Desafíos
a la seguridad informática mundial
Por
LUO YUANJUN
SHI
Zhi, ingeniero de la Seguridad Informática en una institución
estatal de China, debió enfrentar en fecha reciente un
brusco ataque de virus, que dejó fuera de combate a decenas
de ordenadores de la entidad, por lo que se vio obligado
a trabajar varios días consecutivos en la oficina. Tales
ataques, admite el profesional, se han convertido en lugar
común y son difíciles de evitar.
El
uso cada día más masivo de Internet ha propiciado, como
secuela paralela indeseada, la Espada de Damocles de los
ataques a la seguridad de la Red. Según una investigación
al respecto publicada en China en 2004, el 58% de las
7.072 empresas que utilizan ampliamente Internet y el
sistema informático no disponen de sistemas de seguridad.
El 10% de las empresas afectadas por incidentes como el
descrito al principio del artículo sufrieron graves pérdidas.
Un responsable de la Oficina de Control
de Seguridad Informática del Ministerio de Seguridad Pública
de China afirma que los factores principales que han generado
inseguridad en Internet se vinculan a la carencia de
un sistema riguroso de administración, así como a la falta
de prevención. Un 66% de los casos ocurridos se debieron
a problemas con el Software antivirus.
Shu
Li, empleada de una pequeña compañía de ordenadores, siempre
está muy ocupada tratando de resolver las situaciones
de urgencia de sus amigos, según sus propias palabras.
Los problemas de las computadoras familiares, afirma no
suelen ser muy graves; cuando más se requiere de una reinstalación
del sistema operativo, pero los sabotajes en la Red ya
son palabras mayores, pues pueden provocar un colapso
de las conexiones y causar pérdidas incalculables.
Los
ataques a los computadores mediante virus y los sabotajes
a la Red clasifican en la categoría de invasión técnica,
analiza Xu Rongsheng, experto en seguridad informática
e investigador de la Academia de Ciencias de China, y
señala que aún hay otras dos variantes consideradas delitos.
Una es utilizar el ordenador para robar secretos del Estado
o información confidencial de las empresas, a través del
engaño, el soborno y la malversación de fondos públicos.
La segunda es producir, copiar y divulgar informaciones
consideradas lesivas a la sociedad como son los materiales
pornográficos y eróticos.
En
estos últimos años, la divulgación de contenidos obscenos
ha devenido un problema cada vez más serio, acota Wang
Yong, de 33 años de edad, profesor de la Universidad de
Leguas Extranjeras No. 2 de Beijing: “Cuando era pequeño,
la ciencia en nuestro país no estaba tan desarrollada
como hoy, no había un canal como Internet, que permitiera
obtener informaciones tan rápidamente. Sin embargo, se
logró limitar con rigor las lecturas pornográficas y eróticas.
En aquel entonces, sólo escuché hablar de una novela de
ese tipo que se llamaba Corazón de una muchacha,
que circulaba en copias manuscritas. Pero lo que vemos
hoy en día sobre el contenido pornográfico rebasa cualquier
pronóstico hecho en aquellos días.
En ciertos salones de chateo o charla
virtual se intercambian ocasionales frases e imágenes
excitantes al estilo de: quítate la ropa y las máscaras
hipócritas; vamos juntos a descargar nuestros impulsos
originales. En ese momento cinco o seis personas están
en línea interconectadas por cámaras web. Al principio
se dicen apenas algunas palabras seductoras; más tarde
dirigen la cámara a los puntos más íntimos de sus cuerpos;
algunos incluso se involucran en transacciones sexuales
con ánimo de lucro.
El 18 de junio de 2003, el profesor Wang Jipeng, de
la Universidad Bohai de Liaoning publicó en el sitio Web
Boke un artículo titulado Pregunta de un ciudadano:
¿quién debe responsabilizarse por la circulación de la
pornografía en Internet?, con lo cual dio inicio
a un debate sobre la difusión de materiales de este corte.
Como padre de un niño, indica Wang Yong, espero que el
Estado pueda controlar el erotismo virtual, porque los
niños no son culpables, pero generalmente no pueden resistir
esa tentación.
