DICIEMBRE 2003


Weizheng, el funcionario que no tenía pelos en la lengua


Por HUO JIANYING


Un mural de la dinastía Tang, que describe las actividades de la caza de los nobles

Li Shimin (598-649) y Wei Zheng (580-643) son dos personajes muy conocidos en la historia de China. El primero era un emperador siempre dispuesto a escuchar sugerencias de los demás, y el segundo, un funcionario virtuoso que se atrevía a decir la verdad sin pelos en la lengua.


Li Shimin consideraba a Wei Zheng como el espejo en el que se reflejaban los errores y defectos del ejercicio del poder, mientras que Wei Zheng creía que Li Shimin era un emperador sabio de los que había pocos. En beneficio del pueblo y del país Wei Zheng siempre era honrado y decía la verdad con franqueza sin temor a los perjuicios que tal proceder pudiera acarrearle.

Funcionario civil de terracota

Echando una mirada retrospectiva a la historia feudal de China, no importa qué época fuera, la decencia del emperador y la honradez de sus funcionarios fueron dos garantías imprescindibles para el desarrollo y la prosperidad de la sociedad. En todas las dinastías feudales se estableció una institución de control con funcionarios especializados en la supervisión. Sin embargo, como el emperador poseía un poder incomparable, tal institución no llegaba, en la práctica, a cumplir con su cometido original, y la mayoría de las veces no pintaba nada. Li Zhi (1527-1602), estudioso de la dinastía Ming dijo en su obra académica, "Sólo con la premisa de un emperador decente tendremos funcionarios virtuosos, porque sólo el emperador honrado sabe apreciar a los funcionarios honrados. Pero, aún en ese caso, no siempre está garantizado que el funcionario se atreva a expresarse sin miedo a represalias".


En realidad, Li Shimin y Wei Zheng eran, más que un emperador y su vasallo, más bien una pareja de dobles en un partido de tenis, en una cooperación de la que surtieron muchos frutos. Ellos dos crearon juntos una gran "obra" insuperable en la historia "Zhenguan" de la dinastía Tang, una época de políticas abiertas, una sociedad estable y economía desarrollada.


Sin embargo, durante sus diecisiete años de cooperación no siempre hubo armonía, sino también discusiones, disputas e incluso luchas con sabor a pólvora.

De enemigo a súbdito íntimo


Wei Zheng nació en una familia en decadencia. Su padre murió cuando era niño. Como a él le gustaba leer y no le costaba aplicar los conocimientos que iba adquiriendo, poco a poco se convirtió en un hombre de gran erudición.


En 617, se integró en el ejército dirigido por Yuan Baozang en contra de la dinastía Sui (581-618) y asumió cargo de secretario, mostrando enorme talento. Siguiendo a Li Mi, cabeza de un ejército, pasó a la dinastía Tang e hizo contribuciones a la unificación de dinastía Tang en 618. Tres años después, bajo la dirección del príncipe heredero Li Jiancheng, pasó a ser un funcionario en la administración contable.


Li Yuan, el primer emperador de la dinastía Tang, tuvo tres hijos, Li Jiancheng, príncipe heredero, Li Shimin, Conde de Qin y Li Yuanji, Conde de Qi. Como el segundo hijo Li Shimin obtuvo brillantes hazañas de guerra en el proceso de derrumbe de la dinastía Sui y para fundar la Tang, ganó la preferencia de los soldados y del pueblo. Li Jiancheng lo consideraba una gran amenaza para su herencia. En muchas ocasiones se unió a su hermano Li Yuanji para matar a Li Shimin. Siendo el súbdito del príncipe heredero, Wei Zheng tenía una actitud muy clara. Fue a persuadir a Li Jiancheng para que tomara medidas y matar a Li Shimin cuanto antes.

Lluvia de flores en la Ruta de la Seda, obra teatral que refleja la convivencia armoniosa de diferentes nacionalidades en la dinastía Tang

