Weizheng, el funcionario
que no tenía pelos en la lengua
Por HUO JIANYING
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Un mural de la dinastía
Tang, que describe las actividades de la caza de los
nobles |
Li Shimin (598-649) y Wei Zheng (580-643)
son dos personajes muy conocidos en la historia de China.
El primero era un emperador siempre dispuesto a escuchar
sugerencias de los demás, y el segundo, un funcionario
virtuoso que se atrevía a decir la verdad sin pelos
en la lengua.
Li Shimin consideraba a Wei Zheng como el espejo en el
que se reflejaban los errores y defectos del ejercicio
del poder, mientras que Wei Zheng creía que Li
Shimin era un emperador sabio de los que había
pocos. En beneficio del pueblo y del país Wei Zheng
siempre era honrado y decía la verdad con franqueza
sin temor a los perjuicios que tal proceder pudiera acarrearle.
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Funcionario civil de terracota |
Echando una mirada retrospectiva a la historia
feudal de China, no importa qué época fuera,
la decencia del emperador y la honradez de sus funcionarios
fueron dos garantías imprescindibles para el desarrollo
y la prosperidad de la sociedad. En todas las dinastías
feudales se estableció una institución de
control con funcionarios especializados en la supervisión.
Sin embargo, como el emperador poseía un poder
incomparable, tal institución no llegaba, en la
práctica, a cumplir con su cometido original, y
la mayoría de las veces no pintaba nada. Li Zhi
(1527-1602), estudioso de la dinastía Ming dijo
en su obra académica, "Sólo con la
premisa de un emperador decente tendremos funcionarios
virtuosos, porque sólo el emperador honrado sabe
apreciar a los funcionarios honrados. Pero, aún
en ese caso, no siempre está garantizado que el
funcionario se atreva a expresarse sin miedo a represalias".
En realidad, Li Shimin y Wei Zheng eran, más que
un emperador y su vasallo, más bien una pareja
de dobles en un partido de tenis, en una cooperación
de la que surtieron muchos frutos. Ellos dos crearon juntos
una gran "obra" insuperable en la historia "Zhenguan"
de la dinastía Tang, una época de políticas
abiertas, una sociedad estable y economía desarrollada.
Sin embargo, durante sus diecisiete años de cooperación
no siempre hubo armonía, sino también discusiones,
disputas e incluso luchas con sabor a pólvora.
De enemigo a súbdito íntimo
Wei Zheng nació en una familia en decadencia. Su
padre murió cuando era niño. Como a él
le gustaba leer y no le costaba aplicar los conocimientos
que iba adquiriendo, poco a poco se convirtió en
un hombre de gran erudición.
En 617, se integró en el ejército dirigido
por Yuan Baozang en contra de la dinastía Sui (581-618)
y asumió cargo de secretario, mostrando enorme
talento. Siguiendo a Li Mi, cabeza de un ejército,
pasó a la dinastía Tang e hizo contribuciones
a la unificación de dinastía Tang en 618.
Tres años después, bajo la dirección
del príncipe heredero Li Jiancheng, pasó
a ser un funcionario en la administración contable.
Li Yuan, el primer emperador de la dinastía Tang,
tuvo tres hijos, Li Jiancheng, príncipe heredero,
Li Shimin, Conde de Qin y Li Yuanji, Conde de Qi. Como
el segundo hijo Li Shimin obtuvo brillantes hazañas
de guerra en el proceso de derrumbe de la dinastía
Sui y para fundar la Tang, ganó la preferencia
de los soldados y del pueblo. Li Jiancheng lo consideraba
una gran amenaza para su herencia. En muchas ocasiones
se unió a su hermano Li Yuanji para matar a Li
Shimin. Siendo el súbdito del príncipe heredero,
Wei Zheng tenía una actitud muy clara. Fue a persuadir
a Li Jiancheng para que tomara medidas y matar a Li Shimin
cuanto antes.
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Lluvia de flores en la Ruta
de la Seda, obra teatral que refleja la convivencia
armoniosa de diferentes nacionalidades en la dinastía
Tang |
En junio de 626, estas luchas abiertas y
encubiertas entre hermanos acabaron por convertirse en
un golpe del Estado, a pesar de que Li Yuan aún
vivía y gobernaba. Li Shimin fue obligado a defenderse
y se anticipó en el ataque contra Li Jiancheng
y Li Yuanji. Cuando ellos se dirigían camino de
la corte, Li Shimin montó una emboscada a la puerta
norte del palacio imperial y los asesinó. Es el
famoso acontecimiento conocido por el nombre de Xuanwumen
en la historia china. Más tarde, Li Shimin sería
declarado príncipe heredero y subiría al
trono en agosto del mismo año.