En febrero de 2004, algunos importantes sitios Web de
China propusieron establecer un centro para la denuncia
de informaciones ilegales y perniciosas, con el fin poner
coto a los sitios Web eróticos y obscenos. El 10 de junio
del mismo año, se abrió un centro a propósito a instancias
del Comité de Servicios Informáticos. Esta organización
para el mantenimiento del orden en la Red mundial ha recibido
amplio respaldo de diversos sectores sociales.
Las
instituciones dedicadas a la denuncia y control de sitios
Web eróticos y obscenos, no solamente existen en China.
También proliferan en países como Gran Bretaña, donde
hay un órgano que bajo las iniciales IWF opera una línea
telefónica para recibir denuncias sobre pornografía infantil.
Además, la organización Angel Internet, que cuenta con
voluntarios en 14 países, tiene la tarea de identificar
sitios Web eróticos dirigidos a los niños e informar sobre
los mismos a los departamentos pertinentes.
El
16 de julio de 2004, cuando el Ministerio de la Seguridad
Pública desplegó un operativo especial contra sitios Web
eróticos y obscenos, el Centro de Denuncias sobre Información
Ilegal y Perniciosa desempeñó un papel importante. Algunos
opinan que el sitio Web para denuncias ha proporcionado
un canal nuevo y directo para la supervisión de la Red.
Ello indica que en el campo de Internet China ha dado
un paso práctico y firme en el fortalecimiento de la autodisciplina
y la supervisión popular.
Hasta
octubre de 2004, China había cerrado sucesivamente 1.125
sitios Web obscenos y eróticos y 290 dedicados a juegos
de azar.
Respecto
a los sitios Web eróticos, algunos cibernautas propusieron
clasificarlos tomando en cuenta a los adolescentes. Pero
Min Dahong, investigador adjunto del Instituto de Prensa
y Divulgación de la Academia de Ciencias Sociales de China
afirmó que tal acción resultaba de difícil aplicación
práctica, pues el país aún no ha puesto en vigor la clasificación
de materiales televisivos y cinematográficos, además del
hecho de que cualquier persona, sin que se pueda controlar
su edad, puede acceder a Internet. La campaña contra los
sitios Web eróticos se ha puesto en boga en todos los
países del mundo. En el extranjero se presta suma atención
al establecimiento de reglamentos y sobre todo a la protección
de los menores.
El ingeniero Shi Zhi vivía con la angustia de que su
hijo pudiera acceder a un sitio Web erótico, y para evitarlo
instaló numerosos códigos en su ordenador. Dijo que a
menos que él y su esposa estuvieran en casa, su hijo no
se podría conectar a Internet. Muchos progenitores han
actuado de modo similar a Shi. Según se avance en el
desarrollo de las medidas que permitan controlar los sitios
Web obscenos y eróticos, puede que no diste mucho el día
en que los niños se conecten a Internet sin necesidad
de imponerles cortapisas.
China
dispone asimismo de un cuerpo policial especializado en
enfrentar los delitos cada vez más frecuentes a través
de Internet. En 1998, se organizó un contingente profesional
para la supervisión de la seguridad en Internet en el
municipio de Wuhan, provincia de Hubei. Se trata del primer
grupo de ese tipo. A finales de 1999, dicho cuerpo obtuvo
respaldo oficial para instruir de cargos a los infractores.
Según estadísticas, actualmente en China hay cerca de
mil policías de Internet, quienes trabajan en más de 20
provincias, municipios y regiones autónomas.
Nuestro país dispone de policía y Ley Penales. En el
caso de Internet, empero, aún no tenemos una ley sistemática
y completa; sólo unos reglamentos dispersos que dificultan
el tratamiento de casos de esta índole. Para proteger
de manera auténtica la seguridad de la Red, la mayoría
de los países desarrollados y algunos países en vías de
desarrollo han empezado a elaborar y mejorar la legislación
respectiva, que en la actualidad se erige en punto fundamental
para el mejoramiento de la ley internacional, enfatiza
Xun Rongsheng.