Entrevista a un embajador catedrático
Por YAO BEI y WANG YANG
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El Primer Ministro Wen Jiabao se entrevista
con Benny Pollack |
Antes de ir a la Embajada de Chile, una pregunta nos rondaba por la cabeza:
¿Cómo será este Embajador catedrático? Por la publicación
Septiembre 2002-2003, editada por dicha Embajada,
sabíamos que Benny Pollack había sido profesor universitario
durante casi treinta años. Cuando el presidente chileno
Ricardo Lagos le preguntó si estaba dispuesto a abandonar
su carrera académica para convertirse en diplomático,
su primera reacción fue de incredulidad. Después de un
año y medio desempeñando el cargo de Embajador, ¿cómo
se sentirá ahora?; ¿de qué manera habrá tratado de fomentar
las relaciones bilaterales?
Por culpa del tráfico llegamos un poco tarde a nuestra cita. El segundo secretario,
Sergio F. Toro, nos recibió y nos acompañó hasta la oficina
del Embajador. Al vernos, Benny Pollack se levantó de
su gran escritorio repleto de montones de papeles y vino
a nuestro encuentro esbozando una brillante sonrisa. Nos
preguntó si teníamos frío y, a pesar de llevar traje,
pidió que subieran un poco la temperatura del acondicionador.
Tras invitarnos a tomar asiento e intercambiar saludos
y comentarios, iniciamos nuestra entrevista.
Pregunta: Usted lleva ya un año y medio aquí, en Beijing, desempeñando el cargo de Embajador
de Chile. Seguramente ello le ha permitido viajar a algunos
lugares de China.
Respuesta: Sí, desde luego, he visitado muchos lugares, entre ellos Dalian, Shanghai,
Zhuhai, Qingdao y Hong Kong. También he subido a la montaña
de Wuyi, que está en el sur. Aquel día llovía mucho y
quedamos totalmente empapados. También he ido a Beidaihe,
invitado por el Buró de Servicios Diplomáticos. Estuve
unos días en ese bonito lugar. Todos estos viajes han
sido por motivos de trabajo, para visitar empresas y autoridades
locales; todavía no he hecho ninguno de vacaciones.
Tenemos sendos consulados generales en Shanghai y Hong Kong; en Tianjin tenemos
una oficina comercial dedicada al comercio de productos
agrícolas chilenos.
En enero estuve unos días en el norte de China, en Harbin, la provincia de
la cultura del hielo.
P.: ¿Qué le pareció?
R.: Hacía mucho frío y se me congelaba la nariz, porque la temperatura era de
unos 15°C grados bajo cero. Pero era precioso. Me produjo
una impresión artística que desconocía y que no podría
conocer en otros lugares del mundo. La cultura de hielo
es preciosa: las luces, las lámparas, las linternas...;
todo era muy bonito y dimos un largo paseo nocturno.
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El Presidente de Estado Hu Jintao se
entrevista con Benny Pollack |
P.: ¿Dónde vivía en Chile?
R.: Vivía en una ciudad desierta del norte, donde me formé como joven. Allí el
clima es seco y caluroso todo el año, y no llueve nunca.
Pasé mi vida universitaria en la capital Santiago. Pero
la mayor parte del tiempo lo pasé en Inglaterra, concretamente
en Liverpool, donde fui profesor durante muchos años.
Y desde ahí vine acá, a China.
P.: ¿Cuál es la ciudad china que más le ha gustado?
R.: Es difícil decirlo, porque me ha gustado todo y todo tiene su encanto. Entre
ellas destacan Beijing y Shanghai, que son ciudades fascinantes
y dinámicas, puesto que son modernas y, al mismo tiempo,
tradicionales. Por otro lado, la ciudad está hecha para
dar gusto y placer a sus habitantes. También Beijing tiene
mucha cultura. Sin embargo, el problema de Beijing consiste
en que hay demasiados edificios altos y pocos lugares
de diversión. También se presenta eso en Shanghai, pero
esta ciudad todavía conserva muchas calles de estilo antiguo.
El pueblo chino es muy amable, precioso, trabajador, muy
pujante, inteligente y sonriente. Beijing seguramente
va a sobrepasar a Shanghai por la celebración de los Juegos
Olímpicos del 2008. Me encanta la belleza natural de los
lugares del sur. Tengo que confesar que cuando llegué
aquí, aparte de las informaciones sobre China obtenidas
de amigos y periódicos, mis experiencias eran muy limitadas.
P.: Antes de asumir el cargo de Embajador, ¿había visitado China?
R.: No.
