El
encanto de Chaozhou
Por
nuestro reportero Zhang Hong
CHAOZHOU,
situada en el este de la provincia de Guangdong, es una
ciudad histórica y cultural, famosa por su dialecto, el
arte culinario, el té de kung-fu y la ópera.
En su territorio se ubican más de 700 sitios de interés
histórico, entre los cuales se destaca el puente de Guangji,
construido en la dinastía Song del Sur (1127-1279), el cual,
junto a los de Zhaozhou, Luoyang y Lugou, conforma los cuatro
puentes más antiguos de China. El Templo Kaiyuan, un centro
budista en el este de Guangdong, se considera exponente
por excelencia de lo mejor de la arquitectura de varias
dinastías, mientras que el Templo Huang Kong sobresale por
sus preciosas tallas de madera de la dinastía de Qing (1644-1911).
También se conserva en Chaozhou un horno original que reproduce
a escala el complejo de producción y exquisita artesanía
de la cerámica antigua de esa localidad. A todo esto se
suman los famosos bordados y las esculturas en maderas típicas
de la ciudad.
El té de Kung-fu
El
té de Kung-fu de Chaozhou es parte integral de la
vida diaria de los lugareños, y se sirve siguiendo un viejo
ritual legado a través de varios siglos. Para su preparación,
lo ideal es recoger el rocío de la planta sombreada; también
se pueden utilizar el agua de los manantiales montañosos
o del río Hanjiang. El disfrute del té Kung-fu es
considerado una experiencia de alto valor estético, para
lo cual se procura disponer de un ambiente elegante y de
buen gusto.
El servicio de té es crucial. La tetera y las tazas son
pequeñas. La primera se hace de zisha, o arcilla
roja, y las segundas con porcelana blanca producida en Chaozhou.
El servicio de té original, que estaba compuesto por 28
piezas, ha sido simplificado a apenas cuatro o cinco.
Hay
diez pasos para servir el té tradicional de kung-fu,
el último de los cuales es la observación cercana del color
y el aroma. El número de tazas es siempre de una menos que
la cantidad de bebedores sentados a la mesa de té, con el
fin de propiciar la oportunidad de que los más jóvenes cedan
la infusión a los mayores, o los anfitriones a sus huéspedes,
en una señal de respeto y deferencia que insufla la ceremonia
de un ambiente armonioso.
Zeng Chunan, vice presidente de la Sociedad Han Yu (768-824,
influyente poeta y escritor de la dinastía Tang), define
que el beber el té del kung-fu es una experiencia
que se asienta sobre los pilares de “la amabilidad, la cortesía,
la perfección y el disfrute”. Una combinación de amabilidad
y cortesía constituyen virtud intrínseca del té de kung-fu,
la perfección es su esencia, y el disfrute su alma misma.
El arte culinario
La cocina de Chaozhou abarca una gran variedad de ingredientes,
sobrepasando en ese sentido a otras regiones, y entre los
cuales se pueden mencionar diversos productos acuáticos,
la patata dulce, el taro, la calabaza, y el gingko.
Los
mariscos son probablemente el componente más delicioso de
esta cocina. A diferencia de los platos de pescado servidos
en la costa norteña de China, que preservan el sabor original
con métodos de preparación simples, los mariscos de Chaozhou
son cocinados con hierbas y especias que les dan un gusto
delicioso, ocultando el olor característico del pescado.
Un plato particularmente complejo es el llamado “El inmortal
indicando el camino”. Para su confección se abren los brotes
de haba y se rellenan con la masa de aletas de tiburón.
Hay 50 platos de Chaozhou hechos de aceitunas. El más representativo
de la cocina local es el “dingbian”, que se prepara con
goma de arroz deshidratada. De bautizarlo se encargó Li
Zicheng (1606-1645), líder de los últimos rebeldes de la
dinastía Ming (1368-1644). Este plato parte de la viscosa
de arroz preservada durante al menos tres años. La misma
se vierte en una cacerola de agua hervida, y, al formarse
una costra, ésta se cuece al vapor y se seca. Luego, se
hace sopa de “dingbian” con setas doradas en forma de agujas,
ostras, hongos orejas de madera y pescado. Es un plato
delicioso y aromático.
Las
albóndigas de vaca de Chaozhou son muy famosas en toda China.
Estas bolas, simples al parecer, son difíciles de elaborar.
Se usa la carne de vaca fresca batida con barras del hierro
por espacio de una hora antes de dar forma a las albóndigas.
El Templo Kaiyuan
En
738, el emperador Xuanzong de la dinastía Tang construyó
diez templos en las grandes prefecturas de China y puso
el nombre de su reinado al Templo Kaiyuan de Chaozhou. A
diferencia de otros templos famosos del país, que fueron
construidos al lado de las montañas y los ríos, el Kaiyuan
se encuentra en una zona urbana bien concurrida.
Chaozhou y Shantou atraen a gran número de peregrinos budistas
de la provincia de Guangdong. Al Templo Kaiyuan, centro
budista de la región, acuden peregrinos budistas de todo
el país.
La
Sala del Rey Divino, la principal construcción del templo,
es una pieza que recoge lo mejor de la arquitectura en madera
de aquel entonces, y la misma se construyó sin usar un solo
clavo. Todas las piezas de madera están machihembradas y
encajan perfectamente.
El Todai (Gran Templo del Este) en Japón tiene la estructura
de madera más grande en el mundo. Según Lu Bingjie, profesor
del departamento de arquitectura de la Universidad de Tongji,
en Shanghai, la disposición de la construcción nipona está
basada en el pabellón del Rey Divino del Templo de Kaiyuan.
Lo más valioso entre los artefactos del Templo de Kaiyuan
es la Avatamsaka Sutra de 80 tomos, escrita por el antiguo
abad Zhicheng. Para terminar dicha obra, el autor permaneció
tres años en confinamiento autoimpuesto, y escribió el
sutra con la sangre que sacaba con un objeto agudo de su
propia lengua.
Cada
verano, los monjes del templo ventilan la Tripitakata de
7,240 tomos, traída desde Beijing al templo en 1765. La
misma fue otorgada como recompensa al abad Jinghui, quien
a los 80 años de edad hizo un viaje a la capital desafiando
todo tipo de peligros y reveses. El emperador Qianlong,
conmovido por su gran virtud y lealtad, bajó del trono y
puso su mano en el hombro derecho del gran maestro, diciéndole:
“Le concederé una colección de mi propiedad”. El Tripitaka
es una colección completa de sutras budistas, considerada
la mayor del mundo en su tipo. En su momento descolló como
uno de los principales 100 grabados e impresos en madera,
que sólo se concedía a los templos famosos.
En 1325, un meteorito cayó en Chaozhou. Un laborioso artesano
se dio a la tarea de tallar sobre él, convirtiéndolo en
un incensario de 475 kg de peso, que luego se colocó en
el templo de Kaiyuan. Allí ha permanecido por 600 años.
Hoy se conserva en buenas condiciones.
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