El alquiler: un modo
de vida
Por XIAO MAN
La gente quería y quiere
tenerlo todo, pero ahora no quiere cargar con demasiadas
responsabilidades. Por eso recurre al alquiler siempre
que puede. Tal vez se trata de una actitud escapista o
cínica ante la vida, pero lo cierto es que una
forma de vida muy extendida en la China actual.
-----La Redacción
En el siglo pasado, lo más habitual era comprar
viviendas, coches, camas, etc., con el dinero duramente
ganado. Hoy en día, se percibe una clara tendencia
a buscar una vida sin complicaciones. "¡De
ningún modo voy a permitir que los bienes de consumo
se conviertan en ataduras!". Eso dicen los jóvenes
de la "nueva generación", la gente que
está dispuesta a abandonar todo lo que tiene por
un caprichoso viaje; el grupo "cool" que desprecia
la ambición de riquezas y busca una vida espiritual;
y los cuellos blancos que, según ellos mismos dicen,
necesitan más tiempo para embellecerse y disfrutar
de la vida. Todos alquilan casas, coches, flores e incluso
personas. De hecho, pueden arrendar lo que quieran. Pero,
¿no podría ser ésa una buena opción?
Uno no tiene que preocuparse del mantenimiento de lo arrendado
y cuando no lo necesita, lo devuelve. Con el alquiler,
este tipo de gente logra mantener un nivel de vida bastante
alto.
Casa arrendada = libertad
La pareja Lin tiene unos ingresos mensuales de alrededor
de 20.000 yuanes, cantidad que les permitiría ir
pagando una vivienda sin ningún problema. No obstante,
prefiere pagar un alquiler de más de 3.000 yuanes
al mes. La señora Lin lo justificó diciendo:
"Por muy bien que estuviera la casa que comprásemos,
durante mucho tiempo sería el único lugar
donde podríamos vivir. Arrendar una casa es otra
cosa. Siempre que no escatimemos el dinero, podemos vivir
donde se nos antoje: hoy en un apartamento de lujo en
el oeste de la ciudad; mañana en un chalé
del este; y así sucesivamente".
La vida está cambiando y las ideas sobre el hogar
tienden a personalizarse. Ya no necesitamos más
un nido fijo, sino un espacio privado. Si no nos importa
llevar una vida errabunda, ¿por qué no hacemos
de este espacio un lugar más fascinante y con más
colorido?
Las ideas de la pareja Lin son muy representativas de
la manera de pensar de algunos trabajadores de cuello
blanco que perciben sueldos elevados. Según una
encuesta realizada por una compañía asesora
extranjera, en Shanghai hay más de 1.500.000 arrendatarios,
de los cuales un 20 por ciento son trabajadores de cuello
blanco que ganan más de 2.500 yuanes al mes. Para
ellos, lo más conveniente son los apartamentos
de categoría media bien administrados por sus propietarios
y equipados con todo tipo de electrodomésticos.
Una franja de población llamada "grupo flotante"
-denominación que nada tiene que ver con lo triste
e irremediable de su situación, sino que más
bien sirve para referirse a su "nomadismo"-
alquila la vivienda en lugar de comprarla, toma taxi en
vez de comprarse un coche, cambia de lugar de trabajo
constantemente y no le molesta estar siempre trasladándose
de un lado a otro. Para estas personas, vivir en diferentes
puntos de la ciudad les permite experimentar ambientes
distintos. La vivienda es de alquiler, pero su felicidad
es enteramente propia. Este "grupo flotante"
se recrea con la plena libertad.
Flores arrendadas = sin preocupaciones
A Judy, empleada de una empresa extranjera, le han gustado
las flores desde que era niña. Por eso compra muchas
plantas para adornar su casa. El problema es que tiene
que salir de viaje con frecuencia y está tan ocupada
que no puede cuidarlas. En menos de un año, se
le mueren todas las flores. Cada vez que muere una, se
siente muy triste y tiene sentimientos de culpabilidad.
Judy sabe muy bien que las flores requieren cuidados,
pero esa no es razón suficiente para cambiar de
trabajo. Pensó en abandonar su afición,
pero se dio cuenta de que si lo hacía su casa quedaría
sin alegría.
Entonces se le ocurrió alquilar flores. Cuando
está en casa, telefonea a la floristería
y pide que le traigan flores; y cuando sale de viaje,
se las devuelve. De esta manera, Judy no tiene que preocuparse
de cuidarlas.
Según la floristería, la mayoría
de quienes alquilan flores son trabajadores de cuello
blanco deseosos de vivir en un ambiente natural, pero
que no tienen tiempo para cuidar las plantas. Los clientes
solamente pagan el 20 por ciento de lo que valen las plantas
y las macetas, y la floristería se encarga de regarlas,
abonarlas, cuidarlas e incluso cambiarlas por otras variedades.
Comparado con la compra, el alquiler resulta más
cómodo y más barato.
Alquilar libros = entretenimiento más barato
La señorita Guo es redactora de una compañía
de Internet. La lectura, a la que dedica la mayor parte
del tiempo libre, es su modo preferido de sustraerse a
la fuerte presión de su trabajo. Mediante la identificación
con personajes ficticios, penetra en un mundo ficticio
que le permite experimentar la vida en diferentes épocas.
Sin embargo, en esta era caracterizada por el auge de
la informática y la acumulación de datos
inútiles se hace difícil saber en qué
libros vale la pena gastar tiempo y dinero.
