DICIEMBRE
2004


Desafíos a la seguridad informática mundial

Por LUO YUANJUN

SHI Zhi, ingeniero de la Seguridad Informática en una institución estatal de China, debió enfrentar en fecha reciente un brusco ataque de virus, que dejó fuera de combate a decenas de ordenadores de la entidad, por lo que se vio obligado a trabajar varios días consecutivos en la oficina. Tales ataques, admite el profesional, se han convertido en lugar común y son difíciles de evitar.

El uso cada día más masivo de Internet ha propiciado, como secuela paralela indeseada, la Espada de Damocles de los ataques a la seguridad de la Red. Según una investigación al respecto publicada en China en 2004, el 58% de las 7.072 empresas que utilizan ampliamente Internet y el sistema informático no disponen de sistemas de seguridad. El 10% de las empresas afectadas por incidentes como el descrito al principio del artículo sufrieron graves pérdidas.

Un responsable de la Oficina de Control de Seguridad Informática del Ministerio de Seguridad Pública de China afirma que los factores principales que han generado inseguridad en  Internet se vinculan a la carencia de un sistema riguroso de administración, así como a la falta de prevención. Un 66% de los casos ocurridos se debieron a problemas con el Software antivirus.

Shu Li, empleada de una pequeña compañía de ordenadores, siempre está muy ocupada tratando de resolver las situaciones de urgencia de sus amigos, según sus propias palabras. Los problemas de las computadoras familiares, afirma no suelen ser muy graves; cuando más se requiere de una reinstalación del sistema operativo, pero los sabotajes en la Red ya son palabras mayores, pues pueden provocar un colapso de las conexiones y causar pérdidas incalculables.

Los ataques a los computadores mediante virus y los sabotajes a la Red clasifican en la categoría de invasión técnica, analiza Xu Rongsheng, experto en seguridad informática e investigador de la Academia de Ciencias de China, y señala que aún hay otras dos variantes consideradas delitos. Una es utilizar el ordenador para robar secretos del Estado o información confidencial de las empresas, a través del engaño, el soborno y la malversación de fondos públicos. La segunda es producir, copiar y divulgar informaciones consideradas lesivas a la sociedad como son los materiales pornográficos y eróticos.

En estos últimos años, la divulgación de contenidos obscenos ha devenido un problema cada vez más serio, acota Wang Yong, de 33 años de edad, profesor de la Universidad de Leguas Extranjeras No. 2 de Beijing: “Cuando era pequeño, la ciencia en nuestro país no estaba tan desarrollada como hoy, no había un canal como Internet, que permitiera obtener informaciones tan rápidamente. Sin embargo, se logró limitar con rigor las lecturas pornográficas y eróticas. En aquel entonces, sólo escuché hablar de una novela de ese tipo que se llamaba Corazón de una muchacha, que circulaba en copias manuscritas. Pero lo que vemos hoy en día sobre el contenido pornográfico rebasa cualquier pronóstico hecho en aquellos días.

En ciertos salones de chateo o charla virtual se intercambian ocasionales frases e imágenes excitantes al estilo de: quítate la ropa y las máscaras hipócritas; vamos juntos a descargar  nuestros impulsos originales. En ese momento cinco o seis personas están en línea interconectadas por cámaras web. Al principio se dicen apenas algunas palabras seductoras; más tarde dirigen la cámara a los puntos más íntimos de sus cuerpos; algunos incluso se involucran en transacciones  sexuales con ánimo de lucro.

El 18 de junio de 2003, el profesor Wang Jipeng,  de la Universidad Bohai de Liaoning publicó en el sitio Web Boke un artículo titulado Pregunta de un ciudadano: ¿quién debe responsabilizarse por la circulación de la pornografía en  Internet?, con lo cual dio inicio a un debate sobre la difusión de materiales de este corte. Como padre de un niño, indica Wang Yong, espero que el Estado pueda controlar el erotismo virtual, porque los niños no son culpables, pero generalmente no pueden resistir esa tentación.

