MARZO 2004


Mujeres de Derung con rostro tatuado

Por SHEN XINGSHI

Derung es una de las más pequeñas minorías étnicas de China. La mayoría de sus 5.000 integrantes vive en la aislada región del valle del río Derung (provincia de Yunnan) que se encuentra a 1.000 kilómetros de Kunming, cercada por la montaña Gaoligong en el este, la montaña Dandanglika en el sur, la frontera de Myanmar por el oeste, y el Tíbet en el norte. La densa nieve deja aislada a la comarca por seis meses cada año.

Los deruneses creen que todo lo que está sobre la Tierra tiene su alma. Son hospitalarios con los visitantes, y se avergüenzan cuando no tienen regalos para entregarles. Todavía cultivan la tierra talando los árboles y quemando el suelo, pues las máquinas agrícolas modernas son inaplicables en esta tierra. Algunas familias, con la ayuda del gobierno, han empezado a dedicarse a la cría de animales.

Hasta hace 50 años, las mujeres de Derung tenían la tradición de utilizar tatuajes faciales. Hay varias teorías para explicar los motivos originales de esta práctica antigua. Una afirma que los tatuajes son puramente decorativos; otra que los tatuajes posibilitan a las mujeres encontrar su alma después de la muerte; y otro más afirma que así las mujeres evitan ser raptadas. Hay incluso un argumento de que es la mejor manera de distinguirse de los hombres.

Zimu tejiendo una alfombra tan bonita como una arco iris

Aunque provengan de diferentes clanes o familias, las mujeres del curso superior y medio del río Derung llevan similares tatuajes. Hoy  sólo 64 mujeres de Derung tienen esos tatuajes. De ellas la mayor tiene 108 años y la menor 50. Cuando tenían 12 o 13 años, las tatuaron como señal de que habían comenzado la edad adulta.

Para iniciar el proceso de tatuaje una mujer mayor comienza por pintar con hollín la cara de la chica con una brizna de bambú, y luego pincha la piel con un espino y embadurna las heridas con hollín o un tipo de extracto herbáceo. La hinchazón roja desaparece después de una semana, dejando un dibujo permanente de color azul oscuro en la piel.

Kaiyuan, una de las 64 restantes mujeres tatuadas en la cara, abriga un deseo: que se exhiban las imágenes fotográficas suyas y de su hermandad en un distinguido museo donde personas de todas partes del mundo puede verlas y compartir los rasgos distintivos de la cultura de Derung.

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