
Fandango
en Beijing con el grupo mexicano, Mono Blanco
Por
MÓNICA CHING



EL
cinco de septiembre -y casualmente bajo el año del Mono
en el horóscopo chino- arribó por primera vez a la ciudad
de Beijing el grupo mexicano de música jarocha, Mono Blanco,
para presentarse en el Auditorio del distrito de Chaoyan;
inició de una gira que cubrió varias ciudades de China
y concluyó en la ciudad de Tokio.
Hasta
antes de su presentación la gran pregunta era, cómo reaccionaría
el público chino ante un ritmo tan alejado a su gusto
musical y acostumbrado a la sobriedad a la hora de asistir
a un concierto. Sobre todo que gran parte de la esencia
de la música de Mono Blanco se concentra en sus líricas.
Sin embargo, la noche del lunes demostró que en China
hay público para todo. Al auditorio llegaron hispanistas
chinos, integrado por estudiantes y jóvenes que trabajan
en los diversos medios de comunicación, chinos de edad
más avanzada que por alguna razón están ligados con la
cultura mexicana, la comunidad mexicana, así como espectadores
que simplemente se interesaron por conocer algo nuevo.
El recinto se colmó y un solo de jarana abrió el concierto.
Al
son del arpa, las jaranas y el león (bajo acústico), e
inmersos en el influjo del ritmo percutido de la quijada
de burro, el pandero y el zapateado, los integrantes del
grupo Mono Blanco: Gilberto, Octavio, Julio, Gisela y
el “güero Vargas”, sacaron a los beijineses de su rutina
habitual y los invitaron a pasar una velada colmada de
la gracia, ritmo y sabor de su tierra natal.
Oriundos
de un estado en forma de brazo curvo que nació con la
fortuna de acariciar a perpetuidad las aguas del Golfo
de México, de un puerto azaroso de emigrantes cuyo destino
final era totalmente impredecible y en la nostalgia emitieron
sus cantos, tocaron sus instrumentos, y sin una intención
precisa dieron origen a una escuela de raíces afrocubanas,
los integrantes de Mono Blanco ahora siguen la encomienda
de difundir su poesía y su baile.
En
la mitología prehispánica el mono es un animal asociado
con la música. Además, en el estado de Veracruz el animal
que más abunda es el mono, de allí le viene el nombre.
Fieles a su espíritu, la inquietud ha llevado al grupo
a tronar sus tacones, repuntar su arpa y rasquear sus
jaranas bajo diferentes tablones alrededor del mundo.
Las
giras de Mono Blanco tienen dos finalidades, una es la
de dar a conocer la música jarocha, que se originó como
música de trabajo en el campo y que Mono Blanco, junto
con otros grupos, la han llevado por el camino de la festividad,
del fandango mestizo. Otra es la de entablar diálogos
musicales con músicos de otras partes del mundo. Por esta
razón, la brisa de su música ha recorrido lugares como
Senegal, Nigeria, Perú, Trinidad de Tobago, Cuba, Puerto
Rico y diversas ciudades de Estados Unidos, Europa, así
como también Corea. De esta experiencia el grupo se ha
enriquecido asimilando las nuevas influencias, y así revitalizar
su canto.
Su
viaje hace cinco años a Corea les despertó la inquietud
de realizar una gira a otros países de Asia. El interés,
tanto por parte del gobierno chino como del gobierno mexicano
por acercar estas dos culturas hicieron posible la realización
de esta gira, cuyo resultado demostró el entusiasmo e
interés del público chino por la música mexicana.
La
gira fue exitosa, pero estos humos no se les suben a la
cabeza a sus integrantes, y si bien para ellos fue muy
representativa, sin embargo, con la misma sencillez que
llegaron, regresan a sus lugares natales a continuar su
trabajo de labradores de la tierra, sólo que, lo único
que los distingue de sus paisanos es que tocan música,
y amenizan las tardes con sus amigos cuando cae el sol.