Anexo
Historia del día de la inteligencia

 


MARZO 2004


Los chinos acogen a San Valentín

 

Por LI WUZHOU

El Día de los Enamorados no es solamente para los jóvenes

Según se diversifica el modo de vida de los chinos, éstos asimilan cada vez más costumbres festivas occidentales. El Día de los Enamorados y la Navidad se han convertido en dos fiestas preferidas importadas de Occidente. Los jóvenes se divierten a plenitud y gastan dinero a manos llenas en esos días.

Complot de comerciantes y medios informativos

“¡El Día de los Enamorados es un complot urdido por los medios informativos y los comerciantes! Los medios necesitan noticias frescas para atraer la atención pública y los comerciantes buscan promover la venta de sus mercancías”. Así se expresa el señor Yu, periodista experimentado, quien señala que “el Día de los Enamorados es más  una fiesta de medios y comerciantes que de los mismos enamorados”.

Un mes antes de la fiesta, ya los periódicos, revistas y sitios de Internet despliegan un bombardeo publicitario. Algunos abren nuevas columnas sobre cómo pasar el día con más creatividad, mientras otros publican anuncios en los que se solicitan colaboraciones... Los comerciantes también aprovechan la oportunidad para promover destinos turísticos, compras y restaurantes.

Ante esta avalancha, ¿quién puede quedar indiferente?

Las marcas de chocolate pugnan por imponerse en el gusto de los enamorados

Ni siquiera los más escépticos se mantienen al margen. “Busque su naranja media” es una página abierta especialmente para los solteros en un sitio web. El mismo organiza una fiesta para que los solitarios puedan conocerse y divertirse para ahuyentar la soledad o el aburrimiento en el día festivo. El organizador cobra a cada participante de 100 a 200 yuanes.

Este servicio es muy bien acogido, de lo que da fe el agotamiento de las entradas en apenas medio día.

Las flores son imprescindibles en el Día de los Enamorados. Los precios de las rosas, consideradas las más apropiadas para la ocasión, suben como la espuma, hasta alcanzar dos o tres veces la cotización de días ordinarios, e incluso cinco o seis veces más. El año pasado las rosas azules se vendieron hasta en 180 yuanes.

Los grandes almacenes preparan estantes especiales para exhibir y promover regalos convoyados. Los restaurantes de comida occidental dejan de preocuparse por la marcha del negocio. El 14 de febrero será imposible encontrar una mesa vacía si no se ha reservado días antes. Y los hoteles de estrellas también cubren más del 95 por ciento de  sus capacidades habitacionales.

Si por una parte, la ciencia y la tecnología traen más novedades al Día de los Enamorados en China, las mismas son asimismo nuevo instrumento que sirve a las ansias de ganar dinero de los comerciantes. Los más importantes sitios web de China, www.sina.com y www.sohu.com diseñan anuncios especiales para su página principal. Los mismos promueven entre su clientela un paquete de regalo llamado “estrategia del amor romántico”, para sorprender al ser amado en la Navidad, la Fiesta de la Primavera y el Día de los enamorados, respectivamente.

Sed del romance

Las rosas azules gozan de buena acogida entre los enamorados

A pesar del fuerte tufillo comercial que despide, no cabe duda de que el Día de los Enamorados satisface la sed romántica de los chinos, sobre todo los jóvenes.

La señorita Wang Li, empleada de una empresa extranjera, desea recibir un ramo de 99 rosas en la fiesta. Dice sobre el tema: “Para nosotros los jóvenes, el Día de los Enamorados representa una atmósfera romántica. Sé claramente que mi novio me ama, pero  deseo aprobarlo una vez más cuando me regale un ramo de rosas”.

Liu Ping, ingeniero de computación, piensa obsequiar a su esposa nueve rosas. “Aunque el nombre de esta fiesta significa en chino  ‘día de los amantes,’ y mi esposa sostiene que la palabra ‘amante’ es  sinónimo de “tercera persona” (alguien que destruye la familia ajena), creo que los esposos deben ser tanto amigos como amantes; ser familia y propiciar un nido cálido y romántico”.

“La atención que se depara al Día de los Enamorados muestra que los chinos, cuya cultura tradicional tiende a ser conservadora, ya  tienen una mente más abierta y empiezan a perseguir el amor romántico con más audacia, afirma un famoso crítico en Internet, “Antes de la reforma y la apertura, la gente consideraba peligrosa hasta la palabra ´enamorarse´ y el protagonista de las películas y obras de teatro siempre era soltero. Pero ahora es totalmente diferente”.

El dueño de una florería nos informó que los ingresos de ese día  suelen superar la mitad de la renta global anual. No importa cuán caras sean las rosas para la ocasión, los enamorados comprarán ramos para su pareja.

Los adeptos más consecuentes del Día de los Enamorados son aquellos jóvenes aficionados a la cultura occidental. A semejanza de la música Rock y la Navidad, esta fiesta también se puso de moda en los recintos universitarios a principios de la década de los años 90. Sus seguidores adoptan nombres en inglés, van todos los años a la iglesia en Noche Buena y compran máscaras para el Carnaval. Para los adolescentes es una buena oportunidad de divertirse y dar rienda suelta a sus ansias de romance. El mero nombre de la festividad basta para embriagar de ensueños a muchos jóvenes.

Como confirmación del aire juvenil de Día de San Valentín se ve a numerosos jóvenes entregando ramos de rosas a chicas que no suelen superar 25 años de edad. A las mujeres de edad mediana les cuesta, quizás por rubor, andar con un ramo de flores en la mano.