En junio de 626, estas luchas abiertas y encubiertas entre hermanos acabaron por convertirse en un golpe del Estado, a pesar de que Li Yuan aún vivía y gobernaba. Li Shimin fue obligado a defenderse y se anticipó en el ataque contra Li Jiancheng y Li Yuanji. Cuando ellos se dirigían camino de la corte, Li Shimin montó una emboscada a la puerta norte del palacio imperial y los asesinó. Es el famoso acontecimiento conocido por el nombre de Xuanwumen en la historia china. Más tarde, Li Shimin sería declarado príncipe heredero y subiría al trono en agosto del mismo año.
Li Shimin adoptó una actitud tolerante a las personas de la pandilla de Li Jiancheng y Li Yuanji. No exigió responsabilidades sino que, por el contrario, asignó a muchos de ellos cargos importantes. En cuanto a Wei Zheng, los súbditos de Li Shimin tenían opiniones bien diferentes. Algunos creían que como Wei Zheng había colaborado muy directamente en la trama de intrigas, y no parecía haberse rendido, después de ser capturado, no encontraron buenas razones para indultarlo.
Cuando Li Shimin llamó a Wei Zheng a su palacio residencial, en lo que sería su primera entrevista, siendo Li Shimin todavía príncipe heredero, éste le acusó de sembrar cizaña entre sus hermanos y él, pero Wei Zheng, en lugar de mostrarse arrepentido, muy al contrario, llegó a insinuar su pesar porque el fracaso del ataque se debiera a que Li Jiancheng no había querido seguir sus consejos al cien por cien. Teniendo en cuenta que sus sinceras palabras podían haberle costado la vida, y que aún así, Wei Zheng no había dejado de ser abierto y sincero, el príncipe quedó tan sorprendido que Wei Zheng se libró de morir decapitado. Paradójicamente, Li Shimin le terminaría concediendo un cargo similar al que tenía con el hermano rebelde: ayudante del príncipe heredero.
El primer sorprendido en la decisión de Li Shimin fue el propio afectado, que se conmovió profundamente y aceptó convencido de que Li Shimin sería un emperador diligente, modesto y sobre todo, honrado. Wei Zheng continuó reflejando sin vacilación las verdades, a pesar de que muchas veces se jugaba la simpatía del emperador. El caso es que a Li Shimin también le agradaba escuchar sus sugerencias, y se dice que había noches en las que lo invitaba a sus aposentos para quedarse charlando hasta el amanecer. No pasó mucho tiempo hasta que Wei Zheng asumió cargo de viceministro que simultaneaba con el de consejero de la corte.

Una relación mutuamente beneficiosa


Wei Zheng sabía muy bien la dificultad que implicaba ser buen consejero de la corte. En muchos casos, el emperador no era tan partidario de escuchar a Wei para que llamara a las cosas por su nombre, por el lógico riesgo que conllevaba persistir en decir las verdades, pero en un acto de recíproca comprensión, y en beneficio del Estado, ambos llegaron a crear un clima muy estimulante para un óptimo funcionamiento de la Corte, y la lección de sinceridad se extendió por el resto de los funcionarios. O entre la mayoría.
Cierto día, algunos secuaces del emperador acusaron a Wei Zheng de encubrir a sus parientes para que no fueran castigados por algún error cometido. Li Shimin envió a un funcioario para comprobarlo y descubrió que no era cierto. Pero éste dijo al emperador, "aunque en este caso las acusaciones no sean ciertas, me gustaría decirle que Wei Zheng no está siendo discreto en lo que dice, y lo que hace no está lejos de la sospecha: como dice el refrán, río que suena, agua lleva."
Al enterarse de esto, Wei Zheng, decepcionado fue a pedir audiencia a Li Shimin, diciendo "He oído que el emperador y los funcionarios tienen una voluntad única y componen un cuerpo. ¿Cómo es posible que cada quien se dedique a proteger su propia fama y honor dejando aparte los intereses del país? Si todos lo hacen así, no sabemos qué futuro tendrá el estado". Li Shimin se quedó asombrado y dijo inclinando la cabeza "Ya veo". Wei Zheng se arrodilló ante él y continuó, "Quiero que su majestad me permita ser un funcionario bueno, en vez de funcionario leal." Preguntó Li Shimin, "¿Acaso haya diferencia entre funcionario bueno y leal?" Wei Zheng le contestó, "El funcionario bueno disfruta de buena reputación por su propia conducta y también por la sagacidad y perspicacia del gobernador, lo que simboliza la prosperidad del país. Sin embargo, el funcionario leal siempre termina sacrificado por la estupidez del emperador, lo que suele anticipar la caída del imperio. La lealdad en este caso es una fama insignificante". Después, Wei Zheng analizaba la opinión citando muchos ejemplos históricos. "Siendo emperador, ¿cómo puede ser sabio? Y ¿qué conducirá la estupidez?" "Si escuchas a ambas partes, se hará en ti la luz; si escuchas a una sola, permanecerás en tinieblas". Advirtió a Li Shimin que si un emperador escucha opiniones y sugerencias procedentes de diferentes partes, los perversos no tendrían oportunidad de triunfar.

