FEBRERO 2004


Novatos en el nuevo cine chino

 

Por TANG YUANKAI

Liu Hao, joven director que ha participado en el proyecto "nuevo cine"

“¡Prefiero ser otro Spielberg!” Tal es la respuesta del joven director de cine Liu Hao, puesto ante la disyuntiva de reencarnar como el super-taquillero realizador estadounidense Steven Spielberg, o el introspectivo cineasta sueco Ingmar Bergman. A su juicio, estos son los dos grandes modelos a seguir, notables artistas en ambos casos. “Si surgen demasiados Bergman, el público se pondrá a roncar en el cine,” afirma con desenfado.

Sin embargo, para llegar a ser como Spielberg, se necesitan, además de una buena dosis de excepcional talento, la oportunidad y el capital como elementos indispensables.

Liu Hao tuvo un buen año en 2002, cuando dirigió una película titulada Un par de ovejas, cuya inversión fue de cinco millones de yuanes RMB (cerca de 609.013 dólares). Para los jóvenes cineastas chinos, la suma no es nada despreciable.

La parte proveedora fue el Grupo Cinematográfico de China (empresa estatal) y la Cía. Ltda. Grupo Universidad de Pekín -Kwans (empresa no estatal). Ambas han desarrollado conjuntamente un proyecto llamado “nuevo cine,” con planes de invertir 50 millones de yuanes anualmente en diez películas que asumirá igual cifra de directores jóvenes.

Esta es una oportunidad dorada para cualquier realizador. Hasta ahora, centenares de jóvenes cineastas se han apuntado en la lista, en la cual el primer seleccionado fue Liu Hao.

Liu Hao, recién graduado del Instituto Cinematográfico de Beijing, enfrenta una situación muy diferente a la que tocó a la denominada quinta generación de directores, encabezada por Zhang Yimou y Chen Kaige, quienes, también recién graduados del mismo instituto, podían dedicarse en aquella época a filmar películas artísticas, sin preocuparse por los vaivenes de la taquilla. En la actualidad, empero, ni los productores más agresivos  consiguen inversión sin que medie la perspectiva de buenas ventas de taquilla. Lo cierto es que la quinta generación ya tiene los ojos puestos en el mercado, mientras que algunos como Liu Hao pugnan por poner algo de arte en lo que hacen.

El presidente de la Cía. Ltda. Grupo Universidad de Pekín –Kwans, señor Wang Xinping, ha destacado sin ambages el corte comercial que sustenta el proyecto, por lo que los productos del llamado “nuevo cine” no sólo deben procurar calidad artística, sino que además deben tener éxito comercial.

Liu está de acuerdo con este punto. La carrera cinematográfica  se apropia de cierta carga moral cuando el director protege los intereses de los inversionistas, lo que se traduce de algún modo en el fervor que pone el cineasta en el proceso de filmación. Por esta razón, se puede afirmar que Spielberg lleva sobre sus hombros una notable carga de “buena moral”.

Liu todavía recuerda sobrecogido de pavor los problemas que debió arrostrar cuando procuraba inversión para Chen Mo y Meiting, filme que posteriormente ganó el gran premio de “Tribuna juvenil” y el premio “Mejor Opera Prima,” otorgados por el Festival Internacional de Cine de Berlín en 2002.

El propio realizador escribió el guión. Se trata de la historia de un chico llamado Chen Mo, vendedor de flores, y de la chica Meiting, ayudante en una barbería, quienes se apoyan mutuamente en medio de su pobreza material. En busca de un sentimiento amoroso que yace sembrado en algún lugar oculto de sus vidas, Chen Mo hace de padre de Meiting los lunes, miércoles y viernes, mientras Meiting desempeña la función de madre de Chen Mo los  martes, jueves y sábados. Así tratan de cubrir la ausencia de los respectivos progenitores y las manquedades sentimentales de sus vidas.

Al terminar el guión, Liu empezó a buscar capital. No logró respuesta tras múltiples solicitudes. Por fin, un amigo de Shanghai le ofreció un préstamo de 140.000 yuanes (20.000 dólares) por un periodo de año y medio.

Llegada la hora de filmar, y con el objetivo de ahorrarse en gastos, todo el equipo cinematográfico vivió en humildes habitaciones de 10 metros cuadrados ubicadas en un subterráneo. Al terminar la filmación, casi no quedaba nada de fondos, lo que ponía en riesgo el trabajo de posproducción. Para obtener fondos frescos, Liu y el productor Guo Nannan se dedicaron a vender calendarios durante   dos años, hasta pagar la deuda contraída.

