NOVIEMBRE
2004


Fandango en Beijing con el grupo mexicano, Mono Blanco

Por MÓNICA CHING

EL cinco de septiembre -y casualmente bajo el año del Mono en el horóscopo chino- arribó por primera vez a la ciudad de Beijing el grupo mexicano de música jarocha, Mono Blanco, para presentarse en el Auditorio del distrito de Chaoyan; inició de una gira que cubrió varias ciudades de China y concluyó en la ciudad de Tokio.

Hasta antes de su presentación la gran pregunta era, cómo reaccionaría el público chino ante un ritmo tan alejado a su gusto musical y acostumbrado a la sobriedad a la hora de asistir a un concierto. Sobre todo que gran parte de la esencia de la música de Mono Blanco se concentra en sus líricas. Sin embargo, la noche del lunes demostró que en China hay público para todo. Al auditorio llegaron hispanistas chinos, integrado por estudiantes y jóvenes que trabajan en los diversos medios de comunicación, chinos de edad más avanzada que por alguna razón están ligados con la cultura mexicana, la comunidad mexicana, así como espectadores que simplemente se interesaron por conocer algo nuevo. El recinto se colmó y un solo de jarana abrió el concierto.

Al son del arpa, las jaranas y el león (bajo acústico), e inmersos en el influjo del ritmo percutido de la quijada de burro, el pandero y el zapateado, los integrantes del grupo Mono Blanco: Gilberto, Octavio, Julio, Gisela y el “güero Vargas”, sacaron a los beijineses de su rutina habitual y los invitaron a pasar una velada colmada de la gracia, ritmo y sabor de su tierra natal.

Oriundos de un estado en forma de brazo curvo que nació con la fortuna de acariciar a perpetuidad las aguas del Golfo de México, de un puerto azaroso de emigrantes cuyo destino final era totalmente impredecible y en la nostalgia emitieron sus cantos, tocaron sus instrumentos, y sin una intención precisa dieron origen a una escuela de raíces afrocubanas, los integrantes de Mono Blanco ahora siguen la encomienda de difundir su poesía y su baile.

En la mitología prehispánica el mono es un animal asociado con la música. Además, en el estado de Veracruz el animal que más abunda es el mono, de allí le viene el nombre. Fieles a su espíritu, la inquietud ha llevado al grupo a tronar sus tacones, repuntar su arpa y rasquear sus jaranas bajo diferentes tablones alrededor del mundo.

Las giras de Mono Blanco tienen dos finalidades, una es la de dar a conocer la música jarocha, que se originó como música de trabajo en el campo y que Mono Blanco, junto con otros grupos, la han llevado por el camino de la festividad, del fandango mestizo. Otra es la de entablar diálogos musicales con músicos de otras partes del mundo. Por esta razón, la brisa de su música ha recorrido lugares como Senegal, Nigeria, Perú, Trinidad de Tobago, Cuba, Puerto Rico y diversas ciudades de Estados Unidos, Europa, así como también Corea. De esta experiencia el grupo se ha enriquecido asimilando las nuevas influencias, y así revitalizar su canto.

Su viaje hace cinco años a Corea les despertó la inquietud de realizar una gira a otros países de Asia. El interés, tanto por parte del gobierno chino como del gobierno mexicano por acercar estas dos culturas hicieron posible la realización de esta gira, cuyo resultado demostró el entusiasmo e interés del público chino por la música mexicana.

La gira fue exitosa, pero estos humos no se les suben a la cabeza a sus integrantes, y si bien para ellos fue muy representativa, sin embargo, con la misma sencillez que llegaron, regresan a sus lugares natales a continuar su trabajo de labradores de la tierra, sólo que, lo único que los distingue de sus paisanos es que tocan música, y amenizan las tardes con sus amigos cuando cae el sol.

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