MARZO 2004


¿Y quién cuida la casa?

-- informe sobre las familias campesinas con miembros que trabajan fuera de casa

Por LUO YUAN JUN

Después de la cosecha, las mujeres aprenden a tejar jersey

En la Noche Vieja, en un pequeño poblado montañoso del oeste de Hunan, la señora Zhou Yunlan, de 50 años de edad, coloca sobre la mesa tazones y palillos para su marido y su hija Xiaolan y el esposo de ésta. Al hacerlo, desea buen apetito a los comensales, que están  ausentes. Su marido murió de enfermedad muchos años atrás, y su hija y el esposo trabajan en Guangzhou, desde donde le prometieron que no volverían a casa para la Fiesta de Primavera.

En los últimos años, el trabajo fuera del núcleo familiar se ha convertido en una importante variante de crecimiento económico en las zonas rurales.

Se estima que en China hay 485 millones de personas trabajando en zonas rurales, de los cuales 150 millones han quedado excedentes. El desplazamiento acelerado de la mano de obra excedente en el campo es una vía para acortar la brecha existente entre el nivel económico y cultural urbano y rural, y elevar el nivel  de ingresos de los campesinos. Durante los años 90 del siglo pasado, se hizo evidente el incremento del número de trabajadores que salieron a trabajar en sitios alejados de  su entorno familiar.

Según las estadísticas del Ministerio de Agricultura, actualmente hay más de 94 millones de campesinos que laboran en la ciudad, lo que implica un 20 por ciento de la mano de obra rural. En algunas aldeas casi la totalidad de la mano de obra en edad laboral proviene del medio familiar. Su ingreso per cápita anual es de 5.597 yuanes, mientras  que el de los habitantes rurales de todo el país es de sólo 2.000 yuanes. En el año 2000, los campesinos que laboraban en la ciudad sobrepasaron los 4 millones, con ingresos equivalentes a los ingresos financieros de toda la provincia en un año.

Los ancianos que se quedan en casa se ofrecen a trabajar en proyectos hidráulicos

Según la investigación, el ingreso neto obtenido “trabajando fuera” constituyó un 30 por ciento del total de todos los ingresos rurales. En muchas familias rurales, dichas entradas han sido el principal soporte económico de familia.

En el distrito de Luotian, provincia Hubei, Xiao Zhihua (47 años) es muy diestro en el cultivo de la tierra: arroz con espigas grandes y granos llenos, castañas con numerosos frutos. Tiene una familia de cuatro, y su hijo de 23 años e hija de 18 salieron a trabajar lejos. Él y su mujer cultivan dos mu de arroz, seis fen de tierra y más de 100 castañas. Xiao Zhihua afirma: cultivar la tierra sólo garantiza el alimento diario, pero en lo fundamental no nos trae ingresos.

Wang Guifang, de Sichuan, dice: El ingreso principal de nuestra familia es lo que gana mi marido trabajando fuera, unos 15.000 yuanes, mientras que la ganancia neta del año por vender melocotón y criar cerdos y patos es de 8.000 yuanes.

Con los ingresos del matrimonio de su hija, Zhou Yunlan restauró la casa el año pasado.

La edad de los campesinos que trabajan fuera de su pueblo natal varía entre 18 y 45 años, y la de sus padres de 50 a 70. Los ancianos de esta edad, que deberían estar disfrutando de la felicidad familiar, se ven forzados a asumir la carga de toda la familia. Algunos trabajos físicos pesados que antes los hacían los jóvenes robustos pasan por consiguiente a las personas de edad.

En las 79 aldeas de Chongqing, las familias de ancianos solitarios ocupan el 56,72% del total de las familias. En la aldea Fanyuan de la región montañosa de Huanggang, provincia Hubei, todos los campesinos menores de 40 años y capacidad física, de entre los 734 aldeanos en edad laboral (18 a 60 años), todos los jóvenes y robustos de menos de 40 años salieron a trabajar fuera. El cultivo  de la tierra se ha convertido en tarea de los ancianos, mujeres de edad mediana y los débiles de salud. Para ahorrar más, algunos dejan sus niños en casa para que los críen sus padres. Los tres hombres de la casa de la familia Wan salieron con sus mujeres a trabajar y dejaron a sus hijos en casa. Sus ancianos padres se mantienen ocupados todo el día con el trajín de los tres nietos traviesos.

La propia Zhou Yunlan asume el trabajo agrícola si éste no es muy pesado, como en el caso de asperjar insecticida. En cuanto a los trabajos físicos realmente duros, se vale de los empleados. Todos los jóvenes de la aldea se han ido de la zona, dejando detrás a las personas de edad. Sobre las espaldas de estos últimos queda la vida de la aldea, cuyas tierras de labrantío, a diferencia de lo que ocurre en otros sitios, siempre se mantienen atendidas.

El vacío y la soledad espiritual es la mayor angustia de los que se quedan en casa, al menos para aquellos que no tienen nietos. Quienes tienen hijos fuera acostumbran a reunirse para charlar y ver la televisión, la cual les permite seguir los acontecimientos en los sitios adonde se han ido los hijos. Las bodas y los velorios son otras ocasiones ideales para la reunión. Cuando llueve, los campesinos sin trabajo se reúnen a jugar de cartas o mahjong, con los cuales gustan de apostar. Mientras juegan no dejan de hablar de  los hijos lejanos.

Al principio, para Zhou Yunlan resultaba incomprensible que su hija Xiaoman no volviera a casa para la Fiesta de Primavera. Posteriormente se rindió ante los argumentos. Si Xiaoman hubiese vuelto a casa para la ocasión, su puesto habría sido quizás ocupado, porque el patrón de la fábrica privada donde laboraba su hija no concebía dejar sus máquinas ociosas. Quedarse sin trabajo significa volver a empezar de cero, perdiendo varios cientos de yuanes.

Como la nuera no está en casa, la suecra se ocupa en todos los quehaceres domésticos

En esta Fiesta de Primavera, la fábrica donde trabaja Xiaoman tiene trato preferencial para el personal: hace arreglos para la alimentación y alojamiento de los familiares que vienen de visita. Aunque las condiciones del alojamiento no son muy buenas, siempre son mejores que en el campo. Muchos aldeanos envidiaron la suerte de Zhong Yunlan, quien pudo desplazarse hasta Guangzhou. La comida de Noche Vieja es apenas una formalidad, lo más importante es que los jóvenes disfruten de la piedad filial. Se trata de un pequeño receso, pues al fin y al cabo ellos volverán a casa cuando acumulen suficiente dinero.

En los años 80, la mina de carbón de la aldea atraía a muchos forasteros que llegaban en busca de trabajo. Posteriormente el carbón se agotó, y no hubo nuevos medios de ganar dinero, por lo que los aldeanos tuvieron que marcharse a otros sitios a trabajar. Zhou Yunlan comprendió de inmediato que si quería retener a sus hijos a su lado, era esencial desarrollar la economía local.

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