Cuando el presidente de Chile me dijo que viniera acá,
yo le dije: “¡Hombre!, no conozco mucho China”. Pensé
que no. Luego él sacó un libro muy grande de la biblioteca,
me lo colocó en la mesa y me dijo: “¡Empieza a aprender
ahora, inmediatamente!”.
P.: ¿Cuál era su especialidad como catedrático?
R.: Yo enseñaba ciencias políticas, especialmente las políticas concentradas en
América Latina y el sur de Europa, así como conceptos
políticos asiáticos que abarcaban los de China.
P.: Durante la epidemia del SRAG, ¿la Embajada siguió con sus actividades normales
o suspendió el trabajo?
R.: No, no suspendimos nunca el trabajo, pero sí bajamos el ritmo, porque no había
mucho que hacer. El Gobierno chino redujo considerablemente
sus actividades, y como nosotros tenemos contactos diarios
con él, nuestra actividad también disminuyó. Una parte
de nuestros programas de visitas de Chile, de políticos
y del Gobierno, también se suspendió. Teníamos nada más
una jornada reducida hasta las dos de la tarde. Sin embargo,
y aunque no tenían ninguna obligación, la mayoría de los
funcionarios siguieron viniendo a trabajar por la tarde.
P.: ¿Tuvieron miedo?
R.: Habría que ser mentiroso para decir que nadie tuvo miedo. Todos teníamos temor,
pero lo superamos siguiendo las recomendaciones de usar
mascarillas, lavarse las manos frecuentemente y de no
ir a lugares con aglomeraciones. Nosotros controlamos
nuestro temor de esta manera.
P.: ¿Qué le parecen las medidas preventivas tomadas por el Gobierno chino para
controlar el SRAG?
R.: A mí me parecen absolutamente magníficas, lo digo con toda franqueza. Me ha entrevistado
la prensa chilena varias veces sobre este tema y eso es
lo que les he dicho: Las medidas audaces adoptadas por
el Gobierno chino han sido espectaculares. Es difícil
pensar en otro país que hubiera tenido la capacidad y
el coraje de adoptar estas decisiones masivas que, de
hecho, han servido para contener la epidemia. La verdad
es que el SRAG ha sido controlado en un país con una población
de 1.300 millones de habitantes, a pesar de todas las
limitaciones existentes. Haber logrado esto es un éxito
que habla muy bien de las medidas adoptadas. Es cierto
que al principio hubo problemas, como todos sabemos, pero
esos problemas se remediaron rápidamente y, en efecto,
el SRAG está bajo control; de manera que yo siento mucha
admiración. El Gobierno asignó recursos financieros y
humanos; además, obligó a los funcionarios a revelar la
verdad y a no tratar de ocultar la información importante.
Y gracias a eso, gracias a esta transparencia y a esta
decisión del Gobierno, se puede decir que prácticamente
en la mayor parte de China la epidemia se halla bajo control.
P.: ¿Alguno de sus conocidos contrajo SRAG?
R.: Absolutamente nadie.
P.: ¿Ha habido algún caso en Chile?
R.: No, ninguno.
P.: ¿Qué repercusiones ha tenido el SRAG en las relaciones comerciales entre Chile
y China?
P.: Ninguna, absolutamente ninguna. El intercambio económico de los dos países
es muy amplio. Chile es entre el tercer y el segundo socio
comercial de China en América Latina. Solamente Brasil
y México tienen más comercio que Chile, pero estamos alcanzando
a México y hablamos de países mucho más grandes que el
nuestro y con una población mucho mayor. Así que yo diría
que, en términos relativos, Chile es el primer socio comercial
de América Latina y esa situación se va a acentuar mucho
más. Los intercambios son muy intensos, mantenemos muy
buenas relaciones y son muchos los empresarios chinos
y chilenos que visitan respectivamente Chile y China.
Es cierto que esas actividades se han ralentizado un poco
debido al SRAG; pero eso es algo temporal. Creo que dentro
de uno o dos meses las relaciones ya habrán vuelto a la
plena normalidad.
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El Embajador Benny Pollack |
P.: ¿Cuáles son los principales ámbitos de las relaciones comerciales entre Chile
y China?
R.: Nosotros vendemos a China una gran cantidad de cobre y también alguna tecnología
moderna, productos forestales y productos agrícolas, por
ejemplo, vino.
