¿Es
la bicicleta la gran culpable?
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Los equilibristas del manubrio |
Veinte años atrás, cuando
el transporte público no estaba muy desarrollado, la bicicleta
era el medio de transporte para la mayoría de los chinos.
Ahora, sin embargo, el desarrollo económico y la ampliación
de la zona urbana han traído aparejada una notable mejora
de las instalaciones infraestructurales del transporte
público, lo que además se traduce en un mayor diapasón
de opciones para el público. En Beijing, Shanghai y otras
grandes ciudades, se puede ir en bicicleta, tomar autobuses
públicos, el metro y el tren de riel ligero, así como
conducir coches privados. Sin embargo, la gente no abandona
su bicicleta a pesar del rápido desarrollo del transporte
público en las ciudades, porque este medio de transporte
sigue teniendo evidentes ventajas: No cuesta mucho adquirirlo
y nos permite librarnos de las aglomeraciones que en horas
pico mantienen a los automóviles sujetos a una marcha
de tortuga. Además, es beneficioso para la salud, no necesita
combustible y no contamina el ambiente. La bicicleta es
un medio de transporte favorable al medio ambiente, irremplazable
para la mayoría de la gente en momentos en que crece la
conciencia sobre la necesidad de proteger el entorno.
Sin embargo, el uso de la bicicleta
también entraña riesgos. En el invierno de 2003 ocurrió
un grave accidente de tráfico en un cruce de la avenida
Chang’an. Una mujer que manejaba una bicicleta cruzó cuando
el semáforo estaba en roja, y fue atropellada por un sedán
que circulaba normalmente. La ciclista murió al instante.
Según el departamento de control
del tráfico de Beijing, cada año ocurren 30.000 accidentes
de bicicletas en la capital, con una secuela de varios
miles de muertos y lesionados. En los accidentes que involucran
bicicletas y vehículos motorizados, hay una gran proporción
de violación de las reglas del tráfico por parte de los
ciclistas, quienes, como era de suponer, llevaron la peor
parte en cuanto a lesiones físicas.
Todos los accidentes tienen que
ver con la disputa por el camino entre las bicicletas
y los coches. En China, las carreteras son compartidas
generalmente por vehículos motorizados, medios no motorizados
y peajes. Este tipo de sistema ha agudizado los conflictos
entre estos sujetos. Además, las bicicletas, que constituyen
la mayoría, afectan en gran medida el desplazamiento de
otros medios de transporte, disminuyendo de esta manera
la eficiencia del transporte urbano en su conjunto. Según
estadísticas, la velocidad de los coches en horas pico
es de sólo 16 kilómetros por hora en las grandes ciudades
como Beijing y Shanghai.
Es obvio que la gran cantidad de
bicicletas ha ejercido una influencia negativa sobre el
tráfico urbano. Las estadísticas revelan que la bicicleta
sigue siendo el principal medio de transporte de la mayoría
de los habitantes urbanos, y que representan del 40 al
70 por ciento del total de los medios de transporte. Esto
evidencia una proporción excesiva de los ciclos en la
estructura del tráfico urbano.
Un chofer apellidado Wang se quejó
en los siguientes términos: “Son muchos los ciclistas
que se llevan la luz roja, transportan personas, van en
sentido contrario o doblan de improviso. Por ello nos
vemos obligados a conducir el auto con sumo cuidado y
no acercarnos demasiado a las bicicletas. Al doblar, debemos
dejar un espacio suficiente para las bicicletas. Con esta
situación, no hay manera de acelerar”.
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Wang Wei, campeón de la bici trepadora |
No obstante, los ciclistas se quejan
a su vez de los conductores, diciendo que les roban el
espacio. Cada día hay más espacios designados como carriles
para los vehículos motorizados, con el fin de aprovechar
al máximo los caminos existentes. En las horas pico, algunos
choferes invaden las pistas de las bicicletas, las cuales,
como consecuencia, se ven forzadas a subir a la acera.
No es difícil imaginar cuantos peligros
y tragedias potenciales encierra esta disputa por el derecho
de vía. En atención a esta coyuntura, Shanghai planea
restringir la entrada de las bicicletas en carreteras
troncales urbanas en 2004, con el fin de eliminar la congestión
derivada del brusco aumento en la cifra de coches privados.
Al mismo tiempo, se intensificarán las multas por violación
de las reglas del tráfico.
Algunos especialistas proponen estimular
a quienes deban recorrer más de 10 kilómetros a usar medios
de transporte públicos, para elevar al máximo la eficiencia
en el uso de los caminos.