Teniendo el pueblo en el corazón


El emperador Li Shimin tenía una buena costumbre en el trabajo, y siempre consultaba sugerencias y opiniones a sus súbditos antes de tomar cualquier decisión política importante.
Tan pronto como subió al trono, se puso a debatir con sus súbditos acerca de cuál sería la mejor manera educar al pueblo. Dijo que sería muy difícil educar y edificar un pueblo que ha pasado una etapa de tanto desorden. Sin embargo, Wei Zheng lo corregió diciendo, "No es cierto. Son aquellos ciudadanos que se entregaban a las comodidades materiales y son orgullosos y rudos los que son más difíciles de educar y gobernar. Pero, el pueblo que ha experimentado tragedias anhela la paz y se sentirá satisfecho con más facilidad. Sucede como con el hambriento, para el cual una cualquier comida le resultará sabrosa, y a una persona que tenga sed, que no mirará la calidad de la bebida que se le ofrezca." Feng Deli, el entonces primer ministro opinó, "No tiene sentido educar y gobernar al pueblo con tal talante abierto y bandadoso, porque la gente cada día es más difícil de gobernar y hasta las dinastías Qin y Han se vieron obligadas a aplicar leyes y penas estrictas y crueles. Wei Zheng es un hombre de letras, un teórico ingenuo cuyos planes harían daño al país".


Aunque Feng Deli era su dirigente superior, Wei Zheng no cedió porque eso relacionaba con los intereses del país y del pueblo. "Si la gente ha ido desde hace tanto tiempo a peor, a estas alturas ya deberían ser demonios. ¡Cómo se puede gobernar a unos monstruos si esto fuera cierto!". Al final, ante tal convincentes argumentos a favor de un gobierno abierto, el emperador adoptó tales sugerencias.


En los primeros tres años en el trono, Li Shimin se tropezó con sucesivas calamidades naturales como una sequía primero, seguida por graves inundaciones, y hasta plagas de langostas. Sin embargo, gracias a sus políticas virtuosas y acertadas, el pueblo no se quejaba mucho ni echaba la culpa al emperador, a pesar de que la comida escaseaba. En el cuarto año (630), hubo una cosecha excelente. La gente que había huido por el hambre volvió al pueblo natal. El precio del arroz bajó considerablemente y la gente empezó a vivir con cierta comodidad. Dormían sin cerrar la puerta de su casa y salían de viaje sin llevar comida. Se redujeron en gran parte los delitos, y en todo el año, sólo veintinueve personas fueron sentenciadas a la pena capital.


Decenas años después, el país era más rico y pacífico. El emperador Li Shimin se sentía orgulloso. Una vez, preguntó a Wei Zheng, "¿Qué te parece el estado actual bajo mi gobernación en comparación con años anteriores?" Contestó sinceramente Wei, "En la actualidad, el país sí tiene más sólida la fuerza nacional, pero hay algo inferior." "¿En qué aspecto?" "Antes, como nuestra majestad se preocupaba por hacer prosperar a la sociedad, trabajaba concienzudamente y promovió constantemente políticas nuevas pero, ahora al ver que el país está enriqueciendo usted empieza a dormirse en los laureles ante la falta de preocupaciones." "Pero lo que yo hacía lo hago igual ahora. ¿Qué diferencia hay?" Contestó Wei Zheng, "La diferencia es que, por ejemplo, usted antes solía estimular y canalizar el esfuerzo de los súbditos, incluso para proponer sugerencias, y estaba muy contento cuando alguien se atreveía a hacerlo. Pero ahora, a pesar de que todavía las escucha, empieza a percibirse cierto disgusto en su cara."


En realidad, lo que Wei Zheng estaba preocupado no se limitó a este punto. Aquellos años, Li Shimin se puso a dedicarse a construir numerosas obras de ingeniería y entregado al lujo y placeres. En el décimo tercer año (639), Wei Zheng presentó sucesivamente cuatro veces un informe al emperador advirtiéndole de lo perjudicial de actuar así. Li Shimin se quedó estremecido y decidió poner el informe en su mesa a modo de recordatorio para mantenerse alerta y no bajar la guardia. Durante los diecisiete años que acompañó al emperador Li Shimin, Wei Zheng presentó más de doscientos informes.


Dos años después de la muerte de Wei Zheng en el 645, Li Shimin se dirigió a la conquista de la zona este de Liaoning. Aunque venció al enemigo al final, el ejército Tang también sufrió muchas pérdidas. Al regresar a la capital, Li Shimin suspiró, "Si estuviera aquí Wei Zheng, no sé si este viaje hubiera tenido lugar". El emperador sin duda echaba mucho de menos a Wei Zheng, y reflexionaba sobre los súbditos sinceros como él. En realidad, no sólo el emperador Li Shimin sino todos los gobernadores sabios y perspicaces echarían de menos a alguien así que fuera capaz de despertar su conciencia con inusitada sinceridad y servirle como mano derecha.





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