En febrero de 2004, algunos importantes sitios Web de China propusieron establecer un centro para la denuncia de informaciones ilegales y perniciosas, con el fin poner coto a  los sitios Web eróticos y obscenos. El 10 de junio del mismo año, se abrió un centro a propósito a instancias del Comité de Servicios Informáticos. Esta organización para el mantenimiento del orden en la Red mundial ha recibido amplio respaldo de diversos sectores sociales.

Las instituciones dedicadas a la denuncia y control de sitios Web eróticos y obscenos, no solamente existen en China. También proliferan en países como Gran Bretaña, donde hay un órgano que bajo las iniciales IWF opera una línea telefónica para recibir denuncias sobre pornografía infantil. Además, la organización Angel Internet, que cuenta con voluntarios en 14 países, tiene la tarea de identificar sitios Web eróticos dirigidos a los niños e informar sobre los mismos a los departamentos pertinentes.

El 16 de julio de 2004, cuando el Ministerio de la Seguridad Pública desplegó un operativo especial contra sitios Web eróticos y obscenos, el Centro de Denuncias sobre Información Ilegal y Perniciosa desempeñó un papel importante. Algunos opinan que el sitio Web para denuncias ha proporcionado un canal nuevo y directo para la supervisión de la Red. Ello indica que en el campo de Internet China ha dado un paso práctico y firme en el fortalecimiento de la autodisciplina y la supervisión popular.

Hasta octubre de 2004, China había cerrado sucesivamente 1.125 sitios Web obscenos y eróticos y 290 dedicados a juegos de azar.

Respecto a los sitios Web eróticos, algunos cibernautas propusieron clasificarlos tomando en cuenta a los adolescentes. Pero Min Dahong, investigador adjunto del Instituto de Prensa y Divulgación de la Academia de Ciencias Sociales de China afirmó que tal acción resultaba de difícil aplicación práctica, pues el país aún no ha puesto en vigor la clasificación de materiales televisivos y cinematográficos, además del hecho de que cualquier persona, sin que se pueda controlar su edad, puede acceder a Internet. La campaña contra los sitios Web eróticos se ha puesto en boga en todos los países del mundo. En el extranjero se presta suma atención al establecimiento de reglamentos y sobre todo a la protección de los menores.

El ingeniero Shi Zhi vivía con la angustia de que su hijo pudiera acceder a un sitio Web erótico, y para evitarlo instaló numerosos códigos en su ordenador. Dijo que a menos que él y su esposa estuvieran en casa, su hijo no se podría conectar a Internet. Muchos progenitores han actuado de modo similar a  Shi. Según se avance en el desarrollo de las medidas que permitan controlar los sitios Web obscenos y eróticos, puede que no diste mucho el día en que los niños se conecten a Internet sin necesidad de imponerles cortapisas.

China dispone asimismo de un cuerpo policial especializado en enfrentar los delitos cada vez más frecuentes a través de Internet. En 1998, se organizó un contingente profesional para la supervisión de la seguridad en Internet en el municipio de Wuhan, provincia de Hubei. Se trata del primer grupo de ese tipo. A finales de 1999, dicho cuerpo obtuvo respaldo oficial para instruir de cargos a los infractores. Según estadísticas, actualmente en China hay cerca de mil policías de Internet, quienes trabajan en más de 20 provincias, municipios y regiones autónomas.

Nuestro país dispone de policía y Ley Penales. En el caso de  Internet, empero, aún no tenemos una ley sistemática y completa; sólo unos reglamentos dispersos que dificultan el tratamiento de casos de esta índole. Para proteger de manera auténtica la seguridad de la Red, la mayoría de los países desarrollados y algunos países en vías de desarrollo han empezado a elaborar y mejorar la legislación respectiva, que en la actualidad se erige en punto fundamental para el mejoramiento de la ley internacional, enfatiza Xun Rongsheng.  

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