Nuevas
oportunidades para el comercio entre China y Chile
Por
LU GUOZHENG*
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Los
productos “hechos en Zhejiang” atraen a muchos enviados
latinoamericanos
Xinhua
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En fecha reciente,
el Grupo Minero Gelida, una empresa privada china, compró
una mina de cobre de unos cien kilómetros cuadrados de
superficie en el norte de Chile. Dicha firma se hizo asimismo
de cinco pequeñas minas de oro en el país sudamericano.
Al mismo tiempo, la Corporación de Metales y Minas de
China expresó su intención de cooperar con la parte chilena
en la explotación del
sector. Algunas empresas chinas, por su parte, han mostrado
interés en las obras públicas y la industria minera de
Chile, para lo cual enviaron delegaciones exploratorias
a ese país, para analizar la factibilidad de dicha cooperación.
Chile fue uno de los
primeros países latinoamericanos en establecer lazos comerciales
con la nueva China y uno de sus más importantes socios
regionales en este respecto. Después del establecimiento
de relaciones diplomáticas y, tras una etapa de sostenible
desarrollo de las relaciones económicas y comerciales,
lo lazos bilaterales entraron en un periodo de pleno apogeo
en la década de los 90 del siglo XX. En 2004, el Presidente
chino Hu Jintao realizó una visita estatal a Santiago,
donde dio inicio a las negociaciones formales para alcanzar
un tratado bilateral de libre comercio, lo que marcó la
madurez de los nexos económicos y comerciales.
Cuatro
etapas en el desarrollo del intercambio comercial
Al establecimiento
formal de relaciones diplomáticas entre ambos países,
el 15 de diciembre de 1970, siguieron cuatro etapas de
desarrollo en los intercambios económicos y comerciales:
Etapa
de desarrollo lento (década de los 70 del siglo XX)
Antes del establecimiento
de relaciones diplomáticas, China registraba un volumen
ínfimo de comercio bilateral con Chile, con un nivel anual
que no sobrepasaba el millón
de dólares. El nivel máximo se
registró en 1966, con unos 17 millones de dólares. El
establecimiento de relaciones diplomáticas sirvió para
superar obstáculos que impedían el desarrollo del comercio
bilateral. El volumen del año 1971, primero tras el establecimiento
de relaciones diplomáticas, fue de 14,9 millones de dólares.
Un año después se llegó a 76,2 millones de dólares. Durante
1973 y 1974, se superaron los 100 millones de dólares.
En tiempos posteriores, hasta 1979, el comercio bilateral
nunca sobrepasó esta última cifra.
Etapa
de desarrollo estable (década 80 del siglo XX)
En la segunda década
después del establecimiento de relaciones diplomáticas,
el volumen de comercio bilateral superó los 100 millones
de dólares en casi todos los años, excepto el primer y
último años de esa década. En este lapso, el volumen anual
promedio de comercio bilateral fue de 120 millones de
dólares. El volumen anual de exportaciones de China fue
de 39,5 millones de dólares y la importación, de 88,7
millones de dólares, lo que arrojó un supervátit acumulado
de 492 millones de dólares.
Etapa
de desarrollo sano (1991-1999)
Al entrar en la década
de los 90, el comercio bilateral logró un sano desarrollo.
Durante los cinco años de 1994 a 1998 China mantuvo un
superávit a su favor . Durante los nueve años, el volumen
anual de comercio bilateral llegó a 654 millones de dólares.
Por la parte china, la exportación anual fue de 337.000.000
dólares, mientras que la importación anual fue de 317
millones de dólares, lo que se tradujo de una balanza
favorable acumulada de 206 millones de dólares.
Etapa
de incremento rápido (2000-2004)
En 2000 el comercio
bilateral obtuvo éxitos alentadores, sobrepasando por
primera vez los 2.000 millones de dólares; en 2003 superó
los 3.500 millones de dólares; en 2004 alcanzó 5.000 millones
de dólares. Durante estos cinco años, el monto anual de
comercio bilateral se situó en 3.140 millones de dólares.
De ese total, la exportación promedio anual de la parte
china fue de 1.114 millones de dólares, mientras que su
importación alcanzó los 3.140 millones de dólares, lo
que dejó el desfavorable saldo de 4.564 millones de dólares
en la balanza comercial en esos años.
A partir de los últimos
años de la década 90 del siglo XX, Chile se convirtió
en uno de los más importantes socios comerciales de China
en América Latina. Durante los años de 2000 a 2004, Chile
se mantuvo de manera estable como tercer socio comercial
de China en América Latina, después de Brasil y México.
Entre los destinos de las exportaciones chinas, Chile
ocupa el cuarto lugar en América Latina, mientras que
ostenta el segundo lugar después de Brasil como exportador
hacia China.
Período
pico
Durante los años de
2000 a 2004, bajo la influencia de la recesión económica
latinoamericana, la exportación china hacia Chile, después
de experimentar un período de estancamiento en 2001, empezó
a experimentar un alto crecimiento en 2002, con una tasa
anual del 23,2 por ciento. En 2004, las exportaciones
de China a Chile superaron un monto de 1.600 millones
de dólares, registrando un aumento anual de 31,6 por ciento.
China suele exportar
a Chile productos manufacturados de mano de obra intensiva,
con competitividad en el mercado chileno. Se trata en
su mayoría de textiles, artesanía, cerámica, herramientas
y materias primas de industria química y farmacéutica.
