JUNIO
2005


Evolución de la diplomacia china hacia América Latina

Por XU SHICHENG*

El 7 de junio de 2001 el Presidente mexicano Vicente Fox posa con su hija en Badaling, uno de los segmentos de la Gran Muralla China de Beijing

Al entrar en el siglo XXI, las relaciones chino-latinoamericanas se desarrollan con ímpetu. Los dirigentes de alto rango de China visitan con frecuencia los países de América Latina, donde se está gestando una  especie de furor por lo chino. Al mismo tiempo, dirigentes de diversos países al sur del Río Bravo perseveran en cimentar dichos contactos visitando China. En la actualidad, dichos nexos viven su mejor momento. El presente trabajo intenta una breve retrospectiva del desarrollo de las relaciones chino-latinoamericanas y la evolución de la política china hacia esa región geográfica.

Década de los 50: diplomacia no gubernamental

Por causas históricas, durante un período bastante prolongado, que se inicia con la fundación de la República Popular China (RPC) en 1949, los principales países latinoamericanos mantuvieron relaciones diplomáticas con las autoridades de Taiwán, en detrimento de su reconocimiento formal a la Nueva China.

De acuerdo a las circunstancias reales de aquel momento, China aplicó una política básica hacia América Latina, la cual consistía en desplegar una diplomacia no gubernamental, esforzándose por establecer lazos amistosos, desarrollar intercambios culturales y económicos y encaminarse gradualmente al establecimiento de las relaciones diplomáticas”. De acuerdo con esta política, China promovió activamente en la década de los 50 intercambios no gubernamentales y desplegó una diplomacia entre el puebo.

Entre 1950 y 1959, efectuaron visitas amistosas a China unas 1.200 personalidades eminentes provenientes de 19 países de América Latina, entre las cuales figuraron el General Lázaro Cárdenas (1895-1970, presidente de México de 1934 a 1940), el doctor Salvador Allende (1908-1973) presidente de Chile de 1970 a 1973, y Jacobo Arbenz (1913-1971 presidente de Guatemala de 1951 a 1954), entre otros, como pioneros en la promoción de las relaciones amistosas chino-latinoamericanas. Por su parte, en la década de los 50, China envió a América Latina 16 conjuntos artísticos, delegaciones sindicales y grupos comerciales. Estas visitas ampliaron la influencia de la Nueva China, contribuyeron a la comprensión mutua y jugaron un papel de puente para promover los mencionados lazos de amistad.

También en la década de los 50, China comenzó el intercambio comercial y económico no oficial, o semioficial, con América Latina. El 28 de septiembre de 1960, la RPC y Cuba dieron a la publicidad de modo simultáneo el comunicado sobre el establecimiento de sus relaciones diplomáticas, lo que convirtió a la isla caribeña en el primer país latinoamericano en establecer relaciones diplomáticas con la Nueva China.

Década de los 60: Apoyo al movimiento nacional democrático y  la lucha antimperialista de los pueblos latinoamericanos

Un matrimonio local compra artículos chinos en el barrio chino de Ciudad de México

En la primera mitad de la década de los 60 las relaciones entre China y Cuba y las relaciones entre China y América Latina tuvieron un desarrollo relativamente rápido. En septiembre de 1961, Osvaldo Dorticós, a la sazón presidente de Cuba, visitó China, como primer mandatario latinoamericano en viajar a ésta última.

El volumen del comercio bilateral aumentó de 31,28 millones de dólares en 1960 a 343,12 millones de dólares en 1965. El volumen acumulado durante 1960-1965 ascendió a 1.300 millones de dolares.

La política de China hacia América Latina en la década de los 60 se caracterizó por el apoyo decidido del gobierno chino al movimiento nacional democrático y a la lucha antimperialista de los pueblos latinoamericanos.