El sello chino

Pero cabe admitir que el exitoso filón comercial que acompaña esta celebración occidental no significa necesariamente que la misma sea bienvenida por todos los chinos.

El señor Li Jianguo, empleado de un departamento administrativo del gobierno municipal, fue uno de los graduados universitarios de la primera promoción que siguió a la década de la Revolución Cultural. No supo nada de esta fiesta hasta 1993, cuando vio a los muchachos vendedores de rosas y promotores de ventas de chocolate en los grandes almacenes. Aficionado a las cosas nuevas, y presionado por  su amante, celebró la fecha en varias ocasiones. Como parte del ágape, debió regalar flores, cenar a la luz de las velas y pasar la noche en un hotel. Tales consideraciones, sin embargo, nunca las ha tenido con su esposa. A su juicio, la esposa y la amante son dos cosas diferentes. Hace poco, su mujer le planteó indirectamente el deseo de pasar juntos la fecha, propuesta que Li rechazó, so pretexto de no  interesarle las fiestas occidentales.

Muchos optan por pasar la fiesta a la manera china. Los hombres maduros desechan en las rosas y chocolates en favor de las joyas. Interrogadas sobre qué regalos querían recibir, una rosa o una alhaja, la mayoría de las mujeres casadas se decantaron por la segunda. Aunque la rosa no es cara, muy pocas contestaron que las dos cosas.

El señor Wang, de 65 años de edad, había planeado por largo tiempo  comprar un ramo de rosas para su esposa—su pareja de más de 40 años— en el Día de los Enamorados. A su entender, con la tercera edad llega una nueva forma de saborear el romance. Su proyecto para la noche de San Valentín resulta un tanto sorprendente: el señor Wang piensa invitar a la familia de su vecino a cenar juntos, para fomentar la amistad y el conocimiento mutuo entre las dos familias.

Vale la pena mencionar que esta fiesta sólo tiene influencia entre la  población urbana china, no así en el campo, donde la mayoría ni se entera de la fecha.

Día de los enamorados de China

Colocación de faroles en forma de flor de loto en el río, actividad típica del Día de los Enamorados de China, el día siete del séptimo mes del calendario lunar

Luego de decenas de años bajo la égida del Día de Enamorados a la manera occidental, China salió de repente con su propia versión local: la noche del día 7 del séptimo mes del calendario lunar.

Tal práctica se inició entre los estudiosos que abogan por la teoría de la “conquista cultural”. Al dar prioridad a las modas celebratorias occidentales, los chinos van abandonando en un estado de crisis sin precedentes sus propias tradiciones. Según opinión de un maestro en Internet, “Con el fin de proteger la pluralidad cultural del mundo, los chinos deben crearse la conciencia de conservar sus tradiciones”.

Una empresa de la provincia de Jiangsu sostuvo un foro, en el cual los estudiosos plantearon usar el “guisante del amor”, que desde tiempos pretéritos se consideraba símbolo de amor, con vistas a dar forma a un día de los enamorados al estilo chino.

Esta propuesta recibió calurosa acogida entre la prensa y los comerciantes, quienes andan a la búsqueda de lo novedoso. ¡Lástima que, según encuestas sobre el mercado, la mayoría de los chinos muestra poco interés por esa fiesta local! En Sanlitun, la más famosa calle de bares de Beijing, nadie se preparaba para celebrarla, y gran cantidad de flores se marchitaron en los estantes.

Nadie en China quiere ser luz del vecino y oscuridad de su casa, pero  la verdad es que el Día de los Enamorados a la occidental tiene mejor acogida en China que su versión local.

Un estudioso de la historia y de las costumbres folklóricas considera el Día de los Enamorados chino como una interpretación forzada, sin bases reales que lo sustenten. La noche del día 7 del séptimo mes del calendario lunar no solía dedicarse a alabar el amor romántico, sino  que fue ocasión en la cual las muchachas rezaban para obtener la sabiduría del hada tejedora, por eso también se llamaba “día de la inteligencia”.

“Las fiestas tradicionales de China suelen dedicarse a unir la familia, a rendir homenaje a los antepasados, a dioses o a demonios, todos de una connotación demasiado solemne y pesada. Los occidentales suelen  dedicar sus fechas principalmente los seres queridos que les rodean. Por ejemplo, el Día de los Enamorados, el Día de los Padres, el Día de las Madres, etc. Los jóvenes quieren romance y diversión, más que el  serio sentido religioso e histórico detrás de dichas fechas. Las costumbres festivas de Occidente se ajustan como guante a la mano a las necesidades juveniles”, opina una posgraduada de Historia.

Chen Lianshan, catedrática en folklore de la Universidad de Beijing, obsrva: “La introducción de la Navidad y del Día de los Enamorados es inevitable en el proceso de desarrollo social. Si a los chinos les gustan, los incluirán en su horizonte, convirtiéndolos  en nuevas tradiciones”.

Otra opinión optimista: “No importa si los chinos se visten a la usanza extranjera y celebran fiestas occidentales, o si los extranjeros llevan trajes tradicionales chinos y se desviven por los festivales chinos. Todo ello es muestra de la grandeza del alma china, capaz de asumir la pluralidad cultural mundial. No hay necesidad de extrañarse o alarmarse, porque la tendencia que hoy predomina es la de la fusión de las diversas culturas del mundo”. Tal opinión no carece de sustento social.

 

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