China
promueve su inversión en el exterior
Por
LAN XINZHEN

EL
19 de julio, los Ministerios de Comercio y de Relaciones
Exteriores de China publicaron conjuntamente el Catálogo
de Países y Ramas Industriales Recomendables para las Inversiones
Chinas en el Exterior. En dicho documento se incluyen 67
países y regiones recomendados por el Gobierno como destino
para las inversiones de las empresas nacionales chinas.
Esta
ha sido la primera vez en que China ofrece orientación general
a sus compañías nacionales sobre actividades de inversión.
Según lo que informan los funcionarios del Ministerio de
Comercio, hasta el momento, cerca de siete mil compañías
chinas han colocado capital en más de 160 países y regiones.
Según
Zhang Zhuoyuan, profesor del Instituto de Investigaciones
Económicas de la Academia de Ciencias Sociales de China,
el lanzamiento del catálogo beneficiará una mayor participación
de las empresas chinas en la cooperación internacional,
el uso más razonable y rentable de los capitales, a la vez
que evita las inversiones a ciegas y la competencia entre
sí.
Entusiasmo empresarial chino por la inversión en el exterior
De ser uno de los principales receptores mundiales de inversión
foránea, China se está convirtiendo gradualmente en exportadora
de capitales. En los últimos dos años, se ha producido una
verdadera fiebre nacional por colocar capitales en otras
latitudes, en la medida en que grupos empresariales de
reconocida fama como Haier, Gree y Xoceco han establecido
bases de producción y centros de fomento en el exterior.
De acuerdo con las estadísticas de la Organización de Naciones
Unidas para el Comercio y el Desarrollo, UNCTAD, las inversiones
directas provenientes de China sobrepasaron los 35 mil
millones de dólares en 2003. En sus investigaciones realizadas
entre las principales instituciones promotoras de la inversión,
la UNCTAD descubrió que en la relación de cinco mayores
países inversores, China rebasó por primera vez a Japón
y ocupó el cuarto lugar, después de EE.UU., Reino Unido
y Francia.
“Para
la mayor parte de los países en desarrollo, China puede
ser el segundo mayor país inversor después de EE.UU..” agregó
el doctor Zhan Xiaoning, responsable de la Oficina de Coordinación
de Inversión Internacional de UNCTAD.
Las cifras del Ministerio de Comercio de China muestran
que en 2003 se registraron en sus archivos 510 empresas
dirigidas a ultramar, con capital chino y de tipo no financiero,
en las que el volumen acordado de inversiones chinas equivale
a 2.087 millones de dólares, lo que supone incrementos respectivos
de 50% y 110%, en comparación con el año 2002.
Las
primeras inversiones chinas en el extranjero datan del año
1979, cuando la aplicación de la política de reforma y apertura
hacia exterior apenas ensayaba sus primeros balbuceos en
China. En noviembre de dicho año la primera empresa de este
género se estableció en Tokio, entre la Corporación de Servicios
Comerciales de la Amistad de Beijing y una sociedad japonesa.
En
2003, el Gobierno chino formuló políticas favorecedoras
de la inversión en el exterior. Al mismo tiempo, el Ministerio
de Comercio y la Administración de Divisas Extranjeras adoptaron
una serie de medidas, entre ellas simplificar los trámites
de análisis y autorización de proyectos, sobre todo en los
terrenos del comercio y la manufactura, así como responsabilizar
a las autoridades locales con los proyectos de capital chino
por cifras inferiores a los 3 millones de dólares, etc..
Según
Wu Xilin, subdirector del departamento de cooperación económica
del Ministerio de Comercio, la política se aplica con el
fin de promover las inversiones empresariales chinas en
ultramar. Hasta el momento, más de diez países toman a China
como su mayor inversor extranjero. Japón, Gran Bretaña,
Singapur, Suecia y otros, ya han fundado instituciones de
fomento para atraer fondos de China.
Las
inversiones chinas cubren casi todas las ramas industriales,
especialmente las concentradas en el servicio comercial,
el procesamiento industrial, la explotación de productos
agrícolas y de recursos naturales.
El
20 de julio, el Ministerio de Comercio abrió una plataforma
informativa en su portal electrónico, en el cual ofrece
datos relacionados principalmente con las empresas chinas
interesadas en invertir, e incluye los proyectos extranjeros
y las instituciones intermediarias.
“Todo
apunta a que en un futuro no muy lejano se producirá una
nueva fiebre de inversión en el extranjero” pronostica el
doctor Zhan Xiaoning.
Halagüeña perspectiva
Zhao Chunming,
profesor del Instituto de Economía de la Universidad Pedagógica
de Beijing, reconoció el rápido desarrollo que en los últimos
años se ha producido a la sombra del actual apogeo inversionista,
pero llamó la atención sobre algunos problemas que afectan
la actividad de modo general. “Sobre todo la reducida cuantía
de las inversiones directas” agregó.
Además, por
tradición, las empresas chinas solían optar por proyectos
de producción básica para hacer su inversión, en lugar de
decidirse por empresas que enfatizaban la tecnología punta.
Esto les deja a merced de la competencia de otros países
en desarrollo, coartando perspectivas más promisorias.
En
comparación con las corporaciones transnacionales, acostumbradas
a operar según su propia estrategia global, las empresas
chinas, que encaran el obstáculo de su pequeña magnitud
y la escasez de una red mundial, se encuentran en un estado
de inferioridad en la competencia internacional, e incluso
corren riesgos políticos y financieros a consecuencia del
negativo ambiente inversionista de algunos países en desarrollo.
Para
resolver los problemas arriba mencionados, el Gobierno chino
formuló políticas preferenciales relativas a la difusión
del capital, la garantía bancaria y otros terrenos. Por
ejemplo, fomentó préstamos a intereses bajos para las empresas
productivas con mucha inversión en el exterior, el apoyo
financiero gubernamental a los proyectos de ayuda al extranjero,
así como la importación priorizada de los productos de empresas
con capital chino.
Entre
las empresas chinas con inversiones en el exterior, el 46,8%
del total se concentra en Hong Kong y Macao y 13,7% en América
del Norte, lo que indica un desequilibrio en los países
y regiones en vías de desarrollo.
El
volumen de las inversiones chinas en el exterior supone
sólo un 0.15% del monto total de inversión directa en el
mundo. Según las estadísticas, la proporción entre la absorción
de capitales extranjeros y la inversión en el exterior de
los países desarrollados, en desarrollo y China es, respectivamente,
de 1:1.14, 1:0.13 y 1:0.09. Todo esto indica que las inversiones
directas de China se encuentran todavía en su periodo inicial.
“En
los últimos diez años, la velocidad de crecimiento promedio
de las inversiones chinas en el extranjero se mantuvieron
en 76,8%. Todo eso beneficiará el crecimiento de la influencia
de las empresas chinas.” confirmó el profesor Zhao Chunming.
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