DICIEMBRE
2004


Resurreción y Permanencia de los PuntoCom

Por nuestro reportero LUO YUANJUN

EL verano de 2004 fue testigo de una cifra pico en la historia de las inversiones extranjeras en el sector de Internet de China. El 15 de junio, el archiconocido motor de búsqueda Google invirtió U$ 10 millones de dólares en su contraparte china Baidu, poco antes de que la firma minorista japonesa de Internet Rakuten colocara U$ 110 millones de dólares en una acción al 20,4 por ciento en Tencent.com, compañía con sede en la sureña urbe de Shenzhen, con lo cual se convirtió en su segundo mayor accionista. Al despuntar agosto, el servicio turístico virtual  Inter Active Corp. anunció que destinaría U$ 60 millones de dólares para la adquisición de Elong, el segundo mayor proveedor de servicios turísticos en Red de China. Y más tarde, el 19 del propio mes, Amazon publicó un acuerdo final para la compra de Joyo.com Limitada, el mayor comercializador minorista de libros y productos audio visuales por Internet de China.

Tales muestras de inusual confianza en el mundo empresarial en línea de China pueden interpretarse como una recuperación constante  de numerosas firmas de Internet, luego de la llamada explosión de la burbuja informática a principios del nuevo milenio. En conferencia de prensa en 2002, el director ejecutivo de la Sohu.com, Zhang Chaoyang, informó que su empresa se recuperaba de pasadas deudas y comenzaba a prosperar. Al respecto, resumió la situación diciendo: “Se acabó el invierno para Internet.”

China se conectó a Internet por primera vez en 1994, creando las condiciones para el subsiguiente florecimiento de  las firmas puntocom. En su mayoría, éstas operaban con pérdidas en un principio, pero, confiados en el promisorio futuro de la Red y su inmenso potencial lucrativo, los inversionistas continuaron colocando capital en las mismas. “Quemando dinero” era la frase con que se solía denominar entonces dicha práctica. “Se gastaba dinero como si éste saliera de un barril sin fondo,” recuerda Wang Min, ex director administrativo de una firma de Internet, “Todos se empeñaban en seguir invirtiendo en la confianza de que pronto se harían millonarios.”

Sin embargo, en lo que se puede calificar de ironía de la vida, el exceso de inversiones se trocó en impedimento para el desarrollo a plena capacidad del negocio de Internet. Cuantiosas cifras de capital de riesgo se dedicaron a respaldar ganancias a corto plazo e incursiones eventuales en la bolsa, en lugar de apoyar la investigación y el desarrollo. Así las cosas, fueron muchas las puntocom que se hincharon hasta estallar. A principios de 2000, Sino.com comenzó a cotizar en el índice NASDAQ, pero pronto sus acciones se desplomaron por debajo del precio inicial de oferta pública. Suerte similar corrieron China.com y Netease, que vieron caer los  precios de sus acciones a cifras inferiores que los precios de oferta del primer día de cotización en NASDAQ. Según testimonio de un asociado en Crystal Ventures, los inversores confiaban en el mercado chino, mas no en empresas cuyo foco de atención se concentraba más en la modalidad de lucro que en las perspectivas de ganancias.

Las sobrevivientes que lograron aferrarse a un madero salvador en un mar de burbujas reventadas fueron aquellas firmas que a tiempo comprendieron que la verdadera ganancia está intrínsecamente vinculada a las operaciones relacionadas con Internet.

En 2001, 263.com decidió probar suerte instituyendo un cobro a los usuarios de su correo electrónico. La decisión no fue bien acogida en general. Como bien admite Zhang Yuan, estudiante de periodismo en la Universidad de Pekín, “Se da por descontado  que el correo electrónico debe ser gratuito.” El cobro de 263 conllevaba servicios más abarcadores y una mayor capacidad de almacenar correo, pero en 2004, los portales de correo gratuito  se aparecieron con buzones sin cobro y capacidades superiores de almacenamiento y estabilidad. Al decir de Meng Xiansheng, periodista de Diario Campesino, “El correo electrónico gratuito atrae un flujo estable de usuarios y crea las bases para las ganancias de las puntocom, ya que el masivo acceso de personas interesadas en búsquedas atraen a los anunciantes.” Lo mismo se aplica a los sitios web de información y de servicios.