China manifestó su solidaridad con la lucha del gobierno y pueblo cubanos contra el bloqueo y la agresión de los EE.UU. Asimismo, el 12 de mayo de 1964, el Presidente Mao Zedong emitió  declaraciones de apoyo a la lucha del pueblo de la República Dominicana contra la intervención armada de los EE.UU.

Década de los 70: Apoyo a los gobiernos nacionalistas

La década de los 70 fue un periodo de desarrollo acelerado de las relaciones chino-latinoamericanas. En ese lapso, 11 países latinoamericanos y caribeños establecieron sucesivamente relaciones diplomáticas con China: Chile, Perú, México, Argentina, Guayana, Jamaica, Trinidad y Tobago, Venezuela, Brasil, Surinam y Barbados. Hubo varios factores que favorecieron dicho proceso: el énfasis del apoyo de China a los gobiernos nacionalistas latinoamericanos y la restitución del legítimo puesto de China en la ONU en 1971.

El 15 de diciembre de 1970, el gobierno de Unidad Popular de Salvador Allende en Chile estableció relaciones diplomáticas con China. En la década de los 70, China apoyó enérgicamente las luchas de los gobiernos latinoamericanos por la salvaguardia de sus derechos marítimos, la defensa de los precios de sus productos primarios, por el establecimiento de la zona desnuclearizada y del Nuevo Orden Económico Internacional.

En la década de los 70, las relaciones comerciales y económicas entre China y América Latina entraron en un periodo de desarrollo general. En este intervalo, el gobierno chino firmó acuerdos comerciales y económicos con más de 10 países del área y se intercambiaron más de 50 delegaciones comerciales oficiales entre China y América Latina.

Décadas de los 80 y los 90: nuevo impulso a las relaciones chino-latinoamericanas

A finales de la década de los 70, China empezó a aplicar la política de reforma y apertura, la cual precedió al reajuste paulatino de la política exterior  general del país, y su política hacia América Latina en particular, en los 80 y 90.

A este tenor, China se dio a la tarea de establecer y desarrollar las relaciones de amistad y cooperación con los países latinoamericanos, obviando las diferencias ideológicas.

Se dio prioridad asimismo al desarrollo de relaciones con los principales países de la región, a saber, Brasil, México, Argentina y Venezuela, considerados políticamente más moderados y económicamente más desarrollados, como sustitución a las preferencias previas de hacer avanzar sus relaciones con los  países de marcadas tendencias nacionalistas.

Se otorgó mayor importancia al desarrollo de las relaciones económicas y comerciales.

Se tomó en cuenta la voluntad de la mayoría de los países de la región al expresar su posición sobre importantes problemas de América Latina, como en los casos de la deuda externa (en todo el continente) y la crisis centroamericana (desatada por los enfrentamientos en varios países del área entre fuerzas armadas irregulares y gubernamentales, estas últimas con el apoyo de EE.UU.).

Gracias al reajuste de la política hacia América Latina, durante los años 80 y 90, las relaciones políticas chino-latinoamericanas registraron un desarrollo integral, sano y sostenido:

Aumentó el número de países latinoamericanos (y caribeños de habla inglesa) que establecieron relaciones diplomáticas con la RPC: Ecuador, Colombia, Antigua y Barbuda , Bolivia, Uruguay, Bahamas, y Santa Lucía. Para finales de la década de los 90, 19 países de la región habían establecido relaciones diplomáticas con China;

Aumentaron los intercambios mutuos de personalidades de alto rango y los contactos políticos.

Aumentaron los contactos entre el Partido Comunista de China y diversos partidos politicos de la region;

Creció de modo sostenido el comercio bilateral y la cooperación económica. El volumen del comercio bilateral creció de 1.363 millones de dólares en 1980 a 2.294 millones de dólares en 1990 y a 8.278 millones de dólares en 1999. En los años 90, China ya tenía intercambios comerciales con todos los países y entidades de América Latina y el Caribe.

