Diez
movimientos: elíxir para una larga vida
Por
XI WEN
ME
llamo Li Guomin, tengo más de 60 años, pero aún me mantengo
rebosante de energía y ágil. Todavía puedo dedicarme a la
creación literaria en mi tiempo libre. Todo ello se debe
a que he persistido en hacer diariamente una combinación
de ejercicios físicos consistente en diez movimientos sencillos.
Para mí, el ejercicio es la enfermera que me cuida cada
día, y un buen truco para la longevidad. Si usted le atrae
mi fórmula, le recomiendo que no se pierda de probar este
elíxir de la longevidad conmigo.
Movimiento 1:
Encogimiento de hombros. Lo primero que hago cada amanecer
al levantarme es realizar este ejercicio: Me encojo de hombros
y luego me relajo, así voy repitiendo de manera alternativa
el encogimiento y el relajamiento durante cinco minutos.
Este ejercicio permite relajar los nervios, los músculos
y las venas, a la par que fortalece la circulación sanguínea
y los meridianos. Es bueno para evitar el denominado hombro
congelado (tendinitis). Al mismo tiempo acelera el riego
sanguíneo al cerebro, reduciendo la incidencia del infarto
cerebral.
Movimiento 2: Rotación de cabeza. Este ejercicio
consiste en mover con suavidad la cabeza de arriba hacia
abajo y de izquierda a derecha. Lo practico cinco minutos
cada vez, tres veces al día. El ejercicio ayuda a fortalecer
las venas cerebrales, y a la vez los músculos, tendones,
venas y articulaciones cervicales, y reduce la acumulación
del colesterol en la arteria cervical. Constituye una medida
efectiva para la prevención de la apoplejía, la hipertensión
y los problemas cervicales.
Movimiento 3: Me tapo las orejas con las
manos desplegadas y los dedos unidos y rectos, y desde esa
posición coloco los dedos índices encima sobre los del medio,
para luego deslizarlos apretadamente hasta hacerlos restallar
en un golpecito seco contra la parte trasera de la cabeza,
en el hueso occipital. Esta maniobra suena como retumbo
de tambor a mis oídos. Así doy 36 golpes seguidos. Siempre
practico este ejercicio por la noche. Este método despierta
el cerebro, elimina el zumbido de oídos, protege el oído,
fortalece la memoria, previene y trata problemas de mareo,
el dolor de cabeza y enfermedades del conducto auditivo.
Movimiento 4: Percusión suave en las orejas.
La hago tres veces al día: por la mañana, al mediodía y
por la noche. Y en cada ocasión golpeo 100 veces, pero con
suavidad. Doy golpes con las manos a una distancia de 10
a 15 centímetros de las orejas. Como en éstas se distribuyen
79 puntos acupunturales, el estímulo de los golpes, que
sirve de masaje en los meridianos, promueve la circulación
sanguínea y del qí (energía), fortalece la inmunidad
y el metabolismo corporal, y mantiene el buen funcionamiento
del tímpano. El ejercicio también puede eliminar el cansancio,
despertar la mente y activar el qí de los riñones.
Movimiento 5: Parpadeo. Cada vez que tengo
tiempo libre, hago mi movimiento de párpados. Cierro los
ojos con cierta fuerza, y después de 10 segundos los abro.
Así, lo repito durante cuatro o cinco minutos. Por lo menos
hago tres veces al día este ejercicio, el cual estimula
los músculos de los ojos, aumenta su flexibilidad, fortalece
la circulación sanguínea local, humedece los globos oculares
y evita el cansancio visual.
Movimiento 6: Masticar. Cada día por la mañana
y por la noche y antes de cada alimento, me concentro en
relajarme, tratando de no pensar en nada. Entonces, cierro
la boca y empiezo a masticar, haciendo percusión entre los
dientes de arriba y abajo, más de cien veces. Con este método,
logro consolidar los dientes, aumentar la producción de
saliva, y fortalecer la digestión. También me ayuda a prevenir
problemas dentales.
Movimiento 7: Palmoteo. De pie, y con todo
el cuerpo relajado y concentrado en mí mismo, golpeo entre
sí las palmas de las manos, 30 veces, a un ritmo adecuado
y con fuerza, de modo que al concluir la práctica quede
en las manos el calor del palmoteo. Hago este ejercicio
por la mañana, al mediodía y por la noche. Dada la concentración
de numerosos puntos acupunturales sensibles en las palmas
y dorsos de las manos y en los extremos de los dedos, el
estímulo adecuado de los mismos ayuda a ejercitar el cerebro,
tratar enfermedades tales como la neuritis en las terminaciones
nerviosas, el entumecimiento y la convulsión de las manos,
la hipertensión, el estreñimiento, y el síndrome de menopausia.
Movimiento 8: Ejercicio de los cuatro miembros.
Con las manos cogidas, giro los brazos de izquierda a derecha
y luego hacia delante, dando una vuelta como si hiciera
girar un molino. Lo repito 24 veces, y luego hago lo mismo,
pero en dirección contraria. Después, con los brazos en
jarras, ejercito las piernas: levantando una pierna hacia
delante y hacia atrás diez veces, y repito lo mismo con
la otra pierna. A continuación, me siento, levanto el pie
izquierdo con la punta hacia arriba, y estiro la pierna
suavemente hacia delante, y termino de estirarla aumentando
la fuerza hacia delante y abajo. Así repito cinco veces,
y luego cambio a la otra pierna.
Hago
este ejercicio dos veces al día, por la mañana y por la
noche, con lo cual ejercito los cuatro miembros, con el
fin de estimular la circulación de la sangre y relajar los
músculos y articulaciones.
Movimiento 9: Choque de espalda. Practico
este ejercicio tres veces al día, por la mañana, al mediodía,
y por la noche. Me paro delante de una pared, a unos 15
centímetros de ella, con los pies separados a la misma anchura
de los hombros, me relajo, me inclino hacia atrás y choco
la espalda con fuerza contra la pared. Con la fuerza reactiva
me inclino hacia delante. Así, repito 50 veces. Cada vez
lo voy haciendo más fuerte. El ejercicio fortalece los riñones,
hace circular los meridianos, previene enfermedades como
el hombro congelado, la torcedura de músculos lumbares,
y la hiperplasia de la hernia discal lumbar.
Movimiento 10: Cuando
debo permanecer sentado o de pie por largo tiempo, me pongo
de puntillas con los pies juntos, elevando a la par los
talones, para luego relajarme. De esta forma, repito el
movimiento durante cinco minutos. Este ejercicio puede promover
la circulación sanguínea de las piernas y evitar las várices
y la hiperplasia de los huesos de los talones.
Espero
que este sencillo, pero eficaz método para conservar la
salud le sea de gran utilidad y le ayude a gozar de una
vida más placentera.
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