A
los chinos les interesa vender mucho y compran lo que
necesitan, pero todo el crecimiento chino está basado
en las exportaciones. La economía china es una economía
de exportaciones y Chile es un mercado para los productos
chinos. ¿Qué compran allá? Pues instrumentos, zapatos,
vestimentas, telas y, sobre todo, juguetes, ya que casi
todos los juguetes que hay en mi país están fabricados
en China. También compran pilas. Durante una visita a
una empresa de Harbin, me llevé una gran sorpresa cuando
me mostraron un cuadro que mostraba que esa empresa exportaba
pilas a Chile por valor de 100.000 dólares anuales.
P.: ¿Cuál es la situación económica de Chile, uno de los países más ricos de América
del Sur?
R.: La actual situación económica de Chile es bastante sólida.
P.:
¿En qué medida la crisis económica de Argentina
afectó a su país?
R.: Lo afectó un poco, pero no fue muy importante, ya que la economía chilena
tiene una base muy sólida, de manera que pudo resistir
muy bien los problemas que tuvo Argentina. Yo diría que
fue uno de los países que los resistió mejor. La economía
chilena estaba creciendo a un ritmo del siete por ciento
anual, porcentaje casi igual al de China. La crisis lo
hizo descender hasta el tres por ciento, pero en ningún
momento hubo un crecimiento negativo y la economía chilena
siguió creciendo. En estos momentos se estima que hay
que considerar no sólo la crisis argentina, sino también
la asiática, que afectó a Chile grandemente. Ha habido
una crisis tras otra. Y a pesar de todo eso, Chile ha
resistido bien y su economía sigue creciendo a un ritmo
del tres por ciento anual. Además, tenemos los tratados
de libre comercio firmados por Chile con Corea del Sur,
los Estados Unidos, la Comunidad Europea y varios países
de América Latina. Por otra parte, el año pasado, durante
la visita que nuestro viceministro de Relaciones Exteriores
efectuó a China, se firmó un protocolo de entendimiento
para empezar a conversar sobre un tratado de libre comercio
con China. No tengo ninguna duda de que llegará a tener
un tratado de libre comercio con China. Va a tomar un
poco de tiempo, pero al final este tratado se va a lograr,
puesto que es algo que interesa a ambos países.
Yo espero que en un plazo razonable podamos organizar una comisión mixta china-chilena
para poder ir a adelantar un tratado de libre comercio.
Ahora una de las ventajas que tiene Chile es que es un
país muy estable, donde hay tranquilidad social en general,
donde hay un consenso y existe un buen entendimiento entre
los diferentes estamentos sociales sobre el modelo de
desarrollo, de manera que eso ofrece atractivos para otros
países. Además, es una puerta de entrada a otras economías.
Chile tiene una tecnología de la información muy avanzada
y el mayor número de computadores por habitante de toda
América Latina y uno de los mayores del mundo. De manera
que su sistema económico es moderno y dinámico.
P.: ¿Cuál es la mayor dificultad con la que tropieza el avance de las relaciones
económicas bilaterales?
R.: La primera es la distancia: Estamos en las antípodas; uno arriba y otro abajo,
al otro lado. La dificultad de las comunicaciones encarece
mucho el transporte.
Otro problema, yo digo problema, pero eso hoy en día puede resolverse, es
la diferencia de idiomas: ustedes hablan chino y nosotros
hablamos español. Entonces, tenemos que encontrar una
manera de comunicarnos. Generalmente lo hacemos en inglés
o por medio de traductores, pero eso también crea algunos
pequeños obstáculos. A pesar de esos problemas, tenemos
un tremendo comercio de 2.500 millones al año, cifra que
va subiendo cada vez más, porque hoy en día, a diferencia
de antes, es muy fácil trasladarse de un lado para otro.
P.: ¿Qué ha hecho o piensa hacer para impulsar las relaciones entre ambos países?
R.: Nosotros,
aquí, con la ayuda de los diplomáticos de la Embajada
y con el estímulo de nuestro Gobierno, hemos tratado de
crear muchos puentes entre los dos países. Desde luego,
en el plano comercial, que ya existía cuando llegué; de
manera que ha sido relativamente fácil apoyar y expandir
esos vínculos, ayudando a los empresarios chinos cuando
van a Chile, dándoles conexiones, pidiendo que los reciban
otros empresarios u organismos chilenos gubernamentales,
y también organizando para los empresarios chilenos que
vienen aquí entrevistas con el Ministerio de Comercio
Exterior, empresas chinas, etc. Además, una de las metas
que me fijé cuando llegué acá era ampliar el carácter
de las relaciones, sacándolas de lo meramente comercial
para llevarlas, por ejemplo, a lo cultural. Y hemos tenido
grandes satisfacciones en el terreno cultural; por ejemplo,
tenemos unas chicas chilenas que estudian la cultura y
la lengua chinas en la Universidad de Lenguas y Culturas
de Beijing. Ahora están en Chile, porque debido al SRAG
las universidades cerraron, pero regresarán en julio.