Desde los años 80, China y los países de América Latina comenzaron su cooperación económica, mediante inversiones recíprocas, estableciendo empresas mixtas. A finales de los años 90, China estableció más de 200 empresas mixtas o de capital exclusivamente chino, mientras que las corporaciones comerciales de más de 20 países de la región invirtieron cerca de 1.000 millones de dólares. A su vez, hasta 1998, los países de América Latina habían colocado un monto de 3.740 millones de dólares en 2.131 proyectos.

Comienzos del Siglo XXI: diplomacia omnidireccional

Los primeros años del siglo XXI han sido testigo de un desarrollo omnidireccional y multifacético, sano y sostenido de las relaciones de cooperación amistosa entre China y los países latinoamericanos, traducido en un intercambio y una colaboración de mayor intensidad en distintos niveles y en las esferas política, económico-comercial, científico-tecnológica y cultural. En este sentido se destaca la diplomacia económica.

El 15 de abril de 2001, el entonces Presidente chino Jiang Zemin emprende una visita de estado a Venezuela. Es recibido en el Aeropuerto Simón Bolivar por su homólogo venezolano Hugo Rafael Chávez

En abril de 2001, el entonces Presidente chino Jiang Zemin hizo una histórica visita a seis países latinoamericanos: Chile, Argentina, Uruguay, Cuba, Venezuela y Brasil. En diciembre de 2003, el Primer Ministro chino Wen Jiabao visitó México. En noviembre de 2004, el Presidente chino Hu Jintao hizo una visita oficial a Brasil, Argentina, Chile y Cuba. El 12 de noviembre de 2004, el Presidente Hu Jintao pronunció ante el Congreso Nacional de Brasil un importante discurso, en el cual, planteó los tres objetivos del futuro desarrollo de las relaciones bilaterales: “en el plano político, nos apoyamos para convertirnos en amigos dignos de confianza y a prueba de adversidades”, “en el plano económico, fomentamos la complementación recíproca con nuestras respectivas ventajas, para asociarnos en una cooperación mutuamente beneficiosa, partiendo de nuevas premisas”, “en lo cultural, estrechamos los intercambios para sentar ejemplo en el diálogo dinámico entre diferentes cililizaciones”. En enero de 2005, el vicepresidente chino Zeng Qinghong visitó México, Perú, Venezuela, Trinidad y Tobago y Jamaica.

El 23 de marzo de 2004, China y la isla caribeña de Dominica establecieron relaciones diplomáticas. El 20 de enero de 2005, China y Granada, también en la cuenca caribeña, restablecieron sus relaciones diplomáticas. En la actualidad, de los 33 países independientes de América Latina y el Caribe, 21 mantienen relaciones diplomáticas con la RPC, para un 95% del territorio total de la región, y cerca del 90 % de la población total de la misma. Chile, Brasil, Argentina, Perú, Venezuela, y varios países caribeños le han reconocido a China su condición de economía de mercado.

Se observa en consecuencia una incesante expansión de la cooperación económico-comercial y científico-tecnológica. En los últimos años, el comercio chino-latinoamericano ha venido creciendo aceleradamente. El volumen del comercio bilateral, que fue de 12.596 millones de dólares en 2000, ascendió a 40.000 millones de dólares. Vista la situación en su conjunto, América Latina goza de superávit en su comercio con China. Según las estadísticas, China actualmente tiene casi 1.600 millones de dólares estadounidenses invertidos en los sectores productivos de América Latina, cifra que superará los 4.000 millones si se suman las inversiones financieras.

Son muchos los países de América Latina que lejos de percibir  una amenaza en el crecimiento acelerado de la economía china la asumen como una buena oportunidad, y muestran cada vez más interés en aumentar sus nexos comerciales y económicos con China.

* El autor es investigador titular del Instituto de América Latina anexo a la Academia de Ciencias Sociales de China y vice-presidente de la Asociación China de Estudios Latinoamericanos.

 

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