Li Shimin adoptó una actitud tolerante a las personas
de la pandilla de Li Jiancheng y Li Yuanji. No exigió
responsabilidades sino que, por el contrario, asignó
a muchos de ellos cargos importantes. En cuanto a Wei
Zheng, los súbditos de Li Shimin tenían
opiniones bien diferentes. Algunos creían que como
Wei Zheng había colaborado muy directamente en
la trama de intrigas, y no parecía haberse rendido,
después de ser capturado, no encontraron buenas
razones para indultarlo.
Cuando Li Shimin llamó a Wei Zheng a su palacio
residencial, en lo que sería su primera entrevista,
siendo Li Shimin todavía príncipe heredero,
éste le acusó de sembrar cizaña entre
sus hermanos y él, pero Wei Zheng, en lugar de
mostrarse arrepentido, muy al contrario, llegó
a insinuar su pesar porque el fracaso del ataque se debiera
a que Li Jiancheng no había querido seguir sus
consejos al cien por cien. Teniendo en cuenta que sus
sinceras palabras podían haberle costado la vida,
y que aún así, Wei Zheng no había
dejado de ser abierto y sincero, el príncipe quedó
tan sorprendido que Wei Zheng se libró de morir
decapitado. Paradójicamente, Li Shimin le terminaría
concediendo un cargo similar al que tenía con el
hermano rebelde: ayudante del príncipe heredero.
El primer sorprendido en la decisión de Li Shimin
fue el propio afectado, que se conmovió profundamente
y aceptó convencido de que Li Shimin sería
un emperador diligente, modesto y sobre todo, honrado.
Wei Zheng continuó reflejando sin vacilación
las verdades, a pesar de que muchas veces se jugaba la
simpatía del emperador. El caso es que a Li Shimin
también le agradaba escuchar sus sugerencias, y
se dice que había noches en las que lo invitaba
a sus aposentos para quedarse charlando hasta el amanecer.
No pasó mucho tiempo hasta que Wei Zheng asumió
cargo de viceministro que simultaneaba con el de consejero
de la corte.
Una relación mutuamente beneficiosa
Wei Zheng sabía muy bien la dificultad que implicaba
ser buen consejero de la corte. En muchos casos, el emperador
no era tan partidario de escuchar a Wei para que llamara
a las cosas por su nombre, por el lógico riesgo
que conllevaba persistir en decir las verdades, pero en
un acto de recíproca comprensión, y en beneficio
del Estado, ambos llegaron a crear un clima muy estimulante
para un óptimo funcionamiento de la Corte, y la
lección de sinceridad se extendió por el
resto de los funcionarios. O entre la mayoría.
Cierto día, algunos secuaces del emperador acusaron
a Wei Zheng de encubrir a sus parientes para que no fueran
castigados por algún error cometido. Li Shimin
envió a un funcioario para comprobarlo y descubrió
que no era cierto. Pero éste dijo al emperador,
"aunque en este caso las acusaciones no sean ciertas,
me gustaría decirle que Wei Zheng no está
siendo discreto en lo que dice, y lo que hace no está
lejos de la sospecha: como dice el refrán, río
que suena, agua lleva."
Al enterarse de esto, Wei Zheng, decepcionado fue a pedir
audiencia a Li Shimin, diciendo "He oído que
el emperador y los funcionarios tienen una voluntad única
y componen un cuerpo. ¿Cómo es posible que
cada quien se dedique a proteger su propia fama y honor
dejando aparte los intereses del país? Si todos
lo hacen así, no sabemos qué futuro tendrá
el estado". Li Shimin se quedó asombrado y
dijo inclinando la cabeza "Ya veo". Wei Zheng
se arrodilló ante él y continuó,
"Quiero que su majestad me permita ser un funcionario
bueno, en vez de funcionario leal." Preguntó
Li Shimin, "¿Acaso haya diferencia entre funcionario
bueno y leal?" Wei Zheng le contestó, "El
funcionario bueno disfruta de buena reputación
por su propia conducta y también por la sagacidad
y perspicacia del gobernador, lo que simboliza la prosperidad
del país. Sin embargo, el funcionario leal siempre
termina sacrificado por la estupidez del emperador, lo
que suele anticipar la caída del imperio. La lealdad
en este caso es una fama insignificante". Después,
Wei Zheng analizaba la opinión citando muchos ejemplos
históricos. "Siendo emperador, ¿cómo
puede ser sabio? Y ¿qué conducirá
la estupidez?" "Si escuchas a ambas partes,
se hará en ti la luz; si escuchas a una sola, permanecerás
en tinieblas". Advirtió a Li Shimin que si
un emperador escucha opiniones y sugerencias procedentes
de diferentes partes, los perversos no tendrían
oportunidad de triunfar.
Teniendo el pueblo en el corazón
El emperador Li Shimin tenía una buena costumbre
en el trabajo, y siempre consultaba sugerencias y opiniones
a sus súbditos antes de tomar cualquier decisión
política importante.