Chen Mo y Meiting todavía no ha sido distribuida para la proyección en público y son pocos los que la han visto. Para Liu resulta fundamental lograr una buena comunicación con los espectadores antes de seguir su trabajo. Con estos presupuestos en mente acometió la filmación de Un par de ovejas: un filme que, según las aspiraciones de su director, puede dejar provechosas lecciones, tanto para ancianos de 70 años como para jóvenes de 17. Quizás al final no lo consiga, pero se considera que ésta es la mentalidad que sustenta al “nuevo cine”. “En tiempos anteriores los directores jóvenes enfatizaban lo artístico y el enfoque de autor, pero el movimiento cinematográfico de hoy exige que se complazcan todos los gustos por igual. Sólo así se puede edificar un mercado,” asevera Liu.

Han Sanping, presidente del Grupo Cinematográfico de China, tiene la misma opinión. Añade que este nuevo proyecto estaba destinado a un reajuste de gran escala en el mecanismo de producción, para llegar al grupo más amplio de espectadores.

Las normas para que una película pueda aspirar a la condición de   “nuevo cine” son muy simples: Una buena historia que quede bien narrada. De acuerdo con estos parámetros, el éxito de Un par de ovejas y la capacidad de trabajo de Liu Hao son la mejor recomendación.

La película fue adaptada de la novela homónima. “Me sentí atrapado por el ambiente de la novela, y he intentado mantener el sabor original”, dice el realizador.

El personaje principal del drama es el anciano Deshan, que vive en una zona montañosa pobre, fría y con tierras exangües a fuerza de sembrarse. Pero un día se le presenta la buena suerte: Un amable funcionario local le regala un par de ovejas reproductoras provenientes del extranjero. Al principio todo marcha sobre ruedas. Pero los cuadros de la aldea procuran crear una campaña propagandística a expensas del anciano, a quien dan la tarea política de “criar bien las ovejas y obtener descendencia de las mismas para contribuir al enriquecimiento de toda la aldea”. El anciano, sintiéndose presionado, se dedica en cuerpo y alma a buscar pasto de buena calidad y construir un invernadero adecuado para las ovejas. Más adelante, y a consecuencia de problemas ambientales, las ovejas pierden su capacidad reproductora. Para colmo de males, la única hija del anciano, presta a cumplir “la tarea política”, acompaña al anciano a apacentar los animales a 30 kilómetros de su hogar, y muere al caer en un pantano.

Con el fin de atraer a los espectadores, al principio se pensó en el famoso actor Ge You, ganador en Cannes por su papel en la película de Zhang Yimou “Vivir”, para encarnar al anciano. Liu Hao afirma que el drama se escribió con Ge You en mente, y que es una lástima que posteriormente hubiera que acudir a otro actor. Algunos comentaristas consideran que la película también puede encantar al público por la garra de la historia.

Casi todas las películas de este proyecto que están en proceso de filmación han tenido buena acogida. Se trata de producciones a mitad de camino entre lo popular y el refinamiento del cine de arte.

Ning Hao, también graduado del Instituto Cinematográfico de Beijing, está filmando Bicicleta, que narra la historia de un mensajero de envíos expresos. El personaje principal, limitado en su espacio de vida, sólo sabe cumplir la tarea de manejar velozmente la bicicleta, rodeado de algunos sucesos absurdos. Ning ha dirigido gran cantidad de producciones para  MTV y publicidad, por lo que tiene experiencia en la filmación de automóviles y bicicletas en movimiento. Quiere servirse de esta experiencia en su nueva película, a la cual espera aderezar con algo de humor negro, aspirando a sacar la risa del público en ciertos pasajes.

Liu Fang, director de la película Me gusta Tian'anmen

Liu Fanggan, quien está preparando de Me gusta Tian´anmen de Beijing, expresó francamente su meta: hacer más interesante y exitosa la historia.

Me gusta Tian´anmen es una famosa canción que se popularizó  en la época de la revolución cultural (1966-1976). Tal vez el mero título logre atraer a gran cantidad de espectadores, aunque la historia de la película es simple: Un obrero que vive en un poblado lejano anhela el amor de una chica, pero su vida está pasando por una situación desesperada. Así, hasta que opta por huir de la realidad y realizar el deseo de su padre— ir a la plaza Tian´anmen y tomarse una foto antes de regresar al terruño natal.

Hasta la fecha, unos 30 jóvenes directores han participado en el proyecto del “nuevo cine,” incluidos doctores recién regresados después de estudios en el extranjero, además de excelentes graduados del Instituto Cinematográfico de Beijing, el Instituto Central de Teatro y otras entidades docentes relacionadas, así como aficionados al cine sin estudios profesionales. Todos  conocen el mercado del séptimo arte y han sabido beber en las fuentes de Hollywood, a la vez que asumen los presupuestos artísticos del cine europeo.

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