¿Y
quién cuida la casa?
-- informe sobre las familias campesinas con miembros
que trabajan fuera de casa
Por
LUO YUAN JUN
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Después de la cosecha, las mujeres
aprenden a tejar jersey |
En
la Noche Vieja, en un pequeño poblado montañoso del oeste
de Hunan, la señora Zhou Yunlan, de 50 años de edad, coloca
sobre la mesa tazones y palillos para su marido y su hija
Xiaolan y el esposo de ésta. Al hacerlo, desea buen apetito
a los comensales, que están
ausentes. Su marido murió de enfermedad muchos
años atrás, y su hija y el esposo trabajan en Guangzhou,
desde donde le prometieron que no volverían a casa para
la Fiesta de Primavera.
En
los últimos años, el trabajo fuera del núcleo familiar
se ha convertido en una importante variante de crecimiento
económico en las zonas rurales.
Se
estima que en China hay 485 millones de personas trabajando
en zonas rurales, de los cuales 150 millones han quedado
excedentes. El desplazamiento acelerado de la mano de
obra excedente en el campo es una vía para acortar la
brecha existente entre el nivel económico y cultural urbano
y rural, y elevar el nivel
de ingresos de los campesinos. Durante los años
90 del siglo pasado, se hizo evidente el incremento del
número de trabajadores que salieron a trabajar en sitios
alejados de su entorno familiar.
Según
las estadísticas del Ministerio de Agricultura, actualmente
hay más de 94 millones de campesinos que laboran en la
ciudad, lo que implica un 20 por ciento de la mano de
obra rural. En algunas aldeas casi la totalidad de la
mano de obra en edad laboral proviene del medio familiar.
Su ingreso per cápita anual es de 5.597 yuanes, mientras
que el de los habitantes rurales de todo el país
es de sólo 2.000 yuanes. En el año 2000, los campesinos
que laboraban en la ciudad sobrepasaron los 4 millones,
con ingresos equivalentes a los ingresos financieros de
toda la provincia en un año.
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Los ancianos que se quedan en casa se
ofrecen a trabajar en proyectos hidráulicos |
Según
la investigación, el ingreso neto obtenido “trabajando
fuera” constituyó un 30 por ciento del total de todos
los ingresos rurales. En muchas familias rurales, dichas
entradas han sido el principal soporte económico de familia.
En
el distrito de Luotian, provincia Hubei, Xiao Zhihua (47
años) es muy diestro en el cultivo de la tierra: arroz
con espigas grandes y granos llenos, castañas con numerosos
frutos. Tiene una familia de cuatro, y su hijo de 23 años
e hija de 18 salieron a trabajar lejos. Él y su mujer
cultivan dos mu de arroz, seis fen de tierra
y más de 100 castañas. Xiao Zhihua afirma: cultivar la
tierra sólo garantiza el alimento diario, pero en lo fundamental
no nos trae ingresos.
Wang
Guifang, de Sichuan, dice: El ingreso principal de nuestra
familia es lo que gana mi marido trabajando fuera, unos
15.000 yuanes, mientras que la ganancia neta del año por
vender melocotón y criar cerdos y patos es de 8.000 yuanes.
Con
los ingresos del matrimonio de su hija, Zhou Yunlan restauró
la casa el año pasado.
La
edad de los campesinos que trabajan fuera de su pueblo
natal varía entre 18 y 45 años, y la de sus padres de
50 a 70. Los ancianos de esta edad, que deberían estar
disfrutando de la felicidad familiar, se ven forzados
a asumir la carga de toda la familia. Algunos trabajos
físicos pesados que antes los hacían los jóvenes robustos
pasan por consiguiente a las personas de edad.
En
las 79 aldeas de Chongqing, las familias de ancianos solitarios
ocupan el 56,72% del total de las familias. En la aldea
Fanyuan de la región montañosa de Huanggang, provincia
Hubei, todos los campesinos menores de 40 años y capacidad
física, de entre los 734 aldeanos en edad laboral (18
a 60 años), todos los jóvenes y robustos de menos de 40
años salieron a trabajar fuera. El cultivo
de la tierra se ha convertido en tarea de los ancianos,
mujeres de edad mediana y los débiles de salud. Para ahorrar
más, algunos dejan sus niños en casa para que los críen
sus padres. Los tres hombres de la casa de la familia
Wan salieron con sus mujeres a trabajar y dejaron a sus
hijos en casa. Sus ancianos padres se mantienen ocupados
todo el día con el trajín de los tres nietos traviesos.
La
propia Zhou Yunlan asume el trabajo agrícola si éste no
es muy pesado, como en el caso de asperjar insecticida.
En cuanto a los trabajos físicos realmente duros, se vale
de los empleados. Todos los jóvenes de la aldea se han
ido de la zona, dejando detrás a las personas de edad.
Sobre las espaldas de estos últimos queda la vida de la
aldea, cuyas tierras de labrantío, a diferencia de lo
que ocurre en otros sitios, siempre se mantienen atendidas.
El
vacío y la soledad espiritual es la mayor angustia de
los que se quedan en casa, al menos para aquellos que
no tienen nietos. Quienes tienen hijos fuera acostumbran
a reunirse para charlar y ver la televisión, la cual les
permite seguir los acontecimientos en los sitios adonde
se han ido los hijos. Las bodas y los velorios son otras
ocasiones ideales para la reunión. Cuando llueve, los
campesinos sin trabajo se reúnen a jugar de cartas o mahjong,
con los cuales gustan de apostar. Mientras juegan no dejan
de hablar de los hijos lejanos.
Al
principio, para Zhou Yunlan resultaba incomprensible que
su hija Xiaoman no volviera a casa para la Fiesta de Primavera.
Posteriormente se rindió ante los argumentos. Si Xiaoman
hubiese vuelto a casa para la ocasión, su puesto habría
sido quizás ocupado, porque el patrón de la fábrica privada
donde laboraba su hija no concebía dejar sus máquinas
ociosas. Quedarse sin trabajo significa volver a empezar
de cero, perdiendo varios cientos de yuanes.
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Como la nuera no está en casa,
la suecra se ocupa en todos los quehaceres domésticos |
En
esta Fiesta de Primavera, la fábrica donde trabaja Xiaoman
tiene trato preferencial para el personal: hace arreglos
para la alimentación y alojamiento de los familiares que
vienen de visita. Aunque las condiciones del alojamiento
no son muy buenas, siempre son mejores que en el campo.
Muchos aldeanos envidiaron la suerte de Zhong Yunlan,
quien pudo desplazarse hasta Guangzhou. La comida de Noche
Vieja es apenas una formalidad, lo más importante es que
los jóvenes disfruten de la piedad filial. Se trata de
un pequeño receso, pues al fin y al cabo ellos volverán
a casa cuando acumulen suficiente dinero.
En
los años 80, la mina de carbón de la aldea atraía a muchos
forasteros que llegaban en busca de trabajo. Posteriormente
el carbón se agotó, y no hubo nuevos medios de ganar dinero,
por lo que los aldeanos tuvieron que marcharse a otros
sitios a trabajar. Zhou Yunlan comprendió de inmediato
que si quería retener a sus hijos a su lado, era esencial
desarrollar la economía local.