Las compañías de Internet han comprendido en fecha reciente la existencia de otro filón dorado en el servicio de mensajes cortos por teléfonos móviles – un mercado colosal si se toman en cuenta los 300 millones de  chinos que poseen estos aparatos. Se informa que portales como Sino, Sohu y Netease aseguran ganancias mensuales de no menos de 20 millones de yuanes por concepto de servicios de mensajes de texto. Desde la víspera del séptimo día del Festival de Primavera de 2004, los suscriptores generaron 7.800 millones de mensajes cortos. El valor del mercado de mensajes cortos de China en 2004 ya se sitúa en los 34.500 millones de yuanes.

A principios de 2002, Sino y Sohu lanzaron de manera simultánea sendos sitios web para proporcionar información y servicios a las empresas. Siguiendo el ejemplo de la compañía estadounidense American Online, a seguido introdujeron servicios en línea. Lucro a un lado, tales decisiones indican que las compañías chinas del puntocom se están desarrollando según un programa comercial pragmático.

De las múltiples formas de ganancia de la actualidad, la de juegos en línea se erige como la de más acelerado desarrollo hoy.  Según el Centro de Información Sobre la Red de Internet de China, esta forma es una de las tres mayores generadoras de ganancias entre las firmas de Internet. Las otras dos corresponden a las finanzas y la educación en línea.

El 11 de mayo de 2004, el mayor operador de juegos en línea de China, Sanad, comenzó a cotizar en el índice de NASDAQ. Previamente, la compañía había anunciado que invertiría sus reservas en efectivo ascendentes a U$ 100 millones de dólares en una serie de adquisiciones que redondearían su transformación estratégica, de suministradora de juegos en línea a negocio de entretenimiento interactivo. Ni los medios ni los círculos de Internet profirieron palabra sobre la posibilidad de que en esta ocasión se estuviera  “quemando dinero”.

Al decir del presidente de Chemnet.com.cn, Sun Deliang, desde los años de las burbujas, los servicios en Red se han ido diversificando y cada vez penetran más en las industrias tradicionales.

Si bien es cierto que se ha producido la recuperación de grandes portales como Netease, Sino, Sohu y TOM, que han ingresado cuantiosas ganancias desde 2003, no resulta ocioso preguntarse hasta qué punto está realmente progresando la economía de la industria china de Internet. Li Huan, estudiante de historia  de la Universidad  Tsinghua, cree que no hay tal progreso. “Puede que las compañías de Internet estén generando ganancias, pero solo por concepto de juegos en línea y entretenimiento. El verdadero potencial de este fabuloso invento, que radica ante todo en las aplicaciones en Red tales como el comercio electrónico, están todavía por alcanzarse. Es ahí donde las compañías deberían concentrarse.”

Ante la pregunta de qué hace que los mensajes cortos, la publicidad virtual y los juegos en línea prevalezcan sobre el comercio electrónico, cabría acudir al argumento de que el crédito, los pagos y las entregas siguen siendo relativamente inexplorados en la economía de Internet de China, lo cual trasluce hasta dónde se precisa llegar si se desea explotar a su máxima capacidad las aplicaciones en la Red.

Con todo, las compañías de Internet que atraviesan por un período de bonanza económica andan a la caza de nuevas formas de crecimiento. Se argumenta que todo cuanto necesitan éstas es tiempo para comenzar a ampliar sus horizontes. Tras pasar de hacer malabares con los conceptos a dejar sentir su peso específico en los predios de la economía, los negocios chinos de Internet están convirtiéndose gradualmente en una presencia comercial concreta.

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