DICIEMBRE 2003


China: modelo de comercio e inversiones (III)

Tradicionalmente China ha sido el país más conservador a nivel mundial en el uso de fondos extranjeros. Así tenemos que desde 1949 hasta 1979, el monto de préstamos acumulados fue de 1.400 millones de dólares. El grueso de todos ellos, así como sus respectivos intereses, fueron cancelados.


 

En 1978 se implementó, junto con otras reformas del sector comercial, una estrategia para la utilización de capital extranjero dirigida a facilitar y acelerar la modernización, hecho que significó una pequeña revolución financiera. Los bancos adquirieron mayor autoridad, se establecieron nuevas corporaciones inversoras y fideicomisarias, y en los mercados nacional e internacional se lanzaron instrumentos de deuda, como bonos y acciones. Al mismo tiempo, se inició el desarrollo de un mercado de capitales propio.

La captación de capital extranjero por parte de China se lleva a cabo principalmente a través de cuatro canales:

1) Préstamos y créditos internacionales concedidos por gobiernos e instituciones financieras internacionales;
2) Bonos y acciones del mercado internacional de capitales;
3) Inversiones directas extranjeras a través de joint ventures y otras formas de cooperación empresarial; y
4) El superávit del comercio exterior generado por el volumen creciente de las exportaciones.

En cuanto a los préstamos internacionales, hasta 1978, año en que se inició la política de apertura, la posición de China con relación al endeudamiento externo fue muy conservadora. Pero a raíz de la apertura al exterior, las autoridades asumieron una actitud muy dinámica respecto a las solicitudes a los gobiernos extranjeros. Dichos créditos pudieron materializarse porque contaban con el respaldo de las exportaciones y gracias a varios tipos de concesiones financieras.


Zonas de Desarrollo Económico en los diversos lugares del país atraer gran cantidad de empresas extranjeras

Como también es sabido, las ayudas extranjeras para la ejecución de proyectos fueron muy bien recibidas tanto por el país como por los grupos de presión que actuaban en las Naciones Unidas, Francia y Japón. A ello hay que añadir un hecho importante: la incorporación de China al Fondo Monetario Internacional, el Banco Asiático de Desarrollo y el Banco Mundial, lo que permitió una mayor fluidez del capital extranjero.
La captación de préstamos se inició mediante una serie de actuaciones del Gobierno chino y de instituciones financieras internacionales. Al principio se otorgaron préstamos por un valor de 5.000 millones de dólares. Los japoneses fueron los colaboradores más destacados, puesto que por medio del Japanese Overseas Development Fund concedieron créditos por un monto de 1.700 millones de dólares destinados al sector energético. Los demás préstamos fueron otorgados por Dimanarca, Kuwait, Bélgica, Italia, Suiza, Suecia, Noruega, Gran Bretaña, Francia, Austria, Canadá, España y Australia.


Estos préstamos fueron otorgados con tipos de interés y condiciones preferentes. Por ejemplo, el Overseas Economic Cooperation Fund concedió un préstamo de 462,4 millones con un interés del 3,5 por ciento y a cancelar en un plazo de 30 años, con una moratoria de 10 años.


Es importante hacer notar que en aquel entonces el Gobierno chino necesitaba capitales foráneos para poder llevar a cabo sus ambiciosos proyectos, que la respuesta del resto del mundo, materializada en préstamos, fue muy considerable y que durante los posteriores planes quinquenales siguieron llegando aportaciones.


A través de las instituciones crediticias internacionales, las instituciones financieras mundiales siguen otorgando préstamos blandos a China con tasas de interés preferenciales. Nuestro país ha recibido préstamos del Fondo Monetario Internacional, de la U.N. Agricultural Development Fund y del Banco Mundial. Este último ha aprobado varias moratorias para préstamos destinados al sector energético y a estudios de valoración de campos petrolíferos.
Por lo que respecta al mercado de capitales extranjeros, el Gobierno chino está más involucrado en el mercado monetario internacional, como se hizo patente con el lanzamiento de bonos en los mercados de Tokio y Hong Kong. Tales créditos han mostrado una evolución acelerada. En efecto, el Banco de China emitió sus primeros bonos en el mercado europeo a mediados de 1986 y tanto dicho banco como la CITIC (China International Trust and Investment Corporation) han investigado el mercado de capitales de los Estados Unidos.
Entre enero de 1979 y octubre de 1985 las inversiones directas extranjeras en China totalizaron 14.700 millones de dólares, mientras que sólo en el 2002 ese tipo de inversiones sumó 314.700 millones de dólares. Ese fuerte incremento fue posible porque el país hizo las inversiones más atractivas, modificó los reglamentos financieros y se facilitaron una serie de regulaciones. Todo ello aceleró la participación extranjera en las joint ventures, las corporaciones para la explotación de petróleo, el comercio compensatorio y otras formas de cooperación empresarial.


