Anexo
Datos personales de Kong Xiangdong

 


MARZO 2004


Kong Xiangdong: la música al día

Por nuestra reportera ZHANG HUA

Kong Xiangdong

Kong Xiangdong, elogiado por la prensa occidental como “talentoso y extraordinario pianista”, encara un nuevo desafío musical: combinar  la música clásica con la popular, añadiéndole de paso toques del arte sonoro folklórico chino.

“Se me hizo monótono viajar de ciudad en ciudad interpretando la misma obra”, afirma Kong Xiangdong. Los éxitos cosechados no le llenan el alma y le produce náuseas quedarse en casa, a la espera de que su agente le avise que ya tiene listo un concierto. No le pasa inadvertido tampoco que la música clásica occidental se ha creado un mercado.

Para el pianista, la combinación de las vertientes clásica y popular ha implicado un nuevo impulso a la primera. “Quizás esta mezcla sea la corriente musical que se imponga en el futuro”, explica el pianista. “Admiro mucho a Chen Mei, quien convierte lo clásico en popular. Me parece que ella es un ejemplo exitoso: una música totalmente innovada, en una atractiva envoltura de modernidad”. También opina que, como un músico chino, no tiene porqué repetir  al calco cada día las obras de grandes maestros como Beethoven, Chopin, Liszt, etc., sino que debe aventurarse en nuevas formas. El piano occidental le sirve lo mismo para interpretar la música clásica, las canciones folklóricas y las populares modernas de China. La música  es vehículo adecuado para expresar la nacionalidad china y pasearla por todo el mundo.

Tras hojear gran cantidad de las obras chinas, Kong Xiangdong entregó una selección a Daniel Walker y Giorgio Moroder, compositores de Hollywood, para que las adaptaran. Después de escuchar las nuevas versiones se sintió complacido del resultado innovador, pues detesta la reiteración. Con posterioridad, el pianista invitó a maestros de varias partes del mundo para preparar junto a él un concierto nombrado “Viaje de Ensueño,”  que tuvo su estreno el 8 de noviembre de 2003 en el Teatro del Museo de Exposiciones de  Beijing.

En el concierto se interpretaron  melodías impregnadas del típico sabor chino, gracias a instrumentos tradicionales chinos como el erhu, la pipa, el suona y el matouqin, que producen una maravillosa sonoridad. Lo que más sorprendió al público fue el talante vanguardista electrónico que interpretó la Orquesta E. También la salida a escena, acompañadas por estas melodías, de figuras de la Ópera de Beijing, las tórridas danzas del Tíbet y el baile tradicional chino del león.

No  todos los espectadores, sin embargo, se sintieron a gusto con el espectáculo. Incluso algunos seguidores de Kong Xiangdong se preocuparon de que la mezcla de varios tipos de música abarate y vulgarice la música clásica, despojándola de su tradicional elegancia.

“En mi concepto, no hay música elegante y música  popular, sino  mala y buena”, indica Kong Xiangdong, “A mi juicio, tenemos que conocer la música popular llevándola a una nueva altura. Es cierto que la clásica proviene de la folklórica, que sirve de base al desarrollo de aquélla. La clásica no puede subsistir separándose del pueblo y debe revelar alegría, cólera, tristeza y el gozo de las masas. Durante los diez años de estudio en EE.UU. me he percatado de una verdad: la música no puede dormirse en sus laureles. A lo largo de la historia hay quienes han respetado las reglas mientras otros las han roto. Aquí las reglas se refieren a la tradición. Aunque suelo ser obediente, espero que se me recuerde más por las convenciones que he roto”.

El Viaje de Ensueño estará en cartelera por espacio de dos años en el territorio chino. A partir de marzo de 2004, desde Beijing, el mismo va a recorrer famosas ciudades como Shanghai, Shenzhen y  Guangzhou. Sus últimas paradas serán París, la sala dorada de Viena y el Centro de Lincoln de Nueva York. El concierto servirá como forma de intercambio y comunicación con la cultura occidental.

El sueño del piano

La primera profesora de música de Kong Xiangdong fue su madre, una asidua aficionada a la música, quien puso todas sus esperanzas en él. Como no tenía suficiente dinero para comprar un piano real, la mujer dibujaba las teclas del instrumento sobre un papel y lo ponía encima de la mesa para que su hijo pudiera practicar. A los cinco años, el pequeño Kong Xiangdong, bajo la tutela materna, comenzó a aprender los secretos del piano. Más tarde la madre pidió un préstamo para adquirir un instrumento de segunda mano. Las aspiraciones artísticas  de la progenitora dejaron imborrables huellas en el hijo.

En 1978 Kong Xiangdong entró en el Conservatorio de Shanghai. Justo cuando parecía flaquear en sus impulsos como músico, conoció a Fan Dalei, a quien considera su profesor favorito. Además de instruirlo en el arte sonoro y la habilidad en tocar el piano, el profesor Fan le explicaba cómo captar el sentimiento oculto tras las notas musicales. El diligente estudiante practicaba el piano por ocho y 10 horas diarias. En 1986, Fan Dalei le llevó a participar en el VIII Concurso Internacional de Piano Tchailkovsky, donde su discípulo ganó el tercer premio.

En 1988, con dos valijas de ropa y tres de pentagramas, Kong Xiangdong se fue solo a EE.UU. Durante la permanencia en ese país,  desconocido para él, pulió su arte pianístico a la par que asistía a diversos concursos. “Un artista en escena no sólo debe disponer del talento, sino de un firme sistema nervioso y buen estado psicológico. A mi parecer, para ganar tengo que poseer la recia voluntad de subsistir y fuerza interior”, señala el pianista.

Sus desvelos se han traducido en la adquisición de nuevas etapas de desarrollo. Ha acaparado múltiples premios internacionales. Además, ha viajado por varios países en representación itinerante, en los cuales le ha llovido los elogios y buenos comentarios de la prensa. Kong Xiangdong, músico clásico en la flor de la edad, ha conquistado el corazón de los aficionados al piano.

Persona común y corriente al fin y al cabo, el pianista ha experimentado el fracaso matrimonial. Tiene una hija de 9 años. Al relatar sus problemas afirma con tristeza: “Dicen que la gente debe pasar por cuatro estadios: causa, matrimonio, salud y alegría. Por lo menos he fracasado en el matrimonio”. Kong considera que en EE.UU., la familia y el matrimonio feliz constituyen  importante símbolo de alta calidad de vida, estado que también revela la existencia de salud psíquica. Kong Xiangdong, divorciado una vez, está esperando la nueva vida.

Tras 13 años de estancia en EE.UU., se ha acostumbrado a ver continuamente películas, razón por la cual, al regresar a China ha comprado un sinfín de VCD y DVD. Por otra parte, Kong Xiangdong empela la mayor parte de su tiempo libre en reunirse con amigos de diversos sectores, pues en cada actividad hay algo que le interesa estudiar. Según sus palabras, su vida anterior era muy sencilla: piano y música. Ahora quiere ampliar el ámbito de su existencia. En cierto sentido se puede decir que Kong Xiangdong no está dispuesto a ser un músico en estado puro. De todas maneras, agradece mucho a la música: “La música me trae alegría y me deja en un estado apacible y lleno de esperanzas”.

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