
las reglas se refieren a la tradición. Aunque suelo ser
obediente, espero que se me recuerde más por las convenciones
que he roto”.
El Viaje de Ensueño estará en cartelera por espacio
de dos años en el territorio chino. A partir de marzo
de 2004, desde Beijing, el mismo va a recorrer famosas
ciudades como Shanghai, Shenzhen y Guangzhou. Sus últimas paradas serán París,
la sala dorada de Viena y el Centro de Lincoln de Nueva
York. El concierto servirá como forma de intercambio y
comunicación con la cultura occidental.
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El
sueño del piano |
La primera profesora de música de Kong Xiangdong
fue su madre, una asidua aficionada a la música, quien
puso todas sus esperanzas en él. Como no tenía suficiente
dinero para comprar un piano real, la mujer dibujaba las
teclas del instrumento sobre un papel y lo ponía encima
de la mesa para que su hijo pudiera practicar. A los cinco
años, el pequeño Kong Xiangdong, bajo la tutela materna,
comenzó a aprender los secretos del piano. Más tarde la
madre pidió un préstamo para adquirir un instrumento de
segunda mano. Las aspiraciones artísticas de la progenitora dejaron imborrables huellas en el hijo.
En 1978 Kong Xiangdong entró en el Conservatorio
de Shanghai. Justo cuando parecía flaquear en sus impulsos
como músico, conoció a Fan Dalei, a quien considera su
profesor favorito. Además de instruirlo en el arte sonoro
y la habilidad en tocar el piano, el profesor Fan le explicaba
cómo captar el sentimiento oculto tras las notas musicales.
El diligente estudiante practicaba el piano por ocho y
10 horas diarias. En 1986, Fan Dalei le llevó a participar
en el VIII Concurso Internacional de Piano Tchailkovsky,
donde su discípulo ganó el tercer premio.
En 1988, con dos valijas de ropa y tres de pentagramas,
Kong Xiangdong se fue solo a EE.UU. Durante la permanencia
en ese país, desconocido
para él, pulió su arte pianístico a la par que asistía
a diversos concursos. “Un artista en escena no sólo debe
disponer del talento, sino de un firme sistema nervioso
y buen estado psicológico. A mi parecer, para ganar tengo
que poseer la recia voluntad de subsistir y fuerza interior”,
señala el pianista.
Sus desvelos se han traducido en la adquisición
de nuevas etapas de desarrollo. Ha acaparado múltiples
premios internacionales. Además, ha viajado por varios
países en representación itinerante, en los cuales le
ha llovido los elogios y buenos comentarios de la prensa.
Kong Xiangdong, músico clásico en la flor de la edad,
ha conquistado el corazón de los aficionados al piano.
Persona común y corriente al fin y al cabo, el
pianista ha experimentado el fracaso matrimonial. Tiene
una hija de 9 años. Al relatar sus problemas afirma con
tristeza: “Dicen que la gente debe pasar por cuatro estadios:
causa, matrimonio, salud y alegría. Por lo menos he fracasado
en el matrimonio”. Kong considera que en EE.UU., la familia
y el matrimonio feliz constituyen
importante símbolo de alta calidad de vida, estado
que también revela la existencia de salud psíquica. Kong
Xiangdong, divorciado una vez, está esperando la nueva
vida.
Tras 13 años de estancia en EE.UU., se ha acostumbrado
a ver continuamente películas, razón por la cual, al regresar
a China ha comprado un sinfín de VCD y DVD. Por otra parte,
Kong Xiangdong empela la mayor parte de su tiempo libre
en reunirse con amigos de diversos sectores, pues en cada
actividad hay algo que le interesa estudiar. Según sus
palabras, su vida anterior era muy sencilla: piano y música.
Ahora quiere ampliar el ámbito de su existencia. En cierto
sentido se puede decir que Kong Xiangdong no está dispuesto
a ser un músico en estado puro. De todas maneras, agradece
mucho a la música: “La música me trae alegría y me deja
en un estado apacible y lleno de esperanzas”.