La señorita Guo se ha convertido en una asidua
de la Asociación de Lectores de su barrio, donde
alquila casi todos los libros que lee. Cuando le preguntamos
por qué alquila libros, nos dijo que cada día
se publican muchos libros, pero que sólo una mínima
parte merecen guardarse: "He comprado muchos libros;
después de leerlos, la mayoría los he olvidado;
es un despilfarro; creo que las revistas de moda y los
libros para matar el tiempo es mejor pedirlos prestados".
Alquilar un coche = facilidades
Las largas vacaciones permiten a los trabajadores de cuello
blanco hacer excursiones para acercarse a la naturaleza.
El señor Wu, empleado de una compañía
extranjera, dijo: "Estoy atado a un ritmo de trabajo
muy rápido; cuando tengo vacaciones, quiero disfrutarlas
al máximo". Este año planea ir a Tonglu
(provincia de Zhejiang) junto con sus colegas conduciendo
ellos mismos el coche a lo largo del río Fuchun.
Llevarán tiendas de campaña, un hornillo
y comida para preparar barbacoas en algún camping.
La última vez, cuando ya lo tenía todo preparado,
fue a alquilar un coche
pero se encontró con la puerta cerrada, ya que
todos los automóviles hacía una semana que
habían sido arrendados.
En los últimos años, cada vez hay más
gente que tiene licencia de conducir. Sin embargo, el
número de propietarios de coches particulares no
aumenta al mismo ritmo. En los feriados, mucha gente opta
por arrendar un coche para viajar y, al mismo tiempo,
practicar la conducción. Por eso es recomendable
reservarlo con la suficiente antelación.
Alquilar un niño = experiencia singular
"El fin de semana, mi novia y yo alquilamos un niño
y salimos juntos a hacer una excursión por las
afueras de Beijing. ¡Qué bien nos lo pasamos!".
Guo no podía refrenarse y contaba su singular experiencia
a todos los colegas de la compañía donde
trabaja.
Nadie sabe cuándo se puso de moda alquilar niños
para viajar juntos. Quienes lo hacen son parejas que llevan
muchos años de noviazgo. Aparte de hacer el viaje
más agradable, la presencia del niño permite
conocer la actitud con que se le trata. Tarde o temprano,
la pareja deberá enfrentarse con algún problema
relacionado con el niño y la manera de afrontarlo
permite a los miembros de la pareja profundizar en su
conocimiento recíproco.
Los niños en cuestión pueden ser hijos de
compañeros o de vecinos. El "alquiler"
consiste únicamente en sufragar los gastos del
viaje, pero la pareja debe garantizar la seguridad del
niño. También pueden ser niños que
viven en orfanatos o Aldeas Infantiles SOS. Para llevárselos
un fin de semana o durante las vacaciones, hay que entregarle
un certificado de identidad. Esta relación es,
por lo general, de largo plazo. A diferencia de la adopción,
se trata de una relación entre amigos.
Según el sociólogo profesor Ding, el "alquilar
un niño" para hacer un viaje, fenómeno
que se da particularmente en las compañías
extranjeras, tiene que ver con el ritmo de trabajo acelerado
y la presión que éste ejerce sobre los empleados.
Estos viajes familiares simulados pueden contribuir en
gran medida a reducir dicha presión.
Alquilar a un asesor = compañero afable
Entre los trabajadores de cuello blanco de las grandes
ciudades se ha puesto de moda contratar a un desconocido
como asesor de compras. Los estudiantes universitarios
de arte son los más solicitados. Xiao Chen, estudiante
de una facultad universitaria de artes plásticas,
dijo que los fines de semana hace un trabajo especial:
asesora de compras. Una vez acompañó a una
contable de una compañía extranjera a ir
de compras. Durante tres horas, aparte de cargar con las
bolsas, tuvo que hacerle sugerencias. Por esa ayuda le
pagó 150 yuanes. Muchos estudiantes de centros
docentes superiores lo toman como una combinación
de trabajo y estudio.
Una señorita alquiló a un asesor de compras
porque la brecha generacional que la separa de sus padres
le impide entenderse con ellos; por otra parte, sus colegas
y amigos tienen siempre sus propios planes. No tiene novio
y no quiere ir de compras sola. "Los estudiantes
de arte tienen buen gusto y son muy sensibles a la última
moda. Creo que es muy sensato guiarse por sus opiniones
a la hora de comprar", explicó.
La aparición del asesor de compras está
cambiando las relaciones interpersonales. El dinero no
es todopoderoso y esta práctica puede vincularse
con relaciones inmorales; pero, ¿qué mal
hay en aceptar el "alquiler" de servicios honrados
que simplifican nuestras relaciones? Se trata de hacer
la vida menos complicada y más transparente, libre
y práctica. A medida que los servicios que pide
la gente vayan individualizándose y que la vida
personal sea cada vez más privada, este tipo de
vida contará con una aceptación creciente.
Alquilar parcelas = nuevos terratenientes
Muchos de quienes viven en las modernas ciudades empiezan
a añorar la vida apacible del campo. Son personas
que quieren acercarse a la naturaleza, relajarse y respirar
aire puro. Algunas de ellas han tenido la idea de arrendar
una parcela en una aldea cercana y contratar a alguien
para que la cuide. En los feriados y en las vacaciones,
toda la familia va a su "hacienda" para descansar
y trabajar la tierra. Al tiempo que cosechan verduras
y degustan platos preparados con aves de corral, estos
urbanos descubren una nueva forma de inversión,
lo que les ha valido el sobrenombre de "terratenientes"
de ciudad.
En realidad, pueden alquilarse otras muchas cosas. No
importa qué se ha alquilado; lo importante es que
también se ha alquilado algo. Independientemente
de lo que opinemos de la gente que todo lo alquila, no
debemos pasar por alto su existencia.