DICIEMBRE
2004


Diez movimientos: elíxir para una larga vida

Por XI WEN

ME llamo Li Guomin, tengo más de 60 años, pero aún me mantengo rebosante de energía y ágil. Todavía puedo dedicarme a la creación literaria en mi tiempo libre. Todo ello se debe a que he persistido en hacer diariamente una combinación de ejercicios físicos consistente en diez movimientos sencillos. Para mí, el ejercicio es la enfermera que me cuida cada día, y un buen truco para la longevidad. Si usted le atrae mi fórmula, le recomiendo que no se pierda de probar este elíxir de la longevidad conmigo.

Movimiento 1: Encogimiento de hombros. Lo primero que hago cada amanecer al levantarme es realizar este ejercicio: Me encojo de hombros y luego me relajo, así voy repitiendo de manera alternativa el encogimiento y el relajamiento durante cinco minutos. Este ejercicio permite relajar los nervios, los músculos y las venas, a la par que fortalece la circulación sanguínea y los meridianos. Es bueno para evitar  el denominado hombro congelado (tendinitis). Al mismo tiempo acelera el riego sanguíneo al cerebro, reduciendo la incidencia del infarto cerebral.

Movimiento 2: Rotación de cabeza. Este ejercicio consiste en mover con suavidad la cabeza de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha. Lo practico cinco minutos cada vez, tres veces al día. El ejercicio ayuda a fortalecer las venas cerebrales, y a la vez los músculos, tendones, venas y articulaciones cervicales, y reduce la acumulación del colesterol en la arteria cervical. Constituye una medida efectiva para la prevención de la apoplejía, la hipertensión y los problemas cervicales.

Movimiento 3: Me tapo las orejas con las manos desplegadas y los dedos unidos y rectos, y desde esa posición coloco los dedos índices encima sobre los del medio, para luego deslizarlos apretadamente hasta hacerlos restallar en un golpecito seco contra la parte trasera de la cabeza, en el hueso occipital. Esta maniobra suena como retumbo de tambor a mis oídos. Así doy 36 golpes seguidos. Siempre practico este ejercicio por la noche. Este método despierta el cerebro, elimina el zumbido de oídos, protege el oído, fortalece la memoria, previene y trata problemas de mareo, el dolor de cabeza y enfermedades del conducto auditivo.

Movimiento 4: Percusión suave en las orejas. La hago tres veces al día: por la mañana, al mediodía y por la noche. Y en cada ocasión golpeo 100 veces, pero con suavidad. Doy golpes con las manos a una distancia de 10 a 15 centímetros de las orejas. Como en éstas se distribuyen 79 puntos acupunturales, el estímulo de los golpes, que sirve de masaje en los meridianos, promueve la circulación sanguínea y del (energía), fortalece la inmunidad y el metabolismo corporal, y mantiene el buen funcionamiento del tímpano. El ejercicio también puede eliminar el cansancio, despertar la mente y activar el de los riñones.

Movimiento 5: Parpadeo. Cada vez que tengo tiempo libre, hago mi movimiento de párpados. Cierro los ojos con cierta fuerza, y después de 10 segundos los abro. Así, lo repito durante cuatro o cinco minutos. Por lo menos hago tres veces al día este ejercicio, el cual estimula los músculos de los ojos, aumenta su flexibilidad, fortalece la circulación sanguínea local, humedece los globos oculares y evita el cansancio visual.

Movimiento 6: Masticar. Cada día por la mañana y por la noche y antes de cada alimento, me concentro en relajarme, tratando de no pensar en nada. Entonces, cierro la boca y empiezo a masticar, haciendo percusión entre los dientes de arriba y abajo, más de cien veces. Con este método, logro consolidar los dientes, aumentar la producción de saliva, y fortalecer la digestión. También me ayuda a prevenir problemas dentales.

Movimiento 7: Palmoteo. De pie, y con todo el cuerpo relajado y concentrado en mí mismo, golpeo entre sí las palmas de las manos, 30 veces, a un ritmo adecuado y con fuerza, de modo que al concluir la práctica quede en las manos el calor del palmoteo. Hago este ejercicio por la mañana, al mediodía y por la noche. Dada la concentración de numerosos puntos acupunturales sensibles en las palmas y dorsos de las manos y en los extremos de los dedos, el estímulo adecuado de los mismos ayuda a ejercitar el cerebro, tratar enfermedades tales como la neuritis en las terminaciones nerviosas, el entumecimiento y la convulsión de las manos, la hipertensión, el estreñimiento, y el síndrome de menopausia.

Movimiento 8: Ejercicio de los cuatro miembros. Con las manos cogidas, giro los brazos de izquierda a derecha y luego hacia delante, dando una vuelta como si hiciera girar un molino. Lo repito 24 veces, y luego hago lo mismo, pero en dirección contraria. Después, con los brazos en jarras, ejercito las piernas: levantando una pierna hacia delante y hacia atrás diez veces, y repito lo mismo con la otra pierna. A continuación, me siento, levanto el pie izquierdo con la punta hacia arriba, y estiro la pierna suavemente hacia delante, y termino de estirarla aumentando la fuerza hacia delante y abajo. Así repito cinco veces, y luego cambio a la otra pierna.

Hago este ejercicio dos veces al día, por la mañana y por la noche, con lo cual ejercito los cuatro miembros, con el fin de estimular la circulación de la sangre y relajar los músculos y articulaciones.

Movimiento 9: Choque de espalda. Practico este ejercicio tres veces al día, por la mañana, al mediodía, y por la noche. Me paro delante de una pared, a unos 15 centímetros de ella, con los pies separados a la misma anchura de los hombros, me relajo, me inclino hacia atrás y choco la espalda con fuerza contra la pared. Con la fuerza reactiva me inclino hacia delante. Así, repito 50 veces. Cada vez lo voy haciendo más fuerte. El ejercicio fortalece los riñones, hace circular los meridianos, previene enfermedades como el hombro congelado, la torcedura de músculos lumbares, y la hiperplasia de la hernia discal lumbar.

Movimiento 10: Cuando debo permanecer sentado o de pie por largo tiempo, me pongo de puntillas con los pies juntos, elevando a la par los talones, para luego relajarme. De esta forma, repito el movimiento durante cinco minutos. Este ejercicio puede promover la circulación sanguínea de las piernas y evitar las várices y la hiperplasia de los huesos de los talones. 

Espero que este sencillo, pero eficaz método para conservar la salud le sea de gran utilidad y le ayude a gozar de una vida más placentera.

 

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