Familias Olímpicas

Xinhua

Zhu Baohua, nativo de la capital china de Beijing, sonrió con orgullo al ver las expresiones de admiración en las caras de un grupo de estadounidenses que visitaban su casa cuando les mostró una cama de madera de 100 años de antigüedad.

Zhu, en sus 50s, es el propietario de un tradicional “siheyuan”, edificación de ladrillo gris y de una planta compuesta por varias habitaciones que rodean un patio central, y él es la cabeza de una de las 598 familias seleccionadas el viernes pasado como anfitrionas olímpicas por la administración de turismo de la ciudad.

La entidad puso en marcha el programa de las llamadas “Familias Olímpicas” en abril, ofreciendo a los visitantes extranjeros una oportunidad para dar un vistazo al corazón de la vida de Beijing.

Como complemento de los hoteles, estas familias pueden ofrecer 726 habitaciones para más de 1.000 visitantes, dijo Xiong Yumei, subdirectora de la Administración de Turismo de Beijing.

La mayoría de las familias seleccionadas viven cerca de los principales estadios, avenidas troncales, lugares de interés cultural, y “hutongs”, las famosas y pintorescas callejuelas del centro de la capital, con lo cual la administración busca que los inquilinos puedan disfrutar de la ciudad más fácilmente.

Antes de proceder a la elección, funcionarios de la entidad inspeccionaron las condiciones de ventilación, iluminación, protección anti-incendios y salubridad, para asegurarse de que se apegaban a los requisitos.

Los funcionarios recomendaron tarifas de entre 60 y 80 dólares por cada cama por noche, pero aclararon que las rentas individuales podrán ser negociadas entre los visitantes y los dueños de casa.

Para los nativos de Beijing, como Zhu, alojar a turistas extranjeros no es sólo una oportunidad para hacer algo de dinero, sino también para compartir su cultura.

La casa fue comprada por su familia a comienzos de 1900. En 2004, él invirtió más de cuatro millones de yuanes (579.710 dólares) en renovaciones como “"occidentalizar” el baño, e instalar aires acondicionados y televisores con pantallas de alta definición.

“Toda la familia se ha dado a la tarea de aprender la historia de los siheyuan y los hutongs. Ahora somos guías profesionales”, exclama con orgullo.

Ayer domingo, la familia Zhu recibió decenas de turistas extranjeros que deseaban ver o rentar la casa.

“Estoy mejorando mi inglés, de forma que pueda explicar con mayor claridad cuando lleguen más visitantes durante los Olímpicos”, dice Zhao Dongyan, un sobrino de Zhu que acaba de obtener su grado universitario.

Evidentemente, otras familias están en el mismo proceso, todas deseosas de brindar la mejor imagen posible de la ciudad y del país a los visitantes.

Es el caso de Wang Zhixi, una mujer que también está en sus 50s, vive en la misma zona, y posee un siheyuan un poco más pequeño que el de Zhu. Ella y su esposo aprovechan hasta la mínima oportunidad para aprender inglés, con el fin de que sus eventuales inquilinos puedan saber tanto como quieran sobre este tipo de residencias.

Wang ya tiene algo de experiencia hospedando visitantes de otros países. En la actualidad aloja a una periodista francesa, su hijo de 11 meses, y su madre.

“Trato de cuidar de mis invitados como lo hago con mi hijo, que ahora está trabajando en Canadá. Siempre espero que sientan la calidez y amabilidad del pueblo chino”, dice.

Los dueños de los apartamentos también están listos a compartir, desde enseñar la receta de los famosísimos “Jiaozi”, ravioles rellenos, hasta recomendar los platos más tradicionales de la cocina beijinesa o explicar por qué los ancianos gustan de tener pájaros y saltamontes como mascotas. E incluso exponer complejas teorías como el Fengshui.

“Las instalaciones no tienen el lujo de un hotel, pero sin duda son parte de la auténtica vida de Beijing”, dice Ron Rice, de Washington.

La autoridad de turismo de la capital dijo que agencias de viajes de Japón, Estados Unidos, Canadá, Chile y Singapur han manifestado su interés por alquilar habitaciones a estas familias durante los Juegos.

Pero reconoció que debido a problemas como la falta de tiempo para publicitar la estrategia, los tiempos de aplicación para las visas, y la dificultad para reservar vuelos a medida que se acerca el evento, es muy probable que la mayoría de los inquilinos finales sean asiáticos, dijo Zhao Xin, director del Programa Olímpico del Servicio Internacional de Viajes de China.

La ciudad sede de las Justas espera recibir alrededor de 500.000 visitantes extranjeros en agosto, por lo que los precios de los hoteles en algunos casos se han hasta cuadruplicado en comparación con las tarifas normales para esa época del año.

La capital tiene dispuestas para ellos 660.000 camas. Hasta el viernes, cerca del 78 por ciento de las habitaciones de los hoteles de cinco estrellas habían sido reservadas. En contraste, menos de la mitad de los hoteles de cuatro o menos estrellas habían sido separados, según la administración de turismo.
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