En 2003, el volumen
de exportación de China a Chile fue 1.283.000.000 de dólares,
un 28,6 por ciento más alto que el nivel logrado el año
anterior. Entre los productos exportados, los industriales
ocupan un 99,1 por ciento y los productos primarios un
0,9 por ciento. Los productos textiles, confecciones y
calzado totalizaron 637 millones de dólares, para el 49,6
por ciento del volumen total de exportaciones.
En 2000 Chile atestiguó
un notable incremento en la importación de productos chinos,
registrando un aumento del 100 por ciento. Sin embargo,
por los efectos de la crisis económica de América Latina,
la importación chilena sufrió un incremento negativo en
2001. Después de ese año, se produjo un alza en la cifra
de exportaciones chilenas a China, registrando un incremento
anual del 25 por ciento durante los cinco años de 2000
a 2004.
China importó sobre todo materias primas
como cobre, nitro, pasta de papel, madera, papel y harina
de pescado. En los últimos años China importó además vino,
algas marinas, sulfato potásico y cierta cantidad de fruta,
a la vez que reinició la importación de mineral de hierro
y yodo. .
En 2003 la importación
de productos chilenos alcanzó 2.245 millones de dólares,
un aumento del 43,2 por ciento en comparación con el año
previo. Entre los productos importados, los productos
primarios ocuparon un 40,6 por ciento, mientras que las
manufacturas registraron 59,4 por ciento. El monto de
importación de mineral y metal no ferroso alcanzó 1.730
millones de dólares, ocupando un 77,2 por ciento de la
totalidad.
El sector de telecomunicaciones
de China se ha desarrollado aceleradamente en los últimos
años, por lo que demanda gran cantidad de cobre, material
que escasea en el país. Debido a los factores de costo
y distancia, el cobre de Chile no es competitivo en el
mercado internacional, a pesar de lo cual Chile ha sido
uno de los principales proveedores de cobre a China, ocupando
de un 70 a un 80 por ciento de la totalidad de las exportaciones
chilenas hacia China.
Aunque en el esquema
bilateral de importación y exportación, predominan las
materias primas o productos de bajo contenido tecnológico,
los mismos son complementarios y convenientes a ambos
mercados. En los últimos años se ha elevado el porcentaje
de productos electromecánicos y electrodomésticos en la
exportación de China al mercado chileno, a la vez que
se ha elevado la calidad de los productos textiles y confecciones
exportados a Chile.
Amplias
perspectivas de cooperación
La inversión de Chile
en China está en aumento. Hasta fines de 2003, Chile había
invertido en 67 proyectos chinos, lo que involucraba 66,35
millones de dólares contratados, ocupando un 2,4 por ciento
de la totalidad de inversión contratada de los países
latinoamericanos y caribeños en China. Chile ha invertido
39,91 millones de dólares, lo que representa un 4,3 por
ciento del total de capital colocado por los países arriba
mencionados. La inversión de empresas chilenas en China
se sitúa en los sectores de transporte fluvial, vestimenta,
química, material de construcción, alimento y metal.
Además, CSAV, empresa
de transporte marítimo de Chile, ha invertido 38millones
de dólares en la compra de NORASIA (empresa suiza) para
dedicarse, desde su sede general en Shanghai, al servicio
de transporte entre el Norte de América y los países de
Asia oriental como China, Japón y Corea del sur.
Al mismo tiempo, aumenta
el flujo de capital que China invierte en Chile. Según
cálculos del Ministerio de Comercio de China, hasta fines
de 2003, China ha instalado 19 empresas, casi todas comerciales,
en Chile, con una inversión de 24.620.000 dólares. Además,
China tiene también algunas empresas privadas en Chile,
la mayoría de las cuales corresponde a empresas de escala
mediana y pequeña dedicadas a la importación y la exportación.
A comienzos de la
década de los 80 del siglo XX, algunas empresas chinas
iniciaron su servicio de contrato laboral en Chile, pero
no lograron grandes avances. La cooperación bilateral
en otros terrenos del comercio de servicios quedó por
realizarse, por eso cuenta con gran potencialidad.
En los últimos años ha crecido el interés
por el desarrollo de la minería de Chile. Si las empresas
chinas logran éxito en los proyectos de minas de cobre,
la cooperación económica y tecnológica entre ambos países
sufrirá un vuelco positivo y se optimizará la estructura
de comercio bilateral.
La incorporación de
China en la OMC ha significado un creciente flujo de empresas
transnacionales hacia el país, a la par que una mayor
producción en el país, en medio de una situación de la
economía mundial nada promisoria.
Durante la visita
estatal que realizó en noviembre de 2004 en Chile, el
Presidente chino Hu Jintao encabezó, junto con el Presidente
chileno el inicio de negociaciones sobre la zona de libre
comercio entre ambos países. Se trata de un importante
acontecimiento en la relación económica y comercial entre
China y Chile. Esto favorece el aumento de confianza mutua
política, el fortalecimiento de la amistosa relación y
la completa cooperación bilateral. Especialmente beneficiará
el mayor desarrollo de la relación económica y comercial.
La visita del Presidente Hu abrió un nuevo capítulo en
la historia de la relación económica y comercial entre
China y Chile.
Con miras a las buenas
relaciones política, económica y comercial existentes,
la cooperación de economía y tecnología cuenta con amplios
espacios y las relaciones económica y comercial encaran
nuevas oportunidades de desarrollo.