El Gobierno apoya en cierta medida la repatriación de fondos. El Banco de China elige a las asociaciones extranjeras y decide la concesión de préstamos tras su establecimiento. Dicho banco otorga también préstamos en divisas a algunas empresas cooperantes con tipos de interés muy competitivos.


El Banco de China muestra mayor flexibilidad en la concesión de préstamos a las sucursales locales. Las de algunas ciudades, como Tianjin y Shanghai, pueden hacer préstamos de hasta 10 millones de dólares. Asimismo, las sucursales establecidas en ciudades abiertas al exterior están autorizadas para examinar y aprobar préstamos de hasta 5 millones de dólares.
Las enormes reservas de divisas de las que dispone China constituyen el más tradicional y el mayor foco de captación de capital para la financiación de sus importaciones. Las exportaciones superan sustancialmente a las importaciones, lo que genera un superávit notable en la balanza del comercio internacional. En el 2002, las reservas de divisas de China ascendían a 212.000 millones de dólares.

Exhibición realizada por firmas transnacionales

La política de apertura al exterior propició la liberalización del comercio. Sin embargo, a mediados de la década de 1980, se registró un déficit comercial de 8.000 millones de dólares. En dicho periodo, muchas empresas locales utilizaron divisas para comprar bienes de consumo, como automóviles, televisores, grabadoras, refrigeradoras y lavadoras. Si bien es cierto que se obtuvieron inmensas utilidades, también es verdad que la economía llegó a una grave situación conocida como "el problema de las divisas".
Dicha situación provocó una caída de las reservas nacionales de divisas, caída que tuvo un fuerte impacto en las instituciones encargadas de su administración. Ello obligó al Banco Central de China y al Ministerio de Comercio y Cooperación Económica con el Exterior (MOFTEC) a adoptar una serie de medidas y de procedimientos relacionados con la utilización de las divisas y los préstamos blandos, que pasaron a destinarse exclusivamente a la adquisición de tecnología y equipos imprescindibles.


China continuará esforzándose por captar las divisas que necesita mediante préstamos del exterior, particularmente del Banco Mundial, o mediante alguna combinación de préstamos de gobiernos extranjeros y préstamos comerciales para determinados proyectos específicos en los que se utilicen equipos de tecnología avanzada y capital occidental.
En cuanto a la banca extranjera, la larga lista de entidades bancarias foráneas que poseen sucursales en China lleva a pensar que este país está convirtiéndose en uno de los líderes financieros mundiales. En China hay alrededor de 180 oficinas de representación de instituciones financieras extranjeras, así como 20 sucursales y 100 bancos foráneos de unos 25 países y regiones.


Esta presencia resulta muy llamativa si se compara con los negocios que se realizan. Actualmente, los bancos extranjeros todavía se enfrentan con muchas restricciones, ya que no pueden operar como tales, sino que normalmente se limitan a actuar en otros mercados de capitales internacionales. Los bancos foráneos no pueden conceder préstamos comerciales a las instituciones y empresas chinas, ni colaborar con las joint ventures en la repatriación de moneda extranjera.

Los bancos participan en el comercio y lo apoyan de tres formas:

a) Créditos comerciales;
b) Banca comercial;
c) Servicios de asesoramiento comercial.

Desde 1980, el Banco de China ha firmado acuerdos generales sobre créditos comerciales con bancos británicos, franceses, italianos y suecos. Adicionalmente, dicho banco ha firmado acuerdos específicos sobre créditos de compra con bancos de los Estados Unidos, Canadá, Australia, Noruega, Bélgica, Argentina, Dinamarca y otros muchos países. Además, ha negociado los créditos proporcionados por el Banco de Reconstrucción de Alemania y el Ex-Im Bank de Japón.


