JUNIO
2005


Nuevas oportunidades para el comercio entre China y Chile

Por LU GUOZHENG*

Los productos “hechos en Zhejiang” atraen a muchos enviados latinoamericanos

Xinhua

En fecha reciente, el Grupo Minero Gelida, una empresa privada china, compró una mina de cobre de unos cien kilómetros cuadrados de superficie en el norte de Chile. Dicha firma se hizo asimismo de cinco pequeñas minas de oro en el país sudamericano. Al mismo tiempo, la Corporación de Metales y Minas de China expresó su intención de cooperar con la parte chilena en la explotación del sector. Algunas empresas chinas, por su parte, han mostrado interés en las obras públicas y la industria minera de Chile, para lo cual enviaron delegaciones exploratorias a ese país, para analizar la factibilidad de dicha cooperación.

Chile fue uno de los primeros países latinoamericanos en establecer lazos comerciales con la nueva China y uno de sus más importantes socios regionales en este respecto. Después del establecimiento de relaciones diplomáticas y, tras una etapa de sostenible desarrollo de las relaciones económicas y comerciales, lo lazos bilaterales entraron en un periodo de pleno apogeo en la década de los 90 del siglo XX. En 2004, el Presidente chino Hu Jintao realizó una visita estatal a Santiago, donde dio inicio a las negociaciones formales para alcanzar un tratado bilateral de libre comercio, lo que marcó la madurez de los nexos económicos y comerciales.

Cuatro etapas en el desarrollo del intercambio comercial

Al establecimiento formal de relaciones diplomáticas entre ambos países, el 15 de diciembre de 1970, siguieron cuatro etapas de desarrollo en los intercambios económicos y comerciales:

Etapa de desarrollo lento (década de los 70 del siglo XX)

Antes del establecimiento de relaciones diplomáticas, China registraba un volumen ínfimo de comercio bilateral con Chile, con un nivel anual que no sobrepasaba el millón de dólares. El nivel máximo se registró en 1966, con unos 17 millones de dólares. El establecimiento de relaciones diplomáticas sirvió para superar obstáculos que impedían el desarrollo del comercio bilateral. El volumen del año 1971, primero tras el establecimiento de relaciones diplomáticas, fue de 14,9 millones de dólares. Un año después se llegó a 76,2 millones de dólares. Durante 1973 y 1974, se superaron los 100 millones de dólares. En tiempos posteriores, hasta 1979, el comercio bilateral nunca sobrepasó esta última cifra.

Etapa de desarrollo estable (década 80 del siglo XX)

En la segunda década después del establecimiento de relaciones diplomáticas, el volumen de comercio bilateral superó los 100 millones de dólares en casi todos los años, excepto el primer y último años de esa década. En este lapso, el volumen anual promedio de comercio bilateral fue de 120 millones de dólares. El volumen anual de exportaciones de China fue de 39,5 millones de dólares y la importación, de 88,7 millones de dólares, lo que arrojó un supervátit acumulado de 492 millones de dólares.

Etapa de desarrollo sano (1991-1999)

Al entrar en la década de los 90, el comercio bilateral logró un sano desarrollo. Durante los cinco años de 1994 a 1998 China mantuvo un superávit a su favor . Durante los nueve años, el volumen anual de comercio bilateral llegó a 654 millones de dólares. Por la parte china, la exportación anual fue de 337.000.000 dólares, mientras que la importación anual fue de 317 millones de dólares, lo que se tradujo de una balanza favorable acumulada de 206 millones de dólares.

Etapa de incremento rápido (2000-2004)

En 2000 el comercio bilateral obtuvo éxitos alentadores, sobrepasando por primera vez los 2.000 millones de dólares; en 2003 superó los 3.500 millones de dólares; en 2004 alcanzó 5.000 millones de dólares. Durante estos cinco años, el monto anual de comercio bilateral se situó en 3.140 millones de dólares. De ese total, la exportación promedio anual de la parte china fue de 1.114 millones de dólares, mientras que su importación alcanzó los 3.140 millones de dólares, lo que dejó el desfavorable saldo de 4.564 millones de dólares en la balanza comercial en esos años.

A partir de los últimos años de la década 90 del siglo XX, Chile se convirtió en uno de los más importantes socios comerciales de China en América Latina. Durante los años de 2000 a 2004, Chile se mantuvo de manera estable como tercer socio comercial de China en América Latina, después de Brasil y México. Entre los destinos de las exportaciones chinas, Chile ocupa el cuarto lugar en América Latina, mientras que ostenta el segundo lugar después de Brasil como exportador hacia China.

Período pico

Durante los años de 2000 a 2004, bajo la influencia de la recesión económica latinoamericana, la exportación china hacia Chile, después de experimentar un período de estancamiento en 2001, empezó a experimentar un alto crecimiento en 2002, con una tasa anual del 23,2 por ciento. En 2004, las exportaciones de China a Chile superaron un monto de 1.600 millones de dólares, registrando un aumento anual de 31,6 por ciento.

China suele exportar a Chile productos manufacturados de mano de obra intensiva, con competitividad en el mercado chileno. Se trata en su mayoría de textiles, artesanía, cerámica, herramientas y materias primas de industria química y farmacéutica.