Tan pronto como subió al trono, se puso a debatir
con sus súbditos acerca de cuál sería
la mejor manera educar al pueblo. Dijo que sería
muy difícil educar y edificar un pueblo que ha
pasado una etapa de tanto desorden. Sin embargo, Wei Zheng
lo corregió diciendo, "No es cierto. Son aquellos
ciudadanos que se entregaban a las comodidades materiales
y son orgullosos y rudos los que son más difíciles
de educar y gobernar. Pero, el pueblo que ha experimentado
tragedias anhela la paz y se sentirá satisfecho
con más facilidad. Sucede como con el hambriento,
para el cual una cualquier comida le resultará
sabrosa, y a una persona que tenga sed, que no mirará
la calidad de la bebida que se le ofrezca." Feng
Deli, el entonces primer ministro opinó, "No
tiene sentido educar y gobernar al pueblo con tal talante
abierto y bandadoso, porque la gente cada día es
más difícil de gobernar y hasta las dinastías
Qin y Han se vieron obligadas a aplicar leyes y penas
estrictas y crueles. Wei Zheng es un hombre de letras,
un teórico ingenuo cuyos planes harían daño
al país".
Aunque Feng Deli era su dirigente superior, Wei Zheng
no cedió porque eso relacionaba con los intereses
del país y del pueblo. "Si la gente ha ido
desde hace tanto tiempo a peor, a estas alturas ya deberían
ser demonios. ¡Cómo se puede gobernar a unos
monstruos si esto fuera cierto!". Al final, ante
tal convincentes argumentos a favor de un gobierno abierto,
el emperador adoptó tales sugerencias.
En los primeros tres años en el trono, Li Shimin
se tropezó con sucesivas calamidades naturales
como una sequía primero, seguida por graves inundaciones,
y hasta plagas de langostas. Sin embargo, gracias a sus
políticas virtuosas y acertadas, el pueblo no se
quejaba mucho ni echaba la culpa al emperador, a pesar
de que la comida escaseaba. En el cuarto año (630),
hubo una cosecha excelente. La gente que había
huido por el hambre volvió al pueblo natal. El
precio del arroz bajó considerablemente y la gente
empezó a vivir con cierta comodidad. Dormían
sin cerrar la puerta de su casa y salían de viaje
sin llevar comida. Se redujeron en gran parte los delitos,
y en todo el año, sólo veintinueve personas
fueron sentenciadas a la pena capital.
Decenas años después, el país era
más rico y pacífico. El emperador Li Shimin
se sentía orgulloso. Una vez, preguntó a
Wei Zheng, "¿Qué te parece el estado
actual bajo mi gobernación en comparación
con años anteriores?" Contestó sinceramente
Wei, "En la actualidad, el país sí
tiene más sólida la fuerza nacional, pero
hay algo inferior." "¿En qué aspecto?"
"Antes, como nuestra majestad se preocupaba por hacer
prosperar a la sociedad, trabajaba concienzudamente y
promovió constantemente políticas nuevas
pero, ahora al ver que el país está enriqueciendo
usted empieza a dormirse en los laureles ante la falta
de preocupaciones." "Pero lo que yo hacía
lo hago igual ahora. ¿Qué diferencia hay?"
Contestó Wei Zheng, "La diferencia es que,
por ejemplo, usted antes solía estimular y canalizar
el esfuerzo de los súbditos, incluso para proponer
sugerencias, y estaba muy contento cuando alguien se atreveía
a hacerlo. Pero ahora, a pesar de que todavía las
escucha, empieza a percibirse cierto disgusto en su cara."
En realidad, lo que Wei Zheng estaba preocupado no se
limitó a este punto. Aquellos años, Li Shimin
se puso a dedicarse a construir numerosas obras de ingeniería
y entregado al lujo y placeres. En el décimo tercer
año (639), Wei Zheng presentó sucesivamente
cuatro veces un informe al emperador advirtiéndole
de lo perjudicial de actuar así. Li Shimin se quedó
estremecido y decidió poner el informe en su mesa
a modo de recordatorio para mantenerse alerta y no bajar
la guardia. Durante los diecisiete años que acompañó
al emperador Li Shimin, Wei Zheng presentó más
de doscientos informes.
Dos años después de la muerte de Wei Zheng
en el 645, Li Shimin se dirigió a la conquista
de la zona este de Liaoning. Aunque venció al enemigo
al final, el ejército Tang también sufrió
muchas pérdidas. Al regresar a la capital, Li Shimin
suspiró, "Si estuviera aquí Wei Zheng,
no sé si este viaje hubiera tenido lugar".
El emperador sin duda echaba mucho de menos a Wei Zheng,
y reflexionaba sobre los súbditos sinceros como
él. En realidad, no sólo el emperador Li
Shimin sino todos los gobernadores sabios y perspicaces
echarían de menos a alguien así que fuera
capaz de despertar su conciencia con inusitada sinceridad
y servirle como mano derecha.