Por otra parte, en cumplimiento de acuerdos bilaterales, el Banco de China, la CITIC y el Ex-Im Bank, a través de bancos comerciales, han concedido créditos al comprador a países en vías de desarrollo con cancelaciones a corto, medio y largo plazo. En 1995, por ejemplo, el Perú obtuvo del Banco de China un crédito de 150 millones de dólares a medio plazo para la adquisición de maquinaria y equipos


La presencia de la banca comercial en China está justificada por los préstamos comerciales, que sobre la base de los estándares monetarios son concedidos a firmas e instituciones locales por entidades bancarias que en muchos casos no son simples bancos extranjeros establecidos en China. Como se ha comentado anteriormente, tanto las regulaciones actuales como ciertas consideraciones comerciales dificultan la concesión de préstamos comerciales a empresas chinas por parte de los bancos extranjeros. Los préstamos comerciales concedidos por los bancos foráneos establecidos en China se limitan estrictamente a sus clientes.


En el 2002, el PIB de China alcanzó los 10,2 billones de yuanes (1,23 billones de dólares), un 8 por ciento más que en el año interior. Este logro se debió al éxito obtenido por uno de los motores de la economía, las inversiones fijas, que en dicho año totalizaron 2,6 billones de yuanes (314.700 millones de dólares). Dicha cifra convirtió a China por noveno año consecutivo en el país en vías de desarrollo que captó mayores inversiones extranjeras directas.


La captación de inversiones foráneas está dirigida principalmente a proyectos que puedan aumentar la capacidad exportadora. En tal sentido, las prioridades de utilización de las inversiones extranjeras pueden resumirse como sigue:

1) Establecimiento de nuevas empresas. Son proyectos primarios con capacidad para importar tecnologías internacionales avanzadas, mejorar los procesos técnicos de fabricación de nuevos productos e introducir equipos y materiales necesitados con urgencia. Estos proyectos incluyen productos mecánicos, electrónicos, repuestos y productos para el desarrollo de nuevos materiales de construcción.
2) Renovación de las industrias nacionales. Se trata de proyectos cuya ejecución exige la importación de tecnologías avanzadas para el desarrollo de recursos deficitarios, como petróleo, minerales, energía, así como de tecnología para la transformación de las grandes empresas manufactureras.
3) Establecimiento de industrias exportadoras. Con el fin de diversificar el mercado internacional e incrementar la captación de divisas, China procura desarrollar nuevas industrias cuya producción esté destinada, en parte o totalmente, a la exportación.

Resulta evidente que en China pueden hacerse muchos tipos de negocios. Vale la pena repetir que las prioridades de este país son las exportaciones y la captación de divisas. Éstas se utilizan para importar la tecnología y los equipos necesarios para modernizar la industria nacional y garantizar de esta forma el crecimiento económico del país.


El comercio exterior, a pesar de las reformas, permanece aún bajo alguna forma de control administrativo y económico de tipo estatal. Este control se ejerce a través del Gobierno mediante la supervisión de las divisas, la concesión de autorizaciones y licencias a las organizaciones de comercio exterior, y el establecimiento de controles para los productos de importación y exportación por medio de cuotas y la aplicación de los procedimientos aduaneros.


Existen otros tipos de organizaciones muy poderosas encargadas de los negocios internacionales de fideicomiso e inversiones. Se han creado macroorganizaciones para coordinar las inversiones extranjeras y los acuerdos de cooperación, con el fin de reducir los trámites burocráticos. Al mismo tiempo, estas grandes organizaciones participan en el comercio y en las operaciones de negocios diarias de las joint ventures, a las que ayudan a establecerse. El papel más importante de dichas organizaciones en el terreno de las inversiones se concreta a través de la CITIC, los gobiernos provinciales y municipales, así como las zonas económicas especiales.


En las zonas de comercio designadas, es frecuente que las funciones de las organizaciones inversoras y comerciales de las diferentes ciudades y regiones se superpongan; pero, al mismo tiempo, cada día están adquiriendo mayor fuerza en el exterior en la atracción de inversiones y comercio. En la práctica, dentro de estas áreas, que incluyen las zonas económicas especiales y las ciudades abiertas al exterior, las políticas comerciales e inversoras se han liberalizado totalmente.

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