En 2003, el volumen de exportación de China a Chile fue 1.283.000.000 de dólares, un 28,6 por ciento más alto que el nivel logrado el año anterior. Entre los productos exportados, los industriales ocupan un 99,1 por ciento y los productos primarios un 0,9 por ciento. Los productos textiles, confecciones y calzado totalizaron 637 millones de dólares, para el 49,6 por ciento del volumen total de exportaciones.

En 2000 Chile atestiguó un notable incremento en la importación de productos chinos, registrando un aumento del 100 por ciento. Sin embargo, por los efectos de la crisis económica de América Latina, la importación chilena sufrió un incremento negativo en 2001. Después de ese año, se produjo un alza en la cifra de exportaciones chilenas a China, registrando un incremento anual del 25 por ciento durante los cinco años de 2000 a 2004.

China importó sobre todo materias primas como cobre, nitro, pasta de papel, madera, papel y harina de pescado. En los últimos años China importó además vino, algas marinas, sulfato potásico y cierta cantidad de fruta, a la vez que reinició la importación de mineral de hierro y yodo.     .

En 2003 la importación de productos chilenos alcanzó 2.245 millones de dólares, un aumento del 43,2 por ciento en comparación con el año previo. Entre los productos importados, los productos primarios ocuparon un 40,6 por ciento, mientras que las manufacturas registraron 59,4 por ciento. El monto de importación de mineral y metal no ferroso alcanzó 1.730 millones de dólares, ocupando un 77,2 por ciento de la totalidad.

El sector de telecomunicaciones de China se ha desarrollado aceleradamente en los últimos años, por lo que demanda gran cantidad de cobre, material que escasea en el país. Debido a los factores de costo y distancia, el cobre de Chile no es competitivo en el mercado internacional, a pesar de lo cual Chile ha sido uno de los principales proveedores de cobre a China, ocupando de un 70 a un 80 por ciento de la totalidad de las exportaciones chilenas hacia China.

Aunque en el esquema bilateral de importación y exportación, predominan las materias primas o productos de bajo contenido tecnológico, los mismos son complementarios y convenientes a ambos mercados. En los últimos años se ha elevado el porcentaje de productos electromecánicos y electrodomésticos en la exportación de China al mercado chileno, a la vez que se ha elevado la calidad de los productos textiles y confecciones exportados a Chile.

Amplias perspectivas de cooperación

La inversión de Chile en China está en aumento. Hasta fines de 2003, Chile había invertido en 67 proyectos chinos, lo que involucraba 66,35 millones de dólares contratados, ocupando un 2,4 por ciento de la totalidad de inversión contratada de los países latinoamericanos y caribeños en China. Chile ha invertido 39,91 millones de dólares, lo que representa un 4,3 por ciento del total de capital colocado por los países arriba mencionados. La inversión de empresas chilenas en China se sitúa en los sectores de transporte fluvial, vestimenta, química, material de construcción, alimento y metal.

Además, CSAV, empresa de transporte marítimo de Chile, ha invertido 38millones de dólares en la compra de NORASIA (empresa suiza) para dedicarse, desde su sede general en Shanghai, al servicio de transporte entre el Norte de América y los países de Asia oriental como China, Japón y Corea del sur.

Al mismo tiempo, aumenta el flujo de capital que China invierte en Chile. Según cálculos del Ministerio de Comercio de China, hasta fines de 2003, China ha instalado 19 empresas, casi todas comerciales, en Chile, con una inversión de 24.620.000 dólares. Además, China tiene también algunas empresas privadas en Chile, la mayoría de las cuales corresponde a empresas de escala mediana y pequeña dedicadas a la importación y la exportación.

A comienzos de la década de los 80 del siglo XX, algunas empresas chinas iniciaron su servicio de contrato laboral en Chile, pero no lograron grandes avances. La cooperación bilateral en otros terrenos del comercio de servicios quedó por realizarse, por eso cuenta con gran potencialidad.

En los últimos años ha crecido el interés por el desarrollo de la minería de Chile. Si las empresas chinas logran éxito en los proyectos de minas de cobre,  la cooperación económica y tecnológica entre ambos países sufrirá un vuelco positivo y se optimizará la estructura de comercio bilateral.

La incorporación de China en la OMC ha significado un creciente flujo de empresas transnacionales hacia el país, a la par que una mayor producción en el país, en medio de una situación de la economía mundial nada promisoria.

Durante la visita estatal que realizó en noviembre de 2004 en Chile, el Presidente chino Hu Jintao encabezó, junto con el Presidente chileno el inicio de negociaciones sobre la zona de libre comercio entre ambos países. Se trata de un importante acontecimiento en la relación económica y comercial entre China y Chile. Esto favorece el aumento de confianza mutua política, el fortalecimiento de la amistosa relación y la completa cooperación bilateral. Especialmente beneficiará el mayor desarrollo de la relación económica y comercial. La visita del Presidente Hu abrió un nuevo capítulo en la historia de la relación económica y comercial entre China y Chile.

Con miras a las buenas relaciones política, económica y comercial existentes, la cooperación de economía y tecnología cuenta con amplios espacios y las relaciones económica y comercial encaran nuevas oportunidades de desarrollo.

 

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