Queremos expandir este programa para que más estudiantes
chilenos puedan venir a estudiar la cultura china y posiblemente
también para que los estudiantes chinos vayan a Chile.
P.: ¿Todavía no hay chinos estudiando en Chile?
R.: No, todavía no hay.
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El Embajador chileno respondiendo las
preguntas de nuestras reporteras |
P.: ¿Por qué no se hacen intercambios?
R.: Eso es lo que queremos hacer, en eso estamos trabajando. Pero todas las cosas
son lentas. Hay tantas cosas que hacer, que se demora:
Estamos haciendo una cosa y otra al mismo tiempo. Queremos
establecer un intercambio formal para que cada año tres
o cuatro estudiantes chilenos vengan a China y el mismo
número de estudiantes chinos vayan a Chile. Después, tenemos
los intercambios culturales. Por ejemplo, en Beijing organizamos
una exposición del famoso escultor chileno Sergio Castillo;
lamentablemente, el SRAG nos impidió llevarla a Shanghai
y Dalian. Yo quisiera organizar exposiciones de arte y
cultura chinas en Chile. Tengo varios proyectos en la
cabeza todavía. Pero el principal problema es que cuesta
mucho dinero.
P.: ¿De dónde salió el dinero para montar la exposición de Castillo?
R.: Este dinero salió del Gobierno chino, que muy generosamente ofreció los museos
gratis; y la Compañía Sudamericana de Vapores trajo las
esculturas desde Chile sin cobrar. De manera que en esa
forma puede funcionar. El Gobierno chileno cubrió el pasaje
del artista y de su esposa. Entonces, todos colaboraron
un poco. El dinero tiene que salir un poco de cada parte:
Un poco de Chile, un poco de China y un poco de las empresas
privadas. Esperamos comprometer más a las empresas privadas
en estas iniciativas, tanto a las empresas chinas que
tienen negocios en Chile, como a las empresas privadas
chilenas que tiene negocios en China.
P.: ¿Qué otros proyectos culturales existen?
R.: La Embajada tiene una exposición permanente formada por cien cuadros y obras
de arte muy valiosas que se han expuesto acá en Beijing
y en Qingdao. Las películas chinas, subtituladas en español,
ya fueron a Chile; esperamos que pronto las películas
chilenas, subtituladas en chino, lleguen acá. Este es
otro de nuestros proyectos. En cuanto al plazo, ahora
todo está condicionado por el SRAG y no podemos perfilarlo.
Una vez esté clara la situación del SRAG, empezaremos
a planificar con más detalle.
P.: ¿Conoce usted a chinos comunes y corrientes? Por ejemplo, ¿va alguna vez a
un restaurante para ver cómo es la vida cotidiana?
R.: Sí. Hemos sido invitados no sólo a restaurantes, sino a casas, y no como diplomáticos.
Mi esposa, por ejemplo, conoce a más gente que yo, porque
el hecho de ser diplomático tiende a levantar una barrera
que dificulta el trato normal. Pero este no es mi caso.
Me encantaría tener más amigos chinos; sin embargo, a
pesar de mis esfuerzos, a la gente que no es de mi mismo
rango se le hace difícil comunicarse conmigo. Mi esposa,
como es más libre, tiene muchas amigas de aquí.
Ha sido una entrevista inolvidable, porque la conversación se ha desarrollado
en una atmósfera familiar muy favorable para trabar amistad.
El Embajador nos comentó que durante un tiempo simultaneó
sus actividades académicas con la labor de periodista,
lo que avivó nuestro deseo de intercambiar experiencias
con él para mejorar nuestro trabajo. Pero en el fondo,
tal vez para nosotras sigue siendo un catedrático inteligente
y perspicaz, aunque también muy amable y con don de gentes,
cualidades imprenscindibles para todo diplomático. Nos contó que en una entrevista con el antiguo Primer
Ministro chino Zhu Rongji, éste lo llamó “estrella de
Hollywood”. Parece, pues, que Benny Pollack es una persona
capaz de interpretar múltiples papeles. Cuando le preguntamos
cuál le gusta más, respondió que le gustan todos y que
quisiera interpretarlos todos bien. Estamos convencidas
de que gracias a su trabajo, las relaciones entre China
y Chile entrarán en una nueva etapa.