¿Adónde
van las futuras generaciones de grandes maestros de
la ópera de Pekín?
Por ZHANG XUEYING
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Mei Wei en vestuario y maquillaje |
Mei Wei pasa cada día ocupado en innumerables presentaciones.
Apenas regresa de una actividad de intercambio entre escuelas,
se apresura a participar en un concurso de artes escénicas.
Nada de esto, sin embargo, tiene que ver con la moderna
ópera de Pekín, creada por su bisabuelo, Mei
Lanfang, sino son actuaciones del conjunto informal de rock
Brillantez Entrecruzada, en el cual Mei Wei
se desempeña con todo orgullo como baterista.
Este joven, nacido en el seno de la familia Mei, tan influyente
en el círculo de ópera tradicional, será
heredero natural de la escuela Mei a los ojos de los seguidores
de este arte. Si se pasa por alto su aspecto físico,
con más libras en el cuerpo que su archiconocido
bisabuelo, se nota la presencia de este último en
la voz y porte de Wei Mei en el escenario. La ópera
de Pekín, afirma el sucesor, es una de mis aficiones,
pero no toda mi vida. Ningún pariente del clan me
presiona para ello.
De vez en cuando Mei Wei acude a los espectáculos
de ópera, y vocaliza y escucha discos de su bisabuelo.
Pero no mantiene un estudio consuetudinario de la ópera.
En China, la ópera es una manifestación
que se transmite de generación a generación.
Sin embargo, debido a los cambios ocurridos en el modo de
vida de la gente moderna, el actor de la ópera deja
de ser una profesión admirada y los descendientes
de aquellos grandes maestros van dejando de asumirla como
su forma natural de vida.
Recuerdo que en los primeros años después
de la liberación (1949), mi papá ganaba 500
yuanes al mes. Era un salario muy alto, y ni siquiera el
presidente del país entonces ganaba tanto. Con ese
ingreso vivíamos toda la familia y una niñera:
nueve personas, y nos sobraba. Pero, ahora, con el salario
de un actor de ópera de primera categoría
nacional es difícil alimentar a una familia de tres
personas, se queja Qiu Yun, hija de Qiu Shengrong,
creador de la escuela Qiu: esa es la causa más
importante por la cual no estudié ópera.
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Mei Wei parece mucho a su abuelo
Mei Lanfang |
En la década de los años de 90 del siglo
XVIII, surgió la forma embrionaria de la ópera
de Pekín, la cual, gracias a su peculiar sabor artístico,
no tardó en ganar la preferencia de la corte y de
la gente común. Se le llamó ópera
nacional o quintaesencia de la cultura china.
Su apogeo dio lugar a Tan, Mei, Ma, Xun, Qiu y otras 15
escuelas representativas más. Por toda la nación
había centenares de conjuntos e innumerables teatros,
grandes y pequeños. Pero después de la introducción
de la cultura y el modo de vida occidentales, la ópera
de Pekín se ha ido convirtiendo gradualmente en uno
de los encantos típicos de China para fines turísticos.
La televisión destruye la ópera de
Pekín, porque permite a la gente apreciar la representación
sin salir de casa, así que nadie quiere al teatro.
Sin embargo, la transmisión televisiva pierde el
sabor de este arte escénico, critica un personaje
del círculo teatral.
De hecho, la ópera de Pekín, a 200 años
de su fundación, ha entrado en etapa de mayor depresión.
Algunas escuelas están al borde de la extinción,
y no ha habido nuevas escuelas, o actores representativos
en estos últimos treinta años. A pesar de
que el Gobierno ha hecho muchos esfuerzos para estimular
el desarrollo de la ópera y protegerla, no hay manera
de atraer la atención de los espectadores jóvenes,
debido a la inmutable forma de representación y sus
argumentos divorciados de la vida moderna. Un anciano con
decenas años trabajando en el teatro suspiró
decepcionado, al afirmar: Para los jóvenes
de hoy, más vale gastar mil yuanes en el espectáculo
de un cantante de música popular que comprar una
entrada de diez yuanes para ver una representación
de ópera de Pekín.
Debido a la carencia de un mercado de consumidores tan
grande como el de la televisión, el cine y la música
popular, la ópera de Pekín ha ido perdiendo
su antiguo vigor. Más y más artistas de ópera
prefieren enseñar su técnica a discípulos
en vez de a sus hijos.
Situación embarazosa
Por obra de la genealogía y los intereses familiares,
los descendientes de grandes maestros de la ópera
de Pekín tienen sobre sus hombros mayores responsabilidades
y enfrentan más dificultades en esta época.
Mei Wei es el único de los bisnietos de la familia
Mei que ha estudiado el arte de la representación
de la ópera. El hermano de su abuelo, Mei Baojiu,
uno de los artistas más conocidos de la ópera
de Pekín, ya tiene cerca de 70 años de edad.
Obviamente, no tardará mucho el momento en que este
estudiante universitario de 21 años deberá
ajustar su vida a las demandas del honor familiar.
La mayor dificultad que encuentra es hacer el papel femenino.
No sólo se exige que la postura y las expresiones
sean extraordinariamente parecidas a la de una mujer, sino
que la voz también tiene que ser suave y graciosa.
Su bisabuelo Mei Lanfang disfruta de una reputación
nacional justamente por su perfecta interpretación
del papel. En la ópera de Pekín más
antigua, todos los papeles femeninos eran interpretados
por hombre, pero hoy en día, interpretar a una mujer,
asumiendo todas sus poses y voz, es sinónimo de convertirse
en blanco de burlas y sospechas. Esta es la causa por la
que su mamá no le quiso enseñar la ópera.
Deseo que él estudie como otros jóvenes
y en el futuro pueda tomar el estudio del arte de la escuela
Mei como carrera.
Al final, el niño Mei sólo fue a la escuela
teatral en tiempo libre por tres años. Nadie influyó
sobre él, ni siquiera el hermano de su abuelo Mei
Baojiu. Sin embargo, en una representación conmemorativa
su talento asombró a todos los artistas presentes.
Aquel día, el músico que le acompañó,
se saltó unos compases, pero Mei Wei encubrió
la falla sin dejar ninguna huella. De allí en adelante,
la gente empezó a mirarlo con otros ojos.
A Qiu Yun no le gusta que los fanáticos de la ópera
la comparen con su padre. Como es flaca y nunca ha recibido
capacitación básica, se siente muy presionada
al interpretar los papeles masculinos que interpretaba su
padre. Al fin y al acabo escogió cantar arias sin
maquillaje ni actuación. Excepto la voz, los
aficionados a la ópera descubrirán que no
existe comparación entre yo y mi padre. No me importa
la crítica dirigida a mí, pero no quiero que
se dañe la dignidad de mi papá.
Aparte de tener una voz dotada por la naturaleza, Qiu
Yun no sabía mucho sobre la escuela teatral creada
por su padre. Después del fallecimiento de su hermano,
sintió el peso de la responsabilidad de heredar la
técnica de su familia. Se esforzó por recordar
cómo su papá enseñaba a los discípulos
y a escuchar concienzudamente los discos de su padre. Así
aprendió cómo pronunciar las palabras al cantar.
Para mantener las influencias familiares, no escatima esfuerzos
para asumir cualquier representación. Ahora, Qiu
Yun ya ocupa un puesto importante en el círculo aficionado
de ópera, en cuya calidad ganó dos veces el
premio de oro del Concurso Internacional. Siempre dice a
su sobrino, si no aprendes bien la ópera de
Pekín, te sentirás indigno ante tus ancestros
y también defraudarás las esperanzas de mucha
gente. A menudo le parece que el niño la pasa
mal. Aprender la ópera es algo muy duro. Pero
no hay otra salida: este arte escénico tiene que
transmitirse de generación a generación.
Tres generaciones sobre un mismo escenario
Después de diez años de formación profesional
regular, Tan Zhengyan, séptimo heredero de la escuela
Tan, acabó por salir a la escena junto a su padre
y su abuelo. Según mi padre, él no puede
alcanzar el apogeo de su causa antes de que mi abuelo se
retire. Ahora mi papá canta mejor que nunca. Pienso
que no tengo manera de competir si estamos juntos en la
escena. Pero no tengo opción.
Tan Zhengyan, de 23 años, mide cerca de 190 centímetros.
No hay ninguna muchacha que tenga suficiente altura
para presentarse junto a él. Temo que es su mayor
defecto. Aparte de eso, su voz parece demasiado aguda para
cantar laosheng (actor que hace papel de viejo), dijo
un actor de la ópera de Pekín. Sobre el particular
Tan Zhengyan admite: Quizás sea uno de mis
defectos, pero también me parece una de mis peculiaridades.
Pertrechado de conocimientos fundamentales sólidos,
cuando sale a la escena siempre se deja un poco más
de recursos en su interior y deja entrever lo más
externo, acomodándose al sentido visual de los espectadores.
Son algunas reformas que he hecho a la escuela Tan.
Mi abuelo las aprobó básicamente.
Pero, no todas las reformas logran la aprobación
de los antecesores. A finales del 2002, Tan ofreció
dos espectáculos en Pekín, junto a un conjunto
japonés de Jazz de primera categoría. Cantó
la ópera de Pekín con el respaldo del Jazz.
Al principio, tampoco a mí me parecía
posible. Sin embargo, la representación me absorbió
totalmente. Me sentía bailando en lugar de cantar.
Es la primera vez que he descubierto la belleza triste que
esconde la ópera de Pekín. De los dos
espectáculos, uno se realizó en el teatro
tradicional Dong Yuan, y el otro, en el bar Zang Ku, lugar
representativo del arte de vanguardia. Ganó aplausos
muy cálidos en ambos lugares: En uno con un lleno
de público de indumentaria formal; en el bar, rodeado
de personas con los atuendos menos esperados.
Tan Zhengyan planea aceptar la invitación de participar
en una película o telenovela. Eso no quiere
decir que voy a abandonar la ópera. Al contrario,
quisiera utilizar mis propios medios para atraer a más
espectadores jóvenes y hacer prosperar la ópera.
Su idea es hacerse estrella de cine y televisión
y luego, aprovechando su influencia sobre los seguidores,
conducirlos a escuchar la ópera. Si Jacky Chan
cantara ópera, la ópera de Pekín no
estaría en el lastimoso estado en que se encuentra
hoy. Tan Zhengyan todavía tiene muchas otras
ideas, pero sabe que la mayoría ganarán la
aprobación de su abuelo.
Cabe señalar que las políticas de protección
que el gobierno ha dictado en beneficio de la ópera
de Pekín, a la que considera quintaesencia del acervo
cultural nacional, benefician a los descendientes de estos
grandes maestros de la ópera. Por saber cantar la
ópera de Pekín, Mei Wei entró en la
Universidad de Beijing, uno de los centros docentes más
famosos de China. Y Tan Zhengyan también se hizo
estudiante del curso posgraduado del Ministerio de Cultura